divendres, 19 d’abril del 2013

Por un proceso constituyente en Catalunya

Esther Vivas
Periodista y activista

Quienes nos gobiernan nos han conducido a una situación de bancarrota. Y ahora pretenden que paguemos por el despilfarro y la mala gestión de unos pocos. Nos dicen que somos culpables, cuando no cómplices, de la crisis. Quieren que nos arrepintamos, que aceptemos el sufrimiento de los recortes, la austeridad… “Nos lo merecemos” señalan.
Catalunya ha sido la avanzadilla de las tijeras, con el Gobierno del Sr. Artur Mas al frente, aunque los recortes empezaron ya antes, tristemente, con el Tripartit. Los deseos de la Sra. Angela Merkel son órdenes para CiU. Y así nos va. Catalunya, a la cabeza del neoliberalismo en Europa: los primeros en aplicar el copago sanitario, con el aumento más importante de tasas universitarias, con una ofensiva sin paliativos para acabar con la educación y la sanidad pública. Y no olvidemos, también, al frente de la criminalización y la represión de la protesta.
Las cifras no engañan. Un 30% de los catalanes son pobres, un 57% no llega a final de mes, un 39% de las familias no pueden ni permitirse una semana de vacaciones al año y la tasa de pobreza en Catalunya supera en ocho puntos la media europea, según la encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población 2011 de la Diputación de Barcelona. Y cada día, acá, se llevan a cabo 100 desahucios, como informa la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Tras estas cifras hay personas y familias que sufren la crisis. Nos encontramos, sin lugar a dudas, ante una auténtica situación de emergencia social.
En manos de ladrones
Y mientras los principales partidos catalanes están con el agua al cuello con la corrupción. Convergència tiene  su sede embargada para cubrir la fianza del caso Palau, el flamante secretario general de CiU Oriol Pujol está dimitido e imputado por la trama de las ITV, imputado, también, aunque no dimitido, su diputado Xavier Crespo por el Caso Clotilde. Unió, condenada por financiamiento irregular en el caso Pallarols. PSC se encuentra sumido en el caso Mercurio, con unos de sus principales barones Manuel Bustos, alcalde de Sabadell, imputado y forzado a dimitir de la alcaldía tras una ardua batalla de la oposición. Estamos, sin lugar a dudas, en manos de ladrones.
Ya lo decía sin tapujos, el hoy caído en desgracia Félix Millet, expresidente del patronato del Palau de la Música y autor su saqueo: 400 son los que mandan en Catalunya. Siempre presentes en los que suelen considerarse los cuatro lugares clave del poder catalán: el Liceo, el consejo asesor de La Caixa, el Palau de la Música y el palco del Camp Nou. “Hay unas 400 personas que nos encontramos en todas partes. Hay un núcleo familiar, una misma empresa, coincidimos en muchas cosas” afirmaba Félix Millet en una entrevista recogida en ‘L’Oasi Catalá’ (Planeta, 2001). A estos 400, se les acaba la fiesta.
¡Ya basta!
Hoy un 93% de los catalanes percibe la corrupción como un problema grave o muy grave, según el barómetro de la Oficina Antifraude de Cataluña 2012. Y aunque el Sr. Artur Mas se llene la boca de “anticorrupción” convocando cumbres pantomima, todas las miradas apuntan a la clase política. Para muchos, esto ya no es una crisis, sino una gran estafa y un expolio colectivo. Mientras unos pocos salen ganando con la crisis, una gran mayoría salimos perdiendo.
La desafección política llega a cotas insospechadas pero también, y aunque parezca contradictorio, la voluntad por reapropiarnos de los asuntos colectivos. Con la crisis, al capitalismo se le ha caído la careta. Hemos visto cómo aquello que se decide en las instituciones nos afecta: cómo la reforma laboral nos deja sin empleo, cómo la Ley Hipotecaria nos pone de patitas en la calle y nos deja endeudados de por vida, cómo la reforma de la Constitución para poner techo al déficit público acaba con hospitales, ambulatorios y escuelas públicas. Y es aquí cuando la gente ha dicho: “Ya basta”.
Pero no sólo asistimos a una creciente deslegitimidad del sistema actual, de los partidos políticos tradicionales, de instituciones como la monarquía, etc., sino que en Catalunya esta crisis se suma al derrumbe del modelo de autonomías surgido de la Transición y su falta de democracia, evidente, en estos momentos, ante amplios sectores de la opinión pública catalana y que ha duda lugar a un ascenso de la aspiración independentista. Y aunque el Sr. Artur Mas, y otros, aprovechen la situación para decirnos que “España nos roba” y envolverse con la senyera para tapar su arsenal de tijeras, es obvio que tenemos los ladrones en casa. Y que ya va siendo hora de echarlos.
Se trata de decidir sobre nuestro futuro como pueblo pero también decidir qué país, sociedad, política y economía queremos. No se trata de una independencia en manos de los 400 de siempre ni de una Catalunya made in Millet, Brufau, Pujol, Montull, Crespo y un largo etcétera. Necesitamos una Catalunya hecha por y para los de abajo.
Teresa Forcades & Arcadi Oliveres
La crisis actual abre una brecha que tenemos que hacer más profunda. Hay que indignarse, rebelarse, desobedecer y construir alternativas en el día a día, pero, también, es necesario levantar alternativas político-sociales con voluntad de mayoría. Que se vayan todos y que no vuelvan los mismos de siempre. Y es aquí donde se enmarca la propuesta del manifiesto ‘Per un procés constituent‘ lanzado por Teresa Forcades y Arcadi Oliveres la semana pasada en Catalunya. Ha llegado el momento de dar un paso adelante.
No se trata sólo de manifiestos y declaraciones de buenas intenciones contra el capital sino de subvertir las bases del sistema en favor de la mayoría que hoy sufre la crisis. Porque si no lo hacemos nosotros, lo harán otros. Y la indignación, como bien sabemos, no siempre es de izquierdas. Grecia nos enseña como existe, también, una indignación de extrema derecha. E Italia, una antipolítica sin rumbo claro. De aquí que la propuesta de Teresa Forcades y Arcadi Oliveres sea un acto de responsabilidad y de compromiso con los de abajo.
Un manifiesto que deja claro que el sistema no funciona, qué mundo queremos y cómo para cambiarlo, junto a la imprescindible movilización, es necesaria una herramienta  política y social amplia, unitaria y capaz de aglutinar al conjunto de la izquierda, movimientos sociales y la gente que lucha. Una herramienta  cuyo objetivo principal es tener una mayoría político-electoral para lanzar un proceso constituyente en Catalunya, dar la voz al pueblo, y que nos permita decidir entre todos qué país queremos. Manos a la obra.

