divendres, 8 de març del 2013

Corruptos, ladrones, despilfarradores y sueños faraónicos

Jaume Matas se empeñó en comprar un palacete -estilo renacimiento- en el centro de la ciudad de Palma. Había sido presidente del Gobierno de las Balares. Luego, ministro de Medio Ambiente en el Gobierno de José María Aznar. Volvió más tarde a la Presidencia balear. Se creía el rey del mambo. Agasajaba a Juan Carlos I, deslumbrante compañero de cacería junto a dos pájaros de cuenta, como Gerardo Díaz Ferrán y su cuñado, Arturo Fernández. Otros multimillonarios éstos, merced al capitalismo salvaje.
Las arcas públicas
Era Matas un ladrón profesional, gracias a las arcas públicas. Le protegía además el Banco de Valencia, ahora hecho trizas, tras el saqueo de sus altos directivos. En Valencia tenía asimismo conocidos amigos, como el ínclito Camps, el de los trajes, la Gürtel y un séquito de populares bajo sospecha.
El TSJCV
No importa que en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana abunden clamorosamente los jueces conservadores, como publicamos ayer en ELPLURAL.COM. Esto, en sí mismo, ya es una injusticia abominable. Recordemos, si no, cuando el presidente entonces del TSJCV era un amigo -más que amigo- de Camps.
Yerno de Rey y marido de infanta
Matas se hizo amigo de Iñaki Urgandarin, probablemente amigo de fechorías, llevadas acabo con la garantía de quien es yerno del Rey y marido de la Infanta Cristina. Y lo proclamaba ante gente principal para ir enriqueciéndose así de forma presuntamente ilegal. También esta pareja quiso ser dueña de otro Palacete, donde se alberga la Barcelona de los milagros burgueses. El palacete, una vez restaurado, les ha costado alrededor de tres millones de euros.
La alcaldesa de Madrid
Ésta es una parte de la historia nauseabunda de la corrupción, tan extendida por toda España y no protagonizada, ni mucho menos, sólo por políticos. ¿Es una cierta corrupción, aunque formalmente legal, que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella -nombrada a dedo por Gallardón y con el impulso de su marido- disponga de más de doscientos asesores y numerosos de ellos fichados por afinidades familiares y por vinculaciones con el PP?
El déficit de medio siglo
No sabemos si tanta pasta para altos cargos -10´3 millones de euros- es o no ajustada a la legislación vigente. Pero sí sabemos que, máxime en una situación económica y social de alarma roja, Ana Botella despilfarra de manera descomunal. Claro que tras haber estado Gallardón en la Alcaldía, el déficit municipal de Madrid no se borrará en medio siglo, como mínimo.
Sueño faraónico a cargo de la ciudadanía
A Gallardón le pierde su sueño faraónico, que no es lo mismo necesariamente que la corrupción. En todo caso, todo esto nos conduce a una observación relevante. La sensibilidad social de no pocos mandamases, como el Rey, Ana Botella o Gallardón, por ejemplo, es inexistente. Y la de los corruptos mucho más todavía.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM