MEMORIA HISTORICA
La Batalla de Brunete en la Guerra Civil, se desarrolló
entre los días 6 julio 1937 y 25 del mismo mes y año.
Tenía por objeto según el Estado Mayor Republicano,
disminuir la presión que ejercían las fuerzas del llamado Bando Nacional sobre
Madrid y al mismo tiempo aliviar la situación en el Frente Norte. Aunque el
enfrentamiento principal se produjo en Quijorna, pequeña población en las cercanías
de Brunete y donde los Nacionales tenían su Puesto de Mando.
El 17/5/37 cae el Gobierno de Largo Caballero y le sucede NegrÍn.
En estas fechas los nacionales están plenamente dedicados al mantenimiento del llamado Frente Norte. Bilbao había sido
tomada el 19/6/37, por lo que los esfuerzos de los Nacionales se dirigen con
gran intensidad hacia Cantabria y Asturias.
El Estado Mayor Republicano toma la decisión de desencadenar
una ofensiva en la zona centro, que obligaría a los franquistas a detraer
fuerzas del Norte y mejorar la situación de Madrid.
Además esta ofensiva tiene un objetivo político de demostrar
a los Consejeros rusos que la Republica puede tomar la iniciativa militar y también
en caso de éxito fortalecería la imagen de la Republica ante Francia y contribuiría a
la reapertura de la frontera, lo que permitiría el traslado del material
almacenado y retenido en la frontera a causa del acuerdo de NO INTERVENCION.
FUERZAS COMBATIENTES DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA-
El Comandante en Jefe de las Fuerzas del Gobierno
Republicano fue el General José Miaja.
Principales Unidades que combatieron por parte del Bando
Republicano:
5º Cuerpo del Ejército al mando de "Modesto"
11ª División milicianos mandada por Lister
46º División milicianos mandada por Valentín González
"El Campesino"
35º División Internacional mandada por Karol Swierzewski
(General Walter)
17ª Cuerpo de ejército
Las fuerzas de la Republica la componían 80.000 soldados y
105 aviones.
Las bajas sufridas fueron entre 20.000 y 25.000 hombres y se
perdieron entre 60 y 100 aviones además de numeroso material de artillería,
camiones, etc.
FUERZAS COMBATIENTES DEL EJERCITO GOLPISTA
El Comandante en Jefe del Bando Nacional fué el General José
Enrique Varela.
Las fuerzas del Bando golpista fueron 65.000 hombres y 105
aviones.
Las principales unidades del bando llamado Nacional fueron:
Al iniciarse el ataque Republicano se componía de la 71 División
al mando de Iruretagoyena, formada principalmente:
1 Compañía de Tiradores de Ifni-Marroquies-
1 Compañía de Regulares Indigenas-Marroquies-
1 Compañía de voluntarios de Falange de Burgos
2 compañías de voluntarios de Falange de Sevilla
Mas tarde y ante el avance republicano se incorporaron a la
batalla las siguientes unidades procedentes casi todas ellas del Frente Norte:
13ª División "La Mano negra" mandada por el
General Barrón
12ª División llamada Provisional mandada por Asensio
Cabanillas.
150ª División mandada por el General Sáenz de Buruaga.
IV División de Navarra mandada por el Coronel Alonso Vega.
V División de Navarra mandada por el coronel Juan Bautista Sánchez.
Las bajas estimadas de los franquistas se cifran entre
13.000 y 17.000 hombres y entre 25 y 30 aviones más gran cantidad de material
de diverso tipo
Aunque se llamó Batalla de Brunete, la verdad es que se
desarrolló a lo largo de una línea de pueblos como son Villanueva de la Cañada,
Villanueva del Pardillo, Brunete, Quijorna, Boadilla del Monte etc. que se puede
estimar en unos 15/30 kms.
El Puesto de mando del General Republicano Miaja estaba
situado en Torrelodones.
El Puesto de mando del General Varela, franquista, estaba en
Villaviciosa De Odón y Quijorna
La batalla a grandes rasgos se produjo a lo ancho de la línea
que une estas poblaciones de los alrededores de Madrid, y ante el inicial
empuje de las fuerzas republicanas, que estuvieron a punto de coger el Mando de
Villaviciosa de Odón y por razones desconocidas o quizás por falta de pericia,
no lo hicieron, los del bando Nacional opusieron enorme resistencia y al cabo
de cuatro o cinco días de batalla contraatacaron y apoyados por las divisiones traídas
del Frente Norte y la Aviación alemana de la División Cóndor, fueron
recuperando el terreno perdido, llegándose al día 25 de Julio con las bajas
antes mencionadas por ambos bandos y sin resultado importante para ningún
bando, ya que a pesar del enorme esfuerzo empleado por la Republica, solo
pudieron recuperar 2 km. de frente al Bando Nacional, sufriendo más bajas y
perdidas que los franquistas, los que indudablemente eran superiores en pericia
militar y profesionalidad. La mayoría de sus fuerzas eran profesionales y gran
parte de ellas procedían de las guerras de Marruecos. Los Republicanos, estaban
mal equipados, y lo que es peor mal mandado en sus fuerzas del campo de
batalla, pues el plan inicial del General Miaja era irreprochable.
En este contexto y por hechos acaecidos en esta batalla, da
lugar al relato que a continuación transcribo,
del cual puedo decir es totalmente inventado.
HOMICIDIO INVOLUNTARIO EN BRUNETE 1937.
- Amparo Castañeda, funcionaria de recepción de la Comisaria
de la Calle de Leganitos de Madrid, no salía de su sorpresa ante las
manifestaciones que el caballero que estaba frente a ella, le había hecho.
- Secundino Muñiz, era el hombre que había entrado en la
Comisaria a las nueve en punto, preguntó por recepción, se situó ante Amparo y
le dijo:
-Señora, vengo a entregarme, por haber matado a un hombre,
hace ya bastantes años y mi conciencia no me deja vivir con esta carga.
- Amparo le miró bajándose las gafas de ver de cerca, y vio
a un anciano que aparentaba unos 80 años, de una altura aproximada de 1,75,
pero le sorprendió la el porte viril, elegante y la mirada clara, sincera con
que le hablaba.
-Un momento Sr. que llamo a un Inspector para que le atienda
y le cuente Vd. su historia. Amparo hizo una llamada, habló en voz baja y se
dirigió al Sr.Muñiz.
- Por favor, sígame que le llevo a un despacho donde le
atenderán.
Le hizo pasar a un despacho, que más se parecía a una sala
de interrogatorios, esas salas que tienen un cristal que no permite ver a través
de ellos, pero si a los que están fuera. Le pidió a Secundino Muñiz que se
sentase y si quería un café o algo para comer.
Muñoz, asintió pero solo el café con leche y se aprestó a
esperar al Inspector que le atendería.
Se quedó sorprendido al ver aparecer, por la puerta a una
mujer de buen aspecto, alrededor de 35 años, el pelo recogido en la nuca, que
se dirigía a él y le decía:
-Soy la Inspectora Margot
Lavender, y le voy a hacer unas preguntas, por favor respóndame lo que
recuerde de la manera más fiel y entrégueme su documentación personal.
Así hizo Secundino Muñiz y se disponía acotarle su historia
a la bella Inspectora, mientras esta ojeaba atentamente los documentos que el
anciano le había entregado.
-Mire Vd. señora, lo que le voy a contar, sucedió hace
muchos años, fue en la Batalla de Brunete de la Guerra Civil, yo era Sargento
de la 33 Compañía del Batallón V de Infantería de la División de Lister que combatíamos
tratando de romper el cerco que rodeaba Madrid, hicimos un rápido ataque cuando menos lo esperaban los fascistas
y los tres o cuatro días primero de nuestro ataque tuvimos éxito y avanzábamos
camino de Villaviciosa de Odón con la intención de rodear el puesto de Mando de
los fachas, pero estos malditos, opusieron una feroz resistencia, quedando
nuestro ataque estancado y se establecieron unas trincheras sin poder avanzar más.
Los fascistas contraatacaron con fuerzas venidas del Norte y
con otras que tenían rodeando Madrid, principalmente con moros , legionarios y
falangistas. Nos bombardeaban con aviones alemanes, muy superiores a los
nuestros que eran unos cazas rusos anticuados, pese a que nuestra aviación era
superior en número, la de ellos eran mejores y abatían nuestros aviones y todo
lo que se encontraban a su paso.
Lo que en un principio fue un ataque arrollador, que hizo
pensar a nuestros mandos que íbamos a echarlos de Madrid, se trocó por una
defensa de las posiciones alcanzadas y tratar de no perder más.
