dimarts, 5 de març del 2013
Stéphane Hessel, dicen, era un republicano español
Saliendo esta mañana de un hospital
público de gestión privada, me encuentro a un viejito vestido con ropa
de enfermo. Es extraño. Está nevando. Mira los copos como si estuviera
contando estrellas. Silba, sentado en un banco, luego deja de narrar la
melodía y fuma de un cigarro como si le fuera en ello la suerte a los
300 de las Termópilas. Bebe, sin culpa de herido, de una lata de
cerveza. Otras dos vacías reposan derrotadas entre los travesaños del
asiento. Un periódico hecho un amasijo inútil de hojas arrugadas cuida
el sueño de las cervezas. Sonríe con cara pícara. Le miro, devolviéndole
la sonrisa, alegre por su irreverencia y me sorprende diciéndome:
“-Espero que no le hayan dado cita para dentro de seis meses. Dentro de
seis meses, todos muertos-”. Me paro divertido y le digo:
-”¡Keynes!”-recordando la frases del economista inglés que intranquilizo
al padre de los neocon. -”Tranquilo abuelo, que venía solo de visita.
¿Y usted? ¿No hace mucho frío para estar aquí afuera?-”.
El viejito, pega un sorbo a la cerveza y me dice: “-Qué más da. Frío, calor… Los telediarios nos dicen lo que quieren que creamos. Y yo me he cansado de las mentiras. Los viejos les sobramos a estos fascistas. Ya no visten de azul pero son los mismos. Los hijos, los nietos, las queridas. La familia de los del 36. Así que prefiero morirme de frío aquí afuera que de abandono ahí dentro. ¡Dita Que los parió!- luego se queda pensando como suyo no estuviera ahí, como si algo poderoso lo convocara. Pasado un minuto, sigue: “-Además, hoy se ha muerto Manuel. Me voy con él. Con Manuel. Maldita sea… ¡Cuántos tiros pegamos en el frente del Ebro! Éramos unos críos, ¡Pero teníamos lo que hay que tener! Luego… Bah, luego todo se jodió. Si pierdes una guerra, estás jodido. A Manuel le traicionaron todos. Bueno, a todos nosotros nos traicionaron todos. Yo me tuve que aguantar, pero él dijo que no le iban a torcer el brazo. Era muy suyo. Y quería olvidar de este país de mierda. Se cambió el nombre. Fíjate cómo es la vida. Luego se hizo famoso. Y hoy, que he decidido morirme, sale en los periódicos. Stéphane Hessel. Manuel, mi amigo, mi hermano-“.
Mi sorpresa empieza a crecer. -¿Stéphane Hessel era español?-. Y el viejito, escupiendo sobre el césped, con la cabeza doblada, dice: “-Más que el gazpacho cargado de ajo, más que Picasso tocándole el culo a su novia francesa, más que el Quijote, más que Max Estrella muriéndose de frío. Pero este sigue siendo un país de cabreros. Tan ingrato… ¿Tú crees que lo habrían celebrado así si supieran que era de Albacete? En Francia, bueno. O no. Pero aquí… Stéphane era muy listo. No puedes ser de un país que ha perdido una guerra. Manuel era de La Nueve. Liberamos París. Allí nos respetan. Liberar París de los franceses colaboracionistas te hacía un héroe en Francia. En España te hacía una mierda”.
Mi perplejidad enfriaba la nieve. Muchas cosas encajaban. Eran republicanos españoles los que entraron con “La Nueve” en los primeros tanques que liberaron París con el general Lecrec. ¡Hessel uno de ellos! ¡Ahí estaba su gloria! Habían perdido la guerra contra el fascismo en España y entendieron que la pelea continuaba en Francia. Hitler, Franco, Mussolini. Caimanes del mismo pozo. Aún recuerdo cuando los indignados, que escogieron el libro de Hessel como referencia, hicieron quitar banderas republicanas de la Puerta del Sol en los comienzos del 15M. Esos jóvenes, con la memoria hurtada, adoraban a Stéphane y despreciaban a Manuel. Quién los había engañado… ¿Modélica unaTransición que había mentido sobre esas cosas?
De regreso a casa, escucho la radio. Todas las emisoras coinciden: bendito Stéphane Hessel. Un antifascista. Suena bien. Como en Casablanca. Manuel. Un antifascista. Primero contra Franco. Luego, contra Hitler y Mussolini. ¿Un antifranquista? Stéphane hoy es mencionado en todos los telediarios. Manuel… Los Manuel, las Rosa, los Miguel, los Pedro, las Fuencisla siguen muriéndose todos los días en silencio. Muere hoy también una artista del teatro. Su pasado enmudece cualquier recuerdo. ¿Para qué mencionar que el mundo de los versos luchó contra la dictadura? Luego, el Ministro Wert diría que los artistas faltan al respeto a las instituciones. Los cómicos, pasados por las armas por el dictador desde el primer momento.
Quiero saber si el abuelo me está diciendo la verdad. Quiero seguir hablando con él. Pero han llegado dos tipos de una contrata de seguridad y se lo llevan adentro a la fuerza. Uno de ellos le espeta: “¡no joda viejo, que si se muere aquí afuera mete en un jaleo a la contrata!”.
Me mira el abuelo y me grita mientras lo llevan flaquito en volandas: -”¡si te vas a tener que ir de España tú también llévate a los malos por delante! ¡Siempre les sobramos medio país! ¡Acuérdate de Manuel! ¡Que no os roben a vosotros también el nombre!”-. Paralizado bajo la nieve un destello me pregunta: “¿Por qué la II República sigue floreciendo en cualquier parte menos dentro de su casa?”. Meten al abuelo dentro del hospital privatizado. Le arrancan de un manotazo la lata de cerveza. Noto hervir la nieve. El aire frío me agarra por los hombros: ¿los de la Gürtel nos van a volver a robar la memoria? Y entiendo que da lo mismo que Hessel sea o no Manuel. Que Manuel sea o no sea Hessel. La herida está en los miles de Manueles silenciados, en las miles de Manuelas silenciadas. El legado que los gobiernos de la “democracia” nos entrega. Hombres y mujeres que adelantaron nuestra rabia. Olvidados.Sin homenaje. Transición inmaculada.
El viejito, pega un sorbo a la cerveza y me dice: “-Qué más da. Frío, calor… Los telediarios nos dicen lo que quieren que creamos. Y yo me he cansado de las mentiras. Los viejos les sobramos a estos fascistas. Ya no visten de azul pero son los mismos. Los hijos, los nietos, las queridas. La familia de los del 36. Así que prefiero morirme de frío aquí afuera que de abandono ahí dentro. ¡Dita Que los parió!- luego se queda pensando como suyo no estuviera ahí, como si algo poderoso lo convocara. Pasado un minuto, sigue: “-Además, hoy se ha muerto Manuel. Me voy con él. Con Manuel. Maldita sea… ¡Cuántos tiros pegamos en el frente del Ebro! Éramos unos críos, ¡Pero teníamos lo que hay que tener! Luego… Bah, luego todo se jodió. Si pierdes una guerra, estás jodido. A Manuel le traicionaron todos. Bueno, a todos nosotros nos traicionaron todos. Yo me tuve que aguantar, pero él dijo que no le iban a torcer el brazo. Era muy suyo. Y quería olvidar de este país de mierda. Se cambió el nombre. Fíjate cómo es la vida. Luego se hizo famoso. Y hoy, que he decidido morirme, sale en los periódicos. Stéphane Hessel. Manuel, mi amigo, mi hermano-“.
Mi sorpresa empieza a crecer. -¿Stéphane Hessel era español?-. Y el viejito, escupiendo sobre el césped, con la cabeza doblada, dice: “-Más que el gazpacho cargado de ajo, más que Picasso tocándole el culo a su novia francesa, más que el Quijote, más que Max Estrella muriéndose de frío. Pero este sigue siendo un país de cabreros. Tan ingrato… ¿Tú crees que lo habrían celebrado así si supieran que era de Albacete? En Francia, bueno. O no. Pero aquí… Stéphane era muy listo. No puedes ser de un país que ha perdido una guerra. Manuel era de La Nueve. Liberamos París. Allí nos respetan. Liberar París de los franceses colaboracionistas te hacía un héroe en Francia. En España te hacía una mierda”.
Mi perplejidad enfriaba la nieve. Muchas cosas encajaban. Eran republicanos españoles los que entraron con “La Nueve” en los primeros tanques que liberaron París con el general Lecrec. ¡Hessel uno de ellos! ¡Ahí estaba su gloria! Habían perdido la guerra contra el fascismo en España y entendieron que la pelea continuaba en Francia. Hitler, Franco, Mussolini. Caimanes del mismo pozo. Aún recuerdo cuando los indignados, que escogieron el libro de Hessel como referencia, hicieron quitar banderas republicanas de la Puerta del Sol en los comienzos del 15M. Esos jóvenes, con la memoria hurtada, adoraban a Stéphane y despreciaban a Manuel. Quién los había engañado… ¿Modélica unaTransición que había mentido sobre esas cosas?
De regreso a casa, escucho la radio. Todas las emisoras coinciden: bendito Stéphane Hessel. Un antifascista. Suena bien. Como en Casablanca. Manuel. Un antifascista. Primero contra Franco. Luego, contra Hitler y Mussolini. ¿Un antifranquista? Stéphane hoy es mencionado en todos los telediarios. Manuel… Los Manuel, las Rosa, los Miguel, los Pedro, las Fuencisla siguen muriéndose todos los días en silencio. Muere hoy también una artista del teatro. Su pasado enmudece cualquier recuerdo. ¿Para qué mencionar que el mundo de los versos luchó contra la dictadura? Luego, el Ministro Wert diría que los artistas faltan al respeto a las instituciones. Los cómicos, pasados por las armas por el dictador desde el primer momento.
Quiero saber si el abuelo me está diciendo la verdad. Quiero seguir hablando con él. Pero han llegado dos tipos de una contrata de seguridad y se lo llevan adentro a la fuerza. Uno de ellos le espeta: “¡no joda viejo, que si se muere aquí afuera mete en un jaleo a la contrata!”.
Me mira el abuelo y me grita mientras lo llevan flaquito en volandas: -”¡si te vas a tener que ir de España tú también llévate a los malos por delante! ¡Siempre les sobramos medio país! ¡Acuérdate de Manuel! ¡Que no os roben a vosotros también el nombre!”-. Paralizado bajo la nieve un destello me pregunta: “¿Por qué la II República sigue floreciendo en cualquier parte menos dentro de su casa?”. Meten al abuelo dentro del hospital privatizado. Le arrancan de un manotazo la lata de cerveza. Noto hervir la nieve. El aire frío me agarra por los hombros: ¿los de la Gürtel nos van a volver a robar la memoria? Y entiendo que da lo mismo que Hessel sea o no Manuel. Que Manuel sea o no sea Hessel. La herida está en los miles de Manueles silenciados, en las miles de Manuelas silenciadas. El legado que los gobiernos de la “democracia” nos entrega. Hombres y mujeres que adelantaron nuestra rabia. Olvidados.Sin homenaje. Transición inmaculada.
Juan Carlos Monedero
dilluns, 4 de març del 2013
TÁCTICA DE ROMANONES
L'altre dia em va arribar el següent text:
Es antológica la anécdota protagonizada por don Alvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones. Este caballero fue elegido diputado ininterrumpidamente por la circunscripción de Guadalajara desde 1891 a 1923 en las listas del Partido Liberal. Y el secreto de sus reiterados triunfos electorales era una habilidosa combinación de caciquismo y clientelismo hasta el punto de hacer de la provincia alcarreña su verdadero feudo.
En cierta ocasión, don Antonio Maura, que llegaría años después a ser jefe del Partido Conservador y Presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones, decidió disputar el escaño al jabonoso conde. Se presentó en Guadalajara y allí se le informó de que tendría muy complicada la cosa pues el Conde de Romanones ofrecía a cada elector 2 pesetas por voto y que eso había generado un tejido cautivo muy difícil de rasgar.
- Muy bien, dijo Maura. Si Romanones paga el voto a 2 pesetas, yo lo pagaré a 3.
Y, dicho y hecho, Maura empezó a comprar los votos a 3 pesetas.
Pasados unos días Romanones llegó a Guadalajara, como siempre, a repetir la jugada. Pero cuando hubo llegado se le informó que ese año lo tendría realmente difícil puesto que Maura se le había adelantado y además había ofrecido 3 pesetas por voto. Entonces Romanones no vaciló. Fue localizando a los electores que habían sido tentados por Maura y, uno por uno, les iba diciendo:
- Toma un duro y dame las tres pesetas (que habían previamente recibido de Maura).
El resultado lo pueden imaginar: Romanones arrasó, los electores se embolsaron cada uno un duro (cinco pesetas) y a Romanones los votos le costaron a dos, como de costumbre.
Es antológica la anécdota protagonizada por don Alvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones. Este caballero fue elegido diputado ininterrumpidamente por la circunscripción de Guadalajara desde 1891 a 1923 en las listas del Partido Liberal. Y el secreto de sus reiterados triunfos electorales era una habilidosa combinación de caciquismo y clientelismo hasta el punto de hacer de la provincia alcarreña su verdadero feudo.
En cierta ocasión, don Antonio Maura, que llegaría años después a ser jefe del Partido Conservador y Presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones, decidió disputar el escaño al jabonoso conde. Se presentó en Guadalajara y allí se le informó de que tendría muy complicada la cosa pues el Conde de Romanones ofrecía a cada elector 2 pesetas por voto y que eso había generado un tejido cautivo muy difícil de rasgar.
- Muy bien, dijo Maura. Si Romanones paga el voto a 2 pesetas, yo lo pagaré a 3.
Y, dicho y hecho, Maura empezó a comprar los votos a 3 pesetas.
Pasados unos días Romanones llegó a Guadalajara, como siempre, a repetir la jugada. Pero cuando hubo llegado se le informó que ese año lo tendría realmente difícil puesto que Maura se le había adelantado y además había ofrecido 3 pesetas por voto. Entonces Romanones no vaciló. Fue localizando a los electores que habían sido tentados por Maura y, uno por uno, les iba diciendo:
- Toma un duro y dame las tres pesetas (que habían previamente recibido de Maura).
El resultado lo pueden imaginar: Romanones arrasó, los electores se embolsaron cada uno un duro (cinco pesetas) y a Romanones los votos le costaron a dos, como de costumbre.
Aquesta mena de testes sempre em donen que
pensar, sobre tot quan es parla de caciquisme
i de compra de vots.
Actualment de caciquisme en segueix existint.
