dijous, 31 de gener del 2013
Esperanza Aguirre y la II República
La talentosa y cazatalentos Esperanza Aguirre ha escrito que la II
República fue un auténtico desastre para España y para los españoles. Y
le preocupa y entristece el entusiasmo con que se exhibe la bandera
republicana, que a su juicio simboliza uno de los periodos más nefastos
de la Historia.
Es periodística y políticamente obligatorio recordarle a Aguirre, de modo neutral, el índice de importantísimos avances instaurados durante esa etapa de nuestra historia: 1. La promulgación y puesta en vigor de la primera Constitución democrática en España. 2. La asunción del poder de un Gobierno provisional de primer orden. 3. El sensible aumento del número de escuelas y de maestros y, nótese, maestras. 4. Una reforma agraria lógica y no arbitraria ni demagógica. 5. Luchar por la elevación del nivel cultural de los españoles. 6. Separación absoluta entre el Estado y la Iglesia. 7. Ley de divorcio por primera vez en España. 8. La creación del Cuerpo de la Guardia de Asalto (más tarde Policía Armada) con intención no represiva, como era la Guardia Civil, sino defensiva. 9. Reducción del personal del Ejército sin provocar traumas personales. 10. Plan de Obras Públicas, que posteriormente se apropió el franquismo, como por ejemplo el trasvase Tajo-Segura, Plan de pantanos en las Confederaciones Hidrográficas del Duero y Ebro, la carretera de alta ingeniería de Granada a Sierra Nevada. 11. Establecimiento por primera vez en España del Impuesto de Declaración de la Renta. 12. Intentar la vertebración de España a través de la aprobación de Estatutos de Autonomía (el catalán en su totalidad y puesto en práctica, el vasco ya durante la guerra civil, y el gallego, que no dejó de ser un proyecto a realizarse). Todo un alarde y muestrario de justicia y modernización de España, alejándose de monarquías absolutas, golpes militares, y retraso secular. Negar esto es caer en la ruindad.
Desgraciadamente varias causas entorpecieron y bombardearon la buena marcha del nuevo sistema político: 1. Las graves y egoístas disensiones entre los partidos políticos, todos, la CEDA de Gil Robles, las desavenencias entre las varias tendencias del PSOE, el Partido Comunista y su pretensión de establecer la dictadura del proletariado, Anarquistas al completo, y los demás partidos claramente minoritarios como Falange o los Tradicionalistas. 2. La rotunda y decisiva oposición y contraactividad de la Iglesia Católica. 3. El Gran Capital y su implacable presión económica. 4. La incultura absoluta de una mayoría importante de los españoles. 5. El ambiente totalitario que existía en Europa. Naturalmente todo esto llevó a la desestabilización y preparación del golpe militar.
No existe, en mi criterio, un ansia republicana mayoritaria en la sociedad española, y los intentos bienintencionados en tal sentido son más románticos que prácticos y explicativos de las ventajas políticas de un regreso republicano. Las posibilidades de retorno de la República en la actualidad se reparten, en mi opinión, al 50% con la pervivencia de la Monarquía, pero crecerán notablemente con el transcurso del tiempo, no sé si mucho. La Familia Real no está a la altura exigible de las circunstancias; su conducta debe ser nítida y ejemplar, cosa que no está ocurriendo. Hasta en la sucesión de las mujeres al trono el Rey no está poniendo el empeño necesario para impulsarla, y si no cuida su imagen, inevitablemente llegará la República.
Nunca nada es inocente. Ni siquiera Esperanza Aguirre. Siempre todo es espurio e interesado en mayor o menor medida. Como Esperanza Aguirre también. La II República pecó y la hicieron pecar. Y es que la triste historia de España resulta extraordinariamente difícil de encarrilar. Sobre todo con personajes como Aguirre. Pero es el único intento de que la vida sea una bella probabilidad.
(Arturo González)
Es periodística y políticamente obligatorio recordarle a Aguirre, de modo neutral, el índice de importantísimos avances instaurados durante esa etapa de nuestra historia: 1. La promulgación y puesta en vigor de la primera Constitución democrática en España. 2. La asunción del poder de un Gobierno provisional de primer orden. 3. El sensible aumento del número de escuelas y de maestros y, nótese, maestras. 4. Una reforma agraria lógica y no arbitraria ni demagógica. 5. Luchar por la elevación del nivel cultural de los españoles. 6. Separación absoluta entre el Estado y la Iglesia. 7. Ley de divorcio por primera vez en España. 8. La creación del Cuerpo de la Guardia de Asalto (más tarde Policía Armada) con intención no represiva, como era la Guardia Civil, sino defensiva. 9. Reducción del personal del Ejército sin provocar traumas personales. 10. Plan de Obras Públicas, que posteriormente se apropió el franquismo, como por ejemplo el trasvase Tajo-Segura, Plan de pantanos en las Confederaciones Hidrográficas del Duero y Ebro, la carretera de alta ingeniería de Granada a Sierra Nevada. 11. Establecimiento por primera vez en España del Impuesto de Declaración de la Renta. 12. Intentar la vertebración de España a través de la aprobación de Estatutos de Autonomía (el catalán en su totalidad y puesto en práctica, el vasco ya durante la guerra civil, y el gallego, que no dejó de ser un proyecto a realizarse). Todo un alarde y muestrario de justicia y modernización de España, alejándose de monarquías absolutas, golpes militares, y retraso secular. Negar esto es caer en la ruindad.
Desgraciadamente varias causas entorpecieron y bombardearon la buena marcha del nuevo sistema político: 1. Las graves y egoístas disensiones entre los partidos políticos, todos, la CEDA de Gil Robles, las desavenencias entre las varias tendencias del PSOE, el Partido Comunista y su pretensión de establecer la dictadura del proletariado, Anarquistas al completo, y los demás partidos claramente minoritarios como Falange o los Tradicionalistas. 2. La rotunda y decisiva oposición y contraactividad de la Iglesia Católica. 3. El Gran Capital y su implacable presión económica. 4. La incultura absoluta de una mayoría importante de los españoles. 5. El ambiente totalitario que existía en Europa. Naturalmente todo esto llevó a la desestabilización y preparación del golpe militar.
