R. Sí, porque realmente era algo que no
esperaba. Ricardo y su robot fue el
primer cuento que me publicaron y ¿quién podía pensar que veinte años después
me llamaría una directora teatral interesada en adaptarla para el público
infantil? Ya digo fue una sorpresa de la que me siento muy agradecido porque,
además, es un buen montaje en manos de una buena compañía, Lazzigags, que lleva años adaptando grandes historias
para el teatro, como Pippi Langstrump o Tom Sawyer entre otros montajes.
La obra, esta semana, se presenta en la
Fira del Teatre Infantil i Juvenil d’Igualada.
P. En 1999
fundaste la editorial Littera Books que cerraste en 2006. ¿Su cierre coincidió
con el inicio de una etapa de mayor actividad creativa?
R. La etapa de Littera fue muy
gratificante. En la editorial publiqué obras de los premios nobel Heinrich Böll
y Pablo Neruda. También edité a autores del este completamente desconocidos y
autores españoles que, después de publicar en Littera, han ganado premios y han
afianzado una interesante carrera literaria, como Luisa Cuerda y Eduardo
Halfon. Hice muchos amigos y conocí a personas muy interesantes. Littera
representó una de etapa muy enriquecedora en mi vida.
Sobre la segunda parte de tu pregunta: sí,
yo tenía en marcha La clave Gaudí , una
idea que me rondaba por la cabeza desde hacía años y de la que guardaba muchas
notas e ideas argumentales. También
tenía el germen de otras obras que se han ido publicando y alguna novela en un
cajón – como El olvido, novela que
veinte años después de escribirla, ganó el premio de novela corta Ciudad de
Córdoba -. Pero sin duda fue el éxito de la Clave Gaudí, junto con otros
factores, lo que me obligó a
replantearme toda la situación.
P. Escoger
escribir una obra para adultos o para jóvenes, ¿se debe a una cuestión de
inspiración o a un encargo editorial?
R. Ni una cosa ni la otra. En cuanto a la
primera, yo no creo en la inspiración, creo en el trabajo. Es lo que a mí me
funciona: en cuanto me pongo a trabajar, las ideas acuden. Las ideas llevan
historias de la mano y son ellas las que determinan si son para jóvenes, niños
o adultos.
P.
Últimamente te decantas más por la novela juvenil. ¿Qué tal son los jóvenes
como lectores?
R. Bueno, recientemente he terminado una
saga juvenil: Sanada. Una saga de aventuras que transcurre en el siglo XVI;
cinco libros que me han permitido
conectar con los jóvenes cuando me han invitado a colegios e institutos. Es
verdad que los libros para jóvenes tienen que competir con las nuevas
tecnologías pero, sin embargo nunca los jóvenes habían leído tanto y nunca los
jóvenes habían tenido una oferta tan variada de autores que escriben para ellos
obras realmente notables. Yo creo que la literatura juvenil, pese a la crisis,
se ha mantenido y se mantiene. El
problema es después, a medida que crecen, cuando muchos dejan de leer. Yo creo
que es un problema grave que debería preocupar seriamente a los gobiernos… O
tal vez no; quiero decir que tal vez les va bien el hecho de que mucha gente no
lea pasada la adolescencia pues, si aletargan el espíritu crítico de las
personas, su capacidad de dudar y preguntarse quién es el que gana realmente y
se lleva el gato al agua cuando nos bombardean con su propaganda, es mucho más
fácil dominarnos. Yo creo que hay que leer por muchos motivos, principalmente
para ser permeables a la belleza de las palabras y ensanchar nuestro interior,
por participar de un entretenimiento capaz de colmarnos, por saber lo que otros
pensaron e imaginaron, para dudar, para fortalecer nuestro espíritu crítico,
para darnos cuenta de que el mundo está mal hecho y se puede mejorar
constantemente… cosas todas ellas muy peligrosas para el poder. Aunque, después
de todo y como decía Umberto Eco: “Leer no te hace necesariamente mejor
persona. Pero te hace libre”.
P. Hasta
ahora siempre has escrito en castellano… ¿Alguna vez te has planteado escribir
en catalán?
R. Recientemente he acabado una primera
versión de una obra en catalán pero creo que está muy mal y posiblemente no vea
la luz. Dicho esto, nunca me he planteado cambiar de lengua pues, aunque leo en
ambos idiomas, mi lengua materna es el
castellano y mis maestros también.