dimecres, 22 de maig del 2013

LA FOTO DEL DIA 22-05-2013. UN SÍMBOL JUEU?

No sóc un expert, però jo diria que el dibuix que hi ha representat en aquesta pedra que forma part d'una escala, és un canelobre jueu. 
L'he localitzat al terme de Masdenverge i, amb tota seguretat, el seu propietari deu de desconèixer el seu significat i, segurament, el seu valor (encara que només sigui arqueològic)

III BIENNAL D'ART DE CORBERA D'EBRE. NOTA DE PREMSA






En el marc de la III Biennal d'Art, una mostra per on han passat ja més de 1500 persones, l'Associació del Poble Vell de Corbera d'Ebre retrà un petit homenatge al senyor Federico Mayor Zaragoza, president de la Fundación Cultura de Paz i ex-Director General de la UNESCO (1987-1999), per la seua llarga trajectòria en favor de la cultura, els drets humans i la pau. L'acte es durà a terme el proper dissabte, 25 de maig, a les 18 h a l'Església Vella.

D'altra banda, el dia 1 de juny, a les 22 h, en el mateix escenari, la cantautora ebrenca Montse Castellà farà el concert de cloenda de la Biennal.

Ens faria molta il·lusió que vulgueu assistir a tots dos actes i us demanem que en feu difusió i, si pot ser, li doneu cobertura informativa.

Aprofitem l'avinentesa per a  saludar-lo ben cordialment.

Corbera d'Ebre, 22 de maig de 2013

AMPOSTA REAPAREIX AL SETMANARI L’EBRE



L’anterior cap de setmana, me’n vaig adonar que Amposta tornava a tenir pàgina pròpia al setmanari la Veu de l’Ebre, Amposta tenia una pàgina pròpia on es recollien les principals notícies que havien passat durant la darrera setmana.
Recordareu que fa temps que vaig escriure sobre el tema i, llavors, opinava que no era normal que Amposta, capital de la comarca del Montsià, es difuminés dintre d’un genèric Baix Ebre-Montsià, mentre que la Ràpita (Sant Carles de la Ràpita) apareixia amb pàgina pròpia.  
Es evident que aquestes diferències es deuen no a criteris periodístics sinó merament econòmics:  Els ajuntaments respectius hauran de contractar les pagines que vulguin al preu que demanin els propietaris del setmanari. Això o l’ostracisme...
Per tant, es de suposar que, després de molt de temps, l’ajuntament d’Amposta s’ha avingut a pagar el cost d’una pàgina per a que surtin agrupades totes les notícies locals. La qual cosa no vol dir, necessàriament, que siguin les notícies més importants que genera la capital del Montsià.
Posem un exemple. Una de els notícies que surten al darrer número recull la finalització de les obres d’urbanització del carrer Jardí i adjacents; es a dir, alguns dels carrers que hi ha pels voltants de l’antiga clínica arrossera (ara Hospital Comarcal d’Amposta)
Per a mi la notícia no ha estat tan la finalització (sempre que una cosa es comença, normalment s’acaba) com la durada de les mateixes amb el perjudici que això causa als veïns i als usuaris de l’hospital.
Com sempre passa a Amposta (sempre!) les obres estan mal senyalitzades, la qual cosa provoca que, sovint, hagis de donar voltes amb el cotxe per arribar a la teva destinació. I estic parlant per experiència pròpia. Un dia havia de portar mon pare a l’hospital a que es fes una prova. Com viuen al carrer Agustina d’Aragó, vaig haver de baixar pel Miquel Granell fins el carrer Campoamor que es el que et porta a la part del darrere de l’hospital. Però com que no estava senyalitzat i, el tram final estava en obres, vàrem haver de baixar pel carrer de les Escoles, avinguda de la Ràpita allunyant-nos de la nostra destinació, carrer Madrid, Barcelona, Terol (sembla la Volta a Espanya) i, finalment, Gran Capità que és el lateral de l’hospital.
Però els ciutadans semblen tan acostumats a aquest tipus de situacions que ningú es queixa i, si ho fas, ets un anti-ampostí.
Evidentment tenir un lloc diferenciat a la Veu de l’Ebre no solucionarà els greus problemes de circulació que patim a Amposta, perquè encara que la gent ens hem anat acostumant a desplaçar-nos d’un lloc a un altre havent de donar voltes importants, de problemes de circulació, en continuen havent, sobre tot, allà on hi ha una incidència de vehicles més gran.

