dimarts, 20 d’agost del 2013

Bárcenas y Arenas, amigos para siempre

Juan Antonio Blay

Javier Arenas ha sido el gran valedor de Bárcenas. De la complicidad entre ambos y del 'modelo de financiación' practicado por el PP en su etapa como secretario general, tendrá que dar cuentas en su declaración de hoy ante el juez Ruz. También hoy depondrá Álvarez-Cascos, que tuvo en el extesorero a una de sus piezas principales y de confianza

"Son unas comparecencias pertinentes, útiles y necesarias". La cita, textual, es del auto dictado por el titular del juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz Gutiérrez, por el que se llama a declarar en calidad de testigos a los antiguos secretarios generales del PP Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas, para hoy, y a la actual número dos del partido conservador, María Dolores de Cospedal, para mañana para aportar sus conocimientos sobre el comportamiento del ex gerente y ex tesorero Luis Bárcenas en las finanzas de la formación política.
"La frase del juez Ruz no puede ser más acertada", comenta a Público un antiguo cargo medio en el PP, alejado actualmente de la política, pero gran conocedor de las relaciones existentes entre los miembros de la cúpula del PP a lo largo de los últimos 25 años. En su opinión, compartida por otras fuentes consultadas por este periódico, tanto Álvarez-Cascos como Arenas están en el origen del "modelo de financiación" que se estableció en el partido y en el que Bárcenas "ha sido una pieza fundamental desde el primer momento". Todas las fuentes coinciden en que ambos mantuvieron una estrecha relación con su antiguo subordinado.
En el caso de Álvarez-Cascos, actualmente fuera del PP desde enero de 2011 cuando apostó por crear el partido Foro Asturias con el que logró meses después la presidencia del Principado que tuvo que abandonar al año siguiente, la relación con Bárcenas fue estrechándose con el paso de los años. Fue el tiempo en que la figura del gerente se fue convirtiendo en imprescindible en medio de situaciones difíciles como la "refundación" del partido tras la experiencia catastrófica de Hernández Mancha - entre 1987 y 1988 - cuando pasa de ser Alianza Popular a Partido Popular, en el congreso de enero de 1989 en el que Manuel Fraga nombra a Álvarez-Cascos secretario general. En ese momento Luis Bárcenas se asienta en su papel de segundo de a bordo de la mano de Ángel Sanchis Perales, que deja de ser tesorero al año siguiente con la llegada al puesto de Rosendo Naseiro.
El caso Naseiro genera un drama en la cúpula del PP. Estalla en marzo de 1990 semanas después de producirse el relevo de Fraga por José María Aznar en la presidencia de la formación política en un recordado congreso celebrado en Sevilla. La desaparición de Naseiro, una persona ligada a Sanchis Perales, provoca un cambio en la forma de recaudar fondos de la mano de Álvaro Lapuerta; pero en ese modelo seguirá siendo cada vez más imprescindible Luis Bárcenas.
"Era una especie de responsable del timón, en los aspectos económicos, claro; siempre muy discreto, con una presencia casi imperceptible, pero a quien finalmente se recurría", subraya un ex parlamentario nacional del PP muy ligado a la dirección del partido en aquellos años. Y matiza. "Eran tiempos en los que el partido estaba en la oposición, enfrente había mayorías absolutas del PSOE". "Sí, Barcenas era una pieza principal y de confianza de Álvarez-Cascos", sentencia al tiempo que recuerda que por aquellos tiempos el número dos del partido era conocido como "el general secretario".

Ganó crédito a mediados de los noventa

Tanto esta fuente como otras consultadas por Público destacan que "a medidos de los noventa Bárcenas ganó crédito porque fue el tiempo en el que se captaron recursos importantes para las campañas electorales de 1993, que volvió a ganar el PSOE, y de 1994, al Parlamento Europeo, y 1996, ganadas ya por el PP y que llevaron a Aznar a la Moncloa. En esos años Bárcenas consolida su posición en la sede nacional del partido, en la madrileña calle de Génova, número13. Y todo ello a la sombra de Álvarez-Cascos y de Álvaro Lapuerta.
Sobre el papel de Álvarez-Cascos hay opiniones encontradas. Con fama de muy riguroso para las apariencias - "era enemigo de las ostentaciones económicas; a algún que otro dirigente provincial le retiró la Visa", asegura un veterano militante que dice conocerle en este aspecto -, para otros observadores internos el número dos del PP "estaba obsesionado con llevar a la victoria al PP y para lograrlo no reparaba en medios". Para disponer de ellos, evidentemente, hacían falta recursos económicos. Ese era el trabajo de Bárcenas, aseguran otras fuentes, "por el que se ganó la confianza de todos, una gran confianza".
Pero nada de lo que ha sido su relación con Javier Arenas. De hecho, asegura una de las fuentes consultadas, "la declaración de Javier Arenas ante el juez Ruz es una de las claves de todo este lío". Va a ser un momento muy comprometido para el ex secretario general del PP, añade la fuente, "porque si cuenta todo lo que sabe será un escándalo y Bárcenas lo puede fundir. Seguro". Entre ambos, el actual vicesecretario de asuntos territoriales y el inquilino de Soto del Real, se generó una gran complicidad.
"En realidad, Arenas ha sido el gran amigo de Bárcenas en la cúpula del PP; una relación que se acentuó especialmente entre los años 1999 y 2003 cuando el político andaluz estuvo al frente del PP con Aznar en La Moncloa. "Fue la etapa del logro de la mayoría absoluta, el no va más", insiste otra fuente. Esa relación ha durado hasta estos mismos instantes; de hecho, Arenas ha sido el interlocutor y valedor de Bárcenas ante Rajoy y frente a De Cospedal.

La incertidumbre en el futuro de Arenas

En la declaración realizada por el ex tesorero ante el juez Ruz el pasado 15 de julio existen varios pasajes en los que se pone en evidencia la estrecha relación. Cuando relata que en una reunión en la que están presentes el propio Arenas y Rajoy se pacta que va a dejar sus responsabilidades como tesorero al año de estallar el caso Gürtel, es Arenas quien le dice que se acomode en un despacho en la tercera planta "porque así estamos cerca". En otro momento, es también Arenas quien le dice a Bárcenas qué es lo que debe hacer con el "remanente" de 4.900 euros del total de donaciones cuando vacía esa caja fuerte: "Chico, cógelos, los metes en un sobre, y se los dejas al presidente (Rajoy). El sabrá lo que hay que hacer".
Una opinión bastante extendida en la sede nacional del PP, y en ámbitos territoriales del partido, sostiene que el futuro político de Arenas, tras fracasar por enésima vez en Andalucía, "no se ha clarificado debido a su relación con Bárcenas. De no ser por eso, Arenas habría vuelto a sentarse en la mesa del Consejo de Ministros todos los viernes. Pero, claro, tal como está el patio Rajoy, que conoce muy bien la relación entre ambos, no puede permitirse ese desliz", pontifica un político del PP seguidor de la trayectoria de Arenas.
De momento, ayer mismo Arenas declaró que afrontaba la declaración de hoy "con suma tranquilidad", añadiendo con ironía que había tenido que hacer un gran ejercicio de memoria para recordar los acontecimiento cuando fue secretario general. Su testimonio, hoy, será el último a partir de las 12,30 horas. Una hora antes está citado su predecesor como secretario general, Francisco Álvarez-Cascos. Previamente acudirán ante el juez dos empleados del partido, uno de ellos Cristóbal Páez que fue quien sustituyó a Luis Bárcenas en el puesto de gerente cuando fue "ascendido" a tesorero por Rajoy en 2008.