dimecres, 31 de desembre del 2014

BUFANDAS ESCANDALOSAS EN LA AEAT


 
Los directivos de la AEAT, apoyados por este Gobierno, nos han retrotraído a los tiempos de las bufandas escandalosas, que se repartían en el mes de Diciembre de cada año entre los altos cargos del Estado.
El Plan PEIA (Plan Especial de Intensificación de Actuaciones), acuerdo firmado y consensuado con los sindicatos mayoritarios el 13 de Marzo de 2014, suponía que, a cambio de una presencia efectiva de entre 9 y 12 horas en el puesto de trabajo, que incrementara los objetivos perseguidos las actuaciones que tiene encomendadas la AEAT, los trabajadores verían incrementado su complemento de productividad de forma proporcional, reparto vinculado a la consecución de dichos objetivos.
UGT hace una valoración positiva de la evolución del plan, en lo que respecta al cumplimiento horario y los consiguientes pagos a cuenta. Unos pagos consensuados y proporcionados al trabajo desarrollado. Un reparto que no excluía a nadie, como pretendía la Administración en un primer momento dejando fuera a colectivos como el personal laboral, aduanas, personal de apoyo administrativo, etc. 
También valoramos como algo positivo que todo aquél que haya participado en este plan haya visto incrementadas sus retribuciones respecto al año 2013. En un momento como el actual de congelación salarial y recortes hemos de poner en valor que en la AEAT, gracias al trabajo de algunas organizaciones sindicales, una mayoría de trabajadores de todos los cuerpos, ámbitos y escalas han tenido la posibilidad de ganar más que el año anterior.
La sorpresa nos la hemos llevado en el mes de Diciembre, ya que hasta ese momento las cantidades repartidas a cuenta se ajustaban perfectamente a lo pactado, pero en este mes, las tablas negociadas se han roto de forma escandalosa para los Grupos A1, Inspectores de Hacienda.
El Plan PEIA nos parecía bien, en tanto en cuanto podía suponer un incremento de la recaudación y una mayor lucha contra el fraude fiscal. Hay que recordar que estamos viviendo una crisis de ingresos y que la falta de éstos genera recortes en temas tan delicados como la Sanidad y la Educación. Pues bien, estos gestores todavía se permiten el lujo de gastarse, a través de la implantación de este acuerdo PEIA, las frioleras cantidades que han supuesto el cobro por parte de los Inspectores de Hacienda en el mes de diciembre, de alrededor de 15.000 euros en un único pago en concepto de productividad.
Hay que recordar que en la AEAT también existen otros trabajadores que, por desgracia, ganan esa cantidad en su salario bruto anual. Y algunos ni siquiera llegan a eso. Por ello pensamos que estos pagos son una utilización poco honesta de fondos públicos.
¿No habrá encontrado este gobierno mejor destino donde aplicar los ingresos que hayamos podido alcanzar? 
Desde UGT, entendemos que los trabajadores deben estar bien pagados y que por supuesto los empleados públicos tenemos derecho a cobrar un salario digno por nuestro trabajo, pero jamás vamos a apoyar que el dinero, tan difícilmente recaudado, se vaya en la productividad excesiva de unos pocos, que concretamente creemos que ya tienen un salario suficiente mediante el cual se les reconocen sus méritos.
Desgraciadamente, la tan publicitada Ley de Transparencia, no va a conseguir que la sociedad tenga información detallada de estos escándalos, ya que esta productividad tiene un tratamiento de fondos reservados, a pesar de ser una partida más de los Presupuestos Generales del Estado.
UGT como organización sindical firmante del Acuerdo de 13 marzo de 2014, se siente defraudada y engañada por la Dirección de la Agencia Tributaria. Han abusado de la buena fe de los firmantes para hacer un uso torticero y un reparto injusto y arbitrario, entre unos pocos privilegiados, de unos fondos que estaban destinados a retribuir el trabajo desarrollado día a día por más de 26.000 trabajadores de todos los ámbitos, cuerpos y escalas.
UGT entiende que algunos se han cobijado en este acuerdo para incluir en el reparto otras cantidades que nada tienen que ver con el espíritu del mismo y distribuirlas entre unos pocos privilegiados.