dilluns, 18 de juliol del 2016

Yo no soy Messi

Vaya por delante una confesión personal: tal vez mi única pasión personal durante toda mi vida, desde mi infancia hasta mis 69 años actuales, ha sido, es y espero que siga siendo hasta el fin de mis días, mi adhesión incondicional, y por tanto irracional, al Barça, esto es al F.C.Barcelona. Más todavía: personalmente siento por Leo Messi una admiración infinita como futbolista, le considero el mejor del mundo en toda la historia de este deporte y siempre le estaré agradecido por las muchas horas de gran fútbol que ha protagonizado y espero que continuará protagonizando con la camiseta barcelonista.
Dicho esto, añado que todo tiene un límite, y que estoy radicalmente en contra de la campaña emprendida por el Barça bajo el lema: "Tots som Messi" ("Todos somos Messi"), como expresión de rechazo público a la condena impuesta al gran jugador argentino, junto a su padre, por fraude fiscal. Lo lamento mucho, pero en este caso no me puedo alinear con el Barça. Simplemente porque yo no soy Messi, porque yo he pagado siempre todos mis impuestos y porque el fraude fiscal es un delito contra el conjunto de la sociedad.
No obstante, hay muchas cosas que me escandalizan en este caso, y no afectan precisamente a Messi ni a su entorno familiar. Aunque sé que Messi tiene unos ingresos fabulosos, me escandaliza mucho saber que ahora es el mayor contribuyente individual en España, muy por encima de todas las grandes fortunas de nuestro país; que la contribución personal de Messi a la Haciendaespañola fue de más de 53 millones de euros solo en el pasado ejercicio; que su cuota impositiva es del 56% de sus ingresos, mientras que la de Cristiano Ronaldo, por ejemplo, no llega ni al 25%...
Yo no soy Messi, porque he pagado siempre mis impuestos y el fraude fiscal es un delito contra el conjunto de la sociedad
Hay también otra cuestión que me escandaliza e inquieta, ya que a mi modo de ver afecta de lleno a la instrumentalización torticera de la Administración del Estado. Porque la Fiscalíaentendió desde el primer momento que Leo Messi no había cometido delito fiscalninguno y que carecía por completo de los conocimientos mínimos imprescindibles para poder cometer un delito de estas características, imputable en su caso al padre del jugador como administrador de sus bienes. Ante esta opinión de la Fiscalía, mantenida inalterable durante todo el juicio, la Abogacía del Estado, en representación de Hacienda, acusó a Leo Messi y obtuvo su condena a 21 meses de cárcel y a una sanción económica importante.
Pues bien, esta misma Abogacía del Estado sostuvo y sostiene, en el juicio del 'Caso Noos', que la infanta Cristina de Borbón no puede ser acusada de ningún delito fiscal porque confío en su esposo, Iñaki Urdangarín. Poco importaron en aquel caso los conocimientos que sin duda atesora la hermana del rey, sin duda muy superiores a los de Leo Messi, a quien, en cambio, la Abogacía del Estado equiparó a “un capo criminal”… De ello se desprende que no parece que haya habido entre estos dos casos un tratamiento muy similar por parte de la Abogacía del Estado, tan complaciente con Cristina de Borbón como inquisitorial con Leo Messi.
Claro está que la Abogada General del Estado y Directora del Servicio Jurídico del Estado es nada más y nada menos que Marta Silva de Lapuerta, hija del exministro franquista Federico Silva Muñoz –sí, uno de aquellos “siete magníficos” que fundaron lo que es hoy el PP, antes AP y CD- y sobrina de Álvaro Lapuerta –sí, uno de los muchos tesoreros del PP acusados de corrupción política.
Poco importaría todo ello, evidentemente, si no fuese que Marta Silva de Lapuerta –perteneciente, por cierto, a la muy renombrada promoción de 1996 de Abogados del Estado que se conoce como “La Gloriosa”, que con el acceso de José María Aznar a la Moncloa situó a buena parte de sus integrantes en puestos de poder claves en la Administración del Estado- fue durante algunos años secretaria de la junta directiva del Real Madrid C.F, y que también fue Marta Silva de Lapuerta quien se empeñó en emprender todo tipo de acciones judiciales respecto al contrato del jugador brasileño Neymar con el Barça, acusando incluso de varios delitos a los expresidentes Joan Laporta y Sandro Rossell y al actual mandatario barcelonista, Josep Maria Bartomeu.  
Repito que yo no soy Messi y que discrepo profundamente de la campaña pública de solidaridad barcelonista con el jugador argentino emprendida por su club, que es también el mío. Pero el “caso Messi” también afecta al juego socio consustancial con las cloacas del Estado.
 
Jordi García-Soler es periodista y analista político