dimecres, 2 de novembre del 2016

De socialista a socialista: carta abierta a Pedro Sánchez

Diego Ruiz Ruiz



Escribo estas líneas desde lo más hondo de mi corazón. Ese corazón herido y ultrajado, pero a la vez libre para decir lo que siente.
Hoy te escribo expresamente a ti, amigo y compañero Pedro Sánchez Pérez‑Castejón. Y lo hago desde el pleno convencimiento de que es algo que hago porque quiero y porque necesito hacerlo. Quizás porque quienes escribimos, necesitamos liberarnos de esa cargar onerosa que a veces es permanecer en silencio, cuando sabes que tienes mucho que decir y que lo haces, consciente de que mucha gente espera que lo hagas.
Lo hago sin miedo, sin sentirme obligado sino que siento la imperiosa necesidad de manifestar lo que pienso sobre todo lo que ha sucedido en estos días.
Es honda y profunda la herida que nos sacude las entrañas del socialismo, máxime cuando se le acaba de dar el Gobierno, por medio de la abstención de nuestro partido, a la formación que más daño ha hecho a España durante los últimos cinco años: el Partido Popular.
Nos conocimos personalmente el 29 de junio del año 2014, justo el día posterior a mi trigésimo primer cumpleaños. Fue en Talavera de la Reina (Toledo), en una comida de militantes donde estuvimos muchos compañeros apoyándote. Esperé en la puerta del lugar donde se celebró aquella comida. Recuerdo que fui de las primeras personas en saludarte. Por aquel entonces, ya se había iniciado la andadura a la Secretaría General del PSOE a la que tú libremente decidiste concurrir. Recuerdo que el mismo 28 de junio fuiste proclamado candidato con el mayor número de avales de los pre‑candidatos que se habían presentado para la primera cita electoral interna de la historia del PSOE en cuanto a la Secretaría General se refiere.
Mucho antes, nos habíamos empezado a seguir en las redes sociales y, poco a poco, fui descubriendo un político que se asemejaba bastante a lo que yo pienso que debe ser un político de altura. Llegaste, no sin dificultades, y eso me hizo acercarme a ti aún con más entusiasmo (tal vez porque mi vida no ha sido jamás un camino fácil y ni mucho menos sembrado de rosas).
Viniste al partido de una manera parecida a mí. Lo hiciste movido por los valores que representa el Partido Socialista Obrero Español. Lo hiciste justo cuando Felipe González acababa de abandonar la Presidencia del Gobierno y quien te escribe, lo hizo en 2001, año donde precisamente el Partido Popular estaba con una amplia mayoría absoluta.
Nos dimos de alta tú y yo en dos momentos verdaderamente complicados para el socialismo español. Y eso, seguramente, nos da aún mayor valor. Los socialistas no tienen en su diccionario la palabra rendirse y eso lo sabemos muy bien tú y yo, Pedro. Y es que, ¿cómo se va a rendir alguien como yo que ha sabido librar la batalla de la vida justo cuando nadie daba que lo conseguiría? Como tú, aunque por poco tiempo, también he conocido la lacra del paro y puedo comprender perfectamente la impotencia que sientes al ver que, tras años de esfuerzo estudiando una carrera universitaria, eso no se traduce en una salida laboral.
No eres una persona rara. Más bien te veo un tipo sencillo, cercano, amable, divertido y me creo totalmente que seas muy familiar. Eso dice mucho de un hombre, pues aporta la seguridad necesaria para confiar cualquier tipo de proyecto que se precie en sus hombros.
Tus errores has cometido. Críticas habrás recibido muchísimas. Es normal. Lo raro sería no recibirlas. A mí por defenderte me han dicho de todo pero, ¿qué importa eso ahora? Nada. A mí no me importa nada, como diría Luz Casal con aquella canción.
Nadie es infalible en esta vida. Nadie es perfecto ni tampoco creo que deba de pretenderse. Has demostrado eso, pero también has hecho posible que muchos sigamos confiando en ti simplemente porque tienes claro tu objetivo que, espero, esté aparcado sólo por el momento en los rincones de la historia.
Has demostrado entereza, capacidad de diálogo y de escucha. Has sido leal a nuestro partido, y lo más importante, a tu palabra. No hay mayor honra y honor que hacer lo que uno dice y cumplir con aquello que promete. Y tú lo has hecho, Pedro. Prometiste que tu programa sería radicalmente distinto al del Partido Popular. Que estabas en política justo para cambiar aquello por lo que los ciudadanos te habíamos pedido.
La grandeza de los hombres no está en sus palabras sino en la valentía que desprende la actitud que emanan de sus propios actos. Por eso, la grandeza de un político debe ser la de estar siempre movido por el pleno servicio a los demás sin más orgullo que el del sentido de la responsabilidad con aquellos que nos confíen el voto y también con aquellos que incluso no nos hayan votado.
Desgraciadamente no estamos acostumbrados a que un político diga que dejará su cargo si no se cumple aquello que prometió, pero sin embargo lo has hecho y eso te honra.
Por todo ello tengo que darte las gracias, porque ahora que estamos tan faltos de referentes en la política y en la vida en general, quizás tú empieces a serlo. Aún es pronto para saberlo, pero el tiempo es capaz de poner a cada uno en su lugar y puede que el tuyo aún esté por definirse.
Sólo te pido que no dejes de luchar. Te pido que sigas haciendo camino al andar como diría Antonio Machado, pues sólo así podrás descubrir por ti mismo cuán acompañado estás y quién sabe si cuán equivocados están aquellos que te dañan.
Ha pasado apenas un día desde tu marcha del escaño y ese vacío que dejas no lo podrá llenar nadie, pues los hombres de bien dejan una estela imposible de borrar y es que, aunque nuestro paso sea huella en la arena del mar que borren las olas, no podrán cortar la primavera socialista por mucho que quieran marchitar esas rosas rojas que tan dignamente sostenemos con nuestro puño.
Es por eso que de socialista de corazón a socialista de corazón, te digo: no te rindas y sigue adelante, Pedro.
Sólo te digo una cosa más: espero que un día tú y yo podamos vernos en un acto en Polán, mi querido pueblo al que estás invitado.