Potser no de la mateixa manera que durant els segle XIX i principis del XX on
la majoria de la gent del poble eren analfabets i s’havien criat en ambients
rurals sota la tutela de l’amo.
La II República va tenir mola part de culpa a
l’hora d’alfabetitzar els xiquets i xiquetes, encara que, desgraciadament,
tenien que abandonar l’escola abans d’hora per a poder ajudar els seus pares i
mirar així de sortir de la misèria de la postguerra espanyola.
Durant la dictadura, encara que els cacics
locals seguien existint, sobre tot aquells que portaven la camisa blava i l’aranya
a l’alçada del cor, el cert és que no necessitaven compra vots, ja que no es
feien pràcticament eleccions i quan es votava alguna cosa, solia estar tan
amanyada que no calia pressionar els ciutadans de cap forma.
Però el restabliment de la democràcia va
comportar el naixement de nous cacics. Ara ja no havien de ser, necessàriament
els terratinents del poble, ni molt menys els que posseïen un títol nobiliari
con el comte de Romanones, ja que la política actual ha portat molts pocs
nobles a les cambres de representació. Ara són els nous rics, el qui, la
majoria de les vegades han fet fortuna gràcies a la política, ja sigui de
manera directa o indirecta, es a dir, els que s’han beneficiat del càrrec a
base de xanxullos sovint relacionats
amb l’especulació immobiliària o d’altres negocis foscos.
Els cas més extrem que conec va ser el d’una
parella que van vendre el seu vot per 5.000 pessetes, allà pels principis dels
anys 90; però quants n’hi ha que el venen per un lloc de treball o bé per a
conservar-lo. Sovint tota la família vota al cacic local que els hi dóna de
menjar de la seva pròpia ma. Avui te’n
dono, demà te’l prenc...
Si amo; gràcies amo, a les seves ordres amo...
Fins que no ens traurem de sobre aquesta xacra
no podrem dir que vivim en una autèntica democràcia. Trist!
El coño de la Bernarda
Está feo reírse de las desgracias
ajenas pero es que el PP de ajeno tiene bien poco, por desgracia. Si
desde fuera Génova parece un circo de tres pistas, por dentro debe de
ser el coño de la Bernarda, con perdón de la Bernarda. Un día llega
Floriano, cuyo apellido no acaba de ayudarle cada vez que se arrima a un
micro, y dice una cosa; y unos días después, sale Cospedal y le da una
colleja y dice otra; y luego sale otra vez Cospedal y dice ni una cosa
ni la otra ni la contraria y se pega a sí misma una colleja.
Oír a la Cospedal hablando de conceptos como finiquito, indemnización y vida laboral es un espectáculo delirante, algo así como contemplar a Belén Esteban discutiendo de física cuántica, ¿me entiendes? Yo de los gobiernos zapateros echaba de menos a esas ministras florero, las Pajines, las Aído, aunque fuera sólo porque abrían la boca y te daban el artículo hecho. Pocas estampas más penosas para una feminista que ver un siglo de lucha por la igualdad desembocando en Bibiana y pocas más agradecidas para el columnista omnívoro que no tiene nada mejor que echarse a la boca. Pensaba que con las chicas marianas todo iba a quedarse en la mantilla y la peineta, en esa España decimonónica a la que ellas gustosamente prestan el toque de viuda negra. Hasta que apareció Cospedal y demostró que se puede ser rubia a derechas.
Y mira que era complicado destacar por el lado chusco con la competencia que tiene dentro y fuera. Está Montoro, con sus cantinflismos; está Wert, con su tupperwert; está Ana Mato, consigo misma; pero sobre todo está Mariano, que le pidió prestado el puro a Groucho y se ha pasado de la raya. La penúltima de Mariano es para enmarcar: “En la medida en que las circunstancias nos lo vayan permitiendo, iremos haciendo honor a nuestra palabra”. Una frase que demuestra que nuestro presidente está todo él hecho de gerundios.
Sin embargo, todo este despliegue de dislates sería inútil sin la figura de Bárcenas. Antes de Bárcenas el PP era como un spin-off de Enredo, aquella serie gilipollesca donde una familia de botarates se iba desintegrando y recomponiendo a fuerza de malentendidos. Muchas carcajadas, mucha palabrería y mucha vergüenza ajena, pero chicha poca. Bárcenas ha elevado él solo la política nacional de la astracanada al esperpento, de la zarzuela a la ópera, hasta el punto de que sólo le falta ponerse a cantar en los juzgados, como los grandes barítonos de Verdi y de Puccini. A la Cospedal la ha espachurrado viva con el vozarrón del barón Scarpia en el aria de Tosca: “Va, Tosca, nel tuo cuore s’anidda Scarpia”. Lo han comparado con el gánsgter chungo de los Simpson, pero la verdad es que no veíamos un malvado así desde los tiempos gloriosos de Falconetti y Jota Erre. Yo ya espero a Bárcenas comiendo palomitas.
David Torres
Oír a la Cospedal hablando de conceptos como finiquito, indemnización y vida laboral es un espectáculo delirante, algo así como contemplar a Belén Esteban discutiendo de física cuántica, ¿me entiendes? Yo de los gobiernos zapateros echaba de menos a esas ministras florero, las Pajines, las Aído, aunque fuera sólo porque abrían la boca y te daban el artículo hecho. Pocas estampas más penosas para una feminista que ver un siglo de lucha por la igualdad desembocando en Bibiana y pocas más agradecidas para el columnista omnívoro que no tiene nada mejor que echarse a la boca. Pensaba que con las chicas marianas todo iba a quedarse en la mantilla y la peineta, en esa España decimonónica a la que ellas gustosamente prestan el toque de viuda negra. Hasta que apareció Cospedal y demostró que se puede ser rubia a derechas.
Y mira que era complicado destacar por el lado chusco con la competencia que tiene dentro y fuera. Está Montoro, con sus cantinflismos; está Wert, con su tupperwert; está Ana Mato, consigo misma; pero sobre todo está Mariano, que le pidió prestado el puro a Groucho y se ha pasado de la raya. La penúltima de Mariano es para enmarcar: “En la medida en que las circunstancias nos lo vayan permitiendo, iremos haciendo honor a nuestra palabra”. Una frase que demuestra que nuestro presidente está todo él hecho de gerundios.
Sin embargo, todo este despliegue de dislates sería inútil sin la figura de Bárcenas. Antes de Bárcenas el PP era como un spin-off de Enredo, aquella serie gilipollesca donde una familia de botarates se iba desintegrando y recomponiendo a fuerza de malentendidos. Muchas carcajadas, mucha palabrería y mucha vergüenza ajena, pero chicha poca. Bárcenas ha elevado él solo la política nacional de la astracanada al esperpento, de la zarzuela a la ópera, hasta el punto de que sólo le falta ponerse a cantar en los juzgados, como los grandes barítonos de Verdi y de Puccini. A la Cospedal la ha espachurrado viva con el vozarrón del barón Scarpia en el aria de Tosca: “Va, Tosca, nel tuo cuore s’anidda Scarpia”. Lo han comparado con el gánsgter chungo de los Simpson, pero la verdad es que no veíamos un malvado así desde los tiempos gloriosos de Falconetti y Jota Erre. Yo ya espero a Bárcenas comiendo palomitas.
David Torres
diumenge, 3 de març del 2013
PUNT I FINAL (Carta enviada a diferents mitjans de comunicació)
Molt em temo que des del govern català
s’està intentant fer una llei de punt i final per eximir de
responsabilitats a alguns dels seus membres (inclòs el President), tal
i com va passar a països com l’Argentina i, de forma implícita també a
Espanya per evitar així que ningú hagués de passar comptes pels delictes
comesos durant les dictadures respectives.
El cas Palau de la Música podria acabar
esquitxant a Artur Mas, per això, els seus socis de govern (i a la vegada
principal partit de l’oposició), es neguen sistemàticament que pugui comparèixer
al Parlament per a donar explicacions sobre un, més que provable, finançament
irregular de Convergència. Raons com les que va donar Marta Rovira, Secretaria
General d’ERC (No jugarem a qüestionar les institucions catalanes),
em sonen a una excusa sense justificació possible. Quan Millet va desmantellar
les arques del Palau de la Música, Mas no era el President de la Generalitat
i que hagi acabat ocupant aquest càrrec és nomes un fet casual i efímer.
Tothom hauria de ser igual davant la
Justícia: prínceps, ducs, presidents, ministres i ciutadans del carrer.
Però els poderosos es tapen entre ells i els únics culpables som
els qui no ostentem cap títol ni càrrec.
Catalunya-España: ¿ruptura o reforma?
Marina Geli
Diputada en el Parlament de Catalunya por el PSC y exconsellera de Salud de la Generalitat
Las relaciones políticas entre Catalunya y España viven su momento más difícil desde la transición española. Quizás lo más relevante sea que hoy existe una desafección ciudadana mutua, como hace ya unos años pronosticó el president de la Generalitat José Montilla.
La situación nos obliga a tomar conciencia del momento actual para poder establecer y liderar en consecuencia un diálogo franco. La mayoría de catalanes quiere que España y Catalunya dialoguen, incluso aquellos que hoy defienden la independencia. España debe propiciar una mesa de debate sin apriorismos, pero con rigor y racionalidad.
El independentismo era minoritario en Catalunya y sólo contaba con el apoyo de ERC y algunos grupos extraparlamentarios. El acercamiento de CiU hacia las tesis independentistas de los últimos años es hoy el elemento más relevante en la política catalana. Pero para interpretar lo que está ocurriendo en Catalunya, debemos conocer las circunstancias que propiciaron la situación actual.
