dilluns, 20 de maig del 2013
Fronteras de la democracia
Pablo Bustinduy
Filósofo
Ilustración Ramón Rodríguez
Filósofo
Ilustración Ramón Rodríguez
“Un cuerpo ciudadano inclusivo pero esencialmente pasivo, en el que caben tanto la élite
como la multitud, pero cuya ciudadanía tiene un horizonte limitado”
como la multitud, pero cuya ciudadanía tiene un horizonte limitado”
Ellen Meiksins Wood, “La democracia contra el capitalismo”
1. En la antigua Grecia, la libertad (eleutheria) quería decir: ser libre de servir. Ciudadano es aquel que no tiene señor y no le debe nada a nadie, quien no debe sudar para que otro le arrebate el fruto de su tiempo y de su esfuerzo. Por debajo, claro, estaba el cuerpo de los esclavos; por detrás el de mujeres y extranjeros. En el centro de la plaza, sin embargo, la presencia del demos era escandalosa: su gobierno no estaba basado en el linaje, la riqueza, la inteligencia o la aptitud, sino en la socialización de las decisiones y de la razón política, en el poder común de la gente libre. Por eso la mayor parte de los cargos políticos se sorteaban al azar, y las principales discusiones se sometían al griterío de la asamblea: porque quien no trabaja para un tirano tampoco se encomienda a él para que decida en su lugar.
2. En las democracias modernas, el “gobierno del pueblo” se convierte en el gobierno de sus representantes, y el pueblo en una ficción por la que la igualdad consiste en que el voto de un oligarca y el de un obrero valgan exactamente lo mismo. Todo lo que los separa -su trabajo, sus ingresos y relaciones, el poder que ejercen o que se ejerce sobre ellos- desaparece por arte de magia de la escena política. En la democracia capitalista, el demos es una superficie lisa, homogénea, fría, donde la vida social no deja marca alguna y todos tienen el mismo derecho a no hacer (casi) nunca (casi) nada. Pero los griegos ya decían que toda ciudad tiene dentro otras dos ciudades, que no todos viven en las mismas condiciones ni tienen las mismas posibilidades. Por eso el pueblo es a la vez el nombre de las clases bajas y de todo el cuerpo social: porque ese cuerpo está quebrado por dentro.
3. En el parlamento, la democracia entra en un lugar cerrado que pretende tener el monopolio de lo legal y lo legítimo (no es casualidad que los parlamentos del Sur de Europa estén blindados: esa es en última instancia la porosidad de la “esfera política”). La ficción representativa despolitiza por principio todo lo que queda fuera de ella. Por eso los escraches son “nazismo puro” y el millón de firmas del referéndum de la sanidad, una “parodia”. Del otro lado de esa frontera, sin embargo, hay cada vez más gente a la que ya no le quedan razones para mantener el pacto social. Es un bloque histórico (en el sentido casi tectónico de placas de ruptura, de un continente que busca darse su propia forma) en crecimiento y más consistente de lo que se deja pensar. La paradoja es que cuanta más presión hace contra el límite, más se acerca a su propia frontera, a sus propios momentos de desborde y definición.
4. En un comentario sobre las lecciones de la revolución, Trotsky dice que en ese tipo de situación suelen surgir dos actitudes que obligan a retroceder en lugar de saltar adelante. El primero no encuentra a su alrededor más que defectos, dificultades e imposibles para el movimiento; el segundo solo ve un obstáculo cuando ya se ha abierto la cabeza contra él. Uno ve montañas por todas partes; el otro está convencido de que el “océano le llega por las rodillas”. Spinoza decía que la esperanza y el miedo son dos versiones simétricas de una misma parálisis, de una misma incapacidad de actuar. Probablemente, encontrar el punto medio entre esos dos extremos sea hoy una premisa para el problema de la organización.
5. La situación se ha vuelto cada vez más impredecible. La unidad del demos, de la que tanto se habla, nunca viene dada de antemano: es un proceso dialéctico, contradictorio, que avanza inutilizando límites, haciendo fuerza contra ellos, volviéndolos inservibles. Gilles Dauvé y Karl Nesic escriben en Más allá de la democracia:
“En Petrogrado, en 1917 y con 90.000 empleados (hombres y mujeres) del textil ya en huelga, uno de los detonantes de la revolución fue una manifestación de mujeres que, el día 23 de febrero, se hartaron de hacer cola delante de las panaderías y decidieron plantarse frente a la sede de la Duma municipal para exigir pan (…) Por el camino detuvieron los tranvías y se pararon frente a las puertas de fábricas y oficinas, incitando generalmente con éxito a parar el trabajo. Es un ejemplo de cómo lograr que se entremezclen las categorías “domésticas” y “obreras”, el lugar de trabajo y el espacio fuera de él, la ocupación de la empresa y de la calle; es crear un umbral a partir del cual todo puede ponerse en discusión. A una escala más modesta, apenas se entreabre una brecha en la realidad puede surgir ese “desorden fraternal” (Babeuf), productor de una comunidad de lucha. En Rouen, en mayo de 1968 y tras haber sido invitados a parar el trabajo, los empleados de una calle comercial se ponen a debatir a pie de calle; se suma todo viandante que lo desea, sin que nadie les pregunte quiénes son ni en nombre de quién hablan. Las fronteras solo rigen mientras rigen las rutinas.”
Los procesos pueden darse a muchos niveles y con distintas lógicas: lo esencial es acumular fuerzas en el instante en que se cruzan las trayectorias, cuando se puede desbordar las fronteras y poner las cosas en discusión.
diumenge, 19 de maig del 2013
ENTREVISTA A JESÚS ÁVILA GRANADOS –escritor-
P.- Amigo Jesús, para empezar, ¿cómo te definirías –como escritor, como
periodista o ambas cosas?
R.- Antes de ser escritor fui
periodista y mucho antes, con pantalón corto, viajero; actualmente soy las tres
cosas al mismo tiempo, porque antes de ponerse a escribir, el escritor debe
conocer personalmente los lugares que va a describir; estos conceptos he
procurado que estuviesen muy relacionados en los 41 años que voy a cumplir como
profesional de la comunicación.
P.- En tu extensa obra tienes todo tipo de publicaciones: libros de
viajes, ensayo, novelas y hasta una enciclopedia dedicada exclusivamente al
aceite de oliva, ¿de qué obra te sientes más orgulloso?
R.- Han sido muchas las
satisfacciones que me ha deparado la vida a lo largo de estas últimas cuatro
décadas de intensa actividad. Después de haber escrito miles de artículos
periodísticos y cerca de un centenar de libros, puedes imaginarte que la
experiencia acumulada resulta sorprendente, en todos los sentidos, porque cada
trabajo ha supuesto una experiencia, siendo probablemente la más gratificante
el conocer a personas muy interesantes; todas ellas me han aportado una
información de lo más valiosa, porque siempre me he interesado por la
antropología, y extrayendo del ser humano sus potenciales más nobles. Por ello,
es fácil deducir que cada artículo periodístico, en pequeña escala, y cada obra
literaria, contienen elementos inolvidables, que han marcado un momento
determinado de mi vida, y de los que me siento de lo más orgulloso.
