divendres, 4 de novembre del 2016

NOU GOVERN, RES DE NOU

Entre tots els titulars periodístics que podia triar avui, he preferit el del Punt Avui: Nou govern, res de nou. El titular del Periódico també anava en la mateixa línia: Suma i segueix.
És normal que no ens agradi. Això passa, amb més o menys grau, en qualsevol govern que no sigui dels nostres colors. El que passa és que el PP, en general, crea animadversió entre els catalans. Només els seus afins i bona part de C’s opinaran diferent.
El PP ve de governar amb majoria absoluta, un status que va de meravella per a qui el té, però que és nefast per a la resta de partits. Si en fas abús (què és el que va fer el PP) té tornes intransigent i autoritari i t’arribes a creure allò que no hauries d’haver-te cregut mai: què ets el millor entre els millors.
Però la realitat sol ser molt diferent (al menys per a tots aquells que d’alguna manera som oposició) L’anterior govern de Rajoy va tenir moltes mancances i algunes d’elles molt grosses: manca de diàleg, desconsideració cap a Catalunya, prepotència... I si alguna cosa li faltava la va aportar Jorge Fernández Díaz conspirant contra destacats polítics catalans. Si ho analitzes fredament tot plegat fa pena.
Sobre el nou govern, ara per ara se’m fa molt difícil opinar. No tinc la suficient informació per a poder analitzar-lo. El què si que puc dir d’entrada és que me vaig equivocar de totes, totes. Deia abans d’ahir que me tirava a la piscina i dels 4 noms que vaig pronosticar no en va sortir cap. Encerts 0%. En lloc d’endeví, millor dedicar-me a d’altres coses.
La quota catalana, com he llegit a diversos mitjans (hi ha una coincidència molt generalitzada) és Dolors Montserrat. No la mare, sinó la filla. Quan vaig llegir el seu nom, ràpidament li vaig posar cara i me va venir la de Dolors Montserrat i Culleré. Però no... Es tractava de Dolors Montserrat i Montserrat, filla d’aquella. Cap més... Ni Jorge Moragues, ni Andrea Levy, ni Alicia Sánchez-Camacho, ni Xavier Garcia Albiol, àlies el Godallenc... Cal dir però que el pes específic dels populars a Catalunya, com sé sap, és relativament baix i sense perspectives de millora, per tant, tampoc calia esperar que Rajoy en nomenés més.
Ràpidament a Internet va sortir que la nova ministra tenia un deute amb la hisenda pública espanyola de 2 milions d’euros. He mirat la pàgina de los Genoveses (què és on surten totes les xafarderies referides als peperos) i ja havia dedicat un apartat especial als nous ministres explicant qui era qui de cadascú d’ells, però casualment l’apartat que feia referència a la nova ministra catalana encara està en construcció. De totes maneres us la enllaço per si voleu donar-li un cop d’ull. Aquesta mena de rumors s’han de prendre amb tota la cautela del món, ja que no tot el que es diu per Internet és veritat.

Un exemple que he viscut durant els darrers dies. El passat dia 2, de forma espontània, me’n vaig adonar que tenia un gran nombre de visites a una entrada que vaig fer a la Via Augusta quan aquell mateix dia feia exactament 3 anys des de que ho vaig publicar. El títol de l’entrada és: Montoro y familia se quedan mil pisos de Bankia a precio de ganga i, segons s’explica, la notícia la va donar Diagonalperiodico.net. En un parell de dies he tingut més de 9.000 visites. El mateix dia vaig rebre un missatge d’aquells de passa-ho amb la mateixa informació.
Després de consultar diverses pàgines que també l’havien publicat, vaig veure que al cap d’uns dies de publicar-ho, Diagonal ho havia desmentit...
D’on va sortir la notícia? Realment no era veraç? Què cadascú pensi el que vulgui, però està clar que les notícies s’han de contrastar, ja que corre molt informació falsa. No obstant, tenim menys pecat els que no ens dediquem professionalment a opinar i informar que els que són periodistes de professió i que també, de tant en tant, fiquen la pota fins al coll.  

LA BADIA DELS ALFACS DES DE LA FALDA DEL MONTSIÀ 1











VIATGE AL PAÍS DELS CÀTARS. ALBI 15











Si los abuelos socialistas levantaran la cabeza

El PSOE ha perdido la dignidad y más pastel del previsto. Si mis abuelos (cuya memoria ultraja Antonio Hernando) levantaran hoy la cabeza, se se sentirían engañados por la cúpula de la traición

Ruth Toledano


Mi abuelo era socialista. Del PSOE. Después de la guerra pasó cuatro años en el penal del Puerto de Santa María, en Cádiz. Mi abuelo era asturiano y desde aquella prisión que lo dejó enfermo para siempre se casó por poderes con mi abuela, también socialista. Del PSOE. Cuando murió el dictador y volvieron las urnas, mis abuelos votaron siempre, hasta su propia muerte, socialista. Al PSOE. Referirse a ellos, a mis abuelos, a los de tanta gente, como ha hecho Antonio Hernando, para justificar la traición del PSOE aprovechando las palabras como puños de Rufián, es una doble traición: “Por la memoria de miles de socialistas no vamos a tolerar los insultos de @gabrielrufian y de @ehbildu aplaudidos por @ahorapodemos”, ha manipulado Hernando en un tuit.
Doble traición del PSOE, pues no traiciona solo a sus votantes actuales, sino también a la historia. Una traición a años de militancia por una sociedad más justa; a años de la lucha más dura, la de una guerra civil; a años incluso de penal, un precio muy alto. Una traición que viene de atrás pero cuya escenificación final ha sido permitir que gobierne de nuevo Rajoy: el heredero del franquismo, el de la mayor corrupción que este país ha soportado desde la muerte del dictador, el de los recortes salvajes y las políticas antisociales. Y lo que queda. Y lo saben los diputados presuntamente socialistas que han hecho la pantomima de votar primero no a Rajoy para después abstenerse y permitir que fuera investido. Saben que vendrán más recortes, y nos asfixiarán; saben que un partido que varios jueces han calificado de “banda criminal organizada”, habiendo conseguido mantener al jefe, sacará pecho frente a sus causas judiciales, y se burlará, como hasta ahora, de los españoles; saben que el “proyecto político” al que apela Rajoy es una falacia.
Mis abuelos fueron durante la dictadura personas sometidas al silencio de la supervivencia. Una guerra, un penal y un militar golpista en el poder solo les dejaron la opción de sacar adelante a sus hijos, de querer a sus nietas, de asumir la responsabilidad de formar a sus alumnos en unos valores que les dejaran huella sin llamar la atención. Cuando volvió a ser posible, depositaron en la urna, con tanta emoción acumulada, su papeleta del PSOE. Luego tuvieron que asistir a asuntos tan descorazonadores como los GAL, el terrorismo de Estado de Felipe González. Imagino su perplejidad y supongo que encontrarían -qué iban a hacer a esas alturas, cardiacas, de su vida- alguna justificación: que a su presidente no le quedó más remedio, ETA mataba sin piedad. Digo yo. Porque cayó entonces un velo de silencio semejante al que tapaba todo mientras Franco vivió.
Tras esta triste y vergonzante investidura, más que nunca parece claro que Felipe González y Cebrián aprovecharon la más o menos torpe protesta estudiantil en la universidad para montar el numerito de la violencia. Podrían haberse quedado, haber dado la cara, haberse hecho oír en la sala prevista a la que ni llegaron, haber respondido a las preguntas más comprometedoras. Ni se les vio. Vimos, eso sí, montones de imágenes de presuntos exaltados con sudadera de capucha y caretas blancas de papel. Se reprochó mucho a esos estudiantes que no dieran la cara, pero quienes realmente no la dieron fueron González y Cebrián. Pudiera interpretarse como un acto más de la ópera bufa que el PSOE y El País llevan meses interpretando, si no años. Le vieron las orejas al lobo político de Podemos (Unidos Podemos después), temieron por sus intereses -de partido, de empresa, personales- y han hecho lo posible y lo imposible por fagocitarlo: el enemigo no ha sido la derecha, no ha sido Rajoy, no ha sido un PP chorreando toda clase de porquería, sino una nueva formación que podía restarles muchos votos. Los esfuerzos que ambos han realizado para manchar la imagen de Unidos Podemos no han escatimado medios: sobre todo, El País. Han ido dando verdadera vergüenza ajena (y hasta propia, a quienes fuimos de allí) los titulares manipuladores y los editoriales sectarios (palabra que, por cierto, usan mucho ellos contra sus adversarios políticos -que, recordemos, no son los del Ibex ni los del PP-). Y el resultado ya está aquí: Rajoy es presidente en una suerte de Gran Coalición como la que proponía González, pero en su peor modalidad, la de la falsa oposición (tendremos ocasión de ver cuán falsa es), gratis y con amenazas del investido, que no solo no les ha dado ni las gracias sino que ha sacado su más chulesca prepotencia.
Los militantes socialistas no perdonarán al PSOE su traición, el incumplimiento de la tarea política que les encomendó su voto. Una vez más, han impedido que hablaran las bases porque el objetivo, estaba claro, no era que Rajoy no volviera a ser presidente sino que Unidos Podemos no les quitara parte del pastel. Miseria política. En ese camino, el PSOE ha perdido la dignidad y más pastel del previsto. Si mis abuelos (cuya memoria ultraja Antonio Hernando) levantaran hoy la cabeza, no se verían representados por los dirigentes socialistas, se sentirían engañados por la cúpula de la traición. Pero quizá tuvieran, qué tristeza, su parte de responsabilidad: habituada al silencio franquista, la militancia socialista calló también cuando las manos de su líder, el ex presidente González, se mancharon de cal. No puedes tolerar de los tuyos lo que consideras intolerable en quienes no lo son, por principios y porque el precio, aún décadas después, acabará siendo alto. No hay más que ver a González y al actual PSOE: de aquellos polvos, estos lodos. Rufián solo lo ha verbalizado.