dimarts, 29 de març del 2016

La Cataluña que ha dejado Mas: endeudada, desnortada y dividida

MIQUEL GIMÉNEZ

Es un legado 'digno' de quien se ha declarado hijo político de Jordi Pujol

No hay un solo político en Europa desde el final de la segunda guerra mundial que haya dejado a su país en peores circunstancias que Artur Mas. Cataluña está, a día de hoy, endeudada, dividida, paralizada y desnortada. Es un legadodigno de quien se ha declarado hijo político de Jordi Pujol.
Encabeza el top ten de la deuda
Vayamos a los números, que las opiniones pueden ser discutibles, pero las cifras no. La deuda total que acumula la Generalitat asciende a 72.274 millones de euros. Esta cantidad equivale, según cifras oficiales, al 35,3 por ciento del PIB catalán. Añadamos a esto que la Generalitat ostenta el triste récord de ser el gobierno autónomo con mayor deuda de toda España, muy lejos de la Comunidad Valenciana (41.753 millones) o Andalucía (31.365 millones).
A esto hay que añadir que el principal acreedor de ésta Generalitat, que pretende “desconectar” en dieciocho meses, es el Gobierno de España. Se le deben 43.243 millones, en concepto de préstamos otorgados por los fondos de rescate que el estado prevé para las comunidades autónomas. Este es el resultado de los años de gobierno de Convergencia y de Artur Mas. Una deuda que supera con creces la que dejaron los gobiernos del Tripartito, estimada en el 2011 en 30.304 millones. Mas la ha doblado con creces.
Ese era el gobierno de los mejores, el business friendly, el que iba a llevar a los catalanes a una Arcadia feliz. Han sido cinco años de chulería, manifestaciones orquestadas desde el poder, control férreo en los medios de comunicación públicos y privados y humo, mucho humo. Todo ¿para qué? Será bueno repasar como está el patio de monipodio de la política catalana en la actualidad para verlo.
Unió, en concurso de acreedores
Unió, el tradicional socio de los convergentes, está en concurso de acreedores. Con una deuda de más de diecinueve millones, el partido demócrata cristiano se plantea vender sus inmuebles para hacer frente a los pagos. Sin Duran Lleida al frente, otra de las numerosas víctimas de Mas, pocos son los que dan un duro por su futuro y ya se habla de la creación de un nuevo partido de centro catalanista que recoja lo poco que ha dejado ésta formación.
La renovación de CDC
En Convergencia las cosas no van mejor. Acosada por numerosos casos de presunta corrupción, empezando por el que afecta a su fundador Jordi Pujol y a su familia, pasando por el del tres por ciento, están en pleno proceso de renovación. Nuevo partido, nuevas siglas, nueva orientación, pero con Mas a la cabeza.
El gobierno de Puigdemont, harto ya de las CUP y de Esquerra, se ve obligado a pactar con los socialistas la alcaldía de Girona en lo que muchos vislumbran ya la famosa sociovergencia que podría extenderse a nivel catalán e incluso español.
Esquerra es víctima de sus propias contradicciones, y pide dinero a Montoro a la vez que vota junto a los convergentes más derechones seguir pagando subvenciones a colegios del Opus que segregan en función del sexo de los alumnos. Hace poco tiempo, se rasgaban las vestiduras diciendo que nunca lo harían.
Freno a la independencia
Nada aguanta tres días sin moverse, porque todo es una tremenda impostura y de lo que se trata es de aguantarse en el cargo. Mientras los convergentes, por boca de Francesc Homs, su hombre en Madrid, echan el freno con la independencia y vuelve a hablarse de una consulta pactada, los socialistas se acercan a los nacionalistas para ver si pueden ganar influencia y cotas de poder.
El postureo de Colau
Ada Colau no deja pasar una semana sin provocar un escándalo político, bien sea por criticar la presencia de militares en el Salón de la Educación, bien por sumarse a última hora al acto contra las víctimas del terrorismo. Todo espostureo, todo es política de megáfono o de editoriales, todo consiste en que parezca que pasan muchas cosas porque, en realidad, no pasa nada.
Ni a los presidentes Maragall Montilla les hubieran aguantado una décima parte de lo que le ha aguantado el electorado catalán a Mas y a sus comparsas. Mientras diputados de Esquerra van a aplaudir a Otegui, en el Parlament el gobierno ve como no hay manera de sacar adelante sus leyes.
Raül Romeva es el único que parece feliz. En su flamante cargo de conseller de lo que sea, afirma textualmente que Cataluña ocupa la centralidad en el debate mundial. Ni Siria, ni Venezuela, ni Donald Trump, ni la crisis de refugiados en Europa ni el ascenso de los nazis en Alemania. Cataluña y no se hable más.
Un manicomio de orates
Artur, no nos has dejado un país. Nos dejas un manicomio lleno de orates pagados con dinero público, de pícaros que se dicen empresarios y no saben más que vivir de las subvenciones cuando no de las mordidas, con unos medios de comunicación genuflexos ante el poder y con una crisis social sin parangón. Te felicito, hijo.
Ah, y Pujol paseándose por la calle como si nada, que ésa es otra.