diumenge, 21 de juliol del 2013

La emoción de censura: combate amañado

Aníbal Malvar

Al parecer, Alfredo Pérez Rubalcaba, cual hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor, le va a poner una moción de censura a Mariano Rajoy por chori, trincón, sobrecogedor, y por perder dinero con la política cobrando sobresueldos. Gracioso es que se enfrenten ahora el PP y el PSOE por un quítame allá esas cajas B, cuando hace poco más de un año ambos partidos de izquierda morigerada firmaron a dos manos la reforma constitucional que permite robar al obrero para pagar al Estado lo que al Estado le están robando los bancos, por decirlo cortamente. O, por decirlo más cortamente, por obligar al ciudadano a pagar falsas deudas -generadas tras subvencionar gratis a los bancos- antes que garantizar los servicios sociales, sanitarios y educativos mínimos de la población. O, por llevarlo a la cortedad más monterrosiana, por robarle al dinosaurio para dárselo a la glaciación.
El problema de Alfredo Pérez Rubalcaba, presunto socialista desde aquel día de verano, otoño o invierno -jamás lo permitiría la primavera- en que impulsó la zapateril reforma constitucional que nos hizo menos libres, es que tiene que presentar un candidato para su moción de censura. Y uno no ve a Rubalcaba parodiándose candidato a la presidencia del Gobierno. Elevándose, tras haber emborronado los peores resultados de la historia del PSOE, en provecto proyecto de salvapatrias. Rubalcaba no está para trotes en estos tiempos que necesitan algo más que galopes.
Rubalcaba no sirve ya ni siquiera para derrotado simbólico en una fracasada moción de falsa censura amañada, como la que se plantea, pues ha pactado varias veces con el PP cuando ya todos conocíamos los papeles de Bárcenas, las intenciones neoliberalfollanderas de Rajoy y el presente de los trabajadores. Asustarse ahora, como se asusta Rubalcaba, porque el nombre de Rajoy haya aflorado y sido desflorado por Bárcenas, tras pasar el tal Rajoy ocho años como ministro de Aznar, siete años como candidato de Aznar, y un año y pico como presidente, pues coño, es andar despistado un largo rato. Rubalcaba es que se despista mucho. No olvide el comisionista lector que Bárcenas lleva enmierdado en la Gürtel unos cuatro años. Que ya entonces cobraba más que Rajoy en el PP. Y que Rajoy puso la mano en el fuego por la honorabilidad de El Cabrón no hace tanto tiempo. Y que hasta ayer se mandaban sms muy íntimos. Lo dije tal que el otro día en twitter: Rajoy es el presidente 3.0: gobierna por plasma y es gobernado por sms. Para que luego digan que en España no hay I+D.
Rubalcaba no debe ser tan listo como parece, y se ha enterado, ahora, de que Luis Bárcenas es el jefe de Rajoy y de Aznar. Yo me enteré mucho antes por intuición femenina, que es como los seres con falo llamamos a la inteligencia. Si Luis Bárcenas siempre fue el tío que más cobraba en el PP, por encima de presidentes del partido y del Gobierno, es que era el jefe, el kíe, el baranda. El jefe, siempre, es el que más cobra. No es lógica. Es contabilidad. Que en este mundo, para nuestra desgracia, es más exacta que la lógica.
Rubalcaba, que es verdad que tiene poca experiencia en política, se acaba de enterar de todo esto. Me viene a la cabeza una anécdota ochentera. Cuando el felipismo campaba a sus anchas destruyendo el socialismo, y la Alianza Popular de Manuel Fraga era un partido residual, cosa que no era perversa, pues la herencia del franquismo nunca debió de pasar de residuo, Santiago Carrillo, entonces candidato del PCE, le propuso a Gregorio Peces Barba, presidente del Congreso, que eliminara la figura de jefe de la oposición. No había oposición. Y era verdad. Fraga nunca fue oposición, pues oposición es palabra que no aparece en los diccionarios del franquismo. Fraga, fundador de este PP, era entonces solo un fusil asesino sin balas. No era oposición. Era un intento de reposición. Del franquismo. Del asesinato. De la delincuencia organizada desde las estructuras del Estado. Y de un arreglo de las carreteras, porque había que conseguir que en las cunetas de España no solo cupieran los cadáveres de los abuelos, sino también los de los hijos y los de los nietos. No prosperó la cosa por falta de ingenieros de caminos con dos cojones, y entonces vinieron Aznar y Rajoy y mataron a Fraga de muerte natural.
La broma se le podía volver a plantear hoy a Rubalcaba. Hoy también habría que eliminar la figura de jefe de la oposición, ya que no existe. ¿Qué va a censurar un PSOE cuyas políticas económicas -que son también las sociales- han sido idénticas a las del PP? ¿Se va a desreformar el artículo 135 de la constitución? ¿Se va a crear un Banco Central que deje de prestar a los bancos dinero al 1% para que luego le usuren ese mismo dinero al 5, 6 o 7 % a los Estados que representan a los ciudadanos?
Que desaparezca la figura del líder de la oposición, como dijo Carrillo. O que se revise. Yo solo creeré en una oposición que demande, inmediatamente, el ingreso de Mariano Rajoy en prisión. Por cohecho. Por haber permitido que su partido recibiera dinero a cambio de contratos públicos. Seis años de cárcel, digo de memoria. Para los del “y tú más”: lo mismo a los del PSOE e IU que hayan hecho lo mismo en Andalucía con los ERE o en Lepe con los chistes malos pagados del erario público. Pero mocioncitas de censura para la galería no, coño. Alfredo, tío, recuerda cuando eras profesor: si el niño es tonto, es que el maestro es más tonto, porque no le ha sabido enseñar. Aplica eso a los votantes. Y empieza a decir la verdad de lo que sois a tus votantes, porque verdad solo hay una. Y yo nunca te la he escuchado.
Esta moción de censura es un combate amañado entre lo que hay y lo mismo, que es el resumen de la alternancia de partidos que, desde 1982, hemos sufrido los españoles. Con matices, vale. Pero el mundo nunca cambia por matices. Y matices es lo único que diferencia a Alfredo Pérez Rubalcaba de Mariano Rajoy. Yo quiero algo más que matices o que me atices. Para cambiar, Alfredo. La primera daga que les puedes clavar es no siendo tú el candidato a presidente en la súper emoción de censura que acabas de anunciar. Esa emoción de censura que tanta esperanza nos ha irrigado a todos los españoles. No se habla de otra cosa en los futuros territorios de la libertad. No sé qué haríamos los hombres justos sin tu PSOE. Sin tu emoción. Sin tu censura. Te voy a contar un cuento, Alfredo: “tu gente se durmió siendo del PSOE, y al despertar ya solo era socialista”.

