dilluns, 23 de gener del 2012

SOBRE EL REIAL MADRID: VOLER JUSTIFICAR ALLÒ QUE ÉS INJUSTIFICABLE

Tinc un amic que és del Madrid. Molt del Reial Madrid... Perquè sóc d’aquells que pensen que pots tenir amics més enllà de les ideologies o dels sentiments, encara que de tant en tant hi pugues discrepar.
Realment no entenc com després de les actituds d’alguns jugadors del Madrid (no cal dir noms ja que aquests darrers dies, els mitjans de comunicació ja n’han parlat prou i jo també ho he fet), del seu entrenador i també del seu president (sí, també del seu president!) encara hi ha seguidors que no volen veure la realitat. Serà veritat aquella frase que diu que “hi ha que no veu més enllà del seu propi nas”?
Ahir un d’aquest amics justificava el joc brut del Madrid per la humiliació que els va suposar, primer el 2-6 del Bernabeu i després el 5-0 del Nou Camp. Segons ell (que recordava que havia jugat al futbol) hi ha un codi no escrit que quan “n’hi ha prou, n’hi ha prou” i no s’ha d’humiliar els rivals...
Quan aquests dies he “pegat ma” d’hemeroteca per a recordar aquella derrota per 11-1 que va patir el Barça la temporada 41/42, concretament el 13 de junt de 1942, he vist que es parlava de “gran partido” i l’expliquen com una feta històrica. Cap reconeixement que va ser un “robatori institucional” en tota regla. Per què quant tenien l’eliminatòria guanyada no van aixecar el peu i van deixar de fer gols? O per aquells temps encara no existia aquesta “regla no escrita”?
Un altre amic del Madrid, va aixecar el crit al cel quan va llegir el titular de l’esport de dijous passat: “Los putos amos del Bernabeu”. Em va dir que devíem de ser més curosos amb les paraules, ja que ho llegien molts de nens... I el comportament dels jugadors blancs, és un bon exemple per als nens?
Això sí, en honor al primer he de dir que està en contra del “clan portuguès”. Segons ell la junta directiva hauria de fer fora a Mourinho, Pepe, Carvalho, Marcelo, Cristiano Ronaldoi Coentrao.
Però no ho faran. Avui per avui encara hi ha massa integristes. Casualment llegia a la pàgina de “Punto Pelota” un comentari de Zidane (actual director del futbol de l’equip blanc) que deia que “Atacar a Mou y los jugadores es atacar al Madrid”.
No prendran cap mesura, ja ho veureu. Fer-ho seria reconèixer el fracàs de l’entitat.




Per a llegir més sobre l'11 a 1.

diumenge, 22 de gener del 2012

Los incombustibles Borbones (Por Fernando de Andrade, Escritor)


Cuatro veces los hemos echado (en 1807, 1808, 1868 y 1931), y otras tantas han vuelto. Siempre saben agarrarse al trono, no importan los escándalos que hayan motivado su expulsión. Suelen regresar de la mano de regímenes absolutistas, que los restablecen velis nolis; el último y más claro ejemplo es el actual rey por la gracia de Franco. ¿Está España condenada a borbonitis incurable?
 
El monarca sobrepasa a todos sus predecesores en frescura. Me decía hace años un veterano periodista, a propósito del 23-F: “Meridianamente clara está la participación real en el complot; Juan Carlos se retiró de él abandonando sin el menor remordimiento a sus cómplices, pero, ¿qué va a hacer la prensa en un país cuya historia está tan repleta de golpismo militar? No juguemos con las cosas de comer, finjamos que el rey está vestido y encima alabémosle por haber “salvado España. Ufff…”
 
Muchos de los problemas que ocasionan (y nos ocasionan) los Borbones derivan de la bragueta, pero también de la codicia. Ciñéndonos a la primera, no hace falta que recordemos las hazañas eróticas de Fernando VII (el de los atributos descomunales), de su hija Isabel II (la de los innumerables amantes), de su nieto (ilegítimo) Alfonso XII (cuyas amantes eran expulsadas de España manu militari), del bisnieto Alfonso XIII (que a todos los prostíbulos acudía provisto de sus sábanas negras)… El tátara-tataranieto Juan Carlos ha seguido fielmente la tradición familiar, engendrando hijos ilegítimos a diestro y siniestro, en Mallorca, en Cataluña y en donde hubiera una hembra dispuesta a rendirse a sus (por lo visto) fortísimos encantos… en el fondo, al país le hacen gracia esas aventurillas. Algunas, como Bárbara Rey (qué adecuado el nombre, ¿eh?) han sabido sacar suculentos provechos de su affaire “vendiendo” al propio rey fotos y películas comprometedoras muy expresivas.
 
Hