dimarts, 3 de desembre del 2013
LA FOTO DENÚNCIA DEL DIA 3-12-2013
Com podeu veure es tracta d'un justificant de pagament de zona blava d'Amposta. La data és ben visible (27/11) i si us fixeu al costat la veureu completa: 27/11/13.
Quin és el problema? L'escut. El que apareix a la butlleta és el s'usava a l'ajuntament abans del 2007, es a dir, ja fa més de 6 anys!
De fet, si la memòria no em falla, el nou escut es va aprovar abans de l'agost de 2006.
Quin és el problema? L'escut. El que apareix a la butlleta és el s'usava a l'ajuntament abans del 2007, es a dir, ja fa més de 6 anys!
De fet, si la memòria no em falla, el nou escut es va aprovar abans de l'agost de 2006.
Sin miedo: de la crisis, la política y la respuesta social
Teresa Forcades: “Algunas leyes actuales se pueden calificar como terrorismo de Estado”
Arcadi Oliveres
Profesor de Economía Aplicada de la Autónoma de Barcelona y presidente de Justícia i Pau
Dentro de la serie Más Madera que viene editando desde hace unos meses Icaria editorial, ha aparecido recientemente un libro de conversaciones entre Teresa Forcades y Esther Vivas con el título de Sin miedo: de la crisis, la política y la respuesta social. Me parece apreciar tres elementos importantes fruto de una riquísima conversación entre dos mujeres conocidas como pensadoras, luchadoras y activas militantes.
Dividiré mi reflexión en tres partes. Primero, el libro lleva a cabo un análisis exhaustivo de la crisis de este sistema desastroso llamado “capitalismo”, una de sus crisis más profundas y que a mí me gustaría que fuese la definitiva. Una crisis que ha tenido consecuencias sociales muy graves. No hay que olvidar que en determinados casos incluso algunas personas han llegado al suicidio. Hay otros elementos nefastos que lo acompañan como una deuda impagable por parte del Estado español, medidas de ajuste antisociales, diferencias cada vez mayores entre ricos y pobres, aumento de la pobreza en Catalunya y el Estado español. Este es el análisis de la crisis en el que profundizan ambas autoras.
La crisis económica, y esta sería la segunda parte de mi reflexión, incorpora, asimismo, profundos déficits políticos. Teresa Forcades y Esther Vivas hablan de “la violencia del Estado” y en algún caso se atreven a hablar de “terrorismo de Estado”. Y creo que no se equivocan. Hacen referencia a una política sometida completamente al poder financiero, con importantes dosis de corrupción y “puertas giratorias”. En el libro aparece el interesantísimo debate entre lo que sería legal y lo que sería legítimo. Evidentemente, optando por lo legítimo y no por lo legal. Vale la pena hacer hincapié en las críticas que en la obra se hacen al actual modelo político y social de la Unión Europea, con importantes lagunas democráticas. Especialmente, cuando un tratado que tenía que ser constitucional fue convertido en un Tratado de Lisboa que solo necesita de los votos parlamentarios y disminuye, consecuentemente, los niveles de participación. Una maniobra que se llevó a cabo cuando desde las instancias políticas se percibió de forma clara que una parte importante de la población europea no lo quería. Segunda parte de la obra, pues, interesante crítica a la situación política.
Y por último, la parte esperanzadora, la de una respuesta que ambas autoras señalan que debe de ser pacífica pero siempre radical, y ponen como ejemplo el Procés Constituent en Catalunya. Sin olvidar antecedentes como el de los indignados, dos años atrás, que nos brindaron un magnífico ejemplo de cómo empezar a cambiar las cosas. La obra hace referencia a un principio básico que tiene que regir cualquier alternativa que es la coherencia entre los medios y los fines. Por otro lado, se aborda una cuestión de gran actualidad: el nacionalismo y el debate sobre la independencia, considerando que este debe ser un movimiento de ruptura, no excluyente, en ningún caso de derechas y ni mucho menos egoísta. El libro termina con esa afirmación, que a mí tanto me gusta, de que “estamos dispuestos a hacer la revolución y cuando la tengamos hecha la volveremos a hacer”.
