En el PSC la visión federalista ha sido aceptada como un paradigma basilar
El 2014 será un año clave para el presente y futuro de Catalunya, independientemente que se vote ‘sí’ o ‘no’ a favor de la creación del Estat propi, de una Catalunya soberana.A la vista se presentan tres opciones a elegir. Los partidarios de la separación de Catalunya de España apuestan por la opción de la independencia. Los partidarios de mantener el actual statu quo entre Catalunya y España, apuestan por la continuidad. Y también existen los partidarios de una visión distinta a las dos precedentes, presentan una apuesta federalista, procesan el federalismo como modelo orgánico del Estado español y nuevo paradigma de la relación de éste con Catalunya.
El federalismo ha sido un paradigma territorial que ha estado siempre en la ideología del PSOE. Aunque con unos meses de retraso, el PSOE se sumó al Pacto de San Sebastián, en 1930, preludio de la proclamación de la II República española, donde se aceptaba una visión federal de España. Con la vuelta de la democracia, la doctrina del PSOE aceptaba una visión federal de España, pero nunca llegó el momento de aplicarla. La España de las autonomías ha sido un intento, insostenible y fallido, de aplicar una visión federal del Estado, pero su artificialidad en sus fundamentos teóricos y prácticos anunciaban su fracaso, como nuestros tiempos demuestran.
En el PSC la visión federalista ha sido aceptada como uno de los paradigmas basilares de la doctrina socialista catalana. Este hecho se debe a la tradición catalanista, des del punto de vista ideológico y militante, de los primeros periodos de la democracia, en la que el PSC aglutinaba mucho voto de izquierdas pero también mucho voto catalanista. La autodeterminación como concepto político tenia cabida en el ideario de la época del PSC, ahora no lo parece tanto. Ha sido en los últimos tiempos, con el pivotar de la sociedad catalana hacia la voluntad de la autodeterminación, que la visión federalista ha empezado a resurgir, pero esta vez la autodeterminación no aparece como concepto político en el ideario del PSC. Seguramente ésta sea una de las causas de su marginación en todo el proceso político actual.
A lo largo de la historia, socialismo y federalismo se han manifestado en varias zonas geográficas del mundo. Buscando un ejemplo que permita mostrar que el federalismo, de óptica socialista, no sea una opción valida, e intentando ejemplificar esta afirmación, nos proponemos analizar un ejemplo: Yugoslavia, sí, Yugoslavia.
Los que se acuerden de retransmisiones de partidos de fútbol o baloncesto de los 70 y 80, se acordarán que cuando participaba la selección yugoslava, sus jugadores llevaban 4 extrañas letras en sus camisetas: SFRJ, que se referían a Socialist Federal Republic of Jugoslavija.
Yugoslavia era un Estado con unas características geográficas muy parecidas a las de España. Plurinacional, plurilingüe, Yugoslavia además era plurireligiosa. También en Yugoslavia había regiones desarrolladas y regiones menos desarrolladas. El modelo federal y socialista dividió las regiones yugoslavas en miniestados, confederados bajo el nombre de Yugoslavia. Duró 45 años, en los que el federalismo y el socialismo demostraron ser no injustos, sino más bien utópicos, viendo cómo acabó todo.
Dirán que las comparaciones no son posibles, pero crean que España y Yugoslavia, o lo que es lo mismo, la península Ibérica y los Balcanes, tienen muchas cosas en común, la historia sociológica así lo demuestra.
La propuesta federalista en el debate nacional catalán no sólo llega demasiado tarde. Acabamos de ver también como la aplicación del federalismo, de matriz socialista, en una zona geográfica con las mismas características de España, plurilingüe y plurinacional no sea una opción válida a corto, medio ni largo plazo.
En Yugoslavia cada república en las que se dividía tenía reconocido el derecho a la autodeterminación en sus estatutos, quizás por eso el federalismo tenia fuerza, pero cuando estas repúblicas empezaron a disponer de su derecho de autodeterminación, el federalismo se trasformó, casi sin querer, en centralismo jacobino, y todo acabó, mal no, fatal. Aviso para navegantes. La ambigüedad no es una actitud pertinente para los tiempos que corren. Elegir entre federalismo y federalismo con derecho a decidir ya, este es el dilema para salir de la ambigüedad presente en el discurso del PSC y para volver al centro de la política catalana.
Jaume Casañas (Diari de Tarragona)
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