dimecres, 9 d’octubre del 2013

¿Lapidar a Fabra? Tírenle una pedrea

Juan Carlos Escudier

Tan imparable es el progreso de este país que hace unos años había gente que proclamaba que se moriría sin ver ganar a España un Mundial de fútbol y los pobres infelices ya descansan en paz. A este paso vamos tener que cambiar nuestros deseos insatisfechos al mismo ritmo que el PP sustituye discos duros de ordenador. Es verdad que puede que palmemos sin ver instaurada la Tercera República, que eso ya es pedir el cielo siendo ateo, pero lo que ya no nos quitará nadie es el haber visto sentado en el banquillo a Carlos Fabra. El acontecimiento es de tal calibre que nadie debería de extrañarse si alguna vez se lo cuenta a sus nietos y no le creen.
Que Fabra acabara siendo juzgado constituyó durante muchos años un imposible metafísico, algo parecido a la música militar o que Mayor Oreja reniegue del franquismo. Diez años han tardado un proceso por el que han transitado hasta nueve jueces instructores, que debieron sentir lo mismo que un jugador del GTA 4 incapaz de pasar de pantalla. El juicio promete ser tan justo que el tribunal que debe estimar si este visionario de la aviación civil a ras de suelo cometió cohecho, tráfico de influencias y fraude fiscal está compuesto por las mismas personas que hace un año intentaron sacar el cohecho de la causa.
Lo más interesante del juicio no es comprobar si Fabra mediaba a cambio de comisiones para colocarle a las administraciones públicas los herbicidas y matamoscas del empresario que le denunció, sino oír sus explicaciones de cómo un tipo como él puede fulminar el cálculo de probabilidades y hasta el infinitesimal y ganar aparentemente siete veces premios gordos de la lotería. De haber conocido a este levantino con aspecto de extra de El Padrino II, los poetas clásicos que pintaban a la diosa Fortuna calva y ciega la habrían descrito con un ojo de cristal y gafas negras.
En 2008, año el que, según parece, fue agraciado con dos millones de euros, se le calentó la boca y declaró haber comprado el 27.931. “Si me toca, me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida”, dijo entonces. Si llega a ser Andreíta, su hija, habría añadido su ya clásico “que se jodan”. Sin embargo, el gordo de Navidad fue para el 32.365, así que hay que suponer que llevaba más de un número. Con las mismas, su legión de fans se quedó sin verle la pirula y los de IU agradecieron no tener que desinfectar la fachada.
Hay que descartar a priori que este cacique, hijo de cacique, sobrino nieto de cacique, bisnieto de cacique y tataranieto de cacique –que los Fabra ya eran conocidos de O’Donnell- haya podido blanquear dinero comprando décimos premiados. Estamos, tal y como proclamó Rajoy, ante “un ciudadano y un político ejemplar” y no ante un ejemplar de político capaz de erigirse a mayor gloria un megamonigote de 20 toneladas con un avión en la cabeza. Y de Rajoy hay que fiarse a pies juntillas porque no miente ni por sms.
Harían mal en lanzar las campanas al vuelo quienes creen que por fin se juzga a un símbolo de la corrupción y del clientelismo. Está por ver que a Fabra se le haya acabado la suerte. Así que no se precipiten en lapidarle. Si no pueden contenerse, láncenle una buena pedrea.

dimarts, 8 d’octubre del 2013

MAS VOL TORNAR A JUGAR A LA RULETA RUSSA

Només fa uns mesos, semblava que ningú donava un duro per Mas. La majoria el veiem com un càrrec amortitzat o en procés de ser-ho. Les eleccions anticipades que es van fer l’any passat, com a conseqüència de l’èxit de la gran manifestació de Barcelona de l’11 de setembre, van significar un cop dur per a Mas del que semblava que no s’arribaria a recuperar mai.
Però en el decurs del temps, i gràcies al suport condicionat que li està donant Junqueras, sembla que el President, darrerament, torna a treure pit.
A les darreres eleccions, Mas sé la va jugar i va estar a punt de perdre. La bala li va passar fregant el cap, però al final, només li va provocar ferides superficials. Ara hi vol tornar. Pretén Mas que les eleccions europees de 2014 serveixin de prova de cara la consulta d’autodeterminació que es vol portar a terme. Però des del meu punt de vista, el líder de CDC es torna a equivocar. Les eleccions europees són, de llarg, les que tenen un percentatge més baix de participació. L’any que ve igual ni arriba al 40%. Tot fa pensar que els dos grans partits (PSOE i PP) patiran una forta davallada en benefici d’altres patits més minoritaris. Però ara per ara res fa pensar que a CDC li pugui anar millor. I encara que així fos. Uns excel·lents resultats electorals del partits que s’han manifestat clarament a favor de la independència de Catalunya, no garanteix, per a res, que es poguessin conservar a la consulta.
Les enquestes que s’han fet fins ara entre la població dóna un resultat molt igualat entre els qui es mostren a favor de la independència i els que no. Fins i tot una part de l’electorat de CDC hi votaria en contra o s’abstindria.
En l’opinió dels experts, per a proclamar una hipotètica independència de Catalunya, hi hauria d’haver al voltant d’un 65% de vot favorable que, si fa o no fa, representaria el 50% dels ciutadans de Catalunya. I què passaria amb la resta. Cal pensar que hi hauria de tot. Des d’aquells que s’oposarien frontalment (PP, C’s i una majoria de votants del PSC) a d’altres que els seria completament igual i que, molt probablement, acabarien acceptant els resultats i fins i tot es convertirien com per art de màgia amb els més independentistes de tots.
Per tant Mas sé la torna a jugar. Si m’equivoca en el meu pronòstic i les tesis de CDC surten àmpliament reforçades, tindrem Mas per a anys. Però si segueix la línia descendent que li pronostiquen les enquestes, la bala li acabarà perforant el cap i es convertirà en un cadàver polític fruit dels seus propis errors.  
A part de tot això, les properes europees podrien tenir una novetat molt important al panorama polític català. L’eterna comunió entre CDC i UDC se’n podria anar en orris i podria néixer una nova coalició electoral. De fet sembla que ahir mateix ja es van establir les bases per a un proper pacte entre CDC i Reagrupament, el partit de Joan Carretero que en el seu dia es va fundar a partir d’una escissió d’ERC. Per tant, CiU es pot transformar en CiR en un tres i no res.    

XIQÜELOS I XIQÜELES DEL DELTA. BATEIG. 3d6




























El federalismo del PSC

En el PSC la visión federalista ha sido aceptada como un paradigma basilar

El 2014 será un año clave para el presente y futuro de Catalunya, independientemente que se vote ‘sí’ o ‘no’ a favor de la creación del Estat propi, de una Catalunya soberana.
A la vista se presentan tres opciones a elegir. Los partidarios de la separación de Catalunya de España apuestan por la opción de la independencia. Los partidarios de mantener el actual statu quo entre Catalunya y España, apuestan por la continuidad. Y también existen los partidarios de una visión distinta a las dos precedentes, presentan una apuesta federalista, procesan el federalismo como modelo orgánico del Estado español y nuevo paradigma de la relación de éste con Catalunya.
El federalismo ha sido un paradigma territorial que ha estado siempre en la ideología del PSOE. Aunque con unos meses de retraso, el PSOE se sumó al Pacto de San Sebastián, en 1930, preludio de la proclamación de la II República española, donde se aceptaba una visión federal de España. Con la vuelta de la democracia, la doctrina del PSOE aceptaba una visión federal de España, pero nunca llegó el momento de aplicarla. La España de las autonomías ha sido un intento, insostenible y fallido, de aplicar una visión federal del Estado, pero su artificialidad en sus fundamentos teóricos y prácticos anunciaban su fracaso, como nuestros tiempos demuestran.
En el PSC la visión federalista ha sido aceptada como uno de los paradigmas basilares de la doctrina socialista catalana. Este hecho se debe a la tradición catalanista, des del punto de vista ideológico y militante, de los primeros periodos de la democracia, en la que el PSC aglutinaba mucho voto de izquierdas pero también mucho voto catalanista. La autodeterminación como concepto político tenia cabida en el ideario de la época del PSC, ahora no lo parece tanto. Ha sido en los últimos tiempos, con el pivotar de la sociedad catalana hacia la voluntad de la autodeterminación, que la visión federalista ha empezado a resurgir, pero esta vez la autodeterminación no aparece como concepto político en el ideario del PSC. Seguramente ésta sea una de las causas de su marginación en todo el proceso político actual.
A lo largo de la historia, socialismo y federalismo se han manifestado en varias zonas geográficas del mundo. Buscando un ejemplo que permita mostrar que el federalismo, de óptica socialista, no sea una opción valida, e intentando ejemplificar esta afirmación, nos proponemos analizar un ejemplo: Yugoslavia, sí, Yugoslavia.
Los que se acuerden de retransmisiones de partidos de fútbol o baloncesto de los 70 y 80, se acordarán que cuando participaba la selección yugoslava, sus jugadores llevaban 4 extrañas letras en sus camisetas: SFRJ, que se referían a Socialist Federal Republic of Jugoslavija.
Yugoslavia era un Estado con unas características geográficas muy parecidas a las de España. Plurinacional, plurilingüe, Yugoslavia además era plurireligiosa. También en Yugoslavia había regiones desarrolladas y regiones menos desarrolladas. El modelo federal y socialista dividió las regiones yugoslavas en miniestados, confederados bajo el nombre de Yugoslavia. Duró 45 años, en los que el federalismo y el socialismo demostraron ser no injustos, sino más bien utópicos, viendo cómo acabó todo.
Dirán que las comparaciones no son posibles, pero crean que España y Yugoslavia, o lo que es lo mismo, la península Ibérica y los Balcanes, tienen muchas cosas en común, la historia sociológica así lo demuestra.
La propuesta federalista en el debate nacional catalán no sólo llega demasiado tarde. Acabamos de ver también como la aplicación del federalismo, de matriz socialista, en una zona geográfica con las mismas características de España, plurilingüe y plurinacional no sea una opción válida a corto, medio ni largo plazo.
En Yugoslavia cada república en las que se dividía tenía reconocido el derecho a la autodeterminación en sus estatutos, quizás por eso el federalismo tenia fuerza, pero cuando estas repúblicas empezaron a disponer de su derecho de autodeterminación, el federalismo se trasformó, casi sin querer, en centralismo jacobino, y todo acabó, mal no, fatal. Aviso para navegantes. La ambigüedad no es una actitud pertinente para los tiempos que corren. Elegir entre federalismo y federalismo con derecho a decidir ya, este es el dilema para salir de la ambigüedad presente en el discurso del PSC y para volver al centro de la política catalana.

Jaume Casañas (Diari de Tarragona)