Pablo Iglesias / Jorge Moruno
La reducción de las cifras oficiales de inscritos en el desempleo ha servido de excusa para que los equipos de comunicación del Gobierno lancen la consigna del optimismo respecto a la situación económica. Sin embargo, un mínimo acercamiento a los datos disponibles revela la fría realidad: somos un país en el que cada vez hay más pobres, incluso entre los que trabajan.
Más
del 26% de los ciudadanos de nuestro país son pobres (lo dice Caritas);
630.000 hogares (más del doble que en 2007) carecen de ingresos; uno de
cada diez trabajadores con empleo sobrevive con el salario mínimo o con
menos; la mayor parte de las madres con bebés no pueden permitirse
darles el pecho; los niños con problemas de desnutrición se cuentan por
millares (sólo en la lujosa Barcelona, el Ayuntamiento reconocía que
había 2.600 niños desnutridos). Son los datos de un país con una Casa Real
que siempre ha vivido a todo tren y que, sin embargo, no ha podido
evitar que se la asocie a la corrupción y al fraude fiscal; un país que
quiere organizar unos juegos olímpicos; el país de los grandes eventos,
de la Formula 1, de los futbolistas multimillonarios que defraudan a la hacienda pública, el país de Eurovegas,
el país con mayor presión fiscal sobre los salarios (6 puntos sobre la
media de la OCDE) y menos sobre las grandes fortunas; el país con
niveles escandalosos de fraude fiscal entre las grandes fortunas (lo
dicen los técnicos de Hacienda); el país en el que sus empresas de
referencia facturan en el extranjero y tienen presencia en paraísos
fiscales. El país de Solchaga que decía que en España era fácil hacerse
rico, de Jesús Gil, de Camps, de Fabra, de la Gürtel, de los ERES
fraudulentos, de Esperanza Aguirre, de restaurantes caros y sobresueldos
en A y en B; el país de los patriotas de pulsera rojigualda que no
tienen más patria que su dinero.
Y
en eso 127.000 parados menos en Junio. Ya pero... ¿Cómo es posible que
las afiliaciones a la seguridad social sean sólo 26.000? ¿Cómo es
posible que en los seis primeros meses del año hayan disminuido las
contrataciones?. Sencillo: La gente se va y muchos parados de larga duración, desesperados, han dejado de inscribirse en las oficinas del INEM.
Los jóvenes titulados (la generación más formada de nuestra historia)
se marchan en busca de sueldos acordes con su formación y los
inmigrantes, que eran los que aseguraban la sostenibilidad del sistema
de pensiones por el envejecimiento de la población, regresan a sus
países. Total: hay menos población activa. A la fuerza bajan las cifras
del paro.
Hay otro dato estremecedor. La mitad de las altas son de "autónomos". ¿Autónomos? Miren esta oferta de Infojobs: "Se precisa recepcionista Freelance para atender centralita desde casa, preferiblemente chica, para empresa call center. Se exige título de ESO y dos líneas de teléfono en casa. Contrato de autónomo. 450 euros brutos. Jornada completa". Esto es lo que significa ser autónomo; asalariados degradados sobre los que recae todo el riesgo y que además carecen de derechos laborales. Decía el señor Alberto Nadal, directivo de la CEOE, desde las páginas de El País, que "los jóvenes deben plantearse diferentes opciones, verse como empresarios, o como gestores de su propio capital humano dentro de la empresa". Cobrar 450 euros, ese es el significado de lo que dice un señor cuyo salario desconocemos, porque la exigente CEOE se niega a hacer públicos los sueldos de sus directivos.
¿Estamos empezando a salir de la crisis? Váyanse a la mierda.
La reducción de las cifras oficiales de inscritos en el desempleo ha servido de excusa para que los equipos de comunicación del Gobierno lancen la consigna del optimismo respecto a la situación económica. Sin embargo, un mínimo acercamiento a los datos disponibles revela la fría realidad: somos un país en el que cada vez hay más pobres, incluso entre los que trabajan.
Hay otro dato estremecedor. La mitad de las altas son de "autónomos". ¿Autónomos? Miren esta oferta de Infojobs: "Se precisa recepcionista Freelance para atender centralita desde casa, preferiblemente chica, para empresa call center. Se exige título de ESO y dos líneas de teléfono en casa. Contrato de autónomo. 450 euros brutos. Jornada completa". Esto es lo que significa ser autónomo; asalariados degradados sobre los que recae todo el riesgo y que además carecen de derechos laborales. Decía el señor Alberto Nadal, directivo de la CEOE, desde las páginas de El País, que "los jóvenes deben plantearse diferentes opciones, verse como empresarios, o como gestores de su propio capital humano dentro de la empresa". Cobrar 450 euros, ese es el significado de lo que dice un señor cuyo salario desconocemos, porque la exigente CEOE se niega a hacer públicos los sueldos de sus directivos.
¿Estamos empezando a salir de la crisis? Váyanse a la mierda.