Para evitar que los tachen de ladrones y mentirosos, los sabios
líderes del PP han preferido que los llamen tontos del culo. Es una
línea de defensa arriesgada, muy utilizada también por ciertas casas
reales. Tampoco les quedaban muchas más opciones. Si dices ahora que
Bárcenas es un delincuente, un timador y un desalmado, pero dejaste que
ese mismo delincuente llevara las finanzas del partido durante décadas
es como ponerte un camiseta impresa con el lema: “Pobre de mí, qué
gilipollas fui”. Más que nada, para que rime con San Fermín.
Ocurra lo que ocurra con Bárcenas, y pueden ocurrir todavía muchas cosas (desde que se resbale en las duchas de Soto del Real hasta que acabe en Castellón en una administración de lotería), de una cosa podemos estar seguros: al dinero suizo no le va a pasar absolutamente nada. Ahí estarán todos sus millones esperándolo para cuando salga de la prisión, dentro de equis días o equis años. Una señora fortuna amnistiada y bendecida por Montoro; un dinero que no era de nadie, como advirtió aquella lumbrera socialista; una ganadería de billetes que andaba por ahí, pastando por los Alpes, hasta que llegó alguien y la fue marcando a fuego con una B mayúscula.
España es un país muy juicioso. Entre el juicio a Bretón, el juicio a Urdangarín, el juicio de los ERES andaluces y el juicio a Bárcenas se va pasando el verano. El país entero es un juzgado a la sombra, que al sol hace mucho calor. Rubalcaba habla de la podredumbre del Gürtel y Cospedal de la corrupción andaluza; unos y otros juegan al acusica, lanzándose la pelota judicial: el mismo juego al que llevan jugando desde que la democracia tenía pantalones cortos. Al final la marca España va a resultar un cubo de basura, cuando no una toga y un mazo.
Sin embargo, la diferencia es que, según todos los indicios, la ppodredumbre no afecta a una sola comunidad, o a dos, o a tres; no es una cosa de Mato y de Matas. Qué va, la ppodredumbre sube ya por el cuello, la boca y los ojos, por encima de la peineta. El aparato entero del partido es un zombi putrefacto que va perdiendo dedos, brazos y piernas, balbuceando excusas en diferido, dando asco y lástima entre las penúltimas dentelladas. Algún miembro debe quedar sin infectarse, alguna alma cándida, algún despistado no incluido en el Necronomicón de Bárcenas. No sabemos quiénes son (Esperanza Aguirre no, eso seguro), ni dónde están, ni qué hacen, pero algo deberían hacer, algo deben de estar pensando para cuando el zombi caiga a tierra definitivamente difunto. Por algo el PP es una formación de resistentes, de supervivientes, una metamorfosis de franquistas a demócratas de toda la vida, una fulgurante evolución de fragasaurios a mamíferos, del blanco y negro al plasma. Si de las ruinas de AP formaron el PP, sacarán el RIP de las miasmas del PP. Resistencia Independiente Popular. La oligarquía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Ocurra lo que ocurra con Bárcenas, y pueden ocurrir todavía muchas cosas (desde que se resbale en las duchas de Soto del Real hasta que acabe en Castellón en una administración de lotería), de una cosa podemos estar seguros: al dinero suizo no le va a pasar absolutamente nada. Ahí estarán todos sus millones esperándolo para cuando salga de la prisión, dentro de equis días o equis años. Una señora fortuna amnistiada y bendecida por Montoro; un dinero que no era de nadie, como advirtió aquella lumbrera socialista; una ganadería de billetes que andaba por ahí, pastando por los Alpes, hasta que llegó alguien y la fue marcando a fuego con una B mayúscula.
España es un país muy juicioso. Entre el juicio a Bretón, el juicio a Urdangarín, el juicio de los ERES andaluces y el juicio a Bárcenas se va pasando el verano. El país entero es un juzgado a la sombra, que al sol hace mucho calor. Rubalcaba habla de la podredumbre del Gürtel y Cospedal de la corrupción andaluza; unos y otros juegan al acusica, lanzándose la pelota judicial: el mismo juego al que llevan jugando desde que la democracia tenía pantalones cortos. Al final la marca España va a resultar un cubo de basura, cuando no una toga y un mazo.
Sin embargo, la diferencia es que, según todos los indicios, la ppodredumbre no afecta a una sola comunidad, o a dos, o a tres; no es una cosa de Mato y de Matas. Qué va, la ppodredumbre sube ya por el cuello, la boca y los ojos, por encima de la peineta. El aparato entero del partido es un zombi putrefacto que va perdiendo dedos, brazos y piernas, balbuceando excusas en diferido, dando asco y lástima entre las penúltimas dentelladas. Algún miembro debe quedar sin infectarse, alguna alma cándida, algún despistado no incluido en el Necronomicón de Bárcenas. No sabemos quiénes son (Esperanza Aguirre no, eso seguro), ni dónde están, ni qué hacen, pero algo deberían hacer, algo deben de estar pensando para cuando el zombi caiga a tierra definitivamente difunto. Por algo el PP es una formación de resistentes, de supervivientes, una metamorfosis de franquistas a demócratas de toda la vida, una fulgurante evolución de fragasaurios a mamíferos, del blanco y negro al plasma. Si de las ruinas de AP formaron el PP, sacarán el RIP de las miasmas del PP. Resistencia Independiente Popular. La oligarquía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.