P.- ¿Cuál ha sido tu mayor éxito de ventas?
R.- La mitología templaria,
que ya está en su sexta edición, ha sido el libro que más proyección me ha
dado, a nivel internacional; destacado como un clásico en el tema, y
considerado obra de lectura obligada por encomiendas del Temple de los cinco
continentes. Igualmente está sucediendo con La mitología celta, en los países
con larga tradición cultura celta.
P.- Tu último libro publicado ha sido la novela “La sombra del
cardenal”, ¿podrías decirnos la sinopsis de la obra?
R.- Con “La sombra del
cardenal” abandono momentáneamente mi vinculación con el mundo antiguo y medieval,
para llevar al lector a algunos de los momentos más sobrecogedores de la Europa
del Renacimiento, situando la escena en la Italia de mediados del siglo XVI,
dos años después de clausurarse el Concilio de Trento, con una trama que
sorprende porque desnudo las debilidades de un complejo mundo lleno de
intrigas, pasiones, rebeliones, asesinatos y crudeza, donde la Inquisición
adquirió un poder casi absoluto. El libro está escrito en primera persona y el
lector me mete de lleno en la trama, convirtiéndose desde la primera línea en
protagonista. Es una obra que resulta difícil de dejar el punto de lectura para
más tarde. Y esta es una de las cualidades que debe tener un buen libro,
especialmente cuando se trata de una novela histórica.
P.- Nos conocimos en diciembre de 2010, cuando presentabas en el
Parador de Turismo de Tortosa “Templarios en las Tierras del Ebro”; acto que
tuvo el honor de protagonizar tu buen amigo Joan Panisello. Explícanos alguna
cosa relevante y poco conocida sobre los caballeros del Temple.
P.- Aquella presentación,
protagonizada por mi buen amigo Joan Panisello, uno de los más grandes artistas
del arte cerámico a nivel mundial de nuestro tiempo, fue inolvidable, y el
escenario sublime. Precisamente la antigua Zuda fue la ciudadela templaria de
la ciudad de Tortosa, la gran ciudad de las Tierras del Ebro catalanas, punto
de referencia obligada para la historia medieval del antiguo Reino de Aragón y
la Casa Condal de Barcelona. Durante siglo y medio, los templarios rigieron la
vida de todas las tierras bañadas por el Ebro, en ambas orillas, en su curso
más inferior, estableciendo vínculos estrechos de relación con tres núcleos muy
concretos: Horta de Sant Joan, a nivel espiritual; Miravet, a nivel militar, y
Gandesa, a nivel administrativo y jurídico. En medio, enclaves de fuerza como
Ascó, Arnes, Batea, Bot, Corbera d’Ebre, Caseres, etc. y, más al sur, el mágico
Matarraña. Todos estos lugares guardan un sincretismo sobrecogedor, en cuyas
atmósferas sigue gravitando la energía del Temple.
P.- Eres un gran experto sobre la cultura celta. ¿Podrías revelarnos
algún misterio sobre dicha civilización?
R.- Celtas e iberos fueron
los grandes pueblos prerromanos que, durante muchos siglos, dominaron la
geografía de la península, estableciendo una forma de vida complementaria.
Ambos colectivos tenían muy claro su papel en el desarrollo socio-cultural,
pero en ningún momento está demostrado que desnudaran sus espadas para luchar
entre sí; sí, en cambio, unieron sus efectivos para defenderse de los invasores
(cartagineses y romanos). Se da el caso que, aunque las Tierras del Ebro fueran
territorios ilercavones, en algunos puntos se han encontrado, junto a poblados
iberos, a castros celtas; esto sucede en el municipio de Mazaleón (Matarraña),
Barranco de la Valltorta (Tírig) y Siurana (El Priorat). Cada colectivo social
tenía sus divinidades, sus ritos y tradiciones, y había un código de respeto
intercultural. Todo un ejemplo a seguir.
P.- A la mayoría de los lectores les puede extrañar que el tema del
aceite de oliva pueda dar para una enciclopedia. Yo que conozco un poco el
tema, sé que es perfectamente posible. Enumera los principales capítulos de la
obra.
R.- El olivar es uno de los
árboles frutales más emblemáticos de nuestra cultura mediterránea, cuyo cultivo
se desarrolla a ambas orillas del Mare Nostrum, y su explotación coincide con
los meses invernales. Me propuse llevar a cabo un trabajo de investigación
sobre la cultura del olivar, y para ello, además de recorrer las tierras más
ricas en olivos y aceite de oliva de la península Ibérica, no dudé en viajar a
todos y cada uno de los países del Mediterráneo, tarea que se prolongó durante
varias campañas de recolección; al final, el resultado fue un manuscrito
impresionante de datos, vivencias, referencias, y el calor humano de sus
protagonistas. El libro fue publicado por Planeta, en 2000, y al poco tiempo el
Consejo de Europa declaraba la obra como libro de obligada lectura para conocer
la cultura del olivar en toda la cuenca mediterránea. Procuré escribir un libro
que el tiempo no lo dejara obsoleto, que fuera siempre útil. Además, quiero hacer especial hincapié que los
olivos más antiguos de la península Ibérica se encuentran en el valle inferior
del Ebro, son vetustos ejemplares de farga, variedad que estaba muy relacionada
con los celtas e iberos; mucho antes, por lo tanto, de la llegada de los
romanos.
P.- En Turquía te procesan una especial admiración. Puedes explicar a
qué se debe.
R.- Turquía es un país muy
especial para mí. Lo he recorrido en amplios viajes en quince ocasiones, y,
resultado de estos singulares itinerarios, desde el Egeo hasta los míticos
confines de Anatolia, y desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo, en las cuatro
estaciones, han sido innumerables los trabajos periodísticos, y dos libros, que
he escrito, resaltando los valores socio-culturales de un país impresionante,
en todos los sentidos. Fue, precisamente, estando en Turquía, en la primavera
de 1982, cuando descubrí las estrechas analogías entre las estrellas de ocho
beatitudes de las iglesias rupestres del Valle del Görëme (Capadocia), con los
símbolos más sagrados del Temple. Turquía es un libro abierto de historia, arte
y tradiciones, ideal para comenzar en él cualquier trabajo de investigación
sobre los pueblos del Mare Nostrum. En 1990 recibí el Premio “Tutav”, máximo
galardón que concede el Ministerio de Turismo y Cultura de Turquía a un
periodista extranjero, declarándome el periodista no turco que mejor conoce ese
país.
P.- Gracias, Jesús, por dedicarnos tu tiempo y te reitero mi invitación
para visitar los olivos milenarios de la partida del Arión, en el término de
Ulldecona.
R.- Muchas gracias a ti,
amigo Joan. Visitaré sin prisas ese lugar del municipio de Ulldecona.
Igualmente fue todo un acontecimiento descubrir los olivos del valle de los
Ángeles, en el municipio de Sant Mateu (Castellón), que también son de la
variedad farga. Un fuerte abrazo. Jesús
Ávila Granados (www.jesusavilagranados.es)
COPES I VAQUES
Sembla ser que la notícia no va ser que
el Chelsea guanyés l’Europa League, sinó que la perdés el Benfica.
El motiu és que des de l’any 1962, el
Benfica ha perdut les 7 finals que ha jugat. Segurament, el fet, no deixaria
de ser una anècdota sinó fos que, precisament l’any 1962, el club lusità
va acomiadar al seu entrenador, l’hongarès Béla Guttman,
després d’haver guanyar dues copes d’Europa consecutives (1961 i 1962)
L’entrenador acomiadat va sentenciar que el Benfica no guanyaria cap final
més. Després de 50 anys la sentència sembla que es segueix complint.
...
Fa anys que m’emporto aigua al treball.
Ho vaig començar a fer quan en una revisió mèdica obligatòria de l’empresa
em van trobar una petita quantitat de sediments a l’orina. Em van recomanar
que begués aigua i, com sóc molt ben cregut, la segueixo portant.
La solució ideal és que l’empresa ens
hagués dotat de fons d’aigua com tenen algunes empreses i, fins i tot,
la Delegació de Tarragona, però malgrat haver-ho demanat de forma reiterada,
mai hem aconseguit el nostre objectiu.
Al principi em vaig comprar un termo
que, per a transportar-lo millor, el portava dintre d’una bossa de roba.
Quan es feia hora de marxar, recollia el termo, el posava dintre
de la bossa i el deixava en un lloc visible mentre em posava la jaqueta
o passava pel lavabo. Un dia, de sobte, el termo va desaparèixer.
El fet no hauria estat més important sinó fos pel temps que perdia mentre
el buscava, ja que quan s’acaba la teva jornada laboral, el que vols és
marxa ràpidament cap a casa i dinar. No vaig haver de buscar-lo massa temps.
A uns metres de mi, un company reia mentre jo el buscava quasi que desesperadament.
Vaig intuir que era ell i, al preguntar-li, me’l va donar. Com que, a
part de treballar a l’oficina també era propietari d’un ramat de vaques,
li vaig sentenciar: Així et sé morin un parell de vaques!
Al cap d’uns dies, vaig ser jo qui li
va voler gastar una broma i em va dir:
-No em diguis res...
-¿Què passa? –li vaig preguntar-
-Què dues vaques van emmalaltir i
es van acabar morint...
Preneu nota.
¿Contrato único? No disparen que estamos desarmados
Juan Carlos Escudier
Con los comisarios europeos nos pasa como con los reyes godos, que sabemos que existieron y hasta nos suena que uno se llamaba Chindasvinto. De los señores de Bruselas apenas si sabemos el nombre de un par de ellos. Reconocemos al incombustible y perenne Durao Barroso, aunque sólo sea porque, sueldo a sueldo, debe de tratarse del hombre que más fondos europeos ha recibido de la historia y porque se las arregla para salir en todas las fotos, empezando por la de las Azores. Y también a Almunia, que es del mismo Bilbao y antes, al parecer, decía ser socialista.
Ayer, de sopetón, se nos dio a conocer László Ándor, un tipo acentuadísimo al que hemos podido situar como natural de Hungría y comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, un cargo del que apenas se tenía constancia en el país con más paro de Europa. El tal Ándor acudía invitado a un seminario en Madrid y fue allí donde sugirió su fórmula magistral para resolver el problema del desempleo: un contrato único abierto, con el que se resolvería al fin la dualidad entre indefinidos y temporales ya que todos serían temporales.
La idea ha sido lanzada en múltiples ocasiones por la CEOE, pero sólo en los meses pares porque en los impares su presidente Rosell se arrepiente y dice que no acaba de verlo. El pasado mes de febrero, que era par, el de la patronal lo definía así: “un contrato simple, en tres líneas, sin bonificación, con un periodo de prueba y que a partir de ahí sea indefinido y con unas condiciones de salida pactadas en función de los años que se haya estado”.
Un chollo, oiga. Los jueces de los social pueden irse buscando otras ocupaciones porque ya no será necesarios, con lo que nos ahorramos un pico en Justicia. Se firma a la vez el empleo y el despido. Si un trabajador se corta el pelo y al empresario le gusta largo se va a la calle con la indemnización pactada en función de los años de servicio, que no será mucha. Se acabaron también los expedientes de regulación de empleo. ¿Para qué hacer un despido colectivo si libremente se puede despedir uno a uno? Como se ve, todo son ventajas.
La ministra del Rocío, Fátima Báñez, ha dejado pasar un día para responder al húngaro. No es que la idea le parezca mal, sino todo lo contrario. Es tan estupenda que, de hecho, ya la estudió el Gobierno cuando decretaron esa supuesta reforma laboral equilibrada que ha arrasado con buena parte de los derechos laborales. El único problema, según ha precisado, es que la Constitución no lo permite. Acabáramos. Pues que se cambie.
A László han de conocerle mucho en Hungría –en su casa, al menos- pero nadie duda de que es íntimo de la CEOE porque su segunda gran aportación fue la de aconsejar una reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, que estará en quiebra pero no para eso. Si Rosell no se lo llevó luego a comer jamón de pata negra es que es un sieso.
Es mentira, como afirma Rajoy, que España haya sido rescatada. Ni mucho menos. Si cada semana a un señor de Bruselas nos dicta lo que hay que hacer y poco después el Gobierno lo transcribe en un papel y lo aprueba por decreto es, únicamente, porque su apasionamiento por las buenas ideas y su ímpetu reformista no conoce límites. No es que estemos rescatados; lo que estamos es receptivos.
El día 29 de mayo el Eurogrupo, que son los ministros de Economía del euro y que hasta tiene un presidente cuyo nombre es para no olvidar, Dijsselbloem, hará pública sus recomendaciones reformistas para España. De entrada, progresamos adecuadamente pero tenemos que perseverar ahora que llega el calor y existe el peligro de que nos relajemos para entregarnos en las terrazas a las cervezas y al tinto de verano. En Bruselas no se han enterado todavía que Rajoy sabe lo que tiene que hacer y por eso hace lo que hace; de ahí que estén pendientes. Deberíamos mandar a De Guindos, que habla idiomas, con una bandera blanca y un ruego: no disparen que estamos desarmados y nos rendimos.
Con los comisarios europeos nos pasa como con los reyes godos, que sabemos que existieron y hasta nos suena que uno se llamaba Chindasvinto. De los señores de Bruselas apenas si sabemos el nombre de un par de ellos. Reconocemos al incombustible y perenne Durao Barroso, aunque sólo sea porque, sueldo a sueldo, debe de tratarse del hombre que más fondos europeos ha recibido de la historia y porque se las arregla para salir en todas las fotos, empezando por la de las Azores. Y también a Almunia, que es del mismo Bilbao y antes, al parecer, decía ser socialista.
