dimecres, 31 d’octubre del 2012

Halloween, una democracia de miedo


Que viene Wert, que viene Wert.
Recuerdo que cuando era pequeño en mi pueblo no se celebraba Halloween. A lo sumo nos repeinaban de domingo el uno de noviembre por la mañana y nos llevaban al cementerio para visitar las tumbas de nuestros bisabuelos. Después, ya en casa, asaltábamos la despensa de la abuela en busca de unos cuantos huesos de mazapán. Por entonces no entraba en nuestros planes ir por la calle disfrazados  ¡Qué va! esa costumbre la heredamos después, cuando descubrimos las lindezas de las fiestas universitarias de enfermería y sus zombies sexy, su alcohol a granel y su música infernal. Puede que al volver a casa a las seis de la mañana algún amigo menos torpe en el cuerpo a cuerpo hubiera conseguido redimir su alma, pero lo habitual era que protagonizáramos estampas postapocalípticas en el primer metro.
Hoy en día, la tradición está tan arraigada en nuestro país que podemos presumir ante los yankees de tener todo un gobierno de truco o trato. Que sí, que ellos nos quitaron Cuba pero menudos somos nosotros para robar fiestas. Por eso, no estaría mal que Rajoy se estirara y esta noche diera una fiesta por todo lo alto, de esas que montábamos cuando vendíamos los duros a seis pesetas.  Materia prima para el atrezzo no nos falta, podemos decorar el Congreso con todas las calabazas que nos ha dado en los últimos meses Alemania.
No me digáis que no tendría su punto ver a Mas en la puerta repartiendo flyers para una fiesta alternativa mientras parte de la prensa engulle canapés en un rincón tratando de  invocar el espíritu de la Transición. No se preocupen por los gastos,  el ponche democrático seguirá siendo de garrafa. Así, al día siguiente, con la resaca en todo lo alto, algunos podrán decir tranquilos que han olvidado encontrar las facturas de sus trajes.  Antes de que algunos se disfracen de lobo para asustar a niños catalanes, bautizaremos la fiesta como  ”el hemiciclo del terror“.  Será todo el mundo bienvenido salvo los que vengan de indignados, abertzales o perjudicados por los bancos.  Si estáis atentos podréis ver al fantasma del franquismo pasarse por los sillones del grupo mixto, mientras,  algunos seguirán intentado sin mucho éxito ligarse al electorado.  ”Alfredo, necesitáis un disfraz nuevo“, le dirán las pretendientes.
Tal será la expectación que hasta los candidatos a presidente de los Estados Unidos nos nombrarán en sus discursos. Es verdad que no será una fiesta completa porque probablemente se queden fuera los nostálgicos del día de todos Losantos, César Vidal o Luis Herrero. Sin embargo, de la mano de la ministra de Trabajo prometemos experiencias paranormales con su show de las “señales”.  Aprovechad, amigos, y divertíos esta noche  que todavía queda mucho tiempo para que podamos llevar a nuestros hijos a visitar la tumba de la crisis un uno de noviembre.

31. octubre 2012 by Carlos Torres

Si vols la careta de Rajoy, pots fer-te-la des d'aquí.