dijous, 16 d’agost del 2012

No a la ‘Spain is different’ del reaccionario Ollero (un article d'Enric Sopena)


Al magistrado Pablo Pérez Tremps, la derecha lo ‘fulminó’ en el Tribunal Constitucional para apartarlo así de la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña. Le acusaron los conservadores de haber asesorado a la Generalitat en cuestiones relativas al Estatuto, aunque su asesoría la llevara a cabo tres meses antes de incorporarse al Constitucional.
Pero, en todo caso, le obligaron a inhibirse por seis votos contra cinco. El PP se salió con la suya y consiguió reventar en buena medida el Estatuto catalán. De modo que surgió un texto tardío y formalmente infumable.
El Estatuto catalán
Cuando Mariano Rajoy, entonces jefe de la oposición mayoritaria, instó a su gente a ir por las calles de España pidiendo el “no” al Estatuto –que había sido aprobado en el Parlamento catalán, en el Congreso de los Diputados y en el Senado- sabía perfectamente que su recurso ante el Constitucional terminaría marcando el paso al proceso estatuario. Es decir, que el Estatuto acabaría, de hecho, en una especie de vía muerta.
¿Cuál es la equidad de Ollero?
Ahora, todo parece indicar que se ha impuesto en ese Tribunal la ley del embudo. Se aplicó en su momento la inhibición a Pérez Tremps. Pero en la actualidad no se hace lo propio con el magistrado Andrés Ollero. Y además se le nombra nada más ni nada menos que ponente del fallo judicial. ¿Cuál es la equidad o la imparcialidad de Ollero?
PP y Opus Dei
Durante 17 años fue diputado del Partido Popular. Es miembro del Opus Dei y ha propagado urbi et orbe su acérrima condena a la legalidad del aborto. Según publica El Periódico de Catalunya de hoy, Ollero escribió en 1987, en el diario El País, un artículo con contenidos como éste: “Si hay un ser humano, dejar a su madre en paz supone autorizar un acto de guerra contra su hijo, permitiendo que se desembarace de él (…)”.
Pascual Sala
La respuesta social y política a Ollero está siendo muy severa. Y ha de serlo más aún. El Tribunal Constitucional, cuyo prestigio ha sido evidente en numerosas oportunidades -más allá de episodios poco afortunados- puede salir mal parado de esta cuestión. Su presidente, Pascual Sala, debería intervenir, si no lo ha hecho ya, para que la sentencia no la firme un holigang del integrismo católico.
No al nacionalcatolicismo
Regresar al nacionalcatolicismo, como alienta cada vez más el Partido Popular y, por supuesto, la jerarquía oficial de la Iglesia, sería un paso atrás de dimensiones escalofriantes. El PSOE y otros partidos de la izquierda han iniciado una campaña necesaria y urgente. Óscar López, secretario de Organización del PSOE, se ha pronunciado con contundencia y sentido común progresista.
La España demócrata
La España de Felipe González y, más tarde, de José Luis Rodríguez Zapatero fue reformista y fundamentalmente demócrata. Ahora, Rajoy quiere que volvamos a aquella Spain is different que proclamaba con entusiasmo Manuel Fraga Iribarne, ministro de Franco y fundador de AP. O sea, de un partido que nos acerca rápidamente al Tea Party.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM

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