dissabte, 20 de juliol del 2013

EL CAS PALAU DE LA MÚSICA, EL “BÁRCENAS” DE CONVERGÈNCIA

www.vizcarra.info


Arturo Mas està segut sobre una gran bomba de rellotgeria. Després de la seva intervenció al Parlament de Catalunya del passat dimecres, dedueixo que està esperant que un jutge “amic” sigui l’encarregat de la vista del cas de presumpte finançament irregular del seu partit i que, finalment pugui donar-lo per tancat de la forma més benèvola possible.
Abans de donar explicacions al Parlament va aconsellar Rajoy que donés la cara i les explicacions oportunes sobre el cas Bárcenas que, com tots sabem afecta a la línia de flotació del PP.  
Entre l’actitud de Rajoy i la de Mas, realment hi ha molt poca diferència. El primer s’amaga tot el que pot, no vol acudir al Congrés, manipula les poques rodes de premsa que dóna per a evitar preguntes compromeses  i fa que siguin els seus companys de partit els que s’encarreguin de desmentir-ho tot o minimitzar al màxim el que va sortit. Mas, en canvi,si que acudeix al Parlament, però també ho nega tot i interpreta les decisions judicials a la seva manera per a no haver d’acceptar els fets. Està clar que si tots dos acceptessin que coneixien el que estava passant als seus respectius partits, haurien de dimitir immediatament. En canvi, admetre que alguna cosa passava, però que la culpa és dels altres, mai seva, des el meu punt de vista només demostraria un intent de salvar la pell. Però ja sé sap que es pot pecar per acció o per omissió i, en tots dos casos n’ets culpable.
En la seva defensa, Mas al·lega que no hi ha imputats més enllà de Daniel Osàcar l’extresorer convergent (curiosament el mateix càrrec que tenia Bárcenas al PP) També diu que el Palau de la Música eximeix CDC de tota responsabilitat. En canvi, sobre el dictamen del jutge instructor del cas, diu que no hi ha proves concloents. És veure el cas sempre amb el mateix filtre i sempre allò que més t’interessa. Lamentable!
El passat dimecres vaig veure part de la tertúlia de Josep Cuní a 8TV. Entre els presents Arcadi Calzada que ha ocupat diversos càrrecs públics des de les files convergents; entre els quals, diputat al Parlament i president de Caixa Girona, actualment integrada a la Caixa. També ha estat imputat en diversos casos; per tant, no és precisament un exemple d’honestedat i tampoc la persona més apropiada per a defensar els interessos convergents en un debat d’aquest índole.
Però a la taula hi havia una veu crítica (fins i tot molt crítica) contra Convergència i que, cada cop que intervenia, comparava el cas Palau de la Música el Bárcenas del PP, tal i com  he fet jo sovint. Una cosa tan clara com aquesta només no la veu aquell que té interessos cap a alguna de les parts.
A casa ens preguntàvem qui era aquella persona, ja que com no solem seguir la tertúlia de 8TV, no el coneixíem. Però afortunadament Internet sol donar-nos molta llums on abans només hi havia ombres. El contertulià en qüestió era Joan Carles Girauta que sembla que, a part d’escriptor també és advocat.
Girauta trobava inversemblant que algunes entitats financeres havien negat al jutge informació relativa sobre qui havia retirat fons de determinats números de compte. Mentre, Calzada li reiterava el que havia dit hores abans Mas: el jutge instructor no tenia proves. La rèplica de Girauta no es va fer esperar:  cap jutge instructor dóna per acabat un procediment culpant a algú (en aquest cas Convergència) sense proves.
I torno al principi. Mas vol guanyar temps i espera que els hi toqui en sort un jutge afí (com el dels vestits de Camps) i se’n pugui anar tranquil·lament de rositas, tal com li va passar a Jordi Pujol en el cas Banca Catalana.