Ayer, de sopetón, se nos dio a conocer László Ándor, un tipo acentuadísimo al que hemos podido situar como natural de Hungría y comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, un cargo del que apenas se tenía constancia en el país con más paro de Europa. El tal Ándor acudía invitado a un seminario en Madrid y fue allí donde sugirió su fórmula magistral para resolver el problema del desempleo: un contrato único abierto, con el que se resolvería al fin la dualidad entre indefinidos y temporales ya que todos serían temporales.
La idea ha sido lanzada en múltiples ocasiones por la CEOE, pero sólo en los meses pares porque en los impares su presidente Rosell se arrepiente y dice que no acaba de verlo. El pasado mes de febrero, que era par, el de la patronal lo definía así: “un contrato simple, en tres líneas, sin bonificación, con un periodo de prueba y que a partir de ahí sea indefinido y con unas condiciones de salida pactadas en función de los años que se haya estado”.
Un chollo, oiga. Los jueces de los social pueden irse buscando otras ocupaciones porque ya no será necesarios, con lo que nos ahorramos un pico en Justicia. Se firma a la vez el empleo y el despido. Si un trabajador se corta el pelo y al empresario le gusta largo se va a la calle con la indemnización pactada en función de los años de servicio, que no será mucha. Se acabaron también los expedientes de regulación de empleo. ¿Para qué hacer un despido colectivo si libremente se puede despedir uno a uno? Como se ve, todo son ventajas.
La ministra del Rocío, Fátima Báñez, ha dejado pasar un día para responder al húngaro. No es que la idea le parezca mal, sino todo lo contrario. Es tan estupenda que, de hecho, ya la estudió el Gobierno cuando decretaron esa supuesta reforma laboral equilibrada que ha arrasado con buena parte de los derechos laborales. El único problema, según ha precisado, es que la Constitución no lo permite. Acabáramos. Pues que se cambie.
A László han de conocerle mucho en Hungría –en su casa, al menos- pero nadie duda de que es íntimo de la CEOE porque su segunda gran aportación fue la de aconsejar una reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, que estará en quiebra pero no para eso. Si Rosell no se lo llevó luego a comer jamón de pata negra es que es un sieso.
Es mentira, como afirma Rajoy, que España haya sido rescatada. Ni mucho menos. Si cada semana a un señor de Bruselas nos dicta lo que hay que hacer y poco después el Gobierno lo transcribe en un papel y lo aprueba por decreto es, únicamente, porque su apasionamiento por las buenas ideas y su ímpetu reformista no conoce límites. No es que estemos rescatados; lo que estamos es receptivos.
El día 29 de mayo el Eurogrupo, que son los ministros de Economía del euro y que hasta tiene un presidente cuyo nombre es para no olvidar, Dijsselbloem, hará pública sus recomendaciones reformistas para España. De entrada, progresamos adecuadamente pero tenemos que perseverar ahora que llega el calor y existe el peligro de que nos relajemos para entregarnos en las terrazas a las cervezas y al tinto de verano. En Bruselas no se han enterado todavía que Rajoy sabe lo que tiene que hacer y por eso hace lo que hace; de ahí que estén pendientes. Deberíamos mandar a De Guindos, que habla idiomas, con una bandera blanca y un ruego: no disparen que estamos desarmados y nos rendimos.
dissabte, 18 de maig del 2013
OBJECTIU: ELIMINAR LA XAVALLA
Els experts monetaris de la UE se’n
han adonat ara que fabricar xavalla produeix enormes pèrdues. Crida l’atenció
que només 11 anys després de l’entrada en vigor de la moneda única ja
es vulgui retirar les monedes de 1 i 2 cèntims d’euro. No ho podien preveure
abans?
Recordo que la pesseta també tenia xavalla.
Encara recordo les monedes de 5 cèntims que van desaparèixer quan jo era
menut. En canvi, les de 10 cèntims van patir una reconversió i van disminuir
considerablement la seva mida. També va variar el seu disseny: del primitiu
cavaller (imitant una antiga moneda de l’imperi romà) al careto del
dictador. Finalment, les autoritats monetàries espanyoles van decidir eliminar-la
tota, fins i tot les monedes de 50 cèntims d’euro.
Per tal d’abaratir costos de fabricació
de la pesseta també es va canviar el tipus de metall de l’encunyament,
que va passar a ser molt més lleuger, igual o semblant a les monedes de
valor inferior.
Potser recordareu que hi van haver unes
monedes de 50 cm Foradades. A finals de la pesseta es van encunyar monedes
de 25 pessetes que també tenien un forat al mig.
Però tornem a la xavalla. Amb quin problema
es van trobar els botiguers quan s’havia de retornar el canvi de quantitats
inferiors a la pesseta? Van usar l’enginy. Cal recordar que per aquell
temps la majoria de botigues dels pobles eren com a súpers en miniatura,
ja que s’hi podia trobar alimentació (menys carn i peix), calçat, merceria
i fins i tot joguets durant la campanya de Reis. Per tant, disposaven de
gran varietat d’articles de preu inferior a 1 pesseta, com per exemple
una capça de mistos, un sobret de colorant alimentari o uns caramels.
En aquell temps els botigues en general
eren persones molt honrades i, havent pogut fer el que segurament es farà
ara (arrodonir preus), no ho van fer.
Ara segur que la supressió de les monedes
de 1 i 2 cm faran que tothom arrodoneixi els preus a l’alça fins el 50
cèntims o bé la unitat, la qual cosa tornarà a ser una apujada de preus
camuflada encara que les quantitats siguin irrisòries, però ja sabeu allò
de de mica en mica s’omple la pica.
Això precisament és la trama de una pel·lícula
americana: un dia el contable d’una gran empresa va decidir desviar els
cèntims de dòlar de les nòmines dels seus companys de treball al seu compte;
els treballadors no se’n adonarien (perquè suposava una quantitat molt
menuda) i ell, en poc temps es va convertir en multimilionari.
Per acabar, i ja que estem parlant de
cèntims, algú em pot dir quin és el resultat de multiplicar 10 cèntims
per 10 cèntims? La resposta sempre ha creat certa controvèrsia, però jo
ho tinc molt clar. Segons tu, quan dóna?
El mejor pacto es un frente de izquierdas
Juan Carlos Escudier
Dicen que a este país le hace falta un gran pacto de Estado contra el paro, y en ello, al parecer, anda el Rey, muy sensibilizado con el tema del empleo ahora que no las tiene todas consigo en lo que a mantener el suyo se refiere. Lo de los pactos siempre queda muy chulo en las encuestas. ¿Cree usted que los políticos tendrían que ponerse de acuerdo para que haya trabajo? Pues claro. ¿Y para no robar? Ya están tardando. ¿Y para que las pensiones no peligren? Obviamente. ¿Y para que la Justicia sea igual para todos? La duda ofende. ¿Y para que la educación mejore, nuestros niños crezcan sanos, se contamine menos y la gasolina sea más barata? Completamente, ¿dónde hay que firmar?
