divendres, 16 de novembre del 2012

MAS VA VENIR A LES TERRES DE L’EBRE A FER DAMAGÒGIA

Moisès Mas sap que l’única cosa que pot prometre és la terra promesa (independència)
Ha n quedat enrere els anys que es podia venir per aquí i prometre complir totes les exigències de la seva gent al territori. Ara sap que ni pot prometre un nou pot sobre l’Ebre ni un altre Ebre... Els pocs diners que disposarà per a invertir els prioritzarà a la zona metropolitana de Barcelona que és on hi ha més vots en joc.
Dic això perquè va culpar als governs Tripartits de que ara la Generalitat no tingui diners. Quan els governs de Maragall i Montilla van invertir al territori (mai s’havia invertit tant), els alcaldes de CiU estaven encantats ja que, allò, també suposava un mèrit i vots per a ells mateixos.
Sense anar més lluny a Amposta es va construir un nou col·legi, l’arxiu comarcal, el centre d’arts visuals,l’edifici polivalent que hi ha al davant del pavelló firal, etc. I perquè es va fer tot això? Perquè els ancaldes  de torn ho van demanar. I si fos per ells s’hauria fet un nou cap (el cartell encara està col·locat després d’un any), una gran residència d’avis, una estació d’autobusos i segurament, encara em deixo alguna cosa més.
Però fer demagògia resulta molt econòmic. Molt més que fer qualsevol infraestructura per petita que aquesta sigui i això és el que fa Mas quan mitineja per Catalunya.
Si Mas tingués raó, potser la situació del país Valencià seria millor de la que és. Com també ho seria la de Castella la Manxa o la d’Andalusia... O la d’Espanya en general... Perquè fins el que jo sé, el Tripartit només va governar a Catalunya i res té que veure amb la situació econòmica de les altres comunitats a la d’Espanya i ja no cal ni parlar de les de Grècia, Portugal, Itàlia, etc... Segueixo?
Moisès Mas hauria d’explicar el perquè prioritza el rescat de les estacions d’esquí dels Pirineus a les inversions en sanitat i ensenyament.  
Tan important i prioritari és que puguin seguir funcionant una o dues estacions d’esquí que s’ha de invertir diner públic en fer-ho?
A mi em sembla que és el mateix que rescatar entitats financeres, però a la catalana.  
Com diu als espots publicitaris electorals, s’ha de dir sempre la veritat, però de vegades no es diu tota. I això és el mateix que mentir!

¿Dónde está la izquierda en Catalunya?

