dimecres, 17 de juliol del 2013

Miguel Angel Blanco, el tonto y el lápiz

Aníbal Malvar

La diferencia entre un tonto y un lápiz es que al tonto le gusta el lápiz y el lápiz se siente inútil en manos de un tonto. Por eso es tan sencillo distinguir a los tontos de los lápices. El lápiz sirve para escribir y el tonto apenas para ser descrito. Se me ocurre esto al pensar en el lápiz de Luis Bárcenas y en la descripción que acaba de hacer de sí mismo, y de su partido, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons. “El PP no es Bárcenas, es Miguel Angel Blanco”, ha dicho este señor tan descriptible en el décimo sexto aniversario del asesinato del concejal del PP de Ermua. Esta vez el lápiz se ha vengado del tonto, y le ha escrito un discurso para la porqueridad. En la época de Naseiro y Bárcenas, la porquería se escondía debajo de las alfombras de los bancos de Suiza, como se ha hecho toda la vida. Ahora González Pons intenta esconderla dentro de los ataúdes, y yo creo con gran dolor que esta es una de las frases más sucias que jamás he escuchado.
Si no fuera porque en España, a pesar del ministro Wert, sigue habiendo más lápices que tontos, se abriría ahora la veda de hacer campaña electoral contando a los muertos de cada bando. Concediéndoles incluso el voto póstumo, por mucho que otros crean que Miguel Angel Blanco jamás volvería a votar al PP después de haber escuchado el esputo intelectual con el que nos acaba de amenizar la semana Esteban González Pons.
Hablando de tontos, de lápices, de muertos y de Esteban González Pons se me acercan a la cabeza unos versos de Silvio Rodríguez que quizá no vengan al caso.

Yo digo que las estrellas le dan gracias a la noche,
porque encima de otro coche no pueden lucir tan bellas.
Y digo que el que se presta para peón del veneno
Es doble tonto, y no quiero, ser bailarín de su fiesta

Si algo nos enseña cierta clase política es saber que no tiene límites la iniquidad humana. Lucen bellos los muertos, como las estrellas de Silvio, en la pulcritud de la noche. Hasta que un tío, como Esteban González Pons, los sube a un coche. A un coche oficial. Con lagrimitas falsas en los ojos. El lápiz del tonto en la mano. Y algún bailarín en su fiesta.
Conjugar en la misma frase el imperativo Bárcenas con el pretérito imperfecto Blanco (imperfecto porque nunca debió de ser pretérito) es escupir a la gramática ética. Y dar un disgusto grande a unos cuantos fulanos honrados. Unos cuantos fulanos honrados ya sabemos que algún que otro diputado, ministro o presidente nos ha salido tonto y marioneta. Y es llevadero. Pero qué disgusto más contumaz el concienciarse de que, aparte de tonto, un vicesecretario de lo que sea te ha salido también malvado, juntacadáveres, desenterrador, gusanero.
Yo, personalmente, prefiero que Luis Bárcenas se haya trincado cincuenta millones a que Esteban González Pons quiera esconder esos cincuenta millones en el ataúd de Miguel Angel Blanco, para que nadie los vea. Da tanto miedo pensar lo que ciertos personajes puedan hacer con tu nombre y tu ataúd después de asesinado… Yo creo que, como reprimenda, a Esteban González Pons deberíamos quitarlo de vicesecretario de lo que sea y regalarle un lápiz. Para que escriba cien mil millones de veces en la arena los nombres de Miguel Angel Blanco, de Ernest Lluch, de Federico García Lorca, de Puig Antich, de Fernando Buesa, de Isaías Carrasco, de Yoyes, de Fernando Múgica, de Joseba Pagaza, de Luis Portero, de López de Lacalle, de Sauquillo, de Benavides y de Valdevira, y de todos los muertos malmatados por cualquier sinrazón… A ver si aprende González Pons a no escribir más esos nombres en vano. No vaya a ser que se porte otra vez con el lápiz como el tonto. Y que le siga gustando, más que a un tonto un lápiz, conjugar ciertos nombres para asco de todos estos muertos y de algunos otros vivos.

dimarts, 16 de juliol del 2013

LA SEGONA TEORIA DE LA CONSPIRACIÓ

Ara resulta que l’oposició, sobre tot el PSOE, està en connivència amb Bárcenas per a fer caure el PP del govern.
Els peperos diuen que veuen fantasmes on no n’hi ha...  Ja ens tenen acostumats...
Quan l’any 2004 es van produir els atemptats de l’11-M de Madrid, el PP mantenia, en contra de tota evidència i reivindicació, que els havia comés la banda terrorista ETA. Davant les mentides de qui era el secretari general Ángel Acebes, la ciutadania, convocada via mòbil, va manifestar-se davant de les diferents seus del PP. A llocs com Amposta on per aquell temps no hi havia seu, la convocatòria es va fer davant de l’ajuntament amb les corresponents xiulades i cassolades.
Respectant el dolor de les famílies que van perdre algú als atemptats, la situació de l’executiu, comparativament, és molt més greu. Si fa 9 anys mentien sobre l’autoria d’uns atemptats que sabien que els podia costar unes eleccions, ara menteixen sobre uns fets que tothom sap (fins i tot els propis militants i simpatitzants del PP) que han existit. Hi ha proves concloents que així ho corroboren i fins i tot testimonis sorgits d’entre els seus càrrecs, com per exemple Manolo Milian Mestre, l’exdiputat morellà del Parlament de Catalunya.
En 7 anys i mig de govern de Zapatero, el PP mai va acceptar (al menys públicament) que els autors dels atemptats de l’11-M fossin obra de una cèdula islamista radical. Recolzats pel diari el Mundo (el mateix que avui sembla que els vol veure fora), sempre van mantenir-se ferms en defensa de la teoria de la conspiració. Segons el PP, el PSOE, a l’oposició i la banda terrorista ETA s’haurien posat d’acord per cometre els atemptats i culpar als extremistes islàmics. Mai han acceptat (al menys en públic) que va ser una revenja en contra d’Aznar (el mateix que ara es postula per a retornar a la política activa), per haver ficat a Espanya en una guerra il·legal com va ser la de l’Iraq.
Finalment el PP va recuperar el govern espanyol sense haver de fer res. Ni l’incompliment flagrant del seu programa electoral (si és que hi havia programa electoral), semblava que produïa un desgast apreciable en la intenció de vot.
Però el PP, portador als seus gents de la llavor franquista, també porta incorporada la mentida, la hipocresia, la vanitat, la intolerància... I fins i tot la covardia i el robatori, un clar exemple de la qual és el propi president Mariano Rajoy Brey que opta per amagar-se fins i tot al darrere d’un televisor de plasma per a no veure’s amb el compromís de respondre les preguntes dels periodistes, com per exemple la de si va cobrar sobresous del seu partit i d’on sortien tots aquests diners.  
Quan el PP va arribar al poder ho va fer amb la feixuga càrrega de la Gütel. Més de la meitat dels espanyols coneixíem obertament les martingales que s’havien produït a comunitats autònomes com València, Múrcia i Mallorca amb malversació de cabals públics i tota mena de tripijocs. Però la ciutadania reclamava un canvi de rumb i, malgrat tot, van dipositar la confiança en el PP.
Rajoy hauria de dimitir i, acte seguit, també ho hauria de fer Rubalcaba. El PSOE no pot aspirar a guanyar amb un marge prou ampli que li permeti aplicar les seves polítiques, sinó hi ha un canvi de persones i idees.
Un govern a la italiana posaria Espanya en una situació molt difícil i, els espanyols són tant tontos (també molts catalans) que encara tornarien a votar el PP per a què tornés a ser el salvador del tots els seus mals.
Mentre, els populars, seguiran parlant de la segona teoria de la conspiració, aquest cop segurament recolzats per la Razón. La història sembla que es repeteix i es repetirà com si hagués entrat dintre d’un bucle de sortida impossible. 
El que ha de qudar clar és que són uns MENTIDERS COMPULSIUS I FARAN EL QUE CALGUI PER A MANTENIR-SE AL PODER. ÉS LA DRETA PURA I DURA I HO HAN DEMOSTRAT SEMPRE QUE HAN GOVERNAT, ABANS AMB AZNAR I ARA AMB RAJOY. 
 
Però mentre: RAJOY DIMISSIÓ!!    

FOTOS ASSAIG 12-07-2013 (IV)
























Viaje al centro de la mierda

David Torres

Podredumbres, mentiras, cuentas suizas, financiación ilegal, chantajes, no eran más que cortinas de humo. Lo que asoma detrás de la correspondencia entre Mariano y Bárcenas (si la correspondencia es ficticia, no sé a qué esperan para cerrar televisiones y periódicos) es una hermosa historia de amor. Y como las buenas historias de amor, como los buenos boleros, también éste acaba en rencor, odio y despecho. Si uno lee de carrerilla los sms entre Mariano y Bárcenas, le sale una canción de Pimpinela.
Esta nueva contribución del PP a la literatura popular señala la dificultad de escribir un relato coherente cuando no se tiene muy claro ni el estilo ni el género. Demasiados cambios de timón, demasiadas perspectivas, demasiadas incoherencias narrativas. Lo que empezó como novela negra, muy negra (con sospechas, con trajes, con regalos, con bodorrios, con cuentas suizas) se ha contagiado del tono de una novela rosa hiperbreve certificada en varios mensajes de móvil. Ya era bastante difícil mantener la ficción de que Bárcenas no es más que un supervillano que tenía engañada a toda la directiva del partido sin contar con la excusa de una deficiencia mental colectiva. Al final el ingenuo lector, el votante pasmado, el españolito de pie atropellado por la peor crisis de la democracia no sabe qué es peor: que lo haya timado una mafia política al completo o un solo delincuente con gomina. Ni a qué novela quedarse: una banda de ladrones corruptos y embusteros o una ganadería de tontos faulknerianos al frente del gobierno.
Además del género policíaco y de Faulkner, Mariano también ha recurrido a Cela: “Sé fuerte, Luis”. “Resiste”. El que resiste, gana, epitafio del único premio Nobel gallego. Claro que no es lo mismo resistir fumando habanos en La Moncloa que fumando Farias en el trullo. Ahora, como en los malos culebrones, surge de golpe una solución de compromiso, una historia de amor pimpinelesco que hay que desentrañar entre líneas, como los cuentos de Chéjov. Decía Hemingway que un buen cuento debe ser como un iceberg, con cuatro quintas partes sumergidas. Pero el iceberg se va descongelando y lo que sale a flote no es ni cuento ni hielo. En su lento deshielo, Mariano al menos ha demostrado cierta coherencia narrativa, un dolce far niente, no hacer nada, no decir nada y cambiar de canal cuando dan las malas noticias. Como si, en vez de referirse al presidente del gobierno y a su vergonzosa implicación en una trama infecta, estuviera asistiendo a una película. Como si, en vez de hablar de política nacional, hablaran del tiempo. No esperábamos más, pero tampoco menos, del hombre que definió una marea negra como “unos hilillos”. Entonces el petróleo anegaba a mejillones y percebes y diez años después ahoga a las gaviotas.
Es posible que los guionistas de La Moncloa recurran para el próximo giro narrativo a la ciencia-ficción, uno de los pocos géneros que todavía no han tocado. Un mundo paralelo (para muy lelos), una realidad alternativa donde el presidente ya se ha instalado y en la que los mensajes de móvil, los cuadernos de Bárcenas y el dinero negro forman parte de una conspiración alienígena, un viaje al centro de la mierda con paradas en Suiza, en Soto del Real y en Génova. Mariano sería otro Mariano y Bárcenas otro Bárcenas, seres brotados de habichuelas gigantes como en La invasión de los ladrones de cuerpos. Tampoco suena demasiado inverosímil teniendo en cuenta todo lo que nos han contado en episodios anteriores. Pero yo me quedo con la historia de amor. Sí. De amor al dinero.