El consenso está muy bien visto, aunque la gente olvide que el ponerse de acuerdo en algo no es intrínsecamente bueno. Digamos que depende. El último gran pacto entre Gobierno y oposición tuvo lugar con Zapatero de presidente. Fue una reforma exprés de la Constitución en la que se juraba al mundo que antes que dejar de pagar nuestras deudas seríamos capaces de matar de hambre a nuestras ancianitas. ¿Fue bueno el consenso? Para los bancos alemanes, sí, efectivamente.
Como norma general, más que a una necesidad –que en el caso de los parados sería casi una exigencia-, los pactos obedecen siempre a un cálculo político. Suelen ser muy buenos para quien gobierna, porque de esta forma se desactiva a la oposición; son muy socorridos para la oposición cuando ya está hecha unos zorros antes de cualquier acuerdo e intenta demostrar que sirve para algo; y, como en esta ocasión, son un balón de oxígeno para una jefatura del Estado que después de ver de cerca las orejas al elefante ahora se las empieza a ver al lobo.
Como el interés general es accesorio, todo depende del rédito a obtener y éste, en el caso del Gobierno, es escaso. ¿Neutralizar a los socialistas? Entre su debate por el liderazgo y el mesarse los cabellos cada vez que un sondeo les manda al infierno, se ocupan ellos solos. ¿Paz social? Incluso gente tan inclinada a creer en los milagros sabe que los olmos no dan peras ni por intercesión de la Virgen del Rocío. ¿Moderación salarial? Ya la tienen por decreto, y hasta una reducción mayor si hiciera falta. Con Alemania empeñada en retrotraer las relaciones laborales en España a tiempos de la primera revolución industrial, ¿qué tipo de marioneta de Merkel sería Rajoy si dejara que le ataran las manos los otros personajes del guiñol con un pacto de Estado?
Otra cosa bien distinta es que el clamor social exija una pantomima, y a ella se apresta nuestro corajudo presidente este próximo jueves, cuando reciba a los sindicatos en Moncloa. ¡Qué no se diga que este Gobierno no dialoga y es insensible al drama del desempleo! Por tanto, habrá diálogo –algo menos de dos horas será suficiente- y foto para el álbum. Desde el PP se dirá luego que el presidente ha echado el resto y ha explicado con detalle su reforma laboral, una semillita que algún día dará frutos, pero que es muy complejísimo llegar a acuerdos con organizaciones tan trasnochadas que no tienen ni pajolera idea de botánica.
En consecuencia, descartada la adhesión inquebrantable, el pacto es imposible o, cuando menos, tan complicado como envolver un triciclo en papel de regalo. Lo que debería ser posible y hasta obligado es la formación de un frente de izquierdas, donde partidos, sindicatos y movimientos sociales, incluido el 15-M, dejen de hacer la guerra por su cuenta y construyan una alternativa, una respuesta unitaria a tanto destrozo.
Conociendo a nuestros clásicos, dicho frente roza también lo inverosímil. ¿Se avendría el PSOE a reconocer explícitamente su debilidad, pese a haber lanzado recientemente una idea similar? ¿Estaría IU por la labor de servir de muleta a los socialistas, ahora que en las encuestas les pisan los talones? ¿Cederían los sindicatos protagonismo a unos movimientos que censuran su burocracia y su inoperancia? ¿Aceptarían los indignados del 15-M perder su virginidad intentando hacer posible algo de lo que se lee en sus carteles? Es probable que ni lo intenten pero en Bet365 se admiten apuestas.
Dicen que a este país le hace falta un gran pacto de Estado contra el paro, y en ello, al parecer, anda el Rey, muy sensibilizado con el tema del empleo ahora que no las tiene todas consigo en lo que a mantener el suyo se refiere. Lo de los pactos siempre queda muy chulo en las encuestas. ¿Cree usted que los políticos tendrían que ponerse de acuerdo para que haya trabajo? Pues claro. ¿Y para no robar? Ya están tardando. ¿Y para que las pensiones no peligren? Obviamente. ¿Y para que la Justicia sea igual para todos? La duda ofende. ¿Y para que la educación mejore, nuestros niños crezcan sanos, se contamine menos y la gasolina sea más barata? Completamente, ¿dónde hay que firmar?
El consenso está muy bien visto, aunque la gente olvide que el ponerse de acuerdo en algo no es intrínsecamente bueno. Digamos que depende. El último gran pacto entre Gobierno y oposición tuvo lugar con Zapatero de presidente. Fue una reforma exprés de la Constitución en la que se juraba al mundo que antes que dejar de pagar nuestras deudas seríamos capaces de matar de hambre a nuestras ancianitas. ¿Fue bueno el consenso? Para los bancos alemanes, sí, efectivamente.
Como norma general, más que a una necesidad –que en el caso de los parados sería casi una exigencia-, los pactos obedecen siempre a un cálculo político. Suelen ser muy buenos para quien gobierna, porque de esta forma se desactiva a la oposición; son muy socorridos para la oposición cuando ya está hecha unos zorros antes de cualquier acuerdo e intenta demostrar que sirve para algo; y, como en esta ocasión, son un balón de oxígeno para una jefatura del Estado que después de ver de cerca las orejas al elefante ahora se las empieza a ver al lobo.
Como el interés general es accesorio, todo depende del rédito a obtener y éste, en el caso del Gobierno, es escaso. ¿Neutralizar a los socialistas? Entre su debate por el liderazgo y el mesarse los cabellos cada vez que un sondeo les manda al infierno, se ocupan ellos solos. ¿Paz social? Incluso gente tan inclinada a creer en los milagros sabe que los olmos no dan peras ni por intercesión de la Virgen del Rocío. ¿Moderación salarial? Ya la tienen por decreto, y hasta una reducción mayor si hiciera falta. Con Alemania empeñada en retrotraer las relaciones laborales en España a tiempos de la primera revolución industrial, ¿qué tipo de marioneta de Merkel sería Rajoy si dejara que le ataran las manos los otros personajes del guiñol con un pacto de Estado?
Otra cosa bien distinta es que el clamor social exija una pantomima, y a ella se apresta nuestro corajudo presidente este próximo jueves, cuando reciba a los sindicatos en Moncloa. ¡Qué no se diga que este Gobierno no dialoga y es insensible al drama del desempleo! Por tanto, habrá diálogo –algo menos de dos horas será suficiente- y foto para el álbum. Desde el PP se dirá luego que el presidente ha echado el resto y ha explicado con detalle su reforma laboral, una semillita que algún día dará frutos, pero que es muy complejísimo llegar a acuerdos con organizaciones tan trasnochadas que no tienen ni pajolera idea de botánica.
En consecuencia, descartada la adhesión inquebrantable, el pacto es imposible o, cuando menos, tan complicado como envolver un triciclo en papel de regalo. Lo que debería ser posible y hasta obligado es la formación de un frente de izquierdas, donde partidos, sindicatos y movimientos sociales, incluido el 15-M, dejen de hacer la guerra por su cuenta y construyan una alternativa, una respuesta unitaria a tanto destrozo.