Lidia Falcón
Abogada y escritora. Presidenta del Partido Feminista de España


Cuando en 1963 el responsable de la célula del PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) en que yo militaba nos ordenó manifestarnos en la Plaza de Catalunya de Barcelona el 11 de septiembre, en homenaje al Conseller Casanovas, a pesar de mi corta edad supe que aquella era una estrategia equivocada. ¿Por qué teníamos los comunistas que arriesgarnos a la detención, la tortura y la prisión –como nos sucedió a tantos– por homenajear a un representante de la más rancia aristocracia que únicamente pretendía mantener su viejo poder en el nuevo Estado moderno que se advenía? ¿Qué significado tenía defender los privilegios y los bienes de un boyardo como el Casanovas, que ni siquiera había muerto en la supuesta heroica defensa de la ciudad? ¿Qué interés tenía para los ideales de socialismo e igualdad de los trabajadores los planes económicos y sociales de la aristocracia catalana de 1714 que se aliaba con el más reaccionario de los pretendientes de la corona española?
Tales preguntas no merecieron respuesta por parte de mis responsables partidarios y sí la fulminante admonición de que las directrices del partido no se discutían. De aquellos polvos vienen estos lodos. Preso el PSUC de la presión de los nacionalistas, que entonces eran un puñado de burgueses que conspiraban en Bruselas para que las condiciones de entrada en el Mercado Común les fueran favorables y a los que Carrillo y López Raimundo adulaban en la forma más servil, los militantes de base comunistas fuimos apaleados, detenidos, juzgados y encarcelados cada año por participar en aquella minúscula manifestación de la Diada de Catalunya, que tenía más policías que manifestantes y en la que jamás vi ni a Jordi Pujol ni a Heribert Barrera ni a ninguno de los que se muestran ahora tan agresivamente separatistas.
Cuando los siglos pasen y los historiadores investiguen y recopilen los desdichados acontecimientos de más de medio siglo de historia española se asombrarán de cómo la izquierda se ha suicidado en España y especialmente en Catalunya. Aquel PSUC que recogió, él solo, 500.000 votos en 1977, hoy no existe y en su lugar veo cómo balbucea patéticamente en televisión un representante de Iniciativa per Catalunya –no puede haber nombre más ambiguo– pidiendo el derecho a decidir.
¿A decidir quién? ¿La burguesía catalana que desde 1939 –cuando acudió precipitadamente a Burgos para obtener alguna de las ventajas económicas que se estaban llevando los latifundistas andaluces y los industriales vascos que habían llegado primero– ha sido una aliada del capital español y europeo? ¿Los arribistas de toda laya que en contubernio con las antiguas familias de la oligarquía española y con el apoyo de los jerarcas franquistas se hicieron con los principales negocios del textil, de la construcción, de la pequeña metalurgia, de la química, de la farmacéutica, al terminar la Guerra Civil? Ya sabemos que Cambó, cuando después de su aparente firmeza defendiendo la independencia de Catalunya comenzó a echar cuentas de la pérdida de exportaciones al resto de España –cuestión esta que también debería explicarse– publicó un cobarde panfleto titulado Per la Concordia, y así enseguida que ganó la guerra Franco, la burguesía catalana se echó en sus brazos.
El engaño con que Artur Mas y compañía, los Pujol, los Millet, los Montull, los Maragall, los Serra, los Roca, –aquí también tenemos apellidos ligados al PSC– están arrastrando a los trabajadores en Catalunya a manifestarse en reclamación de una independencia que únicamente a ellos puede reportarles beneficios –y eso está todavía por ver– es tan patético que, en mi desánimo rayano en la desesperación, me pregunto: ¿Dónde está la izquierda en Catalunya? Sigue, cincuenta años más tarde, manifestándose el 11 de septiembre ante la estatua del boyardo Casanovas, héroe de la patria, y marcando el paso que le ordena la burguesía catalana.
Porque nadie –excepto, en estas páginas, Vincenç Navarro– ha explicado lo que supone la reclamación de la independencia para los trabajadores y las clases que no son poseedoras de los medios de producción, y por ello no voy a repetir las cifras de la explotación de los obreros y de los beneficios de los burgueses; pero sí añadiré un dato. No solamente en este momento Catalunya tiene una deuda pública de casi 50.000 millones de euros, la más alta de todas las autonomías, producto de los despilfarros, estafas, apropiaciones indebidas y necedades que han cometido todos los políticos que han gobernado el país desde hace 36 años –véase, para empezar, Banca Catalana, Casinos de Catalunya, Escuelas de Formación Profesional, Juegos Olímpicos, Fórum de las Culturas, Palau de la Música– y que han llenado los bolsillos de los implicados y nutrido al principal partido CIU, sino que en caso de independizarse debería hacerse cargo de su parte proporcional de la del Estado español, que dada la riqueza del país es del 18%. Cuestión esta que muy cuidadosamente ocultan los Mas, Pujol y compañía, y que en este momento asciende a la astronómica cifra de 150.000 millones de euros.
De tal modo, si hoy Catalunya se hiciera secesión de España, tendría sobre sí la losa de 200.000 millones de euros de deuda pública que debería devolver esquilmando los bolsillos de sus trabajadores. (No pensará nadie que el Sr. Mas, que lo primero que ha hecho ha sido eliminar el impuesto de sucesiones y que antes que subir las cargas tributarias a los ricos ha eliminado ambulatorios y escuelas, iba a pagar de su bolsillo y de los de sus socios semejante deuda)