dijous, 18 d’abril del 2013

ROTONDES

Fa un dies, un amic va penjar  a Facebook un gràfic de com s’havia de circular per les rotondes.
Alguns van posar m’agrada, però hi va haver qui va opinar que alguna de les situacions era incorrecta. M’hi vaig mostra d’acord.
Però foren quines foren les situacions que hi sortien, si una cosa és segura és que a les rotondes, com sempre s’havia fet amb les places, el sentit de la circulació sempre serà per la dreta (excepte a la plaça d’Alfons de Tortosa que és per l’esquerra –ho dic perquè així ens ho deien quan em traïa el carnet de conduir l’any 1975, mentre el dictador estava al llit de mort-)
Crec que ningú em discutirà aquesta evidència, al menys que sigui anglosaxó que, en aquest cas, em podria dir que és al contrari de com ho he explicat.
Però que jo sàpiga, Amposta no forma part d’Anglaterra i, com a la majoria del països, les rotondes es donen per la dreta (tal i com he dit abans) Sempre? I aquí ve la meva denúncia.
Sembla ser que hi ha conductors que, per comoditat, les donen en sentit contrari. De fet n’he estat personalment testimoni en més d’una ocasió. Passo a explicar-ho.
Durant aquest darrers anys, l’ampliació del cas urbà d’Amposta ha comportat fer una sèrie de vials i rotondes que no existien abans. Una d’elles es troba en la intersecció del carrer que passa entre els centre comercial on està el Carrefour i el Lidl i el que passa pel darrere del cementeri. El pas soterrat per evitar l’Eix de l’Ebre (C-12)  va fer que s’haguessin de construir dues petites rotondes (una a cada costat) Per aquest punt és freqüent que passin vehicles de la brigada municipal, ja que el magatzem es troba al polígon de les Tosses i és una bona drecera per arribar a Amposta. El conductor d’un dels vehicles del parc municipal (un petit camió de serveis), sembla ser que té grans dificultats per fer el gir que toca i evita fer la circumval·lació.
Personalment em sembla un al exemple tractant-se d’un vehicle que pertany al propi Ajuntament d’Amposta i que haurien de ser els primers en tenir cura del seu comportament. Que la policia municipal no els multi no els dóna dret a fer el que els hi vingui de gust.
Què passaria si tothom fes el mateix?

