dissabte, 12 d’octubre del 2013
“Queipo fue una enorme y gigantesca hemorroide en el culo de España”
La sátira es buen género para figuras de la talla de personajes
históricos y tan populares como el general fascista Queipo de Llano. Su
entrada triunfal en la Sevilla del 36 lo hizo leyenda y hoy, el
novelista José Luis Castro, rinde con sorna un merecido homenaje que le
haga justicia: “Queipo fue una enorme y gigantesca hemorroide en el culo
de España”, sentencia. Quién mató a Queipo de Llano (editorial
Autores Premiados) es la nueva obra de este escritor sevillano que
burla burlando las sentencias firmadas por el general a buches de una
copa de vino. El protagonista de estas páginas es un elemento minúsculo
pero clave en la narración: la mosca. La mosca de Don Gonzalo es invisible para el general pero está enamorada de él como una mujer.
Así lo cuenta su autor: “El dictador de Sevilla eructa para rubricar
convenientemente cada sentencia mientras la mosca chupa con suavidad el
jugo dulzón”. Parece oculta tras la sombra ominosa de Don Gonzalo. Para
Castro “la mosca es la protagonista indiscutible” de este libro que ha
sido recientemente galardonado en la 33 edición de novela corta Casino
de Mieres.
Sin tapujos, sin cargar las tintas, escena a escena, la novela muestra la llegada del general Don Gonzalo a la Sevilla de la Guerra Civil. Sus seiscientos discursos en Radio Sevilla, sus mensajes en los que vociferaba “Sevillanos a las armas” o las largas y apacibles tardes de un general alcoholizado son para Castro características fundamentales y exprimidas en su jugosa parodia.
El autor describe de manera transparente durante la presentación del libro -en la misma librería que ha cancelado un acto de una editorial que se define como falangista- su reciente operación rectal: “Los médicos me han hecho una hemorroidectomía y yo quise hacer una queipodellanoctomía a Sevilla”, afirma. Para hilar la historia, cuenta con la vida de tres personajes: Julio, Leonardo y Rodolfo, caracterizados en todo momento como los ingeniosos Hermanos Marx. En el Bar Lombilla se reúnen cada tarde para preparar un fabuloso plan que dé muerte al General. Quieren preparar un ingenioso asesinato. Castro reconoce que las habilidades de estos “personajes son pocas”. Las escenas, con cierto aire de vodevil, hablan de sus discusiones acompañados con café de achicoria y vasos de coñac. Son su pequeño retrato de antihéroe de aquella etapa tan gris para España. Sus motes son una radiografía de Groucho, Harpo y Chico. Y en la novela se les conoce como el bigotes, el chico y el mudo respectivamente.
Este sevillano ha buscado en escritores del exilio como Max Aub una sincronía que le permita contar una buena historia. Habla del cuento La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. Y recomienda la divertidísima lectura de este clásico donde “Max Aub narra la historia al revés, hablando de un camarero mexicano que mata a Franco para librarse de los españoles que conspiran cada día en su bar contra él”. Sin embargo, en la novela de Castro no consiguen culminar la ansiada conspiración.
Ya en un segundo nivel, la novela se convierte en un relato biográfico del autor y su redacción en zapatillas de estar por casa. “Fue un baño de humildad”, relata. Habla de su ordenador ante la creación de tal parodia. Su caricatura diaria y su arduo trabajo en su ópera prima “que tardó años en escribir”.
Para culminar la obra, José Luis dibuja también su pensamiento con un singular bodegón de portada. El micrófono, la flor y la calavera, ya sin piel de Don Gonzalo. Su eterna compañera negra, la mosca, no aparece en la foto. Yace, según cuenta el autor, junto a la losa de Queipo, siempre fiel a él, como otros muchos españoles.
Sin tapujos, sin cargar las tintas, escena a escena, la novela muestra la llegada del general Don Gonzalo a la Sevilla de la Guerra Civil. Sus seiscientos discursos en Radio Sevilla, sus mensajes en los que vociferaba “Sevillanos a las armas” o las largas y apacibles tardes de un general alcoholizado son para Castro características fundamentales y exprimidas en su jugosa parodia.
