divendres, 25 d’octubre del 2013

OSTENTACIÓ I PREPOTÈNCIA


No fa gaires dies que li vaig dir a una advocada que conec: l’altre dia et vaig veure amb un Mercedes semblant al meu... Ella conduïa un Peugeot Partner i jo tinc un Citroën Berlingo. A la pràctica és com si fossin cosins germans.
Conduir vehicles de gama alta tipus Mercedes, BMW o Audi, de vegades són una mostra d’ostentació més que de poder econòmic.
Quan es parla dels anys de la bombolla immobiliària, sempre es fa referència al sou que guanyaven el joves sense ofici ni benefici que treballaven de manobres. En aquella època molts d’ells es van poder comprar a terminis cotxes d’aquelles marques ni que fossin de segona ma. Recordo el cas d’un estranger a qui vaig atendre per a fer-li un certificat d’usuari que, en preguntar-li el correu electrònic, el que em va donar contenia les sigles BMW juntament amb el seu nom. Li vaig preguntar si BMW era el cotxe que tenia o que li agradaria tindre i em va respondre que, efectivament, en tenia un. Crec recordar que el jove estava a l’atur...
L’advocada, que va ser regidora a un ajuntament de les nostres comarques per un partit d’esquerres, em va explicar una anècdota.
Un dia, en arribar amb el seu cotxe prop dels Jutjats de Tortosa per assistir con a lletrada a un ofici, la va veure l’advocat de la part contraria que s’estava esperant juntament amb el seu client (el d’ella) i no va poder estar-se de dir:
-Fixa’t el cotxe que porta... Hi ha que veure quina advocada t’has buscat!
Segurament l’advocat de la part contraria si que tenia un cotxe de gama alta i, per tant, soltar-ne una així era una mostra total de prepotència, ja que com diu la dita: l’hàbit no fa el monjo...  
Segons ella, la sentència del jutge va acabar donant la raó al seu client i pegant-li una bona rebolcada a l’advocat de la part contrària. Imagino que ni així li van baixar els fums...


XIQÜELOS I XIQÜELES DEL DELTA. JORNADA CASTELLERA DE GAVÀ. INTENT DEL 4d6

































Madrid-Barcelona (1888)

De l'article de Mariano de Cávia (Saragossa, 1855 - Madrid, 1920) publicat a El Liberal el 10 d'octubre de 1888. Així comparava les dues capitals fa cent vint-i-cinc anys, en un diari madrileny, el més rellevant dels periodistes espanyols del seu temps.

No há muchos días publicaban los diarios parisienses -y El Liberal , lo reprodujo- un breve y rápido paralelo entre París y Londres, hecho por un procedimiento semejante al de la fotografía instantánea. Permítaseme aplicar este procedimiento á Madrid y Barcelona. […]
En Barcelona se come más que se bebe. En Madrid se bebe más que se come.
En Barcelona, el obrero va al café. En Madrid, el señorito va á la taberna.
Barcelona tiene una magnífica Universidad y una mala Plaza de Toros. Madrid, una magnífica Plaza de Toros y una mala Universidad. […]
A Madrid le carga tener un nombre tan corto, y el espíritu amplificador del pueblo ha inventado los Madriles. A Barcelona le estorba tener un nombre tan largo, y el espíritu ahorrativo del comercio ha inventado la abreviatura Barna.
En Barcelona, el Ensanche es soberbio, porque la hermosura de los alrededores convida á extenderse. En Madrid, el Ensanche es raquítico, porque la fealdad de las afueras acongoja y retrae. […]
En Barcelona se paga, pero no se dan propinas. En Madrid se dan propinas, pero no se paga. […]
En la Bolsa de Barcelona suelen empobrecerse los que se han enriquecido trabajando. En la Bolsa de Madrid suelen enriquecerse los que se han empobrecido holgando.
Barcelona tiene mejores tiendas que Madrid. Madrid mejores cafés que Barcelona. […]
En Barcelona, la gorra es la prenda más usual. En Madrid es el vicio más corriente. […]
Madrid pasea. Barcelona transita.
Madrid trasnocha. Barcelona madruga.
Madrid es centrípeto. Barcelona es centrífuga.
En Barcelona hay muy buenas mozas. En Madrid hay mozas muy buenas.
¡Qué jamonas las de Madrid! ¡Qué niñas las de Barcelona!
En Barcelona hay unos famosos municipales de caballería. En Madrid, los de caballería son los concejales.
Barcelona tiene vistas á Europa. Madrid tiene vistas á África.

Albert Pla y la política de la boina

Carlos Torres

La política de la boina no es exclusiva de una región determinada o de un partido en sí. El boinismo lo practican por igual en el norte o el sur los guardianes de lo políticamente correcto y los talibanes del pensamiento único. Pongamos dos ejemplos separados por escasas 24 horas. El primero de ellos les corresponde a los ultras del boinismo en Barcelona. Aquí, los miembros de un prestigioso certamen fotográfico como el World Press Photo escogieron la foto de un torero para adornar las banderolas que anunciarán la exposición en Barcelona. Los del provincianismo en la cabeza, en este caso los del Ajuntament de Barcelona, vetaron la foto por cañí y poco estética, no vaya a ser que tal y como están los ánimos los votantes de bien se nos sulfuren. Hay que recordar que, no hace mucho en estas latitudes,  ya se evitó dar permiso de grabación a la serie Isabel de TVE para evitar interpretaciones de la historia poco acordes con “la que nos gusta”.
Los de la boina son así, personas con no usan las luces largas y que tienen el umbral de la sensibilidad muy bajo. Miren si no a los miembros del Partido Popular que han exigido que se suspenda en Gijón la actuación del artista Catalán Albert Plà. La censura de los boinistas viene esta vez motivada por unas declaraciones en las que el cantante decía que siempre le había dado asco ser español, que le gustaría ser independiente y que cree que en Gijón se debería imponer el catalán “por cojones”. Pues bien, los boinistas españolistas, a los que la libre expresión se la rempampinfla piden que el Teatro Jovellanos no acoja la obra del susodicho. Así es el ADN de esta artimaña política: la piel fina, la correa corta y el poco espíritu crítico del conmigo o contra mí, ése que irrumpe en librerías pidiendo que rueden cabezas, como si una persona no pudiera responder lo que le viniera en gana en una entrevista.
Quino lo explicaba mucho mejor que yo en una viñeta en la que Mafalda y Felipe compartían protagonismo. Estaba él calzado con un casco militar y ella ataviada con un escurridor de pasta en la cabeza. Felipe, en este caso el improvisado boinista, le preguntaba a la niña: “Mafalda, pero ese casco esta lleno de agujeros y pueden entrar las balas“,  “Ya, pero deja salir las ideas”, respondía ella.  Convendrán conmigo que el Congreso tendrá goteras pero en determinados partidos les hace falta unos buenos agujeros por los que pueda filtrarse el aire fresco. Necesitan nuestras democracias  menos boinas y más escurridores en la azotea, al fin y al cabo no se trata de adornar la cabeza, si no de usarla de vez en cuando.