5a FESTA DEL MERCAT A LA PLAÇA D'AMPOSTA III
















Indignados, la lucha continúa

Esther Vivas
Periodista y activista
“No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” fue la consigna que abrió las manifestaciones del 15 de mayo del 2011 en muchas ciudades del Estado español y que dieron lugar al movimiento del 15M. Un grito de indignación contra aquellos que venden nuestros derechos al mejor postor. Hoy, dos años después, un nuevo eslogan, de la mano de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), se impone: “Si se puede”. Hemos pasado de la indignación a la toma de conciencia del poder del nosotros.
El mayor logro de este movimiento de la indignación colectiva ha sido el de cambiar la percepción del mundo que nos imponen. En el teatro de la vida, se han encendido de golpe las luces que anuncian el fin de la función. La fiesta se ha terminado. Y entre atónitos y ofuscados observamos que somos víctimas de un saqueo a gran escala. Ya no son los mismos de siempre quienes gritan contra el capital. Ahora, son muchos los que se sienten robados por el expolio colectivo que significa la crisis.
Tomar conciencia de que “no es una crisis es una estafa” es el primer paso para cambiar las cosas. Como decía el filósofo francés Daniel Bensaïd: “La indignación es un comienzo. Una manera de levantarse y ponerse en marcha. Uno se indigna, se subleva, y después ya ve”. Y, dos años después, vemos más robo, más saqueo y más pillaje. Vemos cómo se sigue rescatando a la banca, mientras se nos hunde en la miseria. Vemos a ricos más ricos y a pobres más pobres. Y nos damos cuenta de que la respuesta pasa por solucionarlo nosotros.
La PAH ha sido el máximo exponente de este cambio de percepción de los de abajo. Frente al desamparo gubernamental y la impunidad de la banca, auto-organización y desobediencia. Huérfanos de victorias, la PAH ha significado esperanza para quienes sufren el drama de los desahucios e inspiración para los que luchan. Desalojos parados, ILP en el Congreso, escraches, “obra social”… son pequeñas grandes victorias que demuestran que pelear sirve. Imprescindibles cuando estamos hambrientos de triunfos, ante un malestar creciente, pero, incapaz de frenar unos ajustes sinfín.
El 15M ha mutado en innumerables frentes contra la crisis. Se ha transformado en un mar de mareas de infinitos colores. Quienes ocuparon plazas, actualmente, ocupan viviendas vacías, bancos, universidades, hospitales. Desobedecen, no queda otra. Y la PAH ha crecido gracias a muchos activistas que salieron por vez primera a la calle un 15 de mayo, o volvieron a ella tras largos años de letargo. Y una vez las asambleas de barrio fueron menguando, la PAH se convirtió en un referente de lucha, como también las mareas en sanidad, educación, cultura y cada vez en más ámbitos. Ante la tragedia de los desahucios, soluciones reales. Ante la realidad de los recortes, resistencias concretas.
Pero el 15M, también, ha dado lugar a multitud de iniciativas a pequeña escala: huertos urbanos, redes de intercambio, grupos y cooperativas de consumo ecológico, ateneos populares, que señalan que otro mundo no sólo es imprescindible sino posible. El movimiento de los indignados ha creado espacios de encuentro, de ayuda mutua, redes de resistencia… Y nos ha enseñado a empezar a cambiar el mundo aquí y ahora, no sólo en los discursos, sino, sobre todo, en las prácticas.
Sin embargo, la crisis social y económica se ha profundizado. La ofensiva del capital por acabar con nuestros derechos ha ido a más. La pobreza, el hambre, el paro, los desahucios… son una realidad que afecta cada vez a un mayor número de personas. La crisis se extiende como una mancha de aceite, mientras los mismos de siempre continúan haciendo negocio con el dolor de los otros. Los grandes empresarios y la banca se frotan las manos ávidos de más tijeras y recortes, entretanto los políticos de turno les allanan el camino, y se colman, de paso, los bolsillos. La indignación y la desobediencia no ceden, pero son insuficientes para detener la tromba de ajustes, y sufrimiento. La resistencia a la crisis remontó hace dos años desde muy abajo y tras décadas de derrotas.
Al mismo tiempo, asistimos a una crisis política y de régimen, impensable poco tiempo atrás. El bipartidismo que gobernaba el país se hace, afortunadamente, añicos. Y mientras el PSOE se hunde incapaz de levantar cabeza, el PP sufre la erosión del gobierno y de la crisis. A la monarquía, intocable entre los intocables, se le pierde todo el respeto y el rey se convierte en el hazmerreír de la calle. Y a pesar de la injusticia de la justicia, que en palabras del fiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce, se “congratula” de la suspensión de la imputación de la infanta Cristina por el caso Nóos, el pueblo ya los ha juzgado.
En Catalunya, a golpe de sentencia del Tribunal Constitucional aumentan las aspiraciones soberanistas, y el corsé de la Constitución se vuelve insoportable. El españolismo más rancio insta a la “unidad del reino”, y la caverna a la “una, grande y libre”. Vuelven los ruidos de sables. Y un general en la reserva, Juan Antonio Chicharro, justificaba, a principios de año, una intervención militar en Catalunya ante una posible ruptura con el Estado. En sus palabras, “la patria es más importante que la democracia”. Asimismo, la Asociación de Militares Españoles, a finales del 2012, instaba a declarar “el estado de guerra, el estado de excepción o el estado de sitio” en Catalunya, “en caso de fractura o separatismo”. Visto lo visto, Franco no ha muerto.
Y, mientras, quienes mandan corren a criminalizar y a reprimir a los que luchan, muestra de la desesperación y el miedo de un poder al que se le mueven los cimientos. Frente a la imposibilidad de aplicar los recortes por las buenas, se opta por imponerlos a las malas. Detenciones preventivas, balas de goma, páginas web para delatar a manifestantes, endurecimiento del Código Penal, sanciones administrativas y mucho más. La represión y la violencia de Estado es un síntoma claro del temor de los de arriba. Su mundo se tambalea, pero sus cimientos, muy a nuestro pesar, continúan fuertes.
La necesidad de la política se hace evidente. Y los tiempos de Toni Negri y John Holloway, de “cambiar el mundo sin tomar el poder”, caen lejos. Hoy se constata, amargamente, cómo el poder nos afecta, la Ley Hipotecaria nos echa de casa y la reforma laboral nos deja sin empleo. Hay que aprender del que “se vayan todos” en Argentina, el 2002, y cómo luego volvieron los mismos de siempre, con la familia Kirchner al completo. O ahora en Islandia, cómo después de una revuelta social y de una nueva constitución ciudadana, la socialdemocracia y los verdes traicionaron las aspiraciones emancipatorias de la gente y volvió la derecha. Si no somos capaces de construir, entre todos, un nuevo instrumento político y social por y para los de abajo, respetando la autonomía del movimiento y sin olvidar la centralidad de la calle, continuaremos siendo “mercancía en manos de políticos y banqueros”. El debate sobre la perspectiva política de cambio está siendo, actualmente, más discutida que nunca en organizaciones, movimientos y activistas sociales. Buena noticia.
Hace dos años decíamos que el 15M era sólo el principio. Y así es. La lucha continúa.