“El miedo, la resignación y la apatía son la gran victoria del capitalismo”
Extracto de la conversación entre Esther Vivas y Teresa Forcades contenida en Sin miedo
Esther VivasSí. El miedo, la resignación y la apatía son la gran victoria del capitalismo. Convencernos de que no hay nada que hacer, que no hay alternativas, que no podemos cambiar las cosas es el gran triunfo de los que mandan. Pero, justamente, la gente está empezando a desafiar al poder. La profundidad de la crisis y la emergencia del movimiento de los indignados, y todo lo que ha significado, han hecho caer la máscara del sistema. Las definiciones oficiales de la realidad se han hundido. De golpe, muchos han descubierto que esto es Matrix, que vivimos en un gran engaño. El pensamiento neoliberal ha quedado fuertemente desacreditado, aunque sus valores de consumismo, egoísmo y competencia continúan muy arraigados. Para la mayoría de la población, aunque sea de forma intuitiva, queda claro que la crisis es responsabilidad del poder financiero, y de una clase política supeditada a sus intereses, y que ahora nos pasan a todos la factura. Ya no nos creemos sus mentiras. Vemos cómo el capitalismo acaba haciendo negocio con cada uno de los ámbitos de nuestra vida cotidiana y convierte el derecho a la vivienda, a la alimentación, a la sanidad, a la educación… en un privilegio.
En el Estado español, por ejemplo, cada día se producen 532 desahucios, mientras existen más de tres millones de viviendas vacías. A la gente se la echa de casa, se la deja hipotecada de por vida y la banca continúa ganando dinero a expensas del empobrecimiento y la miseria de las personas. Como se expresa en tantas manifestaciones: «No se entiende, gente sin casa y casas sin gente». El derecho a la vivienda se ha convertido en un negocio. Y lo mismo pasa con el derecho a la sanidad y a la educación. Se privatizan los servicios públicos para que unos pocos saquen beneficio a expensas de nuestros derechos. De hecho, el éxito del sector privado consiste en deteriorar el sector público, y así lo estamos viendo.
Y con el acceso a los alimentos pasa lo mismo: vivimos en un mundo de abundancia de la comida, donde se produce más, si cabe, que en cualquier otro período de la historia. Según la ONU, se cultiva suficiente como para alimentar a 12.000 millones de personas, y en el planeta somos 7.000 millones. Contamos, pues, con comestibles suficientes para todos pero, en cambio, casi una de cada siete personas en el mundo pasa hambre. Si no tienes dinero para pagar el precio cada día más caro de la comida o si no tienes acceso a la tierra, al agua y a las semillas para producirla, no comes. Los alimentos se han convertido en una mercancía.
Teresa Forcades
Vale la pena citar a Jean Ziegler, una voz crítica muy conocida. Algunos dicen que el derecho a tener acceso a los productos alimentarios básicos se ha convertido en una mercancía, y se presenta esta situación como si hubiera llegado por sí sola. Pero es importante señalar que esto ocurre a partir de los años noventa, después de la caída del Muro de Berlín y de la propagación de una globalización neoliberal sin freno; es en este momento cuando Goldman Sachs decide especular con productos alimentarios de primera necesidad, con materias que hasta entonces no habían entrado dentro de este mercado especulativo. La novedad fue empezar a especular con el arroz, con el trigo y con el mijo. Y eso quiso decir que se compraba de forma masiva esta producción, se retenía y se esperaba hasta que subieran los precios. Jean Ziegler califica esta manera de actuar de asesinato programado. Y asesinato programado, en números cuantificados, son 37 millones de personas; este ha sido el coste humano de esta especulación criminal que las leyes actuales condonan y protegen. Por esto, la magnitud de la crítica tiene que ser tal que no se pierda en los detalles y permita hacer un análisis sistemático y contundente, pero a la vez sin abrumar, porque sino parece que las dimensiones de esta injusticia estructural son tan grandes que estamos sobrepasados por las circunstancias. A veces he hablado de la metáfora bíblica de un gigante con pies de barro, y es una metáfora adecuada, porque en el momento actual la espectacularidad, la potencia y la capacidad de presionar de una serie de organismos internacionales y de sistemas son tan fuertes, que la persona puede tener la sensación de estar ante un poder gigantesco.
Y parece que sea necesaria la fuerza de un gigante para contraponerse. Y, sí, es verdad, si miras arriba y ves todo el oro y la parafernalia del poder produce mucha impresión, pero, siguiendo la metáfora bíblica, no se trata de mirar hacia arriba: se trata de mirar hacia abajo. Si miras hacia abajo, te das cuenta de dos cosas: primero, que el gigante, por más impresionante que parezca, en realidad tiene y siempre ha tenido los pies de barro; y, en segundo lugar, te das cuenta de que abajo hay una multitud con el potencial de realizar un cambio social. Tenemos que proponer un cambio de mirada, tenemos que mirar hacia abajo.
Esther Vivas
Muchas veces se tiende a mirar arriba, como si allá estuviera la respuesta a nuestros problemas. Cuando es, justamente, todo lo contrario. El problema, como bien dices, no es arriba sino abajo. No se trata de que alguien, un líder, como repetidamente señalan los medios, nos saque de este callejón sin salida. La clave, en mi opinión, recae en que la gente tome conciencia del porqué de la crisis, de quién gana y quién pierde con la situación actual, de las causas de la pobreza, saber que hay alternativas y que, como se decía en las plazas en el 15M, «juntas lo podemos todo». Aquí está nuestra fuerza.
En relación a lo que comentabas de la especulación con los alimentos, creo que es importante señalar los vínculos existentes entre la crisis económica y la crisis alimentaria, porque muchas veces parece que esta última se encuentre muy lejos de nosotros. En cambio, aquí, cada vez hay más gente que pasa hambre, y los mismos que nos han conducido a la presente bancarrota económica, que hicieron negocio con las hipotecas subprime, son los que ahora especulan con cereales básicos como el trigo, el arroz, el maíz y la soja. Porque, ¿qué es más seguro y estable que la comida, como negocio, cuando todos nos tenemos que alimentar diariamente para sobrevivir?
Los fondos de inversión, los bancos, los fondos de pensiones compran y venden estas materias primas en los mercados de futuro, no en función de la oferta y la demanda real, sino para ganar dinero. Unas prácticas que generan el aumento del precio de los alimentos y los convierten, a menudo, en inaccesibles para amplias capas de la población, especialmente en los países del Sur. Y esto es lo que han hecho entidades financieras como Catalunya Caixa, con su depósito «100% natural», o el Banco Sabadell, con el fondo de inversión «BS Commodities».
Aquí es donde percibimos la violencia de un sistema que condena al hambre en un mundo donde abunda la comida, que expulsa a la gente de su casa, cuando hay miles de viviendas vacías, que nos excluye de la sanidad y de la educación pública, mientras aumentan las inversiones en el ámbito privado. A menudo, desde los medios de comunicación y del poder, se señala la violencia de aquellos que protestan en la calle, de quienes ocupan bancos, pisos vacíos, escuelas, supermercados, hospitales… pero estos tan solo reivindican una democracia de verdad. Lo que es extremamente violento es el sistema en el que vivimos, a pesar de nos quieran hacer creer todo lo contrario.
La desesperanza es la otra cara de la indignación. Y los datos del Instituto Nacional de Estadística así lo corroboran: 3.180 personas se suicidaron en el año 2011, un 0,7% más que el año anterior. El suicidio es ya la primera causa de muerte no natural en el Estado español. De hecho, desde que empezó este año 2013, diez personas se han suicidado ya al no poder hacer frente al pago del alquiler o la hipoteca. Los problemas económicos, según se dijo en el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría, son el principal desencadenante de los suicidios. Si no nos rebelamos, lo que cala en nosotros es la vergüenza, la rabia, la tristeza, la ansiedad, la impotencia, el desaliento.
Teresa Forcades
Algunas leyes actuales creo que se pueden calificar como de terrorismo de Estado. Parece que la palabra terrorismo solo se pueda aplicar a grupos que no forman parte del sistema. Violentar a las personas e inspirarles terror de forma sistemática para conseguir los objetivos propios es terrorismo, tanto si lo hace un grupo marginal como si lo hace un Estado.