No existe, en mi criterio, un ansia republicana mayoritaria en la sociedad española, y los intentos bienintencionados en tal sentido son más románticos que prácticos y explicativos de las ventajas políticas de un regreso republicano. Las posibilidades de retorno de la República en la actualidad se reparten, en mi opinión, al 50% con la pervivencia de la Monarquía, pero crecerán notablemente con el transcurso del tiempo, no sé si mucho. La Familia Real no está a la altura exigible de las circunstancias; su conducta debe ser nítida y ejemplar, cosa que no está ocurriendo. Hasta en la sucesión de las mujeres al trono el Rey no está poniendo el empeño necesario para impulsarla, y si no cuida su imagen, inevitablemente llegará la República.
Nunca nada es inocente. Ni siquiera Esperanza Aguirre. Siempre todo es espurio e interesado en mayor o menor medida. Como Esperanza Aguirre también. La II República pecó y la hicieron pecar. Y es que la triste historia de España resulta extraordinariamente difícil de encarrilar. Sobre todo con personajes como Aguirre. Pero es el único intento de que la vida sea una bella probabilidad.
(Arturo González)
dimecres, 30 de gener del 2013
PERDRE L’ESSÈNCIA
Socialistes ebrencs amb la Montserrat Tura. |
Segons
Ernest Maragall, el principi de la fi del PSC va se el 30-09-2005, el dia en
que el Parlament de Catalunya va aprovar de forma solemne l’Estatut d’Autonomia
que va promoure, precisament, el seu germà Pasqual. Segons Ernest Maragall l
direcció del PSC no va rebre amb gens d’alegria aquell text que, recordem-ho,
era un acord de màxims molt difícil d’assolir com així va ser finalment.
No sé si
la davallada del PSC té els seus orígens en aquella data o es va iniciar
posteriorment, el que queda clar (al menys per a mi) és que el deteriorament
del PSC és progressiu i irremeiable, al menys, fins que no es produeixi un
canvi de rumb des de l’executiva.
El
periodista Saül Gordillo va etzibar una d’aquelles frases contundents que es
poden llegir a la premsa de tant en tant: La foto espanyolista amb el PP i C’s al
Parlament, és letal per al PSC de comarques.
El perfil
del votant socialista no és el mateix segons sigui de les àries metropolitanes
de Barcelona i Tarragona o, posem pel cas, de les Terres de l’Ebre. Els primers
solen ser emigrants que van arribar a Barcelona a treballar a les zones
industrials que va crear el franquisme al voltant dels grans nuclis de
població, mentre que a les zones rurals són treballadors catalans que estan
farts del caciquisme que sempre ha dominat els pobles fins i tot en
l’actualitat (encara que els formes de caciquisme hagin canviat)
M’agradaria
fer una mica d’història del PSC. El PSC (realment PSC-PSOE), va néixer de la
unió de les diferents corrents socialistes que havien aparegut durant els
darrers temps de la dictadura. En aquell temps existia el PSC- Congrés (de Joan
Reventós), el PSC-Reacrupament de Verde i Aldea i la federació catalana del
PSOE a Barcelona.
Fins no fa
tants d’anys, el perfil catalanista dels seus màxims responsables (primers
secretari), era inqüestionable: Joan Reventós, Raimon Obiols i Narcís
Serra. Amb José Montilla, per primera vegada des de la seva fundació, arriba a
la primera secretaria del partit una persona no nascuda a Catalunya. No obstant
això, sempre he defensat la catalanitat de Montilla, ja que, per a sentir-se
català, no és necessari haver nascut a Catalunya; els sentiments poden anar més
enllà.
Però el
que és cert és que el sentiment majoritari de les darreres executives, tot i
ser catalanista, és el de no trencar amb Espanya. Així ho creu l’actual Primer
Secretari Pere Navarro i la majoria del seu secretariat nacional. Per a
mi, aquest fet, fa perdre l’essència del PSC.
La
direcció socialista no pot pretendre que els militants socialistes que ens
sentim catalans i, si m’apureu, fins i tot independentistes, renunciem a les
nostres idees i acabem per acceptar l’actual corrent majoritària del partit.
Com tampoc, evidentment, jo puc pretendre que l’actual direcció canviï d’estratègia
si realment estan convençuts que el que el millor que li pot passar a Catalunya
és convertir-se en una nació dintre d’una Espanya federal.
El primer
trencament ja es va produir amb la creació per part de l’Ernest Maragall del
Partit Català d’Europa, però la ferida podria tornar-se irreversible si la
fugida de díscols i dels seus partidaris s’accentua.
Ara bé, el
que més greu em sap és que haguéssim de renunciar a unes sigles a les quals ens
hem sentit identificats durant moltes dècades en lloc de crear una federació
del PSOE que doni cabuda a tots aquells que es sentin espanyols.
Corrupciones y elecciones porcinas
Luis Moreno
Profesor de Investigación del Instituto de Políticas y Bienes Públicos (CSIC)
Ilustración por opensource.com
Insopportabile es un vocablo repetido insistentemente en Italia para significar los niveles de corrupción alcanzado en su sistema político. En la campaña electoral en curso se confrontan partidos de diversa índole y pelaje: tradicionales de derecha, centro e izquierda; personales (forjados en torno al carisma de un líder, generalmente autopromocionado); o antisistema (con un discurso corrosivo contra las instituciones estatales). Todos parecen compartir una renovada aspiración por la moralización de la política y la vida pública. Recuérdese que los partidos de vocación gubernamental y de dilatada singladura (postfascistas, moderados conservadores, democristianos, excomunistas o nacionalistas) han asistido en los últimos tiempos a una intensificación de episodios de corrupción obscena protagonizada por algunos de sus militantes (casos Penati, Lusi, Maruccio, o de miembros de casi todas las formaciones representadas en el Consejo Regional de Lombardía, por citar algunos de los más mediáticos y recientes). En su último informe, el propio Tribunal de Cuentas italiano sintetizó la situación como de ‘corrupción extendida y creciente’ (corruzione dilagante).
‘Insoportable’ ha sido también el adjetivo utilizado en España para calificar los últimos escándalos de corrupción en el seno del Partido Popular y, en particular, a la supuesta apropiación irregular de dineros por parte de su ex tesorero, Luis Bárcenas. No ha sido menor la indignación por el posible reparto discrecional de cantidades ‘en negro’ a dirigentes de dicha formación. Es innecesario recordar los escándalos en los que se han visto –y continúan a verse involucrados– otros partidos gubernamentales. Dicha evolución en años recientes ha incrementado la desconfianza de los españoles en sus representantes políticos y su desafección en la vida política.
Las corruptelas y tangenti (cantidades de dinero malversadas y percibidas a cambio de favores ilícitos, generalmente en la contratación de bienes y realización de obras o servicios públicos) han proliferado en el país transalpino. Muchas de ellas son consecuencia de una depredación clientelar en el reparto de recursos intra- e inter-partidario (lottizzazione, por ejemplo). Los efectos de higiene institucional provocados por los procesos de Mani pulite (‘Manos limpias’), iniciados en 1992, constituyeron un fulgor de decencia y de reacción contra las prebendas de los políticos y la financiación ilegal de los partidos. Pero la ‘casta’ política reeditó su capacidad de adaptación a lo que iba a ser la Segunda República, haciéndola más corruptible, si cabe, que la Primera. ¿Está España lejos de tales prácticas y parámetros de corrupción? La distancia entre ambos países es discutible, pero cabe certificar que la capacidad española por alcanzar los niveles italianos ha tenido una progresión geométrica últimamente. Ambos países comparten efectos perversos de un sistema electoral que incentiva, en no poca medida, la corrupción. Analicémoslo puntualmente.
Al igual a como sucede con los diputados al Congreso en España, el sistema para la elección de los diputados a la Cámara de Diputados italiana es de ‘listas cerradas’. La Ley que así lo establece, aprobada en 2005 a propuesta del nacionalista de la Liga, Roberto Calderoli, fue calificada por él mismo como una porcata (cochinada), expresión elegantemente latinizada como porcellum por uno de los padres de la politología contemporánea, Giovanni Sartori. En los aspectos que a este artículo interesa, el procedimiento otorga a los propios partidos la plena autonomía para elegir a los candidatos y, lo que es más importante, su orden en las listas sometidas posteriormente a la votación popular. En la jornada electoral, por tanto, los ciudadanos votan por el ‘todo o nada’ del partido, sin poder desbloquear o cambiar los nombres de los candidatos ni su colocación en la lista electoral. Con la experiencia ya acumulada es fácil constatar cómo las ‘ovejas negras’, es decir los candidatos posteriormente corruptos, se vieron protegidos impunemente por este procedimiento partidario exento del escrutinio democrático e individualizado de los electores. Además, a mayor cercanía a los primeros puestos en las listas electorales de los candidatos potencialmente corrompibles, se ha correspondido una mayor certidumbre respecto a la probabilidad de ser elegidos y, muy seguramente, un reforzamiento de las prácticas espurias internas de los partidos.
En el caso de España, cabe argüir que tras la larga dictadura franquista era deseable pasar el protagonismo decisional en la selección de sus representantes a los partidos, y que éstos fueran quienes dilucidasen mediante procesos democráticos internos la composición de sus intocables listas electorales. Se trataba, en suma, de fortalecer el incipiente sistema de partidos, otorgándoles un gran poder de mediación institucional. De consecuencia, ‘trepadores’ y ‘arribistas’ entendieron que la verdadera pugna por el poder en las instituciones era aliarse con las mayorías dominantes dentro de los partidos. Para conseguir sus propósitos contaban menos las afinidades electivas o ideológicas con las corrientes contendientes en el seno de los partidos. Pero sí era determinante la capacidad de tacticismo y oportunismo para formar parte y controlar los órganos de dirección, especialmente de aquellos encargados de confeccionar las listas electorales. Por su parte, y durante 1946-92, los efectos perversos del proporcionalismo electoral en Italia habían provocado no sólo una exacerbación de las recompensas a los partidos menores en la formación de gobiernos pluripartidarios, sino también una inestabilidad endémica de los ejecutivos, con una duración media de aproximadamente 1 año. La Ley electoral del porcellum intentaba fortalecer a las grandes opciones ideológicas premiando, asimismo, a las grandes coaliciones de partidos.
Indudablemente, las ‘listas cerradas y bloqueadas’ han agudizado los procesos de oligarquización siempre presentes en el seno de las formaciones partidarias, tal como vislumbró Robert Michels en su seminal obra, Los partidos políticos (1911). Han estimulado y estructurado las prácticas de corrupción –tanto individuales como orgánicas– de sus representantes institucionales. Sería conveniente en ambos países latinos una reforma electoral que habilitase a los votantes a ejercer su capacidad de ‘eliminar’ de las listas a aquellos candidatos no adecuados a sus expectativas o considerados incapaces para ejercer las responsabilidades públicas a las que aspiran. En el caso de las elecciones locales españolas, la reforma electoral ayudaría sobremanera a valorar con mayor y mejor información la cualidades de los candidatos dada la mayor proximidad entre representantes y representados. No pocos de estos últimos se han desengañado irremisiblemente al comprobar como personas con una vida ‘normal’ antes de ser elegidos concejales o diputados autonómicos, por ejemplo, han pasado a exhibir impúdicamente los signos exteriores de una riqueza sobrevenida.
Sería ingenuo esperar que una reforma electoral para ‘desbloquear’ y ‘abrir’ las listas electorales sea el antídoto para eliminar la corrupción de políticos en Italia y España. Pero ayudaría a restablecer la credibilidad entre representantes y representados y, la legitimidad democrática. No piense tampoco el lector que las corruptelas políticas son prerrogativa exclusiva del funcionamiento en la Europea mediterránea. Los países septentrionales y anglosajones, donde hace tiempo se consolidaron las prácticas clientelistas del pork barrel (barril porcino), poseen una larga trayectoria descrita por la academia y los media de los países implicados. Si acaso sus prácticas de puertas adentro (behind-closed-doors) muestra un comportamiento puritano refractario a la exposición de las vergüenzas humanas, algo contrapuesto a la habitual impudicia meridional.
Profesor de Investigación del Instituto de Políticas y Bienes Públicos (CSIC)
Ilustración por opensource.com
Insopportabile es un vocablo repetido insistentemente en Italia para significar los niveles de corrupción alcanzado en su sistema político. En la campaña electoral en curso se confrontan partidos de diversa índole y pelaje: tradicionales de derecha, centro e izquierda; personales (forjados en torno al carisma de un líder, generalmente autopromocionado); o antisistema (con un discurso corrosivo contra las instituciones estatales). Todos parecen compartir una renovada aspiración por la moralización de la política y la vida pública. Recuérdese que los partidos de vocación gubernamental y de dilatada singladura (postfascistas, moderados conservadores, democristianos, excomunistas o nacionalistas) han asistido en los últimos tiempos a una intensificación de episodios de corrupción obscena protagonizada por algunos de sus militantes (casos Penati, Lusi, Maruccio, o de miembros de casi todas las formaciones representadas en el Consejo Regional de Lombardía, por citar algunos de los más mediáticos y recientes). En su último informe, el propio Tribunal de Cuentas italiano sintetizó la situación como de ‘corrupción extendida y creciente’ (corruzione dilagante).
‘Insoportable’ ha sido también el adjetivo utilizado en España para calificar los últimos escándalos de corrupción en el seno del Partido Popular y, en particular, a la supuesta apropiación irregular de dineros por parte de su ex tesorero, Luis Bárcenas. No ha sido menor la indignación por el posible reparto discrecional de cantidades ‘en negro’ a dirigentes de dicha formación. Es innecesario recordar los escándalos en los que se han visto –y continúan a verse involucrados– otros partidos gubernamentales. Dicha evolución en años recientes ha incrementado la desconfianza de los españoles en sus representantes políticos y su desafección en la vida política.
Las corruptelas y tangenti (cantidades de dinero malversadas y percibidas a cambio de favores ilícitos, generalmente en la contratación de bienes y realización de obras o servicios públicos) han proliferado en el país transalpino. Muchas de ellas son consecuencia de una depredación clientelar en el reparto de recursos intra- e inter-partidario (lottizzazione, por ejemplo). Los efectos de higiene institucional provocados por los procesos de Mani pulite (‘Manos limpias’), iniciados en 1992, constituyeron un fulgor de decencia y de reacción contra las prebendas de los políticos y la financiación ilegal de los partidos. Pero la ‘casta’ política reeditó su capacidad de adaptación a lo que iba a ser la Segunda República, haciéndola más corruptible, si cabe, que la Primera. ¿Está España lejos de tales prácticas y parámetros de corrupción? La distancia entre ambos países es discutible, pero cabe certificar que la capacidad española por alcanzar los niveles italianos ha tenido una progresión geométrica últimamente. Ambos países comparten efectos perversos de un sistema electoral que incentiva, en no poca medida, la corrupción. Analicémoslo puntualmente.
Al igual a como sucede con los diputados al Congreso en España, el sistema para la elección de los diputados a la Cámara de Diputados italiana es de ‘listas cerradas’. La Ley que así lo establece, aprobada en 2005 a propuesta del nacionalista de la Liga, Roberto Calderoli, fue calificada por él mismo como una porcata (cochinada), expresión elegantemente latinizada como porcellum por uno de los padres de la politología contemporánea, Giovanni Sartori. En los aspectos que a este artículo interesa, el procedimiento otorga a los propios partidos la plena autonomía para elegir a los candidatos y, lo que es más importante, su orden en las listas sometidas posteriormente a la votación popular. En la jornada electoral, por tanto, los ciudadanos votan por el ‘todo o nada’ del partido, sin poder desbloquear o cambiar los nombres de los candidatos ni su colocación en la lista electoral. Con la experiencia ya acumulada es fácil constatar cómo las ‘ovejas negras’, es decir los candidatos posteriormente corruptos, se vieron protegidos impunemente por este procedimiento partidario exento del escrutinio democrático e individualizado de los electores. Además, a mayor cercanía a los primeros puestos en las listas electorales de los candidatos potencialmente corrompibles, se ha correspondido una mayor certidumbre respecto a la probabilidad de ser elegidos y, muy seguramente, un reforzamiento de las prácticas espurias internas de los partidos.
En el caso de España, cabe argüir que tras la larga dictadura franquista era deseable pasar el protagonismo decisional en la selección de sus representantes a los partidos, y que éstos fueran quienes dilucidasen mediante procesos democráticos internos la composición de sus intocables listas electorales. Se trataba, en suma, de fortalecer el incipiente sistema de partidos, otorgándoles un gran poder de mediación institucional. De consecuencia, ‘trepadores’ y ‘arribistas’ entendieron que la verdadera pugna por el poder en las instituciones era aliarse con las mayorías dominantes dentro de los partidos. Para conseguir sus propósitos contaban menos las afinidades electivas o ideológicas con las corrientes contendientes en el seno de los partidos. Pero sí era determinante la capacidad de tacticismo y oportunismo para formar parte y controlar los órganos de dirección, especialmente de aquellos encargados de confeccionar las listas electorales. Por su parte, y durante 1946-92, los efectos perversos del proporcionalismo electoral en Italia habían provocado no sólo una exacerbación de las recompensas a los partidos menores en la formación de gobiernos pluripartidarios, sino también una inestabilidad endémica de los ejecutivos, con una duración media de aproximadamente 1 año. La Ley electoral del porcellum intentaba fortalecer a las grandes opciones ideológicas premiando, asimismo, a las grandes coaliciones de partidos.
