Lamentablement, no estava la versió en català...
Jordi Buxonat (El Perelló)
Jordi Buxonat (El Perelló)
Durante los últimos 17 años he trabajado con una furgoneta, haciendo unos cien kilómetros diarios, la mayoría por la fatídica N-340. Es una vía sin demasiadas dificultades ni curvas pronunciadas, y ahora sin semáforos. He llegado a la conclusión de que con una buena conducción se evitarían la mayoría de accidentes. Y es que viendo algunos comportamientos es extraño que no haya más: casi todos ellos son adelantamientos peligrosos. También hay que decir que algunos de los muertos que se contabilizan son por causas que nada tienen que ver con el estado de la vía, como algún atropello, por ejemplo. Pero es cierto que uno de cada cuatro vehículos son camiones de alto tonelaje, una auténtica desmesura. Ante esta situación, ¿qué se propone? Abertis, concesionaria de la autopista, ya ofreció hace tiempo desviar el tráfico pesado y establecer bonificaciones a la población local, pero Fomento no dijo nada. Algunos todavía reclaman urgentemente construir otra vía rápida junto a la existente, pero precisamente este año ha anunciado el Ministerio que no se renovará la concesión de la AP-7, así que el 2019 será gratuita. Y es que ya están lejos los tiempos en que atábamos los perros con longanizas, y como bien dice el alcalde de Amposta "la falta de planificación del Gobierno previó una autovía y una autopista paralelas y ahora se ha dado cuenta de que no hay recursos". Germà Bel, experto en infraestructuras e hijo de Alcanar, apunta que "desde el punto de vista técnico no hacen falta más carriles". Según los expertos, lo que hace falta (y es mucho más barato) no es desdoblar la nacional, sino ampliar la actual AP-7 con un tercer carril y quitarle el peaje, con el reto de aumentar el transporte de mercancías por tren para alcanzar niveles similares a los europeos. Y es que es irracional añadir otra autopista a la antigua N-340, la actual N-340, la vía de ferrocarril, la línea del TGV y la AP-7.