dimarts, 21 de maig del 2013

UN ANY MÉS, ELS TONTOS DE LA PEL·LÍCULA

Cada any, quan arriben aquestes dates en que tenim que passar comptes amb el fisc, m’indigno. I, en contra del que penseu, no és perquè hagi de pagar (que també), sinó en veure les correccions dels mòduls que s’han d’aplicar a l’agricultura que fa l’Agència Tributària.
Trobo del tot increïble que hi puguin haver grans diferències entre pobles veïns de diferents comunitats autònomes. Més d’una vegada he posat l’exemple del canareu que té cítrics a un costat i l’altre del riu Sénia. Normalment (l’any passat va ser l’excepció) el rendiment al terme de Vinaròs és inferior al del terme d’Alcanar. Com si el riu Sénia fes de frontera climatològica: plou a Alcanar i no a Vinaròs o fa vent a Vinaròs i no a Alcanar... Sorprenent!
Fixeu-vos amb les dades següents (extretes del BOE del dia 23 d’abril passat):
Rendiment dels cítrics al terme d’Alcanar: 0,26 (sense cap tipus de reducció)
Id. terme de Vinaròs (de fet a tot el Baix Maestrat:  0,16, menys de la meitat que a la majoria de pobles del Montsià.
Sabeu a quins termes municipals se’ls hi ha reduït? Als de Tortosa, Aldover, Alfara de Carles, Roquetes, Xerta i Mas de Barberans (?!) En alguns d’ells, passi, però al Mas de Barberans i Alfara de Carles? És que hi ha cítrics en aquests termes?  D’haver-hi alguna explotació  serà l’excepció.  
El cas que us he exposat, no és l’únic. Sinó, mireu aquests exemples de poblacions o comarques veïnes:
Terra Alta: olives 0,26.
Peñaroya de Tastavins: olives 0,06.
Beceite, Cretas, Fuentespalda, la Fresneda, la Ginebrosa, la Portellada, Rafales, Valdeangorfa, Valdeltormo, Valderrobles, etc.: 0,16.
Lledó i Arens de Lledó (a tocar d’Arnes i Horta de Sant Joan): 0,22.
Més exemples?
Als termes de la Galera i Godall, les ametlles al 0,18, mentre que als termes veïns d’Ulldecona, Mas de Barberans o la Sénia, no tenen cap reducció (0,28)
Què s’ho facin mirar! A l’Agència Tributària no hi ha tècnics per a poder determinar el rendiment que puguen tenir els productes agraris a cada comarca o terme municipals. Però al d’Agricultura sí.
Han de ser els tècnics del Ministeri d’Agricultura qui, amb les conselleries de les diferents comunitats autònomes, més les organitzacions agràries i sindicals del sector, estableixin un criteri molt més equànime per ha que no hi hagin tantes diferències, aparentment, cap motiu.