Para muchas personas, cuesta creer que los abusos que no dependen de la avaricia de una persona determinada sino que están instituidos en el sistema, sean terrorismo de Estado. Es difícil entender cómo hemos llegado hasta aquí. Me gustaría recordar el discurso de una persona suficientemente conocida en el mundo político, Margaret Thatcher, que popularizó la idea de la «sociedad de los dos tercios»: un planteamiento de tipo político donde se presuponía que era imposible intentar gobernar para el conjunto de la sociedad, y que para gobernar correctamente a finales del siglo XX y en el siglo XXI había que admitir que existía un remanente, no de un 1% o un 2%, que ya sería gravísimo desde un punto de vista cristiano que hubiera una sola persona a la que hay que excluir para que los otros disfruten de una vida próspera, esto ya sería indigno e injustificable.
¡Pero no hablamos de un 1%; hablamos, según Margaret Thatcher, del 33% de la población! Un tercio de la población donde se acumularía, necesariamente, toda esta bolsa de marginación. Y las personas con enfermedades crónicas, inválidas, que no se pueden ganar la vida ni tienen una herencia familiar o alguien que los pueda apoyar, irán directamente a engrosar esta bolsa de marginación. Personas con enfermedades mentales, personas que han cometido algún tipo de delito y que hayan estado mucho tiempo en prisión y al salir no saben volverse a recolocar; centenares de miles de casos, personas que sufren violencia, personas excluidas del sistema económico… Este grupo de personas, el 33% de la población, según la teoría económica y política de la sociedad de los dos tercios, no cuenta. Hay que aceptar que serán excluidos de forma permanente.
Esta sociedad de los dos tercios incluye un cálculo perverso, porque con dos tercios de la población se cuenta con un porcentaje suficiente de votantes para ganar unas elecciones democráticas, tal como las tenemos organizadas en la actualidad. El tercio marginal y problemático puede quedar excluido en la práctica no solo de la vida económica sino también de la política. No cuentan. Esto es terrorismo de Estado. Plantear este hecho desde el punto de vista teórico e intentar gobernar según estos postulados, intentar que la población acepte este terror de tener que sacrificar una de cada tres personas, es terrorismo de Estado. Y esto sin tener en cuenta las guerras; en Irak, por ejemplo, las tropas aliadas utilizaron uranio empobrecido, que está prohibido por todas las convenciones internacionales, y tuvo como resultado que la incidencia de cánceres y malformaciones entre los niños que han nacido en Irak después de estos bombardeos se haya multiplicado por diez. Y esto es a raíz de una actuación que no ha sido fruto de una decisión de un grupo marginal, o de una persona con una enfermedad mental, sino que proviene de una decisión tomada por los organismos oficiales de dos de los países más poderosos del mundo (los Estados Unidos y el Reino Unido).
O sea, la noción de terrorismo de Estado no es ninguna metáfora.
Cuando escribí sobre los crímenes cometidos por las grandes compañías
farmacéuticas también había gente que decía: «Esto debe de ser una
metáfora, ¿no?». Que las grandes compañías farmacéuticas tengan un
comportamiento que éticamente no sea loable o no sea excelso ya nos lo
creemos, pero que realicen crímenes debe de ser una metáfora. Y no es
una metáfora. Porque desde el año 2000 hasta el año 2003 estas grandes
compañías farmacéuticas, todas ellas de los Estados Unidos, habían sido
condenadas por los tribunales penales. Eran condenas firmes y las
compañías habían admitido la culpa. Por lo tanto, esta palabra,
«crímenes», aplicada a las grandes multinacionales, no es una metáfora, y
la noción terrorismo de Estado aplicada a los estados capitalistas
neoliberales tampoco es una metáfora.
dilluns, 2 de desembre del 2013
EL GRAN RECAPTE, LA MARATÓ I ‘ENTRE TODOS’
A França també s'organitzem maratons solidàries. |
Aquesta mateixa tarda, al debat del programa
Divendres de TV3 han parlat del Gran Recapte
que va organitzar el Banc D’Aliments de Catalunya el passat dissabte amb la participació
de més de 20.000 voluntaris.
El periodista esportiu Pere Escobar deia el
que diem a casa des de fa dies: la solidaritat de la gent ha d’arribar allà on
no arriben els governs.
I és així mateix. Per què ha de fer-se càrrec
el poble d’alimentar a milers i milers de ciutadans? Llavors, per a què tenim
els governs? Personalment em sembla vergonyós que gent que a penes poden arribar
a final de més tingui que pagar de les seves butxaques ni que sigui un pot de
lentilles quan els governs, sobre tot l’estatal ajuda els bancs per a sortir de
la crisi i continuar collant als que necessiten un préstec o tenen una
hipoteca.
En un moment del debat, han dit que,
segurament, a la sortida dels súper, sovint et torbes gent demanant i no actues
de la mateixa manera. Sobre aquest punt he de dir una cosa. Qui m’assegura a mi
que els que està demanant no és un captaire professional? Mireu, hi ha bandes
organitzades que venen expressament d’altres països a demanar al nostre.
Recordo que quan estava a l’ajuntament, un cop, la policia local d’Amposta va
retenir (no vull usar la paraula detenir) un minusvàlid amb una cadira de rodes
que demanava al davant d’una coneguda cadena de supermercats valencians. L’home,
que no sabia parlar res de castellà (i molt menys català), va necessitar d’un intèrpret
per a poder explicar la seva experiència. Havia estat segrestat al seu país per
una banda organitzada i l’obligaven a pidolar aquí i deia i repetia que ell només
volia demanar a casa... A partir d’aquí que cadascú tregui les seves pròpies
conclusions.
El mateix es podria dir de la Marató que TV3
organitzarà el proper diumenge. I, a sobre, si no hi col·labores te sens culpable,
després de tota la publicitat que s’hi fa per a que tothom hi posi el que pugui
de la seva part.
Els dies feiners per la tarda, després d’haver
dinat, sembla ser que a TV1 fan un programa que s’anomena Entre todos. A ma mare li encanta especialment i sempre parla de la
solidaritat dels espectadors que, ràpidament, atenen la crida que se’ls hi fa.
En alguns casos es tracta de joves emprenedors, però de vegades són gent que
estan a punt de perdreu tot o que s’han quedat sense feina i no poden donar
menjar als seus fills. Recordo que Ferran Monegal, a la columna de crítica
televisiva que té al Periódico, posava a parir aquest programa i més o menys
venia a dir el mateix: Per què ha de ser la gent la que hagi d’ajudar als
altres?
Paradoxalment, a Catalunya s’ha organitzat en
una mica més d’una setmana el Gran.
Us seré franc. Vaig participar al Gran Recapte
i, a més a més, vaig portar els cupons que portava el Periódico per a que la
cadena de supermercats (en aquest cas catalana) contribuís també a aportar una
unitat de cada cosa segons el contingut dels cupons retallables. Però mai he
trucat a la Marató. Com a molt, si, per exemple a la Fira de Santa Llúcia d’Amposta
m’han demanat un donatiu l’he fet, però res més. Els motius ja us els exposat.
Sabeu, perquè ho he dit moltes vegades, que,
des de fa anys col·laboro amb Amnistia Internacional, ACNUR i Creu Roja. A part
de les quotes trimestrals, de tan en tant encara hi faig alguna aportació més.
I em desgrava a l’hora de fer la Renda.
Però per a tota la resta, ens ho hauríem de
fer mirar tots plegats, començant, evidentment pels nostres governs que han de
governar per a TOT i no només per a uns quants que, la majoria de les vegades
solen ser els que més tenen.
CÓM ES FINANÇA CDC?
Ahir diumenge, inserit en un diari, vaig
trobar-me amb aquest tríptic editat per CDC. Primer que res observareu que ja
no és CiU, sinó Convergència i, com no podia ser d’una altra manera, s’han
apropiat del logotip que abans representava la federació nacionalista.
Han començat la campanya els de CDC? I en tot
cas, quina campanya? Per als 2014 hi ha dos grans fites: les eleccions Europees
i la hipotètica consulta.
Com podeu apreciar, el tríptic, inusualment,
està en català però també en castellà i va dirigit a aquells ciutadans de fora
de Catalunya que un dia van venir aquí en busca d’una oportunitat que,
segurament, no trobaven a casa seva.
Convergència està Sempre en campanya. Potser
si aquest any no hi haguessin eleccions no hauria sortit ara amb aquest fulletó,
però aprofitant que n’hi ha, volen aconseguir els millors resultats possibles
per assegurar-se un bon nombre de càrrecs.
Però retornant al principi: Cóm es finança
CDC? Tants diners tenen que comencen la campanya primers que ningú? Sí, segur
que sí. Encara que tingui la seu del partit embargada pel cas Palau de la Música,
les fons de finançament deuen d’estar intactes o quasi bé.