Conociendo a nuestros clásicos, dicho frente roza también lo inverosímil. ¿Se avendría el PSOE a reconocer explícitamente su debilidad, pese a haber lanzado recientemente una idea similar? ¿Estaría IU por la labor de servir de muleta a los socialistas, ahora que en las encuestas les pisan los talones? ¿Cederían los sindicatos protagonismo a unos movimientos que censuran su burocracia y su inoperancia? ¿Aceptarían los indignados del 15-M perder su virginidad intentando hacer posible algo de lo que se lee en sus carteles? Es probable que ni lo intenten pero en Bet365 se admiten apuestas.
divendres, 17 de maig del 2013
PAÍS VALENCIÀ
El govern d’Alberto Fabra (el nou number
one de la classe política pepera valenciana), després d’uns
primers mesos prometedors al front de a seva comunitat, finalment, ha decidit
desenterra la destral de guerra contra Catalunya i contra tot el que representa.
Coneixedor de que als seus antecessors
la política anti-catalana els va funcionar a les mil meravelles, Fabra
retorna als principis i l’essència del bunker barraqueta(*) per
a mirar de guanyar-se els votants quan han decidit no seguir donant suport
al PP valencià.
Curiosament, aquest fet passa després
de que el Tribunal Suprem hagi donat la raó als d’Acció Cultural del País
Valencià en l’enrenou dels repetidors televisius que permetien veure TV3
al llarg i ample del territori valencià, a la qual cosa s’oposaven els
blaveros (**)
I és que la cultura catalana està mal
vista pels valencians més extremistes; sobre tot si satiritzes els estereotips
valencians. Tampoc no els agrada gens ni mica que s’expliqui a la ciutadania
dels tripijocs dels seus dirigents com ara Carlos Fabra, Francisco Camps
o Rita Barberà. Com el PP controla els mitjans de comunicació públics dintre
de la seva comunitat, se’n guarden molt d’emetre informacions que els
hi puguin perjudicar. En canvi, TV3 si les donaria amb la repercussió negativa
que podria tenir (electoralment parlant) per als interessos de la casta
dirigent del PP valencià.
Com que, des de València, no es pot imposar
que s’eliminin certs continguts informatius que ells poden considerar
inapropiats per als seus súbdits, la qual cosa aniria en contra de la llibertat
d’expressió, ara volen que no es digui País Valencià a la seva comunitat
autònoma.
El terme País Valencià és el que, normalment
s’ha usat a Catalunya per a referir-nos a la nostra comunitat autònoma
veïna del Sud. També l’usen la majoria dels valencians d’esquerres i, fins on pugui el PP, també volen que el deixen d'usar, com ara a les Corts Valencianes.
De fet, la denominació de la seva comunitat
va ser l’entrebanc més gros que van tenir quan es va redactar l’estatut
d’autonomia valencià, ja que els valencians de dretes haurien preferit
que s’anomenés Regne de València. Com que les diferències eren insalvables,
al final es va decidir per una tercera opció molt més ligth, però
que a la pràctica no satisfeia a ningú, encara que en el temps sé la van
apropiar les dretes: Comunitat Valenciana.
El comportament de la dreta valenciana
denota un gran complex d’inferioritat i una por extrema davant l’actitud
que poguessin prendre els seus ciutadans en el cas de que la llengua i
la cultura catalana els arribés amb tota normalitat.
Recordo que els dirigents peperos
valencians van ser els primers de crear un conflicte lingüístic en anomenar
valencià al català que es parlava a València i no reconèixer la unitat
de la llengua, sense cap tipus de rigor i contradient a la pròpia Universitat
Valenciana. Anys més tard el conflicte el provocaria el PP de Bauzà a Mallorca
i, recentment la Maria Fernanda Rudi al cap davant del PP aragonès (i amb
el suport del PAR) amb l’invent dels idiomes Lapao i Lapapyp.
De tota aquesta situació, el que trobo
del tot inversemblant és que no hi hagi la mateixa correspondència a l’hora
d’admetre l’idioma propi al S i al N del riu Sénia. Mentre a Catalunya
s’admet el valencià com una variant dialectal del català i els professors,
professionals de la sanitat etc. poden opositar també a Catalunya sense
cap tipus de problema (la prova són tots els integrants d’aquests col·lectius
que treballen a Catalunya), a València no reconeixen els nivells de català
atorgats per l’autoritat lingüística d’aquí, amb l’impediment que això
representa a l’hora de voler ocupar una plaça de les mateixes característiques
a l’àmbit del País Valencià (a mi no m’ho podran prohibir)
(*) Bunker barraqueta.-
S’anomena així al col·lectiu de valencians més intransigents respecte
a l’idioma català i totes aquelles influències culturals que puguin arribar
de Catalunya.
(**) Blaveros.- Si fa
o no fa significa el mateix. La terminologia deriva del blau que porta
la bandera oficial valenciana. Per les informacions que tinc, l’actual
ensenya del País Valencià, seria còpia de l’estendard de Jaume I el Conqueridor
i que, després de la conquesta de València el lliurar a la ciutat. Aquí,
la dreta valenciana, també va imposar els seus criteris davant del que
s’havia acceptat fins aquell moment.
¡Cumpleaños feliz, 15M!
Algunos apuntes personales sobre el segundo aniversario del 15M y un texto prestado de la periodista Patricia Horrillo.
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Feliz cumple, 15M (o como sea que te llames…)
Que cumplas muchos más.
#12MYoSíVoy
Llega el segundo aniversario del 15M. Y otra vez que me
pilla fuera. Multitud de convocatorias, el encierro del Reina Sofía, las
listas de correo a tope, periodistas llamando... Escribo estas líneas
desde el aeropuerto de Caracas. Estoy a punto de embarcar en un avión y
no vuelvo a Madrid, no. Vuelvo a Barcelona. Al igual que el año pasado
voy a vivir las festividades centrales, el cumple de nuestro bebé, lejos
de Madrid y la Puerta del Sol. De su cunita.
El año pasado, el #12M, doce de mayo, -que es la fecha de la gran manifestación cuando celebramos el cumple de nuestro retoño- me pilló también en Barcelona. Al igual que éste en el Barcelona Creative Commons Film Festival. Entonces proyectaba ¡Copiad, malditos!, y cuando llegué a la ciudad, aparecí por el CCCB asomé la cabeza, y grité un: “Hola, ya estoy aquí, tranquilos, ¡ya vuelvo a tiempo!” para tranquilidad de los programadores del festival y me fui corriendo a la Plaza de Catalunya a tiempo de participar en la asamblea de fundación del dispositivo ciudadano #15MPaRato, que es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida y me atrevería a decir uno de los highlights del 15M, especialmente de aquellos que se quejan de que “ el 15M nunca hace nada concreto”.