5a FESTA DEL MERCAT A LA PLAÇA D'AMPOSTA II



















¿A dónde va el 15M? Viento en las velas del movimiento

Juan Carlos Monedero

A todas y todos los que han visto empeorar sus condiciones de vida en estos dos años. A los que han perdido la vida desesperados por la ruina de estos dos años (años acumulados a los anteriores). A los que ven con amargura que al nos has fallado de Zapatero le ha sucedido un insultante os he mentido de Rajoy. Sabemos que aún no estamos a la altura.Pero las fuerzas se van acumulando. Nada de lo que pasa va al olvido.
 La recuperación del coraje democrático
 El 15M es, sin duda, lo mejor que le ha pasado a la democracia desde que se murió Franco.  Si no parece mucho, será porque tampoco hemos ganado mucho desde que salimos de la dictadura. O será que lo que ganamos lo hemos perdido con la misma vertiginosidad. El que mira siempre está lleno de los propios reflejos.
 El 15M es la devolución -con acuse de recibo- a los partidos de la izquierda y también a los sindicatos de la orden de abandonar las calles que dieron en 1977, cuando, con ocasión de los mentirosos Pactos de la Moncloa, nos dijeron que volviéramos al trabajo y a las aulas para que nos consintieran la democracia. El 15M es la devolución a los partidos de la derecha de la orden histórica de interiorizar la ausencia de alternativas a lo existente, para volver a resignarnos como en la larga noche del franquismo o como en el turnismo del siglo XIX. Es también la devolución a Europa de la orden de asumir una Constitución demediada y a un rey socializado en el Palacio del Pardo y en la frivolidad, devolverles a los burócratas europeos el sentimiento de inferioridad sembrado en nuestro país y la exigencia de una inserción en la economía comunitaria que pasa por perpetuarnos como los camareros y los cuidadores de los pudientes y jubilados del continente. Es la devolución a la patronal de sus órdenes de irnos a trabajar a Laponia o a poner copas a Londres, de la pretensión de empresarios sobrados de recuperar el derecho sobre nuestras vidas y, ya de paso, de nuestros cuerpos. De devolver su exigencia de que la enseñanza sea un negocio financiado por todos donde paguemos por lograr en el futuro un trabajo basura y, además, donde nos lobotomicen la capacidad crítica con incienso y, si es menester, alguna que otra hostia. Es la devolución a la iglesia y a la monarquía de la confianza que nunca se ganaron, de su privilegio anclado en tradiciones arcaicas, de su abuso ideológico y de su terrorismo intelectual, de su negación, en suma,  a aceptar que los tiempos reclaman un Estado laico y republicano donde la ciudadanía se haga cargo de las riendas de su futuro político -sin dioses, reyes ni tribunos-, malbaratado por unas cúpulas que repitieron demasiado pronto las mañas que dijeron venir a solventar.
 El atraso secular de España
 El 15M es la expresión del retraso con el que, tradicionalmente, España se ha incorporado a los procesos económicos europeos y mundiales. Su sabiduría ha sido su ignorancia. Y su ignorancia es la que ha permitido lograr cosas que, supuestamente, eran imposibles. Ese retraso está detrás del 15M. Es el que ha permitido una respuesta ciudadana ante la pérdida de un bienestar que llegó tarde, que era más débil que el de nuestro entorno y que se fue demasiado pronto. Al tiempo, ha demostrado, con su pie cambiado, la deriva autoritaria y excluyente de Europa, haciendo ver al resto de la ciudadanía del continente que le estaban dando gato neofascista por liebre democrática. Salvo a Alemania, que ya ponía directamente el gato que ya no viste de gris porque lo que ayer se conseguía con los panzer hoy se logra con los préstamos y la troika (aunque en Alemania ya hay disidentes como los hubo en los años treinta). La guerra civil española donde se juntó la polémica aún pendiente con el antiguo régimen con el auge de los fascismos ante el surgimiento de la URSS y la crisis de 1929 – sirvió en su día para que Europa vislumbrara dónde se encontraba. De la misma manera, el 15M ha sido un espejo donde Europa ha visto todo lo que ha perdido, tanto en términos políticos como económicos. Y, principalmente, todo lo que puede perder. Cuando se deja de redistribuir la renta, la cesión de la gestión política a las cúpulas de los partidos estalla como algo negativo, aún más cuando el desarrollo de Internet ha generado un funcionamiento horizontal que enseña esa metodología al resto de ámbitos sociales. Las crisis del capitalismo se gestionan más fácilmente en pueblos analfabetos y sin capacidad de comunicarse.