El Estatut de Catalunya de 2006 fue un intento de nuevo pacto con España, pero la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso del PP minó la confianza entre las dos partes. El modelo de financiación pactado llegó tarde, en 2009, ya en plena crisis, y se amortizó inmediatamente con la propuesta de pacto fiscal de 2010, lema de la campaña electoral de CiU ese mismo año. Fue la crónica de una muerte anunciada: la propuesta de pacto fiscal se finiquitó en una única reunión entre el president Mas y el presidente Rajoy. Tras los gobiernos de Maragall y Montilla y la negativa del Estado a negociar un nuevo pacto fiscal, una mayoría de catalanes dio por acabada una etapa.
Entre los catalanes, existe la percepción mayoritaria de que Catalunya está mal financiada y de que España le aboca a un déficit fiscal que agrava la crisis económica, el paro y la merma de sus potencialidades propias para volver a generar crecimiento y trabajo.
Paralelamente, las injerencias y las dificultades del Gobierno de España del PP para entender la singularidad catalana en el modelo educativo, lingüístico, sanitario o judicial, fortalecen los argumentos de los que reclaman respeto a Catalunya por parte del Estado.
La manifestación del pasado 11 de septiembre en Barcelona expresó un sentimiento afirmativo a favor de decidir el futuro de Catalunya y su relación con España, y según algunas encuestas, más de la mitad de la población se declara ya a favor de la independencia.
La mayoría es aún más amplia —casi del 80% en las encuestas y en el Parlament— a favor del derecho a decidir. Esta mayoría es plural, interclasista y no solamente independentista.
El catalanismo político actual —CiU, ERC, PSC, ICV y CUP— comparte la posibilidad de convocar una consulta en Catalunya. La votación de ayer en el Congreso también evidenció que el catalanismo político -CiU, PSC, ERC e ICV, Carme Chacón aparte- quiere hacerlo con un pacto entre el Govern de Catalunya y el Gobierno de España.
El resultado de la votación de ayer en el Congreso de los Diputados evidencia con mayor claridad esta voluntad del catalanismo político. Incluso más que en la reciente votación del Parlament, con los votos favorables de CiU, ERC, ICV y la CUP y el voto equivalente en blanco de cinco diputados del PSC a una declaración donde el diálogo con España para una consulta legal no era el tema prioritario.
Hace meses que creo que alguien en España debe asumir el papel que hoy ejerce David Cameron en el Reino Unido y espero que se encuentre entre los líderes del PSOE. El primer ministro del Reino Unido reconoció con normalidad política y democrática una voluntad mayoritaria de convocar un referéndum acordado, legal y vinculante en Escocia.
Nadie considera en el Reino Unido que Cameron es independentista, y en cambio en España, se asocia el derecho a decidir a la independencia. Respeto la discrepancia de Carme Chacón, pero me sorprende que considere sinónimos consulta e independencia. La no aceptación del referéndum aumenta el independentismo emocional.
Si el PSOE abriera la puerta a pactar la consulta, la propuesta de reforma federal de la Constitución para articular un nuevo encaje federativo singular de Cataluña en España sería escuchada y puede que incluso mayoritaria. Creo que si esto no ocurre, la fractura entre España y Catalunya crecerá. La mesa de diálogo entre los Gobiernos es urgente, también para abordar un nuevo modelo de financiación, un mandato del Estatut catalán de 2006 que obliga a su revisión este mismo año.
Estamos delante de una nueva transición, de modelo económico, social, demográfico, energético, pero también de España y Catalunya dentro de Europa. El papel del PSC y del PSOE puede ser la clave. Debemos debatir sin ruptura los dos partidos y acordar, cómo hicieron en 1977, los términos del pacto: voz o grupo propio del PSC en el Congreso aunque juntos en las elecciones. En aquel momento, el PSOE asumió el derecho a decidir de los pueblos de España.
España, la izquierda española, debe proponer en esta legislatura una reforma profunda para Barcelona-Catalunya y permitir la consulta. Reforma o ruptura, el paralelismo del PSC y el PSOE es similar al de Catalunya y España. Hay independentistas en Catalunya dispuestos a escuchar una modelo de soberanías compartidas entre Catalunya, España y Europa, pero el tiempo apremia. La mayoría quiere pacto y diálogo sin ruptura emocional ni comercial.
Diputada en el Parlament de Catalunya por el PSC y exconsellera de Salud de la Generalitat
Las relaciones políticas entre Catalunya y España viven su momento más difícil desde la transición española. Quizás lo más relevante sea que hoy existe una desafección ciudadana mutua, como hace ya unos años pronosticó el president de la Generalitat José Montilla.
La situación nos obliga a tomar conciencia del momento actual para poder establecer y liderar en consecuencia un diálogo franco. La mayoría de catalanes quiere que España y Catalunya dialoguen, incluso aquellos que hoy defienden la independencia. España debe propiciar una mesa de debate sin apriorismos, pero con rigor y racionalidad.
El independentismo era minoritario en Catalunya y sólo contaba con el apoyo de ERC y algunos grupos extraparlamentarios. El acercamiento de CiU hacia las tesis independentistas de los últimos años es hoy el elemento más relevante en la política catalana. Pero para interpretar lo que está ocurriendo en Catalunya, debemos conocer las circunstancias que propiciaron la situación actual.