I quines són les seves fons de finançament?
Evidentment les quotes dels seus militants i les aportacions dels seus càrrecs...
O no?
Socialisme
Joaquim Coello Brufau
Possiblement el més important de l'ensenyament no és l'aprenentatge d'una disciplina o fins i tot d'una professió, sinó aprendre a pensar, aprendre a aprendre. Es diria que la darrera evolució del PSC no disposa d'aquesta capacitat de pensar, avaluant i comparant alternatives possibles i seleccionant les idònies per als objectius perseguits, per a la defensa del propi ideari.
Defensa el PSC el “dret a decidir”, i això planteja un conflicte amb el PSOE, que considera que el subjecte i titular de la sobirania resideix en el poble espanyol i no en el català. Una i altra alternativa, s'és o no dipositari de sobirania, es deriven de si Catalunya és una nació. És difícil sostenir, coneixent i vivint a Catalunya, que Catalunya no és una nació amb tanta o més legitimitat que l'espanyola, i això porta el PSC a defensar, des de la legalitat, el “dret a decidir”, la qual cosa crea un conflicte inevitable amb el PSOE, que malgrat manifestar que accepta el federalisme com a organització de l'Estat, no pot compartir la idea d'un poble de Catalunya sobirà. El conflicte no té altra sortida que la renúncia d'un dels dos partits a la seva posició política, perquè és impossible ser simultàniament una cosa i la contrària.
És el que ha passat en la darrera conferència política del Partit Socialista, no s'ha acceptat el “dret a decidir”, el dret a l'autodeterminació, defensat fins ara pel PSC, i s'ha demanat des de l'afecte de qui agraeix la renúncia de l'amic, del PSC, la col·laboració per construir un nou marc d'entesa: Espanya és un sol poble, i és aquest, en la seva integritat, el que ha de decidir el seu futur. En conseqüència no es pot defensar el “dret a decidir” perquè no té raó de ser.
Que el secretari general del PSC presenti això com un triomf polític i que s'entengui el reconeixement i respecte de la pròpia posició pels aplaudiments rebuts en la conferència política del PSOE és significativament cínic o manca de la intel·ligència mínima per discernir la realitat i entendre el missatge que de manera clara el PSOE li transmet: renunciï vostè a la seva ànima catalanista i s'integri en un únic partit que transmet arreu d'Espanya el mateix missatge, com molt clarament va dir la líder del PSOE andalús al secretari general del PSC. Ha de deixar de ser el que era fins ara per passar a ser el PSOE català, per poder fer el que se li demana, és a dir, transmetre un únic missatge de partit arreu.
La manera d'explicar aquest canvi de posició política passant de defensar el dret a l'autodeterminació des de la legalitat a la renúncia a fer-ho, es tradueix en no voler unir-se a la posició de la resta de partits polítics catalans que ho demanen a través de l'article 150.2 de la Constitució al·legant que no es pot demanar allò que no s'està segur d'aconseguir, la qual cosa resulta singular, original i perfectament absurda perquè aquest principi implica renunciar a demanar res que no estigui ja acordat per qui ho ha de concedir. Semblaria que s'ha oblidat com el socialisme ha assolit les conquestes socials que han fet que la societat actual sigui més justa i solidària que la de fa un segle.
Una vegada conclòs i formalitzat aquest canvi de posició política s'ha votat en el òrgans de govern del partit per donar-li la total i necessària formalitat, i en conseqüència els partidaris de la via catalanista, de la defensa del dret a l'autodeterminació, han quedat absolutament silenciats i enfrontats a una doble alternativa, acceptar la nova presa de posició política del partit renunciant a la pròpia identitat mantinguda des de la Transició o bé abandonar la militància. Fer el que s'ha fet és perfectament legítim des de la llibertat política personal i col·lectiva per part del PSOE, però és un greuge autoimposat al PSC per la seva renúncia a una trajectòria de quaranta anys, i per tant al seu actiu polític més valuós: la transversalitat a una societat catalana mestissa per naturalesa en la qual no menys de la meitat de la població no és originària del territori i on l'emigració ha contribuït decisivament a construir el país. La pregunta que cal fer-se és si calia defensar el “dret a decidir” per renunciar-hi després, posant inevitablement de manifest la pròpia incoherència. Contràriament és coherent demanar poder decidir i defensar mantenir la unitat amb Espanya perquè, aconseguida una reducció significativa del dèficit fiscal i el blindatge de les competències transferides, aquesta és una posició pragmàtica i acceptable per molts catalans.