 El 15M surgió porque el modelo neoliberal agravó las condiciones de los sectores más débiles y, al tiempo -porque ya no bastaba con los excluidos de siempre- expulsó de los derechos de ciudadanía a las clases medias. Esta novedad histórica permitió que se encontraran los beneficiados del Estado social con sectores tradicionalmente subordinados, construyendo una ventana de oportunidad política que construye una potencial alianza con posibilidades reales de cambiar las cosas. La sociedad se proletarizó, y trasladó su condición de clase media con estudios, familiaridad con las nuevas tecnologías, pacifismo, experiencia viajera e idiomas- a esa nueva situación de empobrecimiento y mal trato que le generó una alta indignación.
 Las contradicciones insolubles del modelo (o de la corrupción como consecuencia de la crisis económica)
 El modelo neoliberal genera, como diría el clásico, sus propios sepultureros. La internacionalización del capital, la desregulación financiera, la deslocalización, el poder de las grandes empresas multinacionales los 35 empresarios hispánicos que entrega una carta al rey para que, a su vez, se la entregue al presidente del gobierno- y el mantenimiento de la tasa de ganancia de las empresas sostenido sobre los hombres de las mayorías en forma de desposesión de bienes y derechos sociales, de robo de la vivienda, de abaratamiento de la mano de obra o de rescates públicos- necesariamente expulsa, cuando menos, a un tercio de la población, que ve en un plazo muy breve cómo su calidad de vida se ve radicalmente cuestionada (aunque si sumamos al 26% de desempleo, la emigración y la gente que ya está fuera de las estadísticas, el porcentaje aumenta).
 En tiempos de recortes y pérdida de calidad de vida, la vida desahogada de las élites políticas pasa a primer plano. Las necesidades generalizadas invitan a la delación, pues la avidez crece y la discriminación aumenta. Es entonces que la corrupción política aparece en todo su esplendor. No porque haya más que en otros momentos la corrupción es el lubricante del sistema-, sino porque, al haber menos para repartir, los que se quedan fuera denuncian, al tiempo que los que siempre han estado fuera y antes toleraban ahora se indignan y dejan de hacer la vista gorda. El hombre nuevo es el hombre viejo en nuevas circunstancias. Y ésas todavía no han llegado.
 La crisis económica ha abierto los ojos a la crisis política. De pronto, todas las peleas puntuales parecen unirse en un hilo rojo donde, como siempre en la historia de este país llamado reino de España, una amplia mayoría está en un lado, reclamando la emancipación, y una minoría, en el otro, reclamando resignación y, en su caso, mano dura. ¿Las dos Españas? Una mentira mil veces repetida. En un lado, el grueso del país. En el otro,  los publicistas (ahora, los medios de comunicación y sus columnistas y tertulianos), la cúpula de la iglesia y sus soldados catecúmenos, la monarquía, los banqueros, los terratenientes (ahora constructores e inmobiliarias) y los grandes empresarios. También los jueces, los notarios y los registradores de la propiedad, junto a sectores de la alta oficialidad del ejército y de la policía. No faltará algún que otro catedrático de universidad y alguna tonadillera, los consabidos mercenarios extranjeros y las familias reales europeas.
 Las renuncias tácticas como renuncias estratégicas
 Hubo un tiempo, durante la transición, que la izquierda quiso participar, como fuera, del aparato del Estado (me refiero al Partido Comunista). Creía que, desde ahí, iba a conquistar pasos esenciales hacia el socialismo. Por eso asumió la monarquía, la bandera, los políticos franquistas, la renuncia al castigo a los golpistas (como acaban de hacer en Guatemala con Ríos Mont), las bases norteamericanas, el papel de la iglesia, una Constitución donde los derechos sociales estaban impedidos y donde la democracia participativa estaba ausente. Hoy sabemos que eso era una ingenuidad. Al igual que, hoy, sería algo peor que una ingenuidad que el 15M se convirtiera en un partido político. Durante la transición, las exigencias de Santiago Carrillo pudrieron no pocos desarrollos. ¿Y hoy, quién exige?