No me acuerdo que día, si al quinto o sexto de la iniciación
de nuestro ataque, nos encontrábamos en una trinchera aguantando todo el fuego
de los aviones alemanes, los cañones de la artillería y los ataque de los
moros.
En un feroz intercambio de disparos, cayó herido mi teniente
Salvador Munilla, de un tremendo balazo en el vientre haciéndole un boquete por
el que manaba sangre a borbotones y sus dolores debían ser horribles, porque el
pobre hombre no paraba de dar alaridos, me traspasó el mando de la Compañía en medio de su dolor.
Se hizo la noche. Nosotros dos junto con tres hombres más, nos hallábamos en la
trinchera natural que había hecho un bombazo de cañón, pues es muy sabido que
cuando cae una bomba es imposible que otra caiga en el mismo sitio. En total
silencio con las armas prestas, veíamos en la oscuridad como una patrulla de
moros mandados por un oficial español, iban rematando a nuestros heridos, lo
moros clavando sus bayonetas a cualquiera que se moviera o dijese algo, el
oficial aplicaba su pistola a la sien del herido y le descerrejaba el cerebro
de un solo disparo y el pobre hombre dejaba de quejarse. Le dije al Teniente
que teníamos que hacernos los muertos y no movernos, pues peligraban nuestras
vidas, el teniente asintió pero no dejaba de quejarse y los moros cada vez más
cerca.
Cuando los teníamos a diez metros, los quejidos del Teniente
Munilla no paraban,yo con mi uniforme totalmente ensangrentado y manando así
mismo sangre por una herida en la frente me hacia el muerto, pero miraba a Munilla
y no sabía qué hacer, al fin decidí taparle la boca con mi mano enguantada y me
acosté a su lado mostrando mis heridas , parecíamos dos muertos de verdad.
La patrulla de moros, paso cerca de nosotros uno de ellos le
clavó su machete a uno de los tres hombres que había en el hoyo de la bomba,
seguramente debió moverse y el moro lo advirtió. El teniente le pegó otro tiro
a los otros dos y pasaron por nuestro lado después de echarnos una rápida
ojeada alumbrándonos con sus linternas. El Teniente español de Regulares les
llamó y pasaron de largo, al Teniente Munilla ni a mí nos hicieron nada. Yo al
menos eso creí, porque al Teniente Munilla lo maté yo, no los fascistas.
Dejé pasar un tiempo que me pareció prudente, pulsé la vena
aorta del teniente, al comprobar que había dejado de quejarse y horrorizado
comprobé que había muerto, me eché su cadáver al hombre y a rastra y como pude
sorteando alambradas y cadáveres, llegué
a nuestras líneas exhausto herido y con el Teniente Munilla fallecido, fui
recibido como un héroe,. y no dije nada, se valoró mi decisión de arrastrar su cadáver
hasta nuestras líneas, y el Comandante me propuso para una medalla.!Que ironía
a mi , que le había matado!.
Casi al final de la guerra, cuando todo estaba perdido
emigré a Francia me enrolé en la Legión Extranjera y seguí combatiendo a los
facistas alemanes, pero esta parte creo señorita que a Vds. ya no les importa.
La Inspectora
Lavender, asistió asombrada al relato del ex-sargento Muñiz al que se
dirigió de la siguiente manera.
-Creo Sr.Muñiz que su teniente falleció de sus heridas, así
es que por favor marque en esta cartulina, los lugares en que Vd. recuerde que
estaban (le había mostrado una cartulina con diversas figuras de un cuerpo
humano).Mientras voy a hacer unas gestiones telefónicas y espéreme aquí, si
necesita algo por favor diga a la señorita que le atendió cuando llegó que me
llame y pídaselo a ella.
-Gracias Sra. Inspectora. ¿Estoy detenido?
-No, pues en caso de que la muerte del teniente hubiese sido
producida por la presión de su mano, hubiese sido un homicidio involuntario y además
ya ha prescrito, solo voy a comprobar algunos datos para completar el
expediente y podrá Vd. irse libremente.
La Inspectora se dirigió al despacho del Comisario le contó
la historia, comprobaron con la Doctora Jefa de la Policía Científica, que los
puntos que el Sargento había señalado de las heridas del Teniente, eran
mortales ,y decidieron hacer una llamada a la Embajada de Francia, pues la documentación
que había estado leyendo, certificaba que el ex-sargento era ciudadano francés,
que residía en Dijon, en un Geriátrico para excombatientes.