Sempre que es produeix una situació política extrema, i el procés d'autodeterminació a Catalunya ho és, es perd per part d'actors i partits polítics la possibilitat d'actuar i projectar-se des de l'ambigüitat i s'és inevitablement forçat a prendre una posició explícita a favor o en contra del dilema social i polític que es planteja. És això el que ha passat, però de la pitjor manera, perquè s'ha fet visible la manca de força i convicció política d'un líder que porta el seu partit a perdre la seva transversalitat, i per tant a perdre una part, si no majoritària sí significativa, dels seus votants, i això és una pèrdua política per al país i un problema greu per al partit, que ja havia reduït a la meitat la seva representació parlamentària en les darreres eleccions.
Per necessària coherència s'ha de reconèixer que aquells líders del PSOE que reclamaven l'extensió del partit a Catalunya han aconseguit el que proposaven de manera visible i notòria. Per molt que el líder del PSC argumenti que això no és així, serà impossible que convenci la ciutadania; en primer lloc perquè l'argument té total carència de la mínima lògica a partir de la realitat observada, i en segon lloc perquè després del que ha succeït manca de la necessària credibilitat per fer-ho.
La conseqüència és clara: el PSC ha passat de ser un partit transversal i socialment integrador a un partit orientat a una part minoritària de l'electorat, aquella que legítimament renuncia al catalanisme. Ha perdut el seu atribut i valor més útil socialment i més potent políticament, i s'obliga a competir directament amb Ciutadans i PP en un àmbit polític estret on aquests partits tenen més credibilitat i on li resultarà difícil mostrar coherència i fortalesa. Ningú compra la còpia si pot tenir l'original.
Passarà temps, però un dia es crearà un nou partit socialista a Catalunya, perquè el socialisme no pot estar absent del debat polític com no ho està a cap país d'Europa, però el que també és cert és que no pot estar representat pel mateix partit que nega al poble català la seva sobirania. Seria un absurd digne del millor Groucho Marx.
Possiblement el més important de l'ensenyament no és l'aprenentatge d'una disciplina o fins i tot d'una professió, sinó aprendre a pensar, aprendre a aprendre. Es diria que la darrera evolució del PSC no disposa d'aquesta capacitat de pensar, avaluant i comparant alternatives possibles i seleccionant les idònies per als objectius perseguits, per a la defensa del propi ideari.
Defensa el PSC el “dret a decidir”, i això planteja un conflicte amb el PSOE, que considera que el subjecte i titular de la sobirania resideix en el poble espanyol i no en el català. Una i altra alternativa, s'és o no dipositari de sobirania, es deriven de si Catalunya és una nació. És difícil sostenir, coneixent i vivint a Catalunya, que Catalunya no és una nació amb tanta o més legitimitat que l'espanyola, i això porta el PSC a defensar, des de la legalitat, el “dret a decidir”, la qual cosa crea un conflicte inevitable amb el PSOE, que malgrat manifestar que accepta el federalisme com a organització de l'Estat, no pot compartir la idea d'un poble de Catalunya sobirà. El conflicte no té altra sortida que la renúncia d'un dels dos partits a la seva posició política, perquè és impossible ser simultàniament una cosa i la contrària.
És el que ha passat en la darrera conferència política del Partit Socialista, no s'ha acceptat el “dret a decidir”, el dret a l'autodeterminació, defensat fins ara pel PSC, i s'ha demanat des de l'afecte de qui agraeix la renúncia de l'amic, del PSC, la col·laboració per construir un nou marc d'entesa: Espanya és un sol poble, i és aquest, en la seva integritat, el que ha de decidir el seu futur. En conseqüència no es pot defensar el “dret a decidir” perquè no té raó de ser.
Que el secretari general del PSC presenti això com un triomf polític i que s'entengui el reconeixement i respecte de la pròpia posició pels aplaudiments rebuts en la conferència política del PSOE és significativament cínic o manca de la intel·ligència mínima per discernir la realitat i entendre el missatge que de manera clara el PSOE li transmet: renunciï vostè a la seva ànima catalanista i s'integri en un únic partit que transmet arreu d'Espanya el mateix missatge, com molt clarament va dir la líder del PSOE andalús al secretari general del PSC. Ha de deixar de ser el que era fins ara per passar a ser el PSOE català, per poder fer el que se li demana, és a dir, transmetre un únic missatge de partit arreu.