El autor describe de manera transparente durante la presentación del libro -en la misma librería que ha cancelado un acto de una editorial que se define como falangista- su reciente operación rectal: “Los médicos me han hecho una hemorroidectomía y yo quise hacer una queipodellanoctomía a Sevilla”, afirma. Para hilar la historia, cuenta con la vida de tres personajes: Julio, Leonardo y Rodolfo, caracterizados en todo momento como los ingeniosos Hermanos Marx. En el Bar Lombilla se reúnen cada tarde para preparar un fabuloso plan que dé muerte al General. Quieren preparar un ingenioso asesinato. Castro reconoce que las habilidades de estos “personajes son pocas”. Las escenas, con cierto aire de vodevil, hablan de sus discusiones acompañados con café de achicoria y vasos de coñac. Son su pequeño retrato de antihéroe de aquella etapa tan gris para España. Sus motes son una radiografía de Groucho, Harpo y Chico. Y en la novela se les conoce como el bigotes, el chico y el mudo respectivamente.
Este sevillano ha buscado en escritores del exilio como Max Aub una sincronía que le permita contar una buena historia. Habla del cuento La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. Y recomienda la divertidísima lectura de este clásico donde “Max Aub narra la historia al revés, hablando de un camarero mexicano que mata a Franco para librarse de los españoles que conspiran cada día en su bar contra él”. Sin embargo, en la novela de Castro no consiguen culminar la ansiada conspiración.
Ya en un segundo nivel, la novela se convierte en un relato biográfico del autor y su redacción en zapatillas de estar por casa. “Fue un baño de humildad”, relata. Habla de su ordenador ante la creación de tal parodia. Su caricatura diaria y su arduo trabajo en su ópera prima “que tardó años en escribir”.
Para culminar la obra, José Luis dibuja también su pensamiento con un singular bodegón de portada. El micrófono, la flor y la calavera, ya sin piel de Don Gonzalo. Su eterna compañera negra, la mosca, no aparece en la foto. Yace, según cuenta el autor, junto a la losa de Queipo, siempre fiel a él, como otros muchos españoles.
divendres, 11 d’octubre del 2013
MES QUE CAÑAS, UN CANYAR
Dijous, al Parlament de Catalunya es
va produir un fet que podem qualificar com inusual. La presidenta
democristiana Núria de Gispert va cridar a l’ordre diverses vegades al
diputat de C’s Jorge Cañas dient-li: Senyor Cañas, senyor Cañas... I així
no sé quantes vegades... Moltes. Mes que unes poques canyes semblava un
canyar sencer.
Hi ha una dita que diu que, de vegades,
els arbres no deixen veure el bosc. Fent un símil, les canyes també poden
tapar la magnitud del problema real que, des del meu punt de vista, s’intenta
camuflar: el rebrot de l'ultranacionalisme espanyol (dieu-li franquisme
si voleu)
Estem davant del 12-O que, a part de
ser el meu aniversari de naixement, té una connotació important per al
nacionalisme espanyol. L’aniversari del descobriment d’Amèrica per Cristòfol
Colom i la festivitat de la Mare de Déu del Pilar, patrona de les Espanyes,
els serveix d’excusa per a commemorar la festa nacional (no confondre
amb l’altra festa nacional que són els toros)
Segons molts historiadors, el 12-O de
1492 va ser l’inici, entre d’altres coses, del gran genocidi dels conqueridors
espanyols sobre la població indígena (mal anomenats indis) Veus com la
de Fra Bartolomé de la Casas que denunciava precisament les atrocitats
comeses a Amèrica, van ser silenciades durant segles.
Ara, amb el rebrot de catalanisme independentista,
també hi ha un important rebrot del nacionalisme espanyolista. Però entre
nacionalisme espanyol i el ultranacionalisme, només hi ha una ínfima línia
molt fàcil de traspassar. Exemples? Mols. Des dels joves cadells del PP
que s’han deixat fotografiar amb simbologia feixista, a l’alcaldessa
que va inaugurar una fira on s’exhibia divers material nazi a l’actitud
del PP al Congrés que, una vegada més es va negar a condemnar el franquisme.
Però si el tenen dintre de casa! L’actual Ministre de Justícia i en un
altre temps alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón, tot hi que descendeix
d’una família monàrquica, el seu sogre va ser ministre amb Franco: José Utrera Molina.
Mentre el PP i C’s donen suport a la
plataforma Som Catalunya Somos España que ha convocat per a demà
una concentració a la plaça de Catalunya de Barcelona, grups ultradretans
(la majoria vinguts de fora de Catalunya) també volen manifestar-se a la
capital catalana. Finalment només se’ls hi ha tolerat manifestar-se entre
la plaça d’Espanya i l’avinguda de la Reina Maria Cristina.
Tan la manifestació de Barcelona de la
Diada de 2012 com la Via Catalana d’aquest any, han estat tot un exemple
de civisme. Caldrà veure el resultat de les manifestacions de demà. Tindrem
la resposta en menys de 24 hores.
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