dissabte, 24 d’agost del 2013
El oráculo de Bárcenas
David Torres
Cada día que pasa los papeles de Bárcenas se parecen más y más a la realidad. Son como una profecía al revés, vamos leyendo en ellos lo que sucedió en lugar de adivinar lo que va a suceder. Los militantes del PP deberían consultarlo como los griegos acudían al oráculo de Delfos, no tanto para descubrir el futuro sino para saber quiénes eran, quiénes han sido, quiénes son y qué coño han hecho. “Conócete a ti mismo” era la inscripción grabada en el frontispicio del templo de Delfos. Traducido al genovés viene a decir aproximadamente: “Y a mí qué me cuenta”.
Es lo que han respondido Javier Arenas y Álvarez-Cascos en sendas declaraciones ante el juez Ruz, una comparecencia donde, para el caso, podían haber enviado al mayordomo. No lo sé, no me consta, no recuerdo. Sólo sé que no sé nada. Cascos y Arenas han recurrido a Sócrates en un caso fundamentalmente presocrático. La negación como línea de defensa, el olvido como forma de vida. El juez Ruz va a tener que abandonar la toga y estrenar un diván de psicoanalista. Los malos recuerdos (los fraudes, los sobresueldos, la contabilidad falsa, las donaciones ilegales) se encuentran bloqueados por algún trauma edípico, alguna falla psíquica oculta en la infancia del partido. Por lo común el psicoanalista bucea en la infancia del paciente para dar con la verdad, pero ponerse a rastrear ahora en los orígenes del PP es como irse a excavar en Atapuerca: uno puede encontrar cualquier cosa, incluidas pruebas de canibalismo.
Desde los préstamos reconocidos de algunos dirigentes hasta la confirmación de ayer de Cristóbal Páez, que admitió haber recibido pagos en negro, el horóscopo de Bárcenas se va cumpliendo y conjugando con la puntualidad de un pretérito perfecto. Al contrario que con Nostradamus, cuyas cuartetas hay que interpretar con calzador y en diferido, con las profecías de Bárcenas no hace falta ni calculadora. Aquella memorable sentencia filosófica (“Todo es falso, salvo alguna cosa”) empieza a revelarse como la única verdad que ha brotado de la boca de Mariano desde tiempos inmemoriales. La “cosa”, en el sentido freudiano del término, sigue creciendo y creciendo como el número de cadáveres en una fosa séptica. A este paso, la cosa va a acabar siendo más grande que el todo.
El psicoanálisis, tal como lo inventó Freud, es una práctica terapéutica donde se intenta llegar a la verdad a través de la mentira, la resistencia y la vergüenza. Normalmente, los propios pacientes desconocen lo jodidos que están, del mismo modo que Edipo ignoraba que había matado a su padre y que se había acostado con su madre. Lo ignoraba aunque lo sospechaba. La verdad os hará libres, queridos desmemoriados del PP, excepto esta vez, que os puede llevar a todos al trullo. Al final descubriremos, no con demasiada sorpresa, que la pobre gaviota carroñera del PP era, en realidad, una esfinge con alas.
Cada día que pasa los papeles de Bárcenas se parecen más y más a la realidad. Son como una profecía al revés, vamos leyendo en ellos lo que sucedió en lugar de adivinar lo que va a suceder. Los militantes del PP deberían consultarlo como los griegos acudían al oráculo de Delfos, no tanto para descubrir el futuro sino para saber quiénes eran, quiénes han sido, quiénes son y qué coño han hecho. “Conócete a ti mismo” era la inscripción grabada en el frontispicio del templo de Delfos. Traducido al genovés viene a decir aproximadamente: “Y a mí qué me cuenta”.
Es lo que han respondido Javier Arenas y Álvarez-Cascos en sendas declaraciones ante el juez Ruz, una comparecencia donde, para el caso, podían haber enviado al mayordomo. No lo sé, no me consta, no recuerdo. Sólo sé que no sé nada. Cascos y Arenas han recurrido a Sócrates en un caso fundamentalmente presocrático. La negación como línea de defensa, el olvido como forma de vida. El juez Ruz va a tener que abandonar la toga y estrenar un diván de psicoanalista. Los malos recuerdos (los fraudes, los sobresueldos, la contabilidad falsa, las donaciones ilegales) se encuentran bloqueados por algún trauma edípico, alguna falla psíquica oculta en la infancia del partido. Por lo común el psicoanalista bucea en la infancia del paciente para dar con la verdad, pero ponerse a rastrear ahora en los orígenes del PP es como irse a excavar en Atapuerca: uno puede encontrar cualquier cosa, incluidas pruebas de canibalismo.
Desde los préstamos reconocidos de algunos dirigentes hasta la confirmación de ayer de Cristóbal Páez, que admitió haber recibido pagos en negro, el horóscopo de Bárcenas se va cumpliendo y conjugando con la puntualidad de un pretérito perfecto. Al contrario que con Nostradamus, cuyas cuartetas hay que interpretar con calzador y en diferido, con las profecías de Bárcenas no hace falta ni calculadora. Aquella memorable sentencia filosófica (“Todo es falso, salvo alguna cosa”) empieza a revelarse como la única verdad que ha brotado de la boca de Mariano desde tiempos inmemoriales. La “cosa”, en el sentido freudiano del término, sigue creciendo y creciendo como el número de cadáveres en una fosa séptica. A este paso, la cosa va a acabar siendo más grande que el todo.
El psicoanálisis, tal como lo inventó Freud, es una práctica terapéutica donde se intenta llegar a la verdad a través de la mentira, la resistencia y la vergüenza. Normalmente, los propios pacientes desconocen lo jodidos que están, del mismo modo que Edipo ignoraba que había matado a su padre y que se había acostado con su madre. Lo ignoraba aunque lo sospechaba. La verdad os hará libres, queridos desmemoriados del PP, excepto esta vez, que os puede llevar a todos al trullo. Al final descubriremos, no con demasiada sorpresa, que la pobre gaviota carroñera del PP era, en realidad, una esfinge con alas.
divendres, 23 d’agost del 2013
¿Puede IU superar al PSOE?
Pablo Iglesias
Según la web El Mundo en Cifras La Vanguardia acaba de hacer pública una estimación de escaños usando los datos del último sondeo del CIS. Presenta un escenario en el que el PSOE obtendría 126 diputados, el PP 122, IU 44 y UPyD 17. El resto de escaños se los repartirían, fundamentalmente, fuerzas políticas de ámbito no estatal. Entre ERC y CIU sumarían 22 (13 y 9 respectivamente) y entre PNV y Amaiur 10 (6 y 4 respectivamente). Los sondeos y sus estimaciones son sólo eso pero permiten simular escenarios políticos sobre los que siempre es útil reflexionar.
Según la web El Mundo en Cifras La Vanguardia acaba de hacer pública una estimación de escaños usando los datos del último sondeo del CIS. Presenta un escenario en el que el PSOE obtendría 126 diputados, el PP 122, IU 44 y UPyD 17. El resto de escaños se los repartirían, fundamentalmente, fuerzas políticas de ámbito no estatal. Entre ERC y CIU sumarían 22 (13 y 9 respectivamente) y entre PNV y Amaiur 10 (6 y 4 respectivamente). Los sondeos y sus estimaciones son sólo eso pero permiten simular escenarios políticos sobre los que siempre es útil reflexionar.
Con semejantes resultados, sólo se me
antojan dos posibilidades para la formación de un gobierno (toda vez que
un acuerdo entre uno de los dos grandes partidos españoles con las
fuerzas moderadas catalana y/o vasca no bastaría para que el gobierno
contara con suficiente apoyo en el Congreso).