El Estatut de Catalunya de 2006 fue un intento de nuevo pacto con España, pero la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso del PP minó la confianza entre las dos partes. El modelo de financiación pactado llegó tarde, en 2009, ya en plena crisis, y se amortizó inmediatamente con la propuesta de pacto fiscal de 2010, lema de la campaña electoral de CiU ese mismo año. Fue la crónica de una muerte anunciada: la propuesta de pacto fiscal se finiquitó en una única reunión entre el president Mas y el presidente Rajoy. Tras los gobiernos de Maragall y Montilla y la negativa del Estado a negociar un nuevo pacto fiscal, una mayoría de catalanes dio por acabada una etapa.
Entre los catalanes, existe la percepción mayoritaria de que Catalunya está mal financiada y de que España le aboca a un déficit fiscal que agrava la crisis económica, el paro y la merma de sus potencialidades propias para volver a generar crecimiento y trabajo.
Paralelamente, las injerencias y las dificultades del Gobierno de España del PP para entender la singularidad catalana en el modelo educativo, lingüístico, sanitario o judicial, fortalecen los argumentos de los que reclaman respeto a Catalunya por parte del Estado.
La manifestación del pasado 11 de septiembre en Barcelona expresó un sentimiento afirmativo a favor de decidir el futuro de Catalunya y su relación con España, y según algunas encuestas, más de la mitad de la población se declara ya a favor de la independencia.
La mayoría es aún más amplia —casi del 80% en las encuestas y en el Parlament— a favor del derecho a decidir. Esta mayoría es plural, interclasista y no solamente independentista.
El catalanismo político actual —CiU, ERC, PSC, ICV y CUP— comparte la posibilidad de convocar una consulta en Catalunya. La votación de ayer en el Congreso también evidenció que el catalanismo político -CiU, PSC, ERC e ICV, Carme Chacón aparte- quiere hacerlo con un pacto entre el Govern de Catalunya y el Gobierno de España.
El resultado de la votación de ayer en el Congreso de los Diputados evidencia con mayor claridad esta voluntad del catalanismo político. Incluso más que en la reciente votación del Parlament, con los votos favorables de CiU, ERC, ICV y la CUP y el voto equivalente en blanco de cinco diputados del PSC a una declaración donde el diálogo con España para una consulta legal no era el tema prioritario.
Hace meses que creo que alguien en España debe asumir el papel que hoy ejerce David Cameron en el Reino Unido y espero que se encuentre entre los líderes del PSOE. El primer ministro del Reino Unido reconoció con normalidad política y democrática una voluntad mayoritaria de convocar un referéndum acordado, legal y vinculante en Escocia.
Nadie considera en el Reino Unido que Cameron es independentista, y en cambio en España, se asocia el derecho a decidir a la independencia. Respeto la discrepancia de Carme Chacón, pero me sorprende que considere sinónimos consulta e independencia. La no aceptación del referéndum aumenta el independentismo emocional.
Si el PSOE abriera la puerta a pactar la consulta, la propuesta de reforma federal de la Constitución para articular un nuevo encaje federativo singular de Cataluña en España sería escuchada y puede que incluso mayoritaria. Creo que si esto no ocurre, la fractura entre España y Catalunya crecerá. La mesa de diálogo entre los Gobiernos es urgente, también para abordar un nuevo modelo de financiación, un mandato del Estatut catalán de 2006 que obliga a su revisión este mismo año.
Estamos delante de una nueva transición, de modelo económico, social, demográfico, energético, pero también de España y Catalunya dentro de Europa. El papel del PSC y del PSOE puede ser la clave. Debemos debatir sin ruptura los dos partidos y acordar, cómo hicieron en 1977, los términos del pacto: voz o grupo propio del PSC en el Congreso aunque juntos en las elecciones. En aquel momento, el PSOE asumió el derecho a decidir de los pueblos de España.
España, la izquierda española, debe proponer en esta legislatura una reforma profunda para Barcelona-Catalunya y permitir la consulta. Reforma o ruptura, el paralelismo del PSC y el PSOE es similar al de Catalunya y España. Hay independentistas en Catalunya dispuestos a escuchar una modelo de soberanías compartidas entre Catalunya, España y Europa, pero el tiempo apremia. La mayoría quiere pacto y diálogo sin ruptura emocional ni comercial.
ASSEMBLEA CONSTITUEN DE XIQÜELOS I XIQÜELES DEL DELTA
El passat divendres es va celebrar l’assemblea
constituent de la colla castellera Xiqüelos i Xiqüeles del Delta per a
escollir, entre d’altres coses, la junta directiva, els estatuts, el color de
la camisa i el logotip.
El president per als propers 2 anys serà Joan
Ferré i el cap de colla Albert Ferré. El color triat per a la camisa és el blau
ducados i, finalment, el logo va ser escollit per l’assemblea
antre més d’una vintena de propostes presentades per diferents artistes. Després
de dues rondes de votacions va ser escollit el d’Aida Martí de Santa Bàrbara,
una col·laboradora habitual de la colla.