Pero como dice tan cínica e ingeniosamente Jonathan Swift, dada la natural tendencia de los pueblos a dejarse engañar por sus gobernantes, muchos obreros, estudiantes, mujeres, jubilados, funcionarios, sin bienes y sin trabajo, están uniéndose a las proclamas populistas de los dirigentes de CiU y de ERC, que les aseguran que la independencia de Catalunya les otorgará un futuro preñado de bienestar y de riqueza. Porque ya se sabe que cuando Madrid devuelva todo lo que le roba a Catalunya –y lo tendrá que hacer con los impuestos de los murcianos, los castellanos manchegos, los andaluces, los extremeños, cuya renta per cápita no llega al 75% de la de los catalanes, porque nadie imaginará ni a Mariano Rajoy ni a Emilio Botín pagando de su bolsillo la deuda catalana– lo repartirá entre los trabajadores, que ya se sabe que ésta es la conducta histórica de los burgueses: repartir su dinero entre los pobres.
Vicenç Navarro ya nos ha ilustrado en este periódico sobre las cifras de inversión pública en Catalunya, que son más bajas que la media española, enseñándonos con ellas la mezquindad, tacañería y habitual extracción de plusvalía de las clases burguesas en esa comunidad. Es por tanto lamentable que la izquierda en Catalunya no solo no lea la información de Navarro, sino que, un poco instruida en las relaciones del capital y el trabajo que ya hace más de siglo y medio descubrió Carlos Marx, no denuncie rotundamente esta maniobra de los oligarcas, burgueses, boyardos, corruptos y aliados de los políticos españoles, que únicamente quieren seguir acumulando capital, ya sin detraer de sus beneficios ni la mísera cuota que va a parar a los campesinos manchegos y andaluces.
Resulta lamentable que la izquierda catalana –si es que existe– ignore estos datos, y aún más triste es comprobar los argumentos mezquinos con que los representantes de quienes se llamaron comunistas alientan en los trabajadores catalanes, cada día más pobres –tres millones y medio de ellos no han nacido ni ellos ni sus padres en Catalunya y no tienen el catalán como lengua materna, y para más de medio millón ni siquiera lo es el castellano– la insolidaridad y la tacañería con los trabajadores de los demás países de España, cada día más miserables. “Todo para nosotros”, gritan, “si no pagamos las cuotas que nos exige el Estado español tendremos más para quedarnos en casa nostra”. Y con qué habilidad han hecho desaparecer de la información los escandalosos beneficios y sueldos y bonos y jubilaciones de los directivos de Caixa Catalunya –dirigida muchos años por los Narcís Serra de rancia estirpe– de los de la Caixa, del Banco de Sabadell, de Autopistas, y el robo descarado del Palau de la Música, cuyo principal responsable, Lluís Millet sigue paseándose por Barcelona en compañía de Montull y de sus cómplices, que obtuvo la impunidad pagando las cuotas previstas a CiU, partido que le amparaba.
¿Y qué se hizo de la petición de responsabilidades acerca de la gravísima acusación que lanzó nada menos que Pascual Maragall, secretario general del PSC, y entonces nada menos que president de la Generalitat, a Artur Mas, jefe de la oposición, secretario general de CiU, nada menos que en sesión plenaria del Parlament de Catalunya, retransmitida en directo por la televisión y la prensa de todos los países, de que el gobierno de CiU había cobrado el 3% de comisiones de todas las obras, eventos y concesiones que permitió en Catalunya; acusación a la que Mas se limitó a replicar que a partir de aquel momento ya no era amigo de Maragall? ¿Dónde está la responsabilidad de la izquierda catalana que se ha resignado pacíficamente a dejar enterrar en el olvido la corrupción de los más destacados líderes de la derecha que están esquilmando el país, mientras todas sus reclamaciones se dirigen contra los políticos del resto de España para que éstos estrangulen un poco más a sus ciudadanos a fin de pagarle a la burguesía catalana la deuda fiscal?
Ya no se trata de luchar contra la explotación de clase, de razas y de sexo, por parte de las clases poseedoras. Obreros, emigrantes, mujeres maltratadas, madres sin pensión alimenticia, trabajadoras subempleadas, estudiantes, funcionarios sin trabajo, sin vivienda, sin opciones de futuro, mientras las cincuenta familias burguesas siguen embolsándose los beneficios de la explotación de su pueblo, están llamados a manifestar ardientemente su patriotismo, que como decía sabiamente Samuel Johnson, es el último refugio de los canallas.
En 1994 publiqué Trabajadores del mundo, ¡rendíos! (Ed. Akal, Madrid) donde premonitoriamente exponía la estrategia del capital para desunir y derrotar a la clase obrera que amenazaba su poderío. Pues bien, ya lo ha conseguido. En vez de la Federación de Trabajadores, en vez de la Unión del Movimiento Feminista, en toda la Península Ibérica, contra el capital, vamos a apoyar a los Mas y Pujol y Maragall, enarbolando la estelada. Como hicieron en 1914 los trabajadores franceses y alemanes acudiendo como zombis al llamamiento de las burguesías europeas para que se mataran entre ellos en beneficio de aquellas.  Hoy no se armarán las metralletas, pero sí se están enconando los odios y las iras, las miserias y las ignorancias de los ciudadanos catalanes y del resto de España para ocultar la depredación cada vez mayor a que las oligarquías del país nos están sometiendo. Y esta repetición, siglo tras siglo, de las mismas estrategias para engañar, dominar y esclavizar a los trabajadores, es muy triste.
No olvidemos que para el Sr. Artur Mas, Catalunya puede ser un Estado con la misma monarquía borbónica que nos invadió en 1714 y que mantuvo Franco a su vera. Y desde la izquierda no se oye reclamación alguna de la República, aunque el PSC, siguiendo su ambigua y atemorizada trayectoria centenaria, al igual hoy que ICV, se pronuncia por la federación sin que nadie explique cómo se puede arbitrar una monarquía federal.
Y ni siquiera le han explicado a los millones de trabajadores que quieren engañar que si Catalunya se declara independiente por su cuenta no entraría en la Unión Europea y, en consecuencia, no solamente no obtendría beneficio alguno de la separación sino que se encontraría en más precaria situación que la actual.



dijous, 15 de novembre del 2012

LA VAGA CONTRA RAJOY I MAS

La foto és de Roser Arques publicada Directa (set. de comunicació)
A l’hora d’analitzar la vaga general d’ahir, una vegada més ens trobem en davant d’un enorme ball de xifres. Posem d’exemple la manifestació de Barcelona. Mentre els sindicats parlen d’un milió de persones, la policia local rebaixa la xifra a 100.000 i la Delegació del Govern a 50.000. A Madrid, segons la Delegació del Govern, els manifestants van ser 35.000.
Davant d’aquests mesuraments, pregunto: Cóm és que a la manifestació que es va fer a Barcelona per la diada hi va haver coincidència total?
A Barcelona hi van haver dues manifestacions: la convocada pels sindicats majoritaris (la UGT, CC.OO. i la USOC) i la que va ser convocada per la resta de sindicats encapçalats per la CGT. Aquesta darrera, tot i ser menor, els organitzadors van xifrar en 100.000 el número de manifestant, mentre que les xifres oficials ho rebaixaven a 10.000. A les imatges d’aquesta darrera manifestació es veu com la plaça (situada molt a prop de la Via Laietana) estava totalment abarrotada de gent.  Per tant, sembla poc provable que només hi haguessin 10.000 persones...
Gracies al model policial espanyol (cada cos de policia té assignades unes competències concretes i els ciutadans anem perduts), hi van haver retrets entre els responsables dels Mossosd’Esquadra i els de la Policia Nacional. Sembla ser que alguns dels manifestants van acudir davant de la comissaria que té la Polícia Nacional a la Via Laietana en actitud poc amistosa i les seus inquilins van veure perillar la seva integritat. Segons els comandaments de la polícia autonòmica, pel matí, van oferir-se per a custodiar les instal·lacions, mentre que la Policia Nacional va declinar l’ajut. Per la tarda, tal i com s’anaven agreujat els incidents, la policia estatal va demanar ajut i els mossos es van excusar dient que tots els efectius disponibles estaven de servei a d’altres llocs. Tampoc cal entrar a valorar els fets. Però tornem a la Diada. La manifestació també va passar per davant de la comissaria de la Policia Nacional de Via Laietana. L’única protecció que hi havia era un furgó propi. Els manifestants, mentre passaven, cridaven: Fora, fora, fora, la policia espanyola... I davant de la Delegació del Govern, res de res. Només a una porta lateral (per on passava la manifestació) s’hi podia llegir. Ambaixada Espanyola.  I torno a incidir: Perquè aquell dia no hi va haver cap aldarull?
A Tortosa també hi va haver una manifestació unitària. Va sortir des de la plaça del Carrilet i després de passar per diversos carrers, va acabar-se a la plaça del Mercat. Els cert és que ni vaig arribar tard. Cóm vaig poder arribar tard? Bé, això entra dintre del terreny personal. Vaig incorporar-me a la manifestació al començament de l’avinguda Generalitat, a la mateixa baixada del pont de l’Estat. Vaig posar-me al costat de l’amic Pep Vallés i vaig fer la pràctica totalitat del poc tram que quedava al costat d’ell. En arribar a la plaça del Mercat vaig quedar prou a prop dels companys sindicalistes que portaven la pancarta. Allí vaig poder veure la coreografia de la Troika Styl interpretada per gent de la CUP (o al menys això és el que vaig deduir) Després els parlaments i punt i final.
Quan ja havia marxat la majoria dels manifestants i com alguns no havien pogut veure el ball, el van tornar a repetir.
Al marxar vaig veure com encara quedaven uns 10 agents de policia entre mossos i locals. Al capdavant d’ells l’inspector de la Policia Local. Em va sobtar tanta policia quan pràcticament només quedaven una vintena de manifestants. Vaig pensar que, com es tractava, majoritàriament de membres de la CUP, els van voler controlar fins a la darrera hora. Calia? Personalment penso que no. Posteriorment em van dir que mossos de paisà van incorporar-se a la manifestació.
Voldria recordar sobre tot als mossos (si és que n’hi ha algú que em llegeix) que també són funcionaris i per tant, els afecten les retallades com als demés. Posar-se en contra de la ciutadania només els comportarà antipatia innecessària. Comprenc perfectament que ells estiguin complint ordres, però cada un dels agents és responsable dels seus propis actes. Si de cara als desnonaments es pot objectar per a no tenir que actuar, no es pot fer el mateix a l’hora d’haver de reprimir una manifestació. També entenc que hi hagi manifestants que es sobrepassen, però aquest són sempre una minoria i la resta no en té cap culpa.L'actuació de Tarragona on va rebre un menor i després li van pegar a una noia (suposadament sa germana nomñes per que els hi va recriminar els fets) són del tot reprovavbles i Puig hauria d'expedientar alsagents o dimitir.  
Tal com jo entenc aquestes coses, voldria que ells també entenguessin que, de vegades, la presència innecessària o desproporcionada, també pot arribar a crear tensions en alguns manifestants.
Finalment (i per a fer honor al títol) vull recordar que la vaga d’ahir anava tant contra el govern de Rajoy com el de Mas. Mas va ser precursor de les retallades i ara no pot fer com l’estruç que amaga el cap sota terra com si la vaga i les manifestacions no anessin amb ell.
Qui voti CiU el proper 25 ha de saber que vota més retallades més enllà de la terra promesa  que ens anuncia Mas. Ítaca està molt lluny i Llach desitjava que el camí fos llarg. A part de llarg serà tortuós i ple d’obstacles. I qui no ho vulgui veure, pitjor per ell. 