La primera posibilidad sería un gran
pacto de régimen que se concretara en un gobierno (monocolor o no)
apoyado en el Parlamento por los diputados del PSOE y del PP. Un acuerdo
así podría contar con el apoyo de las autoridades europeas y los
organismos internacionales así como con el de la patronal e incluso con
el de los sindicatos. Sin embargo, esta opción a la griega haría
peligrar a medio plazo la estabilidad del régimen político español, pues
entregaría definitivamente la hegemonía en la oposición a Izquierda
Unida. Es dudoso que el PSOE se suicidara de tal forma; todavía no es el
PASOK y mucho menos con 126 diputados.
La segunda opción sería un acuerdo de
gobierno PSOE-IU (con gobierno monocolor o no) apoyado en el Parlamento
por los diputados del PSOE e IU, con concursos ocasionales de otros
grupos según las medidas a aprobar. Esta opción sería terriblemente
difícil para Izquierda Unida; mucho más difícil que manejar su
participación en el Gobierno andaluz de la que, de hecho, puede obtener
beneficios si se consolida la imagen de que las medidas populares de
este gobierno autonómico han tenido en IU su condición necesaria. Pero
el gobierno del Estado es, al menos simbólicamente, otra cosa. Aunque la
institucionalidad euro-alemana hace de España poco más que una
provincia sin control sobre su política monetaria, sin industrias
suficientes y sin recursos estratégicos que le permitan competir en el
mercado mundial (más allá del turismo), la acción de gobierno sigue
asociada al ejercicio de la soberanía. Hablando en plata: una izquierda
con responsabilidades estatales de gobierno jamás podría decir “tengo
las manos atadas”; cosa que sí se puede permitir un gobernante
autonómico.
Con un PSOE comprometido, como toda la
socialdemocracia europea, con la autoridad de la troika y como fuerza
más votada, hay muy poco espacio para hacer un programa de gobierno
presentable y con capacidad de movilizar a los ciudadanos que se
convierta en una referencia para el Sur de Europa. Quedaría la opción de
apoyar desde el Parlamento sólo las leyes progresistas de ese eventual
gobierno socialista, pero el efecto no sería muy diferente.
Por eso IU debe pelear desesperadamente por el sorpasso;
porque puede que no vuelva a haber otra oportunidad. Indudablemente un
gobierno encabezado por una Izquierda Unida con, pongamos por caso, 100 o
110 diputados, presentaría gigantescas dificultades; habría que
enfrentarse a todos los poderes internacionales imaginables y a la
traición de buena parte de los aparatos del Estado; habría que presionar
a los sectores críticos del PSOE para que tomaran el control de su
partido y apoyaran al gobierno; habría que rendir cuentas con el derecho
a decir de catalanes, vascos y gallegos al tiempo que se les invita a
formar parte de un nuevo proceso constituyente; habría que diseñar una
política exterior inédita en la historia de nuestro país; quien sabe si
no habría incluso que abandonar el euro, con todas las implicaciones que
ello tendría. Podríamos llenar folios y folios de eventuales
dificultades pero se supone que todo aquel que hace política desde un
partido aspira a ser gobierno.
Cualquier observador perspicaz se dará
cuenta de que los espíritus prudentes se sentirían más cómodos como
fuerza subalterna antes que asumir asomarse al abismo de superar al PSOE
y poder formar gobierno como fuerza mayoritaria. Pero la crisis no deja
espacio ya para la prudencia. Por eso IU debe querer ganar; no puede
conformarse con los resultados de unas encuestas que dibujan un panorama
político inmanejable.
¿Cómo superar la subalternidad electoral
respecto al PSOE? Una respuesta concluyente a esta pregunta sería un
fútil ejercicio de arrogancia pero diré, al menos, que para superar al
PSOE es crucial consolidar una imagen y un discurso que trasladen, más
allá del espacio de la izquierda ya conquistado, un proyecto alternativo
de país. Se trata de liderar en lo electoral la movilización y el
estado de ánimo de la sociedad para dirigirlos hacia un proceso
constituyente que los concrete en lo político.
Sé que decirlo es fácil pero más fácil es
celebrar unas encuestas que, de confirmarse, nos llevarían a un viaje
de corto recorrido.
dijous, 22 d’agost del 2013
Ruz en PP Corral
Aníbal Malvar
Lo que más me pone a mí, de estos enjuiciamientos y testificales de los chicos del PP, es que se nota que están todos cabreados con todos. Es algo que habrá que agradecerle siempre a este juez Pablo Ruz. Cabrear a lo centrípeto al Partido Popular no es nada fácil. Me explico. Antes, cuando había ley y orden, los políticos, pijas, intelectuales, meapilas, votantes, tertulianos, obispos y porteros de discoteca del PP, cuando se cabreaban, se cabreaban unánimemente contra alguien o contra algo. Centrífugamente. Que tocaba cabrearse con ZP, pues todo el PP se cabreaba con ZP, y tan amigos. Que tocaba cabrearse con los sindicatos, pues toda la masa del PP se cabreaba con los sindicatos, y tan amigos otra vez. Que había que cabrearse con Pilar Manjón por llorar la muerte de su hijo el 11-M, pues todo el PP a decir, para joder, que había sido ETA, y tan amigos una vez más. Los del PP. Todos.
Sin embargo, aquella fasci-fraternal inercia de cabrearse solo con los demás se ha virado. Ya no son todos tan amigos, los del PP. Se ha roto el gran vínculo que los mantenía unidos. La argolla de oro de la cadena. Un dorado y fulgente eslabón perdido llamado Luis Bárcenas. En mi iletrada opinión, y en la de los más grandes analistas políticos de este país, tras los últimos avatares del caso Bárcenas el odio del PP ha dejado de ser centrífugo y ahora es centrípeto. Va hacia dentro. Siguen mordiéndonos a nosotros, pero ahora también se muerden entre ellos. Si esto sigue así, y los miembros y benefactores benefactados del PP se aplican entre sí todo el odio que nos tienen a la libertad y al pueblo, si estalla todo ese odio se destruyen entre ellos, y nos destruyen también a nosotros con la onda expansiva. Hay que tener mucho cuidado con todo ese odio. No nos vayamos a tomar el fin del franquismo a cachondeo, que nos puede explotar en la rosa, en la sonrisa y en el puño.
Todo el mundo sabe que Rajoy va a destruir a Bárcenas y que Bárcenas quiere destruir a Rajoy. Que Arenas quiere entrerrar, como su apellido indica, a Cospedal, y que Cospedal erigiría con sus arenas, las de Arenas, un lejano Desierto de los Caídos diferido. Todo el mundo sabe que Cascos odia a Arenas y a Rajoy, y que Arenas y Rajoy odian a Cascos. Y podríamos seguir así, cartografiando odios en el mapa del PP, hasta acelerar todas las partículas peperas enfrentadas y generar una energía destructiva tan grande como la del 36, que primero les enfrentó a ellos contra nosotros en vil asesinato, después a nosotros contra ellos en noble defensa, y finalmente a nosotros contra nosotros en exaltación de la estulticia. Ganaron ellos, como alguno de vosotros recordaréis.
El problema del PP (y del PSOE), es que cuando hay enfrentamientos en el braguero de ambos partidos no se están enfrentando entre sí unos politiquillos mudables contra otros mudados, sino unos banqueros contra otros, unos constructores contra otros, unas multi farmacéuticas contra otras, unos destructores contra otros. Eso es lo que me ha contado mi psicóloga, que dice que de esto sabe algo.
Mi psicóloga, de hecho, me dice que padezco el síndrome de OK Corral. El síndrome de OK Corral es muy común, y lo sufrimos aquellos que nos creemos que todo va a mejorar, tras un duelo a muerte, si los buenos matan a los malos. Mi psicóloga me ha explicado que los duelos solo se perpetran entre malos y malos. Que los buenos nos escondemos en la cantina o en el granero. Y que, por consiguiente, siempre ganan los malos.
Con todo esto, mi psicóloga, que es muy estudiada, me quiere decir que no contemple impasible cómo el PP o el PSOE se autodestruyen desde dentro, sin ni siquiera hacerse daño el uno al otro. Que piense si se puede hacer alguna otra cosa. Y no me acuerdo si me recetó alguna pastilla. Supongo que sí. Porque en vez de pastilla pronuncio Bastilla, como los borrachos. Va a ser por eso que despedí a mi logopeda y no a mi psicóloga. Va a ser por eso.
Lo que más me pone a mí, de estos enjuiciamientos y testificales de los chicos del PP, es que se nota que están todos cabreados con todos. Es algo que habrá que agradecerle siempre a este juez Pablo Ruz. Cabrear a lo centrípeto al Partido Popular no es nada fácil. Me explico. Antes, cuando había ley y orden, los políticos, pijas, intelectuales, meapilas, votantes, tertulianos, obispos y porteros de discoteca del PP, cuando se cabreaban, se cabreaban unánimemente contra alguien o contra algo. Centrífugamente. Que tocaba cabrearse con ZP, pues todo el PP se cabreaba con ZP, y tan amigos. Que tocaba cabrearse con los sindicatos, pues toda la masa del PP se cabreaba con los sindicatos, y tan amigos otra vez. Que había que cabrearse con Pilar Manjón por llorar la muerte de su hijo el 11-M, pues todo el PP a decir, para joder, que había sido ETA, y tan amigos una vez más. Los del PP. Todos.
Sin embargo, aquella fasci-fraternal inercia de cabrearse solo con los demás se ha virado. Ya no son todos tan amigos, los del PP. Se ha roto el gran vínculo que los mantenía unidos. La argolla de oro de la cadena. Un dorado y fulgente eslabón perdido llamado Luis Bárcenas. En mi iletrada opinión, y en la de los más grandes analistas políticos de este país, tras los últimos avatares del caso Bárcenas el odio del PP ha dejado de ser centrífugo y ahora es centrípeto. Va hacia dentro. Siguen mordiéndonos a nosotros, pero ahora también se muerden entre ellos. Si esto sigue así, y los miembros y benefactores benefactados del PP se aplican entre sí todo el odio que nos tienen a la libertad y al pueblo, si estalla todo ese odio se destruyen entre ellos, y nos destruyen también a nosotros con la onda expansiva. Hay que tener mucho cuidado con todo ese odio. No nos vayamos a tomar el fin del franquismo a cachondeo, que nos puede explotar en la rosa, en la sonrisa y en el puño.
Todo el mundo sabe que Rajoy va a destruir a Bárcenas y que Bárcenas quiere destruir a Rajoy. Que Arenas quiere entrerrar, como su apellido indica, a Cospedal, y que Cospedal erigiría con sus arenas, las de Arenas, un lejano Desierto de los Caídos diferido. Todo el mundo sabe que Cascos odia a Arenas y a Rajoy, y que Arenas y Rajoy odian a Cascos. Y podríamos seguir así, cartografiando odios en el mapa del PP, hasta acelerar todas las partículas peperas enfrentadas y generar una energía destructiva tan grande como la del 36, que primero les enfrentó a ellos contra nosotros en vil asesinato, después a nosotros contra ellos en noble defensa, y finalmente a nosotros contra nosotros en exaltación de la estulticia. Ganaron ellos, como alguno de vosotros recordaréis.
El problema del PP (y del PSOE), es que cuando hay enfrentamientos en el braguero de ambos partidos no se están enfrentando entre sí unos politiquillos mudables contra otros mudados, sino unos banqueros contra otros, unos constructores contra otros, unas multi farmacéuticas contra otras, unos destructores contra otros. Eso es lo que me ha contado mi psicóloga, que dice que de esto sabe algo.
Mi psicóloga, de hecho, me dice que padezco el síndrome de OK Corral. El síndrome de OK Corral es muy común, y lo sufrimos aquellos que nos creemos que todo va a mejorar, tras un duelo a muerte, si los buenos matan a los malos. Mi psicóloga me ha explicado que los duelos solo se perpetran entre malos y malos. Que los buenos nos escondemos en la cantina o en el granero. Y que, por consiguiente, siempre ganan los malos.
Con todo esto, mi psicóloga, que es muy estudiada, me quiere decir que no contemple impasible cómo el PP o el PSOE se autodestruyen desde dentro, sin ni siquiera hacerse daño el uno al otro. Que piense si se puede hacer alguna otra cosa. Y no me acuerdo si me recetó alguna pastilla. Supongo que sí. Porque en vez de pastilla pronuncio Bastilla, como los borrachos. Va a ser por eso que despedí a mi logopeda y no a mi psicóloga. Va a ser por eso.
dimecres, 21 d’agost del 2013
Corre, Mariano, corre
David Torres
Siempre que veo una de esas fotos promocionales de políticos en vacaciones haciendo deporte, inmediatamente me viene a la cabeza aquella frase inmortal de Forrest Gump: “Run, Forrest, run!” El presidente dice que para mantenerse en forma piensa correr diez kilómetros diarios y mi amigo Iván Alonso puntualiza que, si es verdad, con un poco de suerte, en una semana ya estará bien lejos. No tendremos tanta suerte porque Mariano corre como piensa, en círculos, igual que un hámster en su noria. Es uno de esos hombres que cree estar de vuelta de todas partes, más que nada porque la Tierra es redonda.
No se entiende muy bien ese empeño de los asesores de imagen por sacar políticos más bien fofos en poses atléticas; no se sabe si quieren vendernos músculos en lugar de ideas o si pretender hundir definitivamente ciertas marcas de zapatillas. A Zapatero le sacaron un reportaje veraniego en el que se deslizaba ágilmente por una playa y ni siquiera proyectaba sombra en la arena. El photoshop logró imprimir entonces una metáfora de levedad, de transparencia, muy acorde con la gestión zapatera, como si hubiera pasado uno de esos huracanes de los dibujos animados en los que todos los desperfectos se acumulan en la siguiente viñeta: Mariano corriendo junto al marido de Ana Pastor, como si hubiera recibido también en herencia, junto con los cuatro o cinco millones de parados, las ganas de salir por piernas. Pero Mariano, indefectiblemente, deja sombra, mucha sombra, y su sombra, como la del ciprés y la del Prestige, es alargada.
Al correr, Zapatero no hace sombra y Mariano ni se mueve del sitio. La paradoja de Zenón aplicada a España viene a decir que pasar de un presidente a otro es como Aquiles intentando adelantar a una tortuga. Aquí los políticos o se estrellan como Carromero o permanecen en dique seco para no estropear la carrocería. Por eso llevamos cuarenta años clavados en el mismo sitio. Mariano lleva la paradoja al límite porque suele caminar de espaldas, de ahí que parezca estar de vuelta de todo. Primero se dedicó a hacer de don Tancredo, quieto, sin respirar, pero poco a poco fue echándose hacia atrás: los años ochenta, los sesenta, los cuarenta, etc. En esa foto promocional, vestido con pantalones cortos, Mariano podría pasar por él mismo con ocho años: nos lo imaginamos perfectamente haciendo la primera comunión con barba y gafas.
El presidente, fiel al tancredismo, corre sin desplazarse del sitio gracias a que el país marcha de culo y contra el viento, siempre hacia atrás, como los cangrejos. A poco de salir de Ribadumia, Mariano ya estaba otra vez en Ribadumia. Igual que en Könisberg, Kant salía dar a un paseo y los lugareños ponían el reloj en hora, Mariano sale a correr y los españoles desempolvamos los calendarios del siglo XIX. No lo dice por modestia, pero entre sus lecturas de verano, aparte del Marca, va a ponerse al día con los Episodios Nacionales.