La manera d'explicar aquest canvi de posició política passant de defensar el dret a l'autodeterminació des de la legalitat a la renúncia a fer-ho, es tradueix en no voler unir-se a la posició de la resta de partits polítics catalans que ho demanen a través de l'article 150.2 de la Constitució al·legant que no es pot demanar allò que no s'està segur d'aconseguir, la qual cosa resulta singular, original i perfectament absurda perquè aquest principi implica renunciar a demanar res que no estigui ja acordat per qui ho ha de concedir. Semblaria que s'ha oblidat com el socialisme ha assolit les conquestes socials que han fet que la societat actual sigui més justa i solidària que la de fa un segle.
Una vegada conclòs i formalitzat aquest canvi de posició política s'ha votat en el òrgans de govern del partit per donar-li la total i necessària formalitat, i en conseqüència els partidaris de la via catalanista, de la defensa del dret a l'autodeterminació, han quedat absolutament silenciats i enfrontats a una doble alternativa, acceptar la nova presa de posició política del partit renunciant a la pròpia identitat mantinguda des de la Transició o bé abandonar la militància. Fer el que s'ha fet és perfectament legítim des de la llibertat política personal i col·lectiva per part del PSOE, però és un greuge autoimposat al PSC per la seva renúncia a una trajectòria de quaranta anys, i per tant al seu actiu polític més valuós: la transversalitat a una societat catalana mestissa per naturalesa en la qual no menys de la meitat de la població no és originària del territori i on l'emigració ha contribuït decisivament a construir el país. La pregunta que cal fer-se és si calia defensar el “dret a decidir” per renunciar-hi després, posant inevitablement de manifest la pròpia incoherència. Contràriament és coherent demanar poder decidir i defensar mantenir la unitat amb Espanya perquè, aconseguida una reducció significativa del dèficit fiscal i el blindatge de les competències transferides, aquesta és una posició pragmàtica i acceptable per molts catalans.
Sempre que es produeix una situació política extrema, i el procés d'autodeterminació a Catalunya ho és, es perd per part d'actors i partits polítics la possibilitat d'actuar i projectar-se des de l'ambigüitat i s'és inevitablement forçat a prendre una posició explícita a favor o en contra del dilema social i polític que es planteja. És això el que ha passat, però de la pitjor manera, perquè s'ha fet visible la manca de força i convicció política d'un líder que porta el seu partit a perdre la seva transversalitat, i per tant a perdre una part, si no majoritària sí significativa, dels seus votants, i això és una pèrdua política per al país i un problema greu per al partit, que ja havia reduït a la meitat la seva representació parlamentària en les darreres eleccions.
Per necessària coherència s'ha de reconèixer que aquells líders del PSOE que reclamaven l'extensió del partit a Catalunya han aconseguit el que proposaven de manera visible i notòria. Per molt que el líder del PSC argumenti que això no és així, serà impossible que convenci la ciutadania; en primer lloc perquè l'argument té total carència de la mínima lògica a partir de la realitat observada, i en segon lloc perquè després del que ha succeït manca de la necessària credibilitat per fer-ho.
La conseqüència és clara: el PSC ha passat de ser un partit transversal i socialment integrador a un partit orientat a una part minoritària de l'electorat, aquella que legítimament renuncia al catalanisme. Ha perdut el seu atribut i valor més útil socialment i més potent políticament, i s'obliga a competir directament amb Ciutadans i PP en un àmbit polític estret on aquests partits tenen més credibilitat i on li resultarà difícil mostrar coherència i fortalesa. Ningú compra la còpia si pot tenir l'original.
Passarà temps, però un dia es crearà un nou partit socialista a Catalunya, perquè el socialisme no pot estar absent del debat polític com no ho està a cap país d'Europa, però el que també és cert és que no pot estar representat pel mateix partit que nega al poble català la seva sobirania. Seria un absurd digne del millor Groucho Marx.
diumenge, 1 de desembre del 2013
Subscriure's a:
Missatges (Atom)