 Medir mal los tiempos es igual que equivocarse. Nunca los cambios han nacido como una alternativa directa al poder. Primero precisan agotar el momento destituyente, demostrar que las instituciones vigentes han agotado su ciclo, demostrar la inanidad de esas personas que aplauden que la Pantoja no entre en la cárcel o que la Infanta Cristina no vaya, por ahora, a juicio. Convencer a esas personas que votan al PP porque ya no pueden votar al PSOE y que están esperando a ver si pueden votar al PSOE porque ya no pueden votar al PP. Hacer ver a la gente que la nueva formación política que nazca no quiere asumir responsabilidades para ofrecer lo que ya no pueden otorgar ni el PSOE ni el PP con sus apoyos puntuales en CiU y el PNV o, llegado el caso, UPYD. Antes de crear un partido político hay que crear el movimiento social que necesite un nuevo partido político. Y el instrumento para convencer a la gente no es, precisamente, un partido político.
 El 15M como repolitización en una democracia de baja intensidad
 El 15M vino para ayudarnos a pensar, justo cuando habíamos hecho nuestro el lema que la Universidad de Cervera mandara a Fernando VII (Lejos de nosotros la peligrosa novedad de discurrir). El 15M no era una respuesta, sino una pregunta. Una pregunta a la democracia representativa, tan poco democrática ella (Qué tontos los ingleses decía Rousseau en El contrato social- que creen que son libres porque votan cuando sólo son libres una vez cada cuatro años). Y una pregunta a un modelo económico que nos volvía a convertir en mercancías, ahora de la mano de banqueros y de sus empleados en el gobierno y en las cúpulas de los partidos políticos. El 15 M vino a politizarnos. Y politizar es inyectar conflicto. Y aquí estamos, conflictivos, desobedientes, indignados, sabiendo que, de pronto y sin avisar, el hielo se va a resquebrajar y debe encontrarnos organizados. En esas andamos. Sin saber lo que queremos pero sabiendo lo que no queremos.
 El 15M no ha ganado ninguna guerra, pero ha ayudado en todas las batallas. Igual que el mercado es una poderosísima herramienta que asigna recursos y precios de manera vertiginosa, el 15M asigna conciencias y brazos a todas las posible peleas de la emancipación. El sistema puede prever dónde se moverá la indignación pero no podrá hacer gran cosa para impedirlo, pues ese espacio está construido por todas las teselas de insatisfacción que, juntas, conforman el mosaico de la alternativa.
 Es el sistema el que cava su trinchera. Tiene la ventaja de que la proporción de “norte” que nos ha correspondido hace a una parte de la población conservadora de su pequeño privilegio. No es tiempo de pesimismos, pero tampoco de optimismos. Es tiempo de optimismos trágicos o de pesimismos esperanzados. No es fácil, pero errar promete el infierno y acertar, cuando menos el purgatorio. El 15M va a seguir impulsando todas las protestas que no puedan ser usurpadas por una lógica partidista. No está escrito, sin embargo, que su éxito esté garantizado. Es el necesario pesimismo. A dos años del 15M, el incremento de conciencia, a día de hoy, ha dejado más espacio libre a los indigentes intelectuales y morales de la derecha que nos gobiernan. De nada servirá esta explosión de dignidad popular si no se canaliza hacia posibilidades de cambio. En 2011, el 15M tuvo éxito porque carecía de liderazgo, de programa y de estructura. Ahora corresponde impulsar liderazgos (en plural) que rebajen incertidumbre y generen credibilidad ciudadana (el caso de la PAH es evidente en ese aspecto). Toca construir un programa de mínimos compartido que demuestre la irrelevancia del régimen de 1978. Y es hora de articular alguna forma de organización que haga las labores de sutura entre la democracia representativa inevitable en el corto plazo- y las exigencias de participación popular. Adelantar un partido es un gran error, pues no tiene sentido un partido si todavía no se ha logrado convertir en sentido común la decadencia del régimen de la transición. Las carreras aquí son tropiezos prometidos desde ya. Es tiempo de resistencias que exacerben las contradicciones del sistema. De formas de organización alternativas que demuestren la virtud de otras maneras de hacer las cosas. De reflexión y debate camino del nuevo régimen que sustituya al caduco y lacerante que ahora padecemos. Un proceso constituyente, que devuelva al pueblo su condición de soberano, parece que va en la dirección correcta.
 El 15M sabe su lado. El 1% también. Falta que el otro 90% decida dónde poner su esfuerzo. Hay viento en las velas. Se trata ahora de orientarlas.