Siempre que veo una de esas fotos promocionales de políticos en vacaciones haciendo deporte, inmediatamente me viene a la cabeza aquella frase inmortal de Forrest Gump: “Run, Forrest, run!” El presidente dice que para mantenerse en forma piensa correr diez kilómetros diarios y mi amigo Iván Alonso puntualiza que, si es verdad, con un poco de suerte, en una semana ya estará bien lejos. No tendremos tanta suerte porque Mariano corre como piensa, en círculos, igual que un hámster en su noria. Es uno de esos hombres que cree estar de vuelta de todas partes, más que nada porque la Tierra es redonda.
No se entiende muy bien ese empeño de los asesores de imagen por sacar políticos más bien fofos en poses atléticas; no se sabe si quieren vendernos músculos en lugar de ideas o si pretender hundir definitivamente ciertas marcas de zapatillas. A Zapatero le sacaron un reportaje veraniego en el que se deslizaba ágilmente por una playa y ni siquiera proyectaba sombra en la arena. El photoshop logró imprimir entonces una metáfora de levedad, de transparencia, muy acorde con la gestión zapatera, como si hubiera pasado uno de esos huracanes de los dibujos animados en los que todos los desperfectos se acumulan en la siguiente viñeta: Mariano corriendo junto al marido de Ana Pastor, como si hubiera recibido también en herencia, junto con los cuatro o cinco millones de parados, las ganas de salir por piernas. Pero Mariano, indefectiblemente, deja sombra, mucha sombra, y su sombra, como la del ciprés y la del Prestige, es alargada.
Al correr, Zapatero no hace sombra y Mariano ni se mueve del sitio. La paradoja de Zenón aplicada a España viene a decir que pasar de un presidente a otro es como Aquiles intentando adelantar a una tortuga. Aquí los políticos o se estrellan como Carromero o permanecen en dique seco para no estropear la carrocería. Por eso llevamos cuarenta años clavados en el mismo sitio. Mariano lleva la paradoja al límite porque suele caminar de espaldas, de ahí que parezca estar de vuelta de todo. Primero se dedicó a hacer de don Tancredo, quieto, sin respirar, pero poco a poco fue echándose hacia atrás: los años ochenta, los sesenta, los cuarenta, etc. En esa foto promocional, vestido con pantalones cortos, Mariano podría pasar por él mismo con ocho años: nos lo imaginamos perfectamente haciendo la primera comunión con barba y gafas.
El presidente, fiel al tancredismo, corre sin desplazarse del sitio gracias a que el país marcha de culo y contra el viento, siempre hacia atrás, como los cangrejos. A poco de salir de Ribadumia, Mariano ya estaba otra vez en Ribadumia. Igual que en Könisberg, Kant salía dar a un paseo y los lugareños ponían el reloj en hora, Mariano sale a correr y los españoles desempolvamos los calendarios del siglo XIX. No lo dice por modestia, pero entre sus lecturas de verano, aparte del Marca, va a ponerse al día con los Episodios Nacionales.
dimarts, 20 d’agost del 2013
DIARI DE L’AGOST. DIMARTS 20
UNIÓ I CONVERGÈNCIA. Fixeu-vos bé amb un
titular del Periódico d’avui: Unió i
Convergència reafirmen la seva unitat... fins al referèndum. Probablement és
l’única vegada que ho he vist així, ja que sempre s’ha parlat de Convergència i
Unió, però el diari ho ha fet amb tota la intenció per a que es vegi clarament
que s’està parlant de les dues formacions i no de la federació que ha governat
Catalunya durant la major part del temps des de que es va reinstaurar la
Generalitat de Catalunya.
Les desavinences entre les dues formacions,
encara que quasi sempre han existit i que si es mantenien junts era per pura
conveniència de les dues formacions (potser de Unió més que de Convergència),
en els darrers temps s’han evidenciat encara més fins al punt que la
fragmentació de la federació és, ara per ara, molt més que una possibilitat.
