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Cuando el president Artur Mas nombró conseller de Sanitat al secretario general de la patronal de la sanidad privada catalana tenía claro qué misión le encomendaba. Boi Ruiz se ha dedicado con sólida coherencia a destrozar una sanidad pública que había llegado a altas cotas de calidad. Hoy, los centros públicos están llenos de enfermos crispados y médicos quemados, mientras que la sanidad privada incrementa su actividad y el número de asegurados. A la vista de los hechos, las estructuras de Estado que Mas quiere crear no corresponden precisamente al Estado del bienestar, ya que su gobierno se ha aplicado a destrozar las estructuras públicas sanitarias, educativas y de asistencia social. Y la decisión es tan firme que quien ose denunciarlo, como el jefe de Urgencias de Vall d'Hebron, ha de ser castigado. La Moncloa no deja que los catalanes se expresen y la plaza de Sant Jaume tapa la boca a los catalanes que dicen las verdades. Esta es la "radicalidad democrática" de Artur Mas.
Cuando el president Artur Mas nombró conseller de Sanitat al secretario general de la patronal de la sanidad privada catalana tenía claro qué misión le encomendaba. Boi Ruiz se ha dedicado con sólida coherencia a destrozar una sanidad pública que había llegado a altas cotas de calidad. Hoy, los centros públicos están llenos de enfermos crispados y médicos quemados, mientras que la sanidad privada incrementa su actividad y el número de asegurados. A la vista de los hechos, las estructuras de Estado que Mas quiere crear no corresponden precisamente al Estado del bienestar, ya que su gobierno se ha aplicado a destrozar las estructuras públicas sanitarias, educativas y de asistencia social. Y la decisión es tan firme que quien ose denunciarlo, como el jefe de Urgencias de Vall d'Hebron, ha de ser castigado. La Moncloa no deja que los catalanes se expresen y la plaza de Sant Jaume tapa la boca a los catalanes que dicen las verdades. Esta es la "radicalidad democrática" de Artur Mas.