PAISATGES DEL NOSTRE TERRITORI. LA FONT DE CAP D'ÀSENS (Serra de Godall) I

















La postura del tesorero

David Torres

Vista con el volumen silenciado, que es como hay que ver las pelis porno, la comparecencia a dúo entre Mariano y Donald Tusk parecía un número de ventrílocuo. Mariano siempre ha tenido algo de muñeco articulado, aunque nunca se supo exactamente cuántas manos había detrás. Ayer daba la impresión de que era el dirigente polaco quien manejaba los hilos, incluso se puso a beber un vaso de agua mientras Mariano meneaba la boca, un alarde al alcance de muy pocos ventrílocuos. En realidad, Tusk estaba más preocupado porque corriera el aire entre ellos, no fueran a confundirlo con su homólogo español. A cada nueva pregunta, por inofensiva que fuese, el polaco se movía un pasito a su derecha, hasta el punto de que estuvo a punto de reabrir el corredor de Danzig en su empeño de excavar un hueco entre ambos. A su regreso a casa, Tusk ya era capaz de reinventar aquel famoso chiste xenófobo: ¿Quién es el hombre del año en Polonia? Mariano Rajoy. Antes solían decir “don Nadie”.
Las preguntas lanzadas desde la prensa amiga venían ya prefabricadas de antemano para que todo discurriera en esa extraordinaria placidez en la que Mariano chapotea como si ya estuviese instalado en la tumbona con puro y todo. Les faltó preguntarle quién cree él que ganaría el Tour pero, aparte del ciclismo, Mariano sigue tan tranquilo como el primer día. Ante la evidencia pública de que el presidente de la nación le había mandado un fuerte abrazo a un delincuente dos días después de destaparse el apocalipsis, cualquier otro político hubiera dimitido o al menos hubiera balbuceado una explicación sobre la vergüenza inconcebible de su mensaje de ánimo. Pero Mariano avanzó sobre sus propias contradicciones como un Terminator programado para acabar la legislatura con el piloto automático a toda máquina. El concepto “dimitir” no viene incluido en el programa de Mariano, y mucho menos en el programa electoral. Debe de ser una expresión polaca, igual que “rueda de prensa”, que en España más que rueda es un donut.
El momento más embarazoso del donut fue, como es lógico, el agujero, donde cayó Mariano él solo al intentar explicar “la posición del PP al respecto”. En efecto, algunos todavía no tenemos muy claro si con Bárcenas han adoptado la del culo en pompa o la postura del tesorero. Fue el único resbalón de la mañana; acto seguido, el presidente continuó su marcha impertérrito, al estilo de los condenados en el otro corredor, el de la muerte. “Dead Mariano walking” coreaban algunos periodistas díscolos sin hacer mella en el ánimo de un cadaver político que sabe de sobra que está difunto, pero que es el único difunto con mayoría absoluta. Ya era suficiente milagro que hubiese aparecido de frente a las cámaras en carne y barba, aunque pocos advirtieron que no estaba dando la cara sino la espalda.