Dos avis sorians triomfen amb un vídeo viral sobre la crisi

A 'Se veía venir' Isidro i Moisés advertien ja el 2007 que "això s'acabarà molt malament"

EL PERIÓDICO / Barcelona

Era l'any 2007, els documentalistes Olga Latorre i Juan Zarza buscaven entre els habitants de Valdegeña, un petit poble de Sòria, opinions sobre la vida d'Avelino Hernández (escriptor del mateix municipi). 
 
"La conversa amb Isidro Ciriano i Moisés 'Casinadie' --dos avis del lloc--, amb aquestes dues persones va ser una meravella i escoltar-lo ara, 5 anys més tard, una passada", asseguren els realitzadors a la seva web (showu).
A Valdegeña, poble de la comarca del Moncayo que, l'1 de gener del 2010 tenia una població de 45 habitants, 30 homes i 15 dones, es va rodar la cinta fa cinc anys, i ara, cinc minuts d'aquesta filmació s'han convertit en un vídeo viral gràcies a Youtube i a Vimeo, i a les més de 700.000 persones que l'han vist.
Asseguts a la porta de casa, en una cadira i en un pedrís, i garrot a la mà i boina al front, els avis repassaven amb humor des de la seva infància fins com ha canviat la joventut i com ha anat empitjorant l'economia fins a portar-nos, ¡ja fa cinc anys!, que "això acabarà molt malament, però molt malament".
Algunes de les frases del l'encertat diàleg dels vells:
>>"Quan jo era petit anàvem a l'escola de pàrvuls 60 nois" (Isidro)
>>"Al col·legi hi he anat un any i mig... no és com ara que un es passa 20 o 30 anys estudiant; abans res, un caminava i ja se n'anava per aquest móns de Déu. Era una vergonya, home" (Moisés).
>>"Després vam començar a treballar al camp, de pastors, a segar... a no guanyar res" (Isidro)
>>"La gent jove se n'ha anat del poble i ens hem quedat sols els vells" (Isidro) "El dia que ens en anem nosaltres no queda ningú" (Moisés) "'Eso pa' els llops que vinguin per la muntanya" (Isidro)
>>"Ara es viu bé, el que passa és que la gent no es conforma... Jo visc bé, millor que mai... I això que cobro poca pensió, però estic content. Ostres, guanyo ara en un mes el que no he guanyat en tota la vida" (Moisés)
>>"El que la joventut aquesta gasta en un mes" "Un cubalibre, 700 pessetes, però home, senyor meu, fes un trago d'aigua i 700 pessetes que s'han estalviat. Si val mig llom 700 pessetes i amb mig llom es menja mitja setmana. Però la gent jove no fa res més que malgastar, que dic jo, i després que no tenen, ¿què tindran? És que la gent jove demana 40 milions d'un pis i es creen que 40 milions surten de la gorra. I després com que no ho paguen, a l'embargament. I això acabarà malament, això acabarà però molt malament" (Isidro)
>>"Doncs jo et dic la veritat, jo si no en tinc, no me'n compro, me n'estic sense" (Moisés)