ACTUACIÓ CASTELLERA AL PERELLÓ (14-04-2013) III
















La resistència de la Monarquia

Tret d'en dues breus ocasions, l'Estat constitucional espanyol no ha deixat de ser una Monarquia en els últims 200 anys llargs de la nostra història. Únicament en alguns mesos de la dècada dels 70 del segle XIX i en alguns anys de la dècada dels 30 del segle XX l'Estat espanyol va assumir la forma de república. La història constitucional d'Espanya ha estat, doncs, gairebé en la seva integritat la història d'un Estat monàrquic.
Ho ha estat de manera singular, ja que entre regències i dictadures militars han estat nombrosos els anys en què el cap de l'Estat no ha sigut un rei. A més, dels quatre monarques que efectivament han regnat des de començaments del segle XIX, dos van morir a Espanya, Ferran VII i Alfons XII, i dos més a l'exili, Isabel II i Alfons XIII. La línia successòria es va trencar el segle XX al passar a ocupar la Corona, després d'Alfons XIII, el rei Joan Carles i no el seu pare, Joan de Borbó.Això vol dir, doncs, que en les relacions entre la societat espanyola i la Monarquia hi ha continuïtat i discontinuïtat. La societat espanyola no ha estat capaç d'organitzar-se políticament de manera estable sense la Monarquia. Però la presència d'un rei com a cap de l'Estat ha sigut, en general, molt pertorbadora per a la societat espanyola. Si deixem de banda Alfons XII, que va passar pràcticament desapercebut, l'executòria dels altres tres monarques previs a l'actual -Ferran VII, Isabel II i Alfons XIII- va ser desastrosa, i entre tots van acabar esgotant el dipòsit de legitimitat de la dinastia.
La Monarquia, tant quan el cap de l'Estat ha sigut un rei com quan ha sigut una regent o bé un dictador militar, no ha contribuït a resoldre els problemes de modernització política i constitucional que havia d'afrontar la societat espanyola. Ha sigut, ben al contrari, un obstacle, el famós obstacle tradicional, per donar-hi resposta.
I malgrat això s'ha mantingut. Mentre als altres països europeus, tret dels nòrdics, l'arribada del sufragi universal va posar fi a la monarquia d'una manera definitiva i irreversible, a Espanya no va ser així. Les dues primeres expressions del sufragi universal -la del masculí exclusivament el 1869 i la de l'autènticament universal el 1931- van posar fi a la Monarquia. Però per un període breu de temps. En els dos casos hi va haver restauració, cosa que en altres països europeus es va produir en la primera meitat del segle XIX, però no en la segona, i molt menys en el segle XX.
La capacitat de supervivència de la Monarquia espanyola ha estat més que notable. Especialment si es pren en consideració que la pèrdua absoluta de legitimitat de la institució amb la dictadura de Primo de Rivera coincideix amb l'avanç a tot Europa de la democràcia com a única forma política acceptable, detinguda transitòriament per les dictadures nacionalsocialistes i feixistes. Ningú amb dos dits de seny podia pensar en la restauració d'una Monarquia enmig d'estats democràtics de la mà d'un règim feixista nascut d'una sublevació militar contra una República democràtica després d'una espantosa guerra civil en l'últim quart del segle XX. I, no obstant, és el que va passar.
Aquesta perspectiva mereix no ser perduda de vista. La societat espanyola fins al moment no ha sabut prescindir de la Monarquia en la seva organització constitucional. Ni tan sols en l'època de Franco. Les Leyes Fundamentales eren qualificades com a Leyes Fundamentales del Reino. I la successió en la posició de cap de l'Estat ocupada pel general Franco era monàrquica amb l'ordre regular de successió característic de la Monarquia espanyola una vegada instaurada la Corona en la persona d'un rei. És una conjectura, però, segons la meva opinió, l'horitzó monàrquic va ser una peça essencial en la prolongació de la dictadura franquista.
Ara mateix la Monarquia es troba en un moment difícil i es comença a especular amb la possibilitat d'una transició cap a la República. ¿És raonable pensar en un desenllaç d'aquesta naturalesa? ¿Està disposada la societat espanyola a prescindir de la institució monàrquica, cosa que implicaria l'obertura d'un procés constituent sense més límits que els que suposa la nostra pertinença a la Unió Europea?
Les condicions per fer el pas són presents. La societat espanyola d'aquesta segona dècada del segle XXI està incomparablement més ben preparada que la del 1931 per alliberar-se d'inèrcies del passat i ser protagonista amb raonables expectatives d'èxit d'un autèntic procés constituent. Un procés constituent que sigui expressió política de l'Espanya democràtica, que fins ara no hem conegut en la nostra història.
Ja ho veurem.

Javier Pérez Royo

Catedràtic de Dret Constitucional