Indudablemente, las ‘listas cerradas y bloqueadas’ han agudizado los procesos de oligarquización siempre presentes en el seno de las formaciones partidarias, tal como vislumbró Robert Michels en su seminal obra, Los partidos políticos (1911). Han estimulado y estructurado las prácticas de corrupción –tanto individuales como orgánicas– de sus representantes institucionales. Sería conveniente en ambos países latinos una reforma electoral que habilitase a los votantes a ejercer su capacidad de ‘eliminar’ de las listas a aquellos candidatos no adecuados a sus expectativas o considerados incapaces para ejercer las responsabilidades públicas a las que aspiran. En el caso de las elecciones locales españolas, la reforma electoral ayudaría sobremanera a valorar con mayor y mejor información la cualidades de los candidatos dada la mayor proximidad entre representantes y representados. No pocos de estos últimos se han desengañado irremisiblemente al comprobar como personas con una vida ‘normal’ antes de ser elegidos concejales o diputados autonómicos, por ejemplo, han pasado a exhibir impúdicamente los signos exteriores de una riqueza sobrevenida.
Sería ingenuo esperar que una reforma electoral para ‘desbloquear’ y ‘abrir’ las listas electorales sea el antídoto para eliminar la corrupción de políticos en Italia y España. Pero ayudaría a restablecer la credibilidad entre representantes y representados y, la legitimidad democrática. No piense tampoco el lector que las corruptelas políticas son prerrogativa exclusiva del funcionamiento en la Europea mediterránea. Los países septentrionales y anglosajones, donde hace tiempo se consolidaron las prácticas clientelistas del pork barrel (barril porcino), poseen una larga trayectoria descrita por la academia y los media de los países implicados. Si acaso sus prácticas de puertas adentro (behind-closed-doors) muestra un comportamiento puritano refractario a la exposición de las vergüenzas humanas, algo contrapuesto a la habitual impudicia meridional.
dimarts, 29 de gener del 2013
LES FOTOS DEL DIA 29-01-2013
Us ha passat mai estar esmorzant a un bar i
que una persona trenqui a propòsit un vidre de la porta?
A mi aquest mateix matí.
Quan he arribar al bar on esmorzo cada dia he
vist un grupet de gent al carrer. En principi no li he donat més importància,
però de sobte he conegut Ricard, un mosso de paisà.
Sembla ser que la senyora que anava una mica
beguda, ha estat convidada a abandonar el bar pel seu propietari. Mentre sortia
ha tingut un petit rifi-rafe amb el
propietari i, fins i tot, mentre ella l’intentava agredir, ha ensopegat amb el
brancal i ha caigut i l’acusava a ell d’haver-li pegat.
Davant l’amenaça d’avisar els Mossos, ha estat
el propietari qui, finalment, els ha fet venir.
MANIPULACIÓ I AMENACES ALS MITJANS DE COMUNICACIÓ
Després dels darrers casos de manipulació
i amenaces als mitjans de comunicació, he arribat a la conclusió que el
sinyó ancalde d’Amposta és un aprenent al costat dels professionals
del PP.
Coneguda era la manipulació informativa
de Telemadrid i Canal. Segurament també recordareu TVE durant l’època
de Aznar amb Saenz de Buruaga al front dels informatius i la sentència
que va haver de llegir per manament judicial després del menys preu que
van tenir quan van informar sobre la jornada de vaga general. Recordeu
allò de ce, ce, o, o?
Durant l’època socialista TVE va ser
una de les millors valorades per la seva imparcialitat i rigor informatiu,
però amb l’arribada de Rajoy va arribar el canvi... Per a mal.
Com s’estava desballestant Telemadird,
els més fidels lacais del PP van passar a treballar a TVE. Així s’asseguraven
la parcialitat informativa i l’adoctrinament. No fa gaires dies vaig donar-vos
l’opinió sobre la programació de la pel·lícula el Cid, de rigorosa
actualitat, no ja pel any en que es va rodar (1962) sinó per la seva temàtica
d’unitat d’Espanya, un concepte que, al segle XII, no existia,
però que a la pel·lícula es diu diverses vegades.
Segons llegia no fa gaires dies, la direcció
de TVE, per a contrarestar la notícia del dia que parlava dels 22 milions
que li van trobar a Suïssa a l’extresorer del PP Bércenas i que podia
suposar un finançament il·lícit del PP, van decidir a darrera hora (per
tant, no estava previst) canviar un dels temes de l’Informe semanal,
i parlar dels casos de corrupció que han afectat al PSOE.
Com diu la Cospedal, que cada palo
aguantes su vela. I jo encara diria una altra cosa: Qui estigui
lliure de pecat, que llenci la primera pedra. Però la notícia informativa
era el cas Bárcenas, dels casos de corrupció socialista ja se’n va parlar
el seu dia i, per tant, no tocava.
Però si el cas és greu i, a sobre, és
un atemptat contra la intel·ligència del telespectador, més greus són encara
les amenaces que va rebre el programa de Tele 5 que dirigeix Jordi González.
Tele 5 és una cadena que, a casa, no
mirem mai, però no per això deixo de reconèixer la gravetat dels fets.
Què pretén el PP, una dictadura Informativa?
Per alleugerar una mica la vostra indignació,
us deixo amb uns quants vídeos que, no dubto que us agradaran. Encara que
no puc assegurar-vos que, després de veure’ls, el cabreig hagi pogut augmentar.
Una pàgina interessant que us recomano: Cafeambllet.com
Gent que parla clar:
Xavi Castillo (Pot de Plom)
Mònica Oltra (Compromís)
La España oficial y la España real
Sostiene que la brecha entre políticos
y ciudadanos es similar a la del franquismo
Dice que falla la rendición de cuentas
de los representantes y la igualdad ante la Ley.
CREO QUE HAY que remontarse
al final del franquismo para encontrar una brecha tan amplia entre la España
real y la España oficial como la que pone de relieve la reciente encuesta
del CIS, así como otras muchas realizadas a finales de 2012, incluida la
encargada por este mismo periódico. Una brecha que va en aumento, lo mismo
que el desafecto por la clase política que, asombrosamente, pretende no
darse por enterada o, a lo sumo, habla de planes de Secretaría General
Técnica o tira de BOE para enfrentarse a una Crisis Política con mayúsculas.
Otro tanto empieza a ocurrir con la Monarquía, muy alejada en el fondo
y en la forma de las nuevas generaciones que no vivieron la Transición.
Mientras tanto, los pobres ciudadanos ya no dan crédito ni al discurso
oficialista, ni a las entrevistas oficialistas (véase la reacción frente
a la concedida por el Rey a Jesús Hermida) ni a los medios oficialistas,
dudando entre lanzarse a la calle o al exilio. Un panorama desolador. ¿Cómo
hemos podido llegar hasta aquí? Y lo más importante ¿Cómo salimos de aquí?
En cuanto a lo primero,
las causas de esta separación entre la España oficial y la España real
son muy variadas pero podríamos resumirlas así: mientras la España oficial
vive cada vez más ensimismada, aislada en una auténtica burbuja política,
mediática y empresarial que amortigua los ruidos que llegan de la España
real, bunkerizándose a ojos vista para defender sus intereses, la España
real lo está pasando cada vez peor y no sólo económicamente. La España
oficial parece abocada -como bien ha explicado el profesor Luis Garicano-
a un proceso creciente de «peronización» muy preocupante, en que se combina
la defensa a ultranza de los intereses propios de la partitocracia (confundidos
interesadamente con la defensa de lo público) con la creciente confusión
entre lo privado y lo público, con la inevitable corrupción que este modelo
genera. Conviene recordar que hay estudios que hablan de la correlación
positiva entre el incremento de la presencia de políticos en empresas y
la corrupción de un país
En este proceso se intercambian
todo tipo de favores: desde los normativos hasta los económicos, pasando
por las colocaciones de políticos y ex políticos algunos de ellos con trayectorias
que darían miedo en cualquier país serio. En todo caso, esta situación
impide que en la España oficial se perciba con nitidez la realidad, que
se identifiquen correctamente los problemas y, lógicamente, que puedan
resolverse. Quizá el caso más llamativo es la posición del Gobierno central
respecto a la situación en Cataluña, un problema político de gran magnitud
que se pretende resolver como si fuera un problema ordinario de naturaleza
jurídica, pero hay innumerables ejemplos. En este contexto, los españoles
de a pie, la España real que sufre la crisis económica, política y moral
en sus carnes está entre perpleja e indignada. Y se siente -con razón-
estafada. Como en un juego de magia, ven como se les están escamoteando
no sólo los productos de muchos años de esfuerzo y trabajo, sino también
la confianza que depositaron en la democracia y sus valores. Valores como
el de la igualdad de oportunidades, esencia de la meritocracia en que fueron
-fuimos- educados la mayoría, ciertamente al menos dos o tres generaciones
de españoles. Así los españoles a los que se nos educó en la confianza
de que el estudio, el esfuerzo, el trabajo, la honradez, la competencia,
la capacidad, el mérito, el talento, eran las claves para conseguir una
mejora de las condiciones de vida y también las claves para el éxito y
el prestigio laboral o profesional no entendemos nada. Porque las claves
del éxito laboral o profesional resulta que ahora son otros. En estos tiempos
importa más a quien se conoce que el qué se conoce, o qué se sabe hacer.
En la España del 2013 se progresa (o se sobrevive dado los tiempos que
corren) mucho más fácilmente si se ha hecho carrera en un partido político,
o a la sombra de un cargo público, o si se es pariente o protegido de alguien
importante, o si se tiene un cargo o responsabilidad pública desde el que
se pueda hacer favores que después sea posible cobrar. Y las reglas en
algunas empresas importantes del Ibex no parecen muy distintas, la verdad.
Y -esto es quizá es lo más
grave desde el punto de vista político- los españoles también se sienten
estafados porque hay otros valores consustanciales a la democracia, como
la igualdad política o la igualdad de todos ante la Ley, o la obligación
de los representantes de rendir cuentas a sus representados que tampoco
se respetan. Porque lo cierto es que en España ya no es verdad que la Ley
sea igual para todos, para gobernantes y para gobernados, para poderosos
y para débiles, para ricos y para pobres. Sin necesidad de poner ejemplos
concretos, el que nuestra democracia pueda coexistir con una enorme cantidad
de cargos públicos imputados, o el que se indulte tranquilamente a condenados
por delitos contra las Administraciones Públicas, se incumplan las sentencias
del Tribunal Supremo cuando a los políticos no les gustan o se cambien
las leyes cuando una persona poderosa lo necesita, o asuste tanto la transparencia
deja claro donde estamos. En cuanto a la rendición de cuentas de nuestros
representantes, qué vamos a decir cuando se asume con tranquilidad que
una vez que se celebran las elecciones, los electores se tienen que estar
muy quietecitos durante los años que medien hasta las siguientes, y cuidadito
con preguntar nada sobre las promesas electorales que se hicieron para
atraerles a las urnas o con exigir cualquier tipo de responsabilidad jurídica
por la mala gestión, las corruptelas o el despilfarro del dinero de los
contribuyentes.
Creo que estas son algunas de las claves de la divergencia entre la España real y la España oficial, que no es la primera vez que se produce, como recordarán los lectores de la obra del mismo nombre de Julián Marías, escrita al comienzo de la Transición, en cuyo título me he inspirado para este artículo. En aquel libro Don Julián sostenía que la España oficial, concebida en oposición a la España real, no puede ser otra cosa que la España de la irrealidad.
En cuanto a lo que se puede
y se debe hacer, ya lo explicó él en su momento, con el optimismo que le
caracterizaba, más necesario que nunca. Él confiaba en que la España real
tenía mucho más empuje, valor, fuerza y sentido común que la oficial. Por
ello, ¿qué tal si en vez de esperar que nos caiga de la España oficial
la solución a nuestros problemas nos ponemos nosotros a ello? Podemos hacer
y decir muchas cosas de aquí a las siguientes elecciones o a la siguiente
encuesta que impidan a la España oficial seguir ignorando por más tiempo
a la España real.
¿Complicado librarse de
la costra, que diría Ortega, de la España oficial? Sin duda, por eso hay
que hacer un esfuerzo de imaginación, de voluntad, de actividad. De forma
que cada uno de nosotros, sin pensar en lo que le pueda costar o en la
incomodidad que le pueda suponer, haga en el espacio público -esto es importante-
lo que considere correcto, no lo conveniente. En el trabajo, en la Administración,
en los foros, en la calle. Y hay que decir la verdad, aunque sea a los
políticos, sobre todo a los políticos.
¿Ejemplos concretos? Desde
denunciar los abusos y conductas irregulares de los que tenemos cerca y
conocemos bien -siempre más difícil de hacer que denunciar los abusos y
corruptelas lejanos, pero bastante más efectivo- hasta dejar de comprar
periódicos que silencian casos de corrupción por motivos económicos, pasando
por respetar las normas también cuando nos viene mal. Seguro que a ustedes
se les ocurren muchas más. ¿Que no sirven para nada? Prueben a hacerlas
y ya verán si sirven.
En definitiva, si no queremos
que la España oficial siga diciendo que es la España real no dejemos que
se confundan hasta que sean indistinguibles.
Elisa de la Nuez es abogada
del Estado, fundadora de claves y editora del blog ¿Hay derecho?
dilluns, 28 de gener del 2013
EQUIPAMENTS "INSOLVENTS"
El passat 10 de gener, l’arxiver comarcal del
Montsià s’acomiadava dels càrrecs polítics de l’Ajuntament d’Amposta
anunciant-los que el dia 15 de gener li caducava el contracte i no sé li
renovaria.
Això vol dir que l’Arxiu Comarcal també tancava
les seves portes ni que fos de forma provisional, ja que un arxiu sense arxiver
no pot funcionar mai de la vida.
Quan vaig saber la notícia, només feia uns
dies que un polític de la veïna ciutat de Tortosa m’havia dit que l’Ajuntament
d’Amposta anava a tancar de forma imminent el centre d’arts visuals, batejat
com lo Pati per ocupar el pati de
recreo de les modernistes escoles públiques.
És dóna la circumstància que tant l’Arxiu Comarcal
com el centre d’arts visuals van ser inaugurats el mateix dia pel qui era
Conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya Joan Manuel Tresserres, en
el darrer temps del govern d’Entesa.
Aquests dos equipaments, juntament amb
l’edifici polivalent que hi al recinte firal, eren la joia de la corona de la primera legislatura de l’alcalde Manel
Ferré. Tret de l’edifici polivalent, els altres dos són edificis molt sobris,
amb línies rectes i molt de formigó. No obstant havien d’exercir funcions molt
concretes, però no per això han estat exempts de polèmica.
L’Arxiu Comarcal que es va ubicar prop de la
plaça de la Castellania d’Amposta, és un equipament dotat de la tecnologia més
moderna per a permetre tractar qualsevol tipus de documents per a que no es
deteriori durant el pas del temps. Una altra cosa és si calia fer-lo tan gran per
la documentació que, en un principi, havia d’emmagatzemar. Tret d’uns quants
documents locals i el fons personal del gran escriptor del delta de l’Ebre
Sebastià Juan i Arbó, poca cosa més hi contenia. Una de les poblacions de la
comarca amb més documents és Ulldecona, a priori, candidata a albergar un
equipament així, però el pes polític d’Amposta va acabar per fer decantar la
balança cap a la capital del Montsià.
El centre d’arts visuals va néixer a partir
del festival Strobe de videocreació. Però també podia albergar altre tipus
d’exposicions, com per exemple la Biennal Amposta (BIAM), així com exposicions
diverses que fins ara es feien a la biblioteca comarcal o al museu de les
Terres de l’Ebre, dintre del mateix complex cultural. Ara bé, la pregunta és:
Tenia Amposta por capacitat per tenir ocupat lo Pati la major part dels dies de
l’any?
La megalomania dels diferents equips
governants de la nostra ciutat ens ha portat a aquesta situació insostenible.
No s’ha d’esperar que la cultura sigui rendible, però si es dota la ciutat
d’equipaments culturals, el que no pot ser, és que els acabis tancant abans de
dos anys d’haver-los inaugurat. D’això se’n diu manca de previsió i
possiblement també malversació de diner públic; perquè, com és lògic, els
equipaments que es construeixen a les ciutats i pobles no els paguen els
polítics de torns, sinó que els paguem tots els ciutadans gràcies als impostos
que tributem pels diferents conceptes.
Donaria les gràcies si tots els mals de la nostra
ciutat acabessin aquí. Desgraciadament, els diferents governs de CiU, han
deixat pel camí molts de cadàvers:
l’escorxador municipal, la zona lúdica de Tosses, el centre comercial Futuro
Ciudad Amposta... Uns equipaments que s’han hagut de tancar o funcionen molt
per sota de les seves previsions inicials.
Com diu la dita: no és or tot el que rellueix, encara que ens ho vulguin vendre com
a tal i, si és possible, adornats amb pedreria preciosa.
¿Una Infanta en el banquillo?
De las informaciones periodísticas, y dicho con toda prudencia, se
desprende que el caso Nóos se complica, y alarga posibles
responsabilidades a personas que por el interés institucional no sería
grato que ocurrieran.
No es temerario afirmar lo anterior en razón a la nueva imputación que se ha efectuado en el juzgado competente contra Iñaki Urdangarin por dos delitos de fraude fiscal, ya que se da la circunstancia de que dichos delitos se cometieron en un alarde de ingeniería financiera a través de una sociedad denominada Nóos cuyo capital se reparten al 50% entre el referido imputado y su esposa, la Infanta doña Cristina.
Examinando detenidamente todas las circunstancias que establece el Código Penal para eximir de responsabilidad criminal a un autor, no se aprecia ninguna que sea de aplicación a la actuación de la Infanta. Pues por muy al margen que estuviera en la práctica de las andanzas de su marido, no cabe la menor duda que tuvo que firmar escrituras, transferencias y declaraciones a Hacienda. Si a esto añadimos la actuación eficiente del asesor real de las infantas, nos encontramos ante un inevitable aprieto procesal.
Resulta comprensible que si es doloroso para la Familia Real, como para cualquier otra familia española a la que imputen a alguno de sus componentes, mucho más penoso y grave es que esa imputación alcance y perjudique a una institución constitucional como es la Corona, ya que por esa causa podemos ser perjudicados moralmente todos los españoles.
Nos encontramos ante una situación de máxima incomodidad familiar y pública ante el pueblo español. Pero precisamente por ello el Rey y la Reina tienen que afrontar este serio problema, pues no en vano el Rey afirmó la necesidad de que la ley sea igual para todos.
Por eso afirmo que la Infanta debe ser encausada de dichos delitos fiscales e imputada. Y también digo que me gustaría que, después de un juicio oral, público y contradictorio, fuera absuelta.
La presunción de inocencia juega y debe jugar a favor de todo ciudadano, en cuya área está incluida la Infanta, pero ello no es óbice para mantener todo lo dicho, ya que también existe la figura de presunción de inocencia disminuida por la fuerza brutal de los hechos.
Es sabido que la justicia, con sus torpes vaivenes, no está bien valorada por los españoles. Sin embargo, estimo que en el presente caso una actuación justa, lógica y garantista haría subir el aprecio hacia este poder del Estado, entendiendo el mismo no solo como tal, sino como servicio público a favor de los ciudadanos.
No es temerario afirmar lo anterior en razón a la nueva imputación que se ha efectuado en el juzgado competente contra Iñaki Urdangarin por dos delitos de fraude fiscal, ya que se da la circunstancia de que dichos delitos se cometieron en un alarde de ingeniería financiera a través de una sociedad denominada Nóos cuyo capital se reparten al 50% entre el referido imputado y su esposa, la Infanta doña Cristina.
Examinando detenidamente todas las circunstancias que establece el Código Penal para eximir de responsabilidad criminal a un autor, no se aprecia ninguna que sea de aplicación a la actuación de la Infanta. Pues por muy al margen que estuviera en la práctica de las andanzas de su marido, no cabe la menor duda que tuvo que firmar escrituras, transferencias y declaraciones a Hacienda. Si a esto añadimos la actuación eficiente del asesor real de las infantas, nos encontramos ante un inevitable aprieto procesal.
Resulta comprensible que si es doloroso para la Familia Real, como para cualquier otra familia española a la que imputen a alguno de sus componentes, mucho más penoso y grave es que esa imputación alcance y perjudique a una institución constitucional como es la Corona, ya que por esa causa podemos ser perjudicados moralmente todos los españoles.
Nos encontramos ante una situación de máxima incomodidad familiar y pública ante el pueblo español. Pero precisamente por ello el Rey y la Reina tienen que afrontar este serio problema, pues no en vano el Rey afirmó la necesidad de que la ley sea igual para todos.
Por eso afirmo que la Infanta debe ser encausada de dichos delitos fiscales e imputada. Y también digo que me gustaría que, después de un juicio oral, público y contradictorio, fuera absuelta.
La presunción de inocencia juega y debe jugar a favor de todo ciudadano, en cuya área está incluida la Infanta, pero ello no es óbice para mantener todo lo dicho, ya que también existe la figura de presunción de inocencia disminuida por la fuerza brutal de los hechos.
Es sabido que la justicia, con sus torpes vaivenes, no está bien valorada por los españoles. Sin embargo, estimo que en el presente caso una actuación justa, lógica y garantista haría subir el aprecio hacia este poder del Estado, entendiendo el mismo no solo como tal, sino como servicio público a favor de los ciudadanos.
Arturo González
diumenge, 27 de gener del 2013
D’APARICIONS I DESAPARICIONS MARIANES
La capelleta de la Font del Miracle de la Mare de Déu de la Salut. |
El diari digital elplural.com publicava que la Generalitat Valenciana oferta
cursos sobre aparicions Marianes.
Si per Marià entenem tot allò que està
relacionat amb la Mare de Déu, costa creure que al segle XXI encara hi hagi
gent que cregui en aquestes bajanades. Però si tenim en compte tots els
segidors que tenen els programes televisius d’endevinació, potser la sorpresa
no serà tan gran.
Antigament, les aparicions Marianes
eren força freqüents. Algunes d’elles estan perfectament documentades i
reconegudes per l’Església Catòlica, com per exemple la de la Mare de Déu de
Lourdes ocorreguda al Sud de França l’any 1858 o la de Fàtima a Portugal de
l’any 1917. Però hi ha d’altres aparicions, molt més humils, on tan sols apareixia
la imatge de la Verge i, normalment, la trobava gent molt senzilla i fins
i tot discapacitada, com és el cas de la Mare de Déu de la Font de la Salut
de Traiguera (comarca del Baix Maestrat)
Sense abandonar les comarques de Castelló, us
explicaré un cas molt menys conegut. Es tracta del Miracle de les Coves deVinromà de l’any 1947. Segons les cròniques de l’època, més de 300.000
persones es van concentrar prop de la cova on la nena Raquel Roca havia
anunciat l’aparició de la Mare de Déu.
Molta gent del S de Catalunya no es va voler
perdre l’esdeveniment i es van traslladar fins el lloc amb autocars i camions
(d’automòbils n’hi havia molt pocs), però la majoria hi va anar amb carros. Els
meus pares encara se’n recorden dels fets.
Ara bé, si escollim el substantiu Marià
com la traducció de Mariano (Rajoy), llavors estaríem parlant d’una
altra cosa.
Acudit de Vergara publicat a eldiario.es. |
L’actual president del govern espanyol té
l’extraordinària habilitat de desaparèixer quan més aparicions hauria de fer.
Un bon exemple ens l’està donant ara mateix. En lloc de sortir a donar
explicacions sobre el cas Bárcenas i els 22 milions d’euros que sé li van
trobar a l’extresorer del PP en comptes suïssos, ha optat per encomanar als
seus fidels escuders l’àrdua missió de ser ells qui surtin a donar la cara per
a desinformar els mitjans de comunicació.
Després d’haver-ho analitzat tot detingudament
he arribat a una conclusió. El que promou la Generalitat Valenciana són cursos
per a interpretar les aparicions de Mariano Rajoy durant les poques rodes de
premsa que concedeix i que també podrien ser conegudes com aparicions Marianes.
No trobeu?
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