Una hora más tarde se recibió un extenso fax de la Embajada
que la Inspectora llevó al despacho de su jefe y se aprestó a leérselo:
-Contestamos al requerimiento de esa Comisaria,
efectivamente Monsieur Muñiz, Secundino es ciudadano francés, y residía en un Geriátrico
para ex militares, donde tenía derecho por ser Ex.Comandante de la Legión Extranjera
con la medalla al Merito Militar y la Legión de Honor.
M.Muñiz cuando llegó a Argelia en el año 1939, después de
estar en un campo de internamiento, se alisto en la Legión, con el grado de
Sargento que demostró haber desempeñado en la Guerra Civil española. Se integró
en la División Leqlerc donde hizo la guerra contra Alemania defendiendo la
bandera francesa, llegó al grado de Capitán, y fue de los primeros franceses
que entraron en Paris, blandiendo la bandera francesa y la de la Republica
española.
Acabada la guerra, siguió en el ejército y fue enviado
Vietnam (ex-Indochina), donde estuvo combatiendo, ascendiendo a Comandante, fue
uno de las pocos supervivientes de la matanza de Dien Bien Fu y cuando salimos
de ese país, se estableció en Paris, pidió la baja en el ejército y trabajó de
periodista para L´Humanité hasta su jubilacion.No se casó ni se le conocen
familiares.
Empezó a tener problemas mentales, y fue internado en el geriátrico
citado, del cual periódicamente se escapa, pues tiene lagunas de memoria,
padece ammesias temporales, siempre le hemos localizado a los pocos días de sus
evasiones, pero hasta ahora no había llegado tan lejos.
Les rogamos le retengan, hasta que enviemos un funcionario
de la Embajada que se hará cargo del Ex.Comandante Secundino Muñiz para
repatriarlo a Francia.
La Inspectora Margot
Lavender , se dirigió con el Fax a la sala de interrogatorios donde había
dejado al Sargento-Comandante, para notificar el fax de la Embajada de Francia, y hacerle compañía,
en tanto llegasen los funcionarios franceses-
- Sr. Muñiz en unos momentos vienen unos funcionarios de la
Embajada para llevarle con ellos, está totalmente libre de ningún cargo, como
le dije las heridas que le habían infringido a su Teniente, eran mortales de
necesidad y su decisión de taparle la boca para que no fuese oído por las
tropas del otro bando, no tuvo nada que ver, hubiese muerto de todas maneras.
El Sargento no contestó, ni siquiera volvió la cabeza, la
inspectora presagió algo y puso sus
dedos en la vena del Sargento y comprobó
que estaba muerto.
No lo parecía, una sonrisa de felicidad quizás de saber que había cumplido con su deber, debió
ser lo último que pasó por su maltratado cerebro. Margot tenía la certeza que había muerto
feliz.
Cuando se presentaron dos funcionarios de la Embajada
acompañados por un médico, no pudieron hacer nada más que certificar la muerte
del Sargento Secundino Muñiz del4º Batallón de la División Lister, perteneciente
al Quinto Regimiento,ex-Comandante de la Legión Extranjera de Francia, Medalla
Militar de la Republica Española, Medalla al valor de la Republica Francesa,
miembro de la Legión de Honor de dicha Republica.
EPILOGO.-
En el Aeropuerto de Torrejón un avión militar francés, se
hallaba con las compuertas traseras abiertas, una Sección del Regimiento de Infantería
Inmemorial de Madrid, se hallaba situado en posición de firmes. Dos oficiales
españoles y dos franceses portaban un féretro cubierto con la bandera francesa.
Junto a la sección de Infantería que hacia honores se hallaba el Comandante
Militar agregado en la Embajada de Francia en Madrid, junto a la Inspectora Lavender con el uniforme del
cuerpo nacional de Policía. En un momento la inspectora dijo algo al oído del
Comandante francés, este asintió y Margot Lavender, sacó de su cartera una
bandera que desplego con los colores de la Republica, se dirigió al féretro y
la deposito junto a la bandera francesa. Se volvió a su lugar y sin que nadie
lo notase,. pulsó un micrófono de su teléfono móvil dentro del bolsillo y mientras los cuatro
militares depositaban el féretro del Oficial Hispano Francés, se cuadró y en posición de saludo, oía por el micrófono
el Himno de la Republica Española. El
Himno España.
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