Unió, el partit més històric de la formació, és
molt menys sensible a la independència de Catalunya que el de Mas i Pujol. En
aquest punt està molt més a prop del PSC i, com aquest, vol una consulta legal i està a favor d’una Catalunya
integrada dintre d’una Espanya federal.
No sé ho sabeu, allà per l’any 1995 em vaig
apropar a Iniciativa per Catalunya quan començava a ser també Verds. Fins i tot vaig presentar-me a
les eleccions municipals que es van fer aquell any de número 2 a Amposta pel darrere de
Anselmo Cano. Va ser una cosa puntual, potser guiat més per un crisi d’identitat
que una altra cosa. Bé, dit això us he de dir que, en aquella època, Anselmo
Cano ja es mostrava clarament favorable a una hipotètica entesa entre el PSC i
UDC. Però el partit de Duran i Lleida a l’hora d’anar de la ma d’algú, fins ara
sempre ha preferit Convergència, potser perquè li dóna moltes més garanties de
poder que no els socialistes. I això significa càrrecs i els càrrecs porten
diners igual a les seves butxaques com a les arques del partit.
RUBALCABA. Ahir us parlava de que el PP vol
portar als tribunals al Secretari d’Organització del PSOE Oscar López per afirmar
que el PP tenia una caixa B. Ara ha estat Rubalcaba qui ho ha dit, desafiant
així els populars. Evidentment costa
més portar davant el jutge el màxim responsable d’un partit i diverses vegades
ministre que a un dirigent poc conegut fora del seu propi partit. Jo crec que s’hauria
de fer una campanya promoguda per la resta de partits de l’arc parlamentari
denunciat l’existència d’aquesta caixa B, ja que com quasi tothom sospita, l’existència
de la doble comptabilitat va permetre al PP no
jugar net durant diverses dècades o el que és el mateix, fer trampes
buscant el benefici electoral que els tornés al poder després de perdre’l per
les mentides d’Aznar i els seus ministres de l’època.
Què significa per al nostre territori el fet
de que el PP hagi tornat al govern? L’amenaça més que segura d’una altre PHN. Ja
sé que governs catalans també han estat transvasistes, però quan més perill hi
ha hagut de buidar l’Ebre és quan a
Madrid ha governat el PP.
CASTELLERS. Durant els darrers dies s’ha
tornat a posar en entredit la seguretat dels castellers perquè hi ha hagut dos
accidents: un patit per la colla Castellers de la Vila de Gràcia i l’altre pels
Xiquets del Serrallo; el primer bastant pitjor que el segon.
Avui mateix, un metge de la Coordinadora de
Colles Castelleres deia que fa temps que
s’està estudiant una mena de teixit intel·ligent
que es pugui activar automàticament o no per a protegir les cervicals dels
castellers. Si agafem per exemple els cotxes, ens en adonarem que cada vegada més
s’estan posant més sistemes de seguretat passiva i més sofisticats amb la
finalitat d’evitar al màxim els accidents greus. Però no per això han deixat d’haver-ne.
Certament els castells és una activitat de
risc, però molt menys que l’alpinisme, l’automobilisme, el motociclisme i fins
i tot d’altres deports que, a la vista, poden semblar molt menys perillosos.
Accidents amb morts i ferits greus poden passar sense sortir de casa. I si visquéssim
amb aquest pensament, sortiríem al carrer amb tot tipus de precaucions i sense
poder gaudir de la vida ni un sol instant.
ACCIDENT. I parlant d’accidents i de seguretat
passiva, ara el jutge que instrueix les diligències per l’accident del tren de
Santiago de Compostel·la, ha imputat també als responsables d’Adif. O sigui que
el maquinista ha deixat, als ulls de la justícia, l’únic responsable de la mort
de quasi 80 persones. Ja anava sent hora que algú veies una mica clar en aquest
cas.
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