dilluns, 20 de maig del 2013

L’ESPERPENT DE MOURINHO



Diumenge quan vaig anar a comprar el diari al quiosc habitual, em vaig trobat amb Josep Lluís Tarrazona, el que va ser president del CF Amposta fins fa ben poc. Els dos ens mostràvem contents per la victòria del Atlético de Madrid en front al Real Madrid, millor dit, estàvem contents per la derrota dels blancs, per a que donar-hi més voltes.
Li vaig dia a Tarrazona que l’expulsió de Mourinho havia estat un mal final per a l’entrenador portuguès. Com a persona entesa en futbol (més que jo, segur) em va dir que l’expulsió l’havia provocat ell mateix per a desinhibir-se de l’acte d’entrega de trofeus. I segur que va ser així.
Mireu, si el Madrid guanyava, tal i com estaven anant les coses darrerament, segur que els mateixos jugadors l’haurien deixar de banda a l’hora de celebrar el triomf amb la seva afició. I la mateixa afició, aquella que l’ha esta recolzant fins no fa gaire, segur que l’hauria xiulat majoritàriament.
I si es perdia... Ah! Si es perdia, molt pitjor. La xiulada hauria estat d’aquelles que fa època. El Santiago Bernabeu xiulant i escridassant a aquell que presumeix de ser el millor entrenador del món. D’aquell que va arribar al Madrid per a guanyar-ho tot i desbancar al Barça. D’aquell que va tenir tres oportunitats per a ficar la décima a les vitrines del club i ha marxat amb una copa del Rei y una lliga i gràcies. Hauria estar un mal colofó per a un personatge esperpèntic amb un dels egos més pujats del món del futbol.
Durant els darrers dies, mentre es parlava de Mourinho i la més que segura marxa del Madrid cap a un altre club (Inter o Chelsea), s’han recordat molts dels seus moments gloriosos. Però entre tot el que s’ha dit, em quedo amb una idea: Va fitxar pel Madrid per acabar amb el Barça i el que ha fer ha estat acabar amb el Madrid. No sé qui la va dir, però em sembla genial.
No obstant, m’agradaria acabar amb el que avui apunta l’Ernest Folch al Periódico. Al seu article Gràcies per tot, Florentino, hi destaca una frase: Els focus se centraran en “Mou”, però el gran culpable d’aquest colossal naufragi és el president.