dimarts, 1 de novembre del 2016

EL TÚNEL DEL TEMPS: MELONS DE MORO INDIGESTOS

Eren festes majors de la Galera... No recordo en exactitud l’any però bé podria tractar-se del 76...  
A la mitja part del ball (encara sé feia a la pista del Sindicat, al carrer Tarragona, allà on Lluís Sales hi va construir aquelles casetes tant psicodèliques) uns galerencs (ho dic així, perquè uns formaven part de la nostra colla, però d’altres, no), van decidir anar córrer el meló...  
Per aquell temps era una activitat força comuna. Jo mateix també hi havia anat alguna vegada, però normalment qui tenia la iniciativa sempre era el mateix (potser algun dels meus lectors sabrà de qui parlo)
Però a part de tenir la iniciativa calia saber on n’hi havien, la qual cosa ja era més difícil, perquè pels voltants del poble no hi havia gaires horts i qui en tenia mirava de no donar massa facilitats al lladres. Entre els presents, no tots decidírem secundar la iniciativa. Així, uns quan se’n van anar a córrer el meló, mentre que la resta ens quedàrem xerrant al ball.  
Però ve-t’ho aquí que un dels que ens vàrem quedar al ball sabia on estava el melonar i, a part d’això, va tenir una idea maquiavèl·lica: donar-los un bon ensurt!
Així, sortírem a l’encontre dels furtius dirigint-nos cap el camí de la cooperativa on, els arbres ens servirien per a camuflar-nos de la llum de la Lluna. Després d’esperar-nos uns minuts, de sobte els sentirem arribar parlant i rient i, suposadament, amb el botí baix del braç (tot i la llum de la lluna, la distància que hi havia entre els dos grups ens impedia veure-ho)
Quan ja estàvem suficientment prop de natros, començàrem a proferir tota mena de renecs i crits espantadissos, a la vegada que fèiem soroll amb els peus com si algú estigués corrent. A partir d’aquí la gran desbandada. Segons ens explicarien després, van deixar anar els melons i van començar a corre... Cametes per a què us vull... L’adrenalina (tot i que en aquell temps no sabíem que era això de l’adrenalina) brotava de tothom: d’aquells que es pensaven que, efectivament, els hi havia sortit l’amo dels melons i dels que li havíem suplantat la seva identitat.  
El grup dels espantalls arribarem primer al ball, ocupàrem el mateix lloc i com si res hagués passat, continuàrem parlant tranquil·lament esperant l’arribada de l’altre grup que encara va trigar una bona estona en fer-ho.
Quan finalment van arribar se’ls veia espantats i encara esbufegaven, creient que efectivament havia estat l’amo del melonar qui havia sortit al seu encontre. Ens van explicar en detalls el que els havia passat, fins i tot que un meló tirat a l’aire (no devia de ser massa gros) havia anat a parar al cap de qui el precedia (encara recordo qui, però no ho diré) Crec que tots ens imaginàrem l’escena i ja no poguérem aguantar el riure (fins aquell instant intentàvem dissimular el millor que podíem)... Tant rèiem que natrosmateixos acabàrem per delatar-nos. L’empipament dels altres va ser majúscul, però prompte se’ls hi va passar.
No sé si aquella vivència els hi va servir d’escarment per no haver-ho de repetir, però segurament n’hi havia per a això i més...  

RES CANVIA, TOT SEGUEIX IGUAL 1-11-2016

Camí vell de Masdenverge. 

Deixalles diverses, algunes d'elles semblen envasos de residus potencialment perillosos.  

XXVI CONCURS DE CASTELLS DE TARRAGONA. COLLA JOVES XIQUETS DE VALLS intent de 3d10fm