Cal dir també que, a diferència de la resta de
colles de Catalunya, Xiqüelos i Xiqüeles del Delta enlairant els castells al so
de les dolçaines, en lloc de les típiques gralles.
La colla ja compta amb uns 60 socis de
localitats tan diferents com Amposta, Deltebre, la Ràpita, la Sénia, la Galera
o Vinaròs.
L'autor de les fotos és Juli Garcia Balagué.
dissabte, 2 de març del 2013
LA DEMOCRÀCIA INTERNA DELS PARTITS
600 euros costarà als diputats del PSC l’atreviment
de trencar la disciplina de vot del grup socialista del Congrés dels
Diputats. Sembla ser que és la sanció màxima que es pot imposar per la manca de
disciplina interna. Si actes així es repetissin sovint, al final, els diputats
catalans hauran d’acabar posant diners de la seva butxaca.
L’enrenou (per dir-ho d’alguna forma) va arribar com a conseqüència d’una moció
que van presentar els grups de CiU i ERC del Congrés sobre fer una consulta
legal sobre el dret a decidir del
poble catal; en contra del que s’havia aprovat només fa unes setmanes al
Parlament de Catalunya on no es feia cap referència a la legalitat del
referèndum.
Dels 14
diputats del PSC, l’única diputada que no va votar (en cap sentit) va ser,
precisament, la seva cap de files: la Carme Chacón., que ho va justificar
al·legant que no seria ella qui propiciaria la secessió de Catalunya.
Va ser la
diputada autonòmica del seu propi partit la Rocio Martínez Sempere
l’encarregada de respondre-li en aquests termes: La Chacón confon
independència amb el dret a decidir. Una consulta pel dret a decidir no
porta, necessàriament, a la independència. Votar no és una opció totalment vàlida,
igual que votar-hi a favor, votar en blanc o abstenir-se. Hi ha qui afirma
que el dret a decidir d’un poble és un dret fonamental de la democràcia i, per
tant, així hauria d’estar reconegut a la Constitució.
Arribat a
aquest punt, no seria també un principi democràtic la llibertat de vot? És
evident que davant d’unes eleccions (ja siguin generals, autonòmiques, locals o
de qualsevol altre tipus), el ciutadà gaudeix de llibertat de vot. El vot és el
màxim exponent de la democràcia. Si això és així, què passa amb la democràcia
interna dels partits? És democràtic que un diputat, atenent a la disciplina de
vot, no pugui votar lliurement segons li dicti la seva consciència? Quan es
forma part d’un partit polític es comparteix la pràctica totalitat del seu
ideari, però sempre hi poden haver temes puntuals i concrets on es pot
discrepar pels motius que sigui, és igual.
Però fora
de les seus parlamentàries, els partits polítics, tampoc tenen la suficient
democràcia interna. És cert que els militants de cada partit voten els seus
candidats, però sovint, aquests candidats han estat imposats per les executives
respectives. Per tant, el militant, no pot votar lliurement als companys
que voldria que els representessin.
Us
explicaré una anècdota. El primer alcalde democràtic de Vinaròs sorgit de les
eleccions municipals de l’any 1979 va ser Ramon Bofill. Després dels primers 4
anys de mandat, l’assemblea de militants del PSPV-PSOE, va decidir que no
repetís. L’agrupació local va fer arribar a l’executiva nacional de València la
candidatura aprovada. La comissió de llistes va decidir incloure el nom de
Ramon Bofill tot i estar vetat pels militants locals. Aquest fet va comportar
que dos dels seus militants més emblemàtics (un d’ells el desaparegut Rafel
Genovés, regidor i secretari general de la UGT del Baix Maestrat) presentessin
una denuncia davant la comissió de conflictes del partit. Com a conseqüència
d’això, l’executiva nacional els va obrir un expedient disciplinari que va
acabar amb l’expulsió de tots dos militants. Imagino que casos com aquest, que
em va explicar el propi Rafel Genovés, n’hi ha hagut molts més al llarg de la
història democràtica del nostre país. És aquest el concepte que tenen els
partits de democràcia interna?
No vull
acabar sense plantejar un altre dilema. L’any 2008 la Carme Chacón es va
presentar per primera vegada com a cap de llista del PSC per Barcelona i, per
extrapolació, de tots els socialistes catalans. Recordo que quan va venir a les
Terres de l’Ebre va fer una defensa aferrissada de l’aigua de l’Ebre que, en
aquells moments estava amenaçada pel Pla Hidrològic Nacional, la qual cosa
tenia a una bona part de la ciutadania del territori revoltada. Ara que li ha
sortit la vena més espanyola, seguiria defensant el riu o reclamaria aigua
per a tots com es fa des dels territoris de més al Sud?
Alcaldes i regidors de Vinaròs.
Alcaldes i regidors de Vinaròs.
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