Este año vuelvo al festival a presentar otro documental. Esta vez, claro, uno sobre este tema. “ EL” tema, mi tema: se trata de 15M: Excelente. Revulsivo. Importante, que se proyectará mañana en la clausura del festival. Intentaré otra vez escaparme un rato a las movilizaciones de Barcelona a encontrarme con viejos y nuevos amigos en lo que ya se viene convirtiendo en una tradición
Hace unos minutos recibo un mensaje de un editor de este periódico: “ No me creo que NO vayas a hacer nada en el blog para el #12M”. Uff… Recuerdo el excelente artículo de ayer de Amador sobre “ unicornios y quinceemes” e intento escribir algo, pero no me sale. La sombra (y la pluma) de amador es alargada. (¡Que bien escribe el jodío!)
Me pongo a ello. Los intentos de post son meras glosas personales al 15M ripiosas y edulcoradas. Me desespero y tras varios intentos fallidos, y en el más puro estilo copy/paste (algo muy quincemayista, por cierto), me traigo un excelente texto de Patricia Horrillo, compañera de luchas en el proyecto 15M.cc y con la que he compartido mil y una fatigas, y otras tantas que nos quedan. Espero que lo disfrutéis.
El año pasado, el #12M, doce de mayo, -que es la fecha de la gran manifestación cuando celebramos el cumple de nuestro retoño- me pilló también en Barcelona. Al igual que éste en el Barcelona Creative Commons Film Festival. Entonces proyectaba ¡Copiad, malditos!, y cuando llegué a la ciudad, aparecí por el CCCB asomé la cabeza, y grité un: “Hola, ya estoy aquí, tranquilos, ¡ya vuelvo a tiempo!” para tranquilidad de los programadores del festival y me fui corriendo a la Plaza de Catalunya a tiempo de participar en la asamblea de fundación del dispositivo ciudadano #15MPaRato, que es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida y me atrevería a decir uno de los highlights del 15M, especialmente de aquellos que se quejan de que “ el 15M nunca hace nada concreto”.
Este año vuelvo al festival a presentar otro documental. Esta vez, claro, uno sobre este tema. “ EL” tema, mi tema: se trata de 15M: Excelente. Revulsivo. Importante, que se proyectará mañana en la clausura del festival. Intentaré otra vez escaparme un rato a las movilizaciones de Barcelona a encontrarme con viejos y nuevos amigos en lo que ya se viene convirtiendo en una tradición
Hace unos minutos recibo un mensaje de un editor de este periódico: “ No me creo que NO vayas a hacer nada en el blog para el #12M”. Uff… Recuerdo el excelente artículo de ayer de Amador sobre “ unicornios y quinceemes” e intento escribir algo, pero no me sale. La sombra (y la pluma) de amador es alargada. (¡Que bien escribe el jodío!)
Me pongo a ello. Los intentos de post son meras glosas personales al 15M ripiosas y edulcoradas. Me desespero y tras varios intentos fallidos, y en el más puro estilo copy/paste (algo muy quincemayista, por cierto), me traigo un excelente texto de Patricia Horrillo, compañera de luchas en el proyecto 15M.cc y con la que he compartido mil y una fatigas, y otras tantas que nos quedan. Espero que lo disfrutéis.
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De expectativas a procesos colectivos
Patricia Horrillo
Patricia Horrillo
Cuando somos pequeños y nos preguntan eso de “ ¿Qué quieres ser de mayor?”,
nuestra respuesta no debería condicionarnos ni obligarnos a llevar un
camino determinado. Tampoco es bueno que familiares y amigos depositen
en nosotros sus expectativas, convirtiéndonos en la proyección de sus
propias frustraciones. Nunca deberíamos ser lo que los demás quieran que
seamos. Más bien, lo contrario: deberíamos poder decidir a cada paso
qué rumbo tomar...
Esta reflexión viene a colación de una pregunta que escucho de forma repetida en todo tipo de foros y conversaciones: “¿Qué va a hacer el 15M?”. Y, lo curioso, es que esperan una respuesta única, como si fuera posible darla. Al parecer, ocurre algo similar entre la cuestión que se nos plantea de niños y la que se le hace a eso que llamamos el movimiento 15M: se le exigen respuestas y se depositan todo tipo de expectativas. La diferencia es que detrás del 15M hay muchas personas, que se organizan de forma orgánica, y todas y cada una de ellas tienen sus propias respuestas sobre lo que “hay que hacer” y “cómo hay que hacerlo”. Con lo que la pregunta no tiene sentido.
El 15M como salvador
Según nació el 15 de mayo se 2011, este despertar ciudadano se convirtió en un actor político importante pese a los primeros impulsos de los grandes medios por invisivilizarlo. Y, lo que inicialmente fue algo que generaba desconcierto, se convirtió para muchas personas en un perverso objeto de deseo: el 15M debía ser, poco menos, que un superhéroe que solucionara los problemas del mundo. La búsqueda constante de líderes en el movimiento, propios de las estructuras tradicionales de poder, también ha traído de cabeza a muchos periodistas, en su deseo de identificar al 15M y que su trabajo resultara más fácil, y a las personas que siguen deseando que sean otros los que marquen la línea a seguir y decidan por ellas.
Está por cumplirse su segundo aniversario y resulta curioso que haya todavía quien piense que lo que no se ha transformado en estas últimas décadas desde la fallida Transición, tenga que ser “resuelto” en menos de dos años. Esa postura de exigencia hacia el 15M se manifiesta al reclamar los cambios a los demás y nunca incluyéndose a uno mismo en el proceso: “¿Por qué no montáis un partido político?”, “¿Dónde estabais cuando se hizo la reforma laboral?”, “Por vuestra culpa la gente no ha ido a votar”, “¿Por qué dejasteis que ganara el Partido Popular?”,...
Hay personas que no conciben la transformación social como un proceso colectivo en el que todos los ciudadanos somos los responsables y buscan en agentes externos el cambio de la política, la economía, la educación, la sanidad,... Con esa mirada, el 15M sólo puede ser percibido como “culpable” de que la situación no mejore y, para algunos miembros de partidos tradicionales, como un rival con el que hay que acabar. A veces, resulta desesperanzador lo fácil que es para muchas personas identificar al que tiene en frente como un “enemigo” en lugar de buscar los puntos de conexión y trazar estrategias conjuntas.
Preguntas sobre el 15M
Últimamente, cada vez que me preguntan cosas como “¿Qué ha hecho el 15M en estos dos años?” o, incluso, “¿Quién está detrás del 15M?” respondo: “Cambia "15M" por "ciudadanía" y dime si esa pregunta tiene todavía algún sentido”. De acuerdo: no es "toda" la ciudadanía, pero cada vez somos más los ciudadanos conscientes y responsables, que reivindicamos la participación política y una democracia real.
También es recurrente la pregunta sobre por qué el 15M no se ha constituido en un partido político. Más allá del sinsentido como acabo de explicar, sería importante no olvidar lo que recoge el artículo 23 de nuestra Constitución: “ Los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”. Es decir, la existencia de representantes políticos no nos debería apartar al resto de ciudadanos de la participación de la vida política. De hecho, la redacción de este artículo prioriza esa participación ciudadana aunque nos intenten convencer constantemente de que sólo es válida mediante representantes.
Transformación en dos niveles
En todo proceso de cambio existen, al menos, dos ritmos distintos y ambos imprescindibles: uno más rápido y otro más lento. En relación a los movimientos sociales que han surgido en los últimos tiempos en España, el más rápido es el que atiende a las necesidades inmediatas y que se plasma en acciones puntuales y efímeras (algunas más efectivas que otras): la paralización de desahucios, las manifestaciones, los encierros, los escraches, acciones como Toque a Bankia, la consulta por la sanidad pública, la desobediencia civil, las huelgas...
El más lento, por su parte, es ese proceso de calado y transformación profunda, más difícil de conseguir y también de localizar a primera vista. Sin embargo, pienso que tras el 15M se ha generado un caldo de cultivo imprescindible para ese cambio social, ya que ha permitido poner en cuestión los pilares de un sistema que, no sólo no es justo, sino que se impone contra los intereses de los ciudadanos. Cuestionar algo y ser conscientes de lo que no queremos es el primer paso para poder avanzar. Por eso, las proclamas de “No nos representan” y “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” son tan importantes, porque nos movilizan y ponen de manifiesto una realidad por la que ya no pasamos.
Y este “virus” de la conciencia democrática es de los que no se va y de los que avanza pese a los intentos de criminalización del Gobierno, ciertos representantes políticos y algunos responsables de medios de comunicación de masas. Esta forma de entender la responsabilidad política ha venido para quedarse aunque la oligarquía y los sectores privilegiados hagan todo lo posible por trazar teorías conspiranoicas a su alrededor para desactivarla. Porque, aunque el proceso de incubación sea lento, la transformación de súbditos manejables en ciudadanos de pleno derecho es imparable. No hay vacuna posible.
Esta reflexión viene a colación de una pregunta que escucho de forma repetida en todo tipo de foros y conversaciones: “¿Qué va a hacer el 15M?”. Y, lo curioso, es que esperan una respuesta única, como si fuera posible darla. Al parecer, ocurre algo similar entre la cuestión que se nos plantea de niños y la que se le hace a eso que llamamos el movimiento 15M: se le exigen respuestas y se depositan todo tipo de expectativas. La diferencia es que detrás del 15M hay muchas personas, que se organizan de forma orgánica, y todas y cada una de ellas tienen sus propias respuestas sobre lo que “hay que hacer” y “cómo hay que hacerlo”. Con lo que la pregunta no tiene sentido.
El 15M como salvador
Según nació el 15 de mayo se 2011, este despertar ciudadano se convirtió en un actor político importante pese a los primeros impulsos de los grandes medios por invisivilizarlo. Y, lo que inicialmente fue algo que generaba desconcierto, se convirtió para muchas personas en un perverso objeto de deseo: el 15M debía ser, poco menos, que un superhéroe que solucionara los problemas del mundo. La búsqueda constante de líderes en el movimiento, propios de las estructuras tradicionales de poder, también ha traído de cabeza a muchos periodistas, en su deseo de identificar al 15M y que su trabajo resultara más fácil, y a las personas que siguen deseando que sean otros los que marquen la línea a seguir y decidan por ellas.
Está por cumplirse su segundo aniversario y resulta curioso que haya todavía quien piense que lo que no se ha transformado en estas últimas décadas desde la fallida Transición, tenga que ser “resuelto” en menos de dos años. Esa postura de exigencia hacia el 15M se manifiesta al reclamar los cambios a los demás y nunca incluyéndose a uno mismo en el proceso: “¿Por qué no montáis un partido político?”, “¿Dónde estabais cuando se hizo la reforma laboral?”, “Por vuestra culpa la gente no ha ido a votar”, “¿Por qué dejasteis que ganara el Partido Popular?”,...
Hay personas que no conciben la transformación social como un proceso colectivo en el que todos los ciudadanos somos los responsables y buscan en agentes externos el cambio de la política, la economía, la educación, la sanidad,... Con esa mirada, el 15M sólo puede ser percibido como “culpable” de que la situación no mejore y, para algunos miembros de partidos tradicionales, como un rival con el que hay que acabar. A veces, resulta desesperanzador lo fácil que es para muchas personas identificar al que tiene en frente como un “enemigo” en lugar de buscar los puntos de conexión y trazar estrategias conjuntas.
Preguntas sobre el 15M
Últimamente, cada vez que me preguntan cosas como “¿Qué ha hecho el 15M en estos dos años?” o, incluso, “¿Quién está detrás del 15M?” respondo: “Cambia "15M" por "ciudadanía" y dime si esa pregunta tiene todavía algún sentido”. De acuerdo: no es "toda" la ciudadanía, pero cada vez somos más los ciudadanos conscientes y responsables, que reivindicamos la participación política y una democracia real.
También es recurrente la pregunta sobre por qué el 15M no se ha constituido en un partido político. Más allá del sinsentido como acabo de explicar, sería importante no olvidar lo que recoge el artículo 23 de nuestra Constitución: “ Los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”. Es decir, la existencia de representantes políticos no nos debería apartar al resto de ciudadanos de la participación de la vida política. De hecho, la redacción de este artículo prioriza esa participación ciudadana aunque nos intenten convencer constantemente de que sólo es válida mediante representantes.
Transformación en dos niveles
En todo proceso de cambio existen, al menos, dos ritmos distintos y ambos imprescindibles: uno más rápido y otro más lento. En relación a los movimientos sociales que han surgido en los últimos tiempos en España, el más rápido es el que atiende a las necesidades inmediatas y que se plasma en acciones puntuales y efímeras (algunas más efectivas que otras): la paralización de desahucios, las manifestaciones, los encierros, los escraches, acciones como Toque a Bankia, la consulta por la sanidad pública, la desobediencia civil, las huelgas...
El más lento, por su parte, es ese proceso de calado y transformación profunda, más difícil de conseguir y también de localizar a primera vista. Sin embargo, pienso que tras el 15M se ha generado un caldo de cultivo imprescindible para ese cambio social, ya que ha permitido poner en cuestión los pilares de un sistema que, no sólo no es justo, sino que se impone contra los intereses de los ciudadanos. Cuestionar algo y ser conscientes de lo que no queremos es el primer paso para poder avanzar. Por eso, las proclamas de “No nos representan” y “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” son tan importantes, porque nos movilizan y ponen de manifiesto una realidad por la que ya no pasamos.
Y este “virus” de la conciencia democrática es de los que no se va y de los que avanza pese a los intentos de criminalización del Gobierno, ciertos representantes políticos y algunos responsables de medios de comunicación de masas. Esta forma de entender la responsabilidad política ha venido para quedarse aunque la oligarquía y los sectores privilegiados hagan todo lo posible por trazar teorías conspiranoicas a su alrededor para desactivarla. Porque, aunque el proceso de incubación sea lento, la transformación de súbditos manejables en ciudadanos de pleno derecho es imparable. No hay vacuna posible.
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Feliz cumple, 15M (o como sea que te llames…)
Que cumplas muchos más.
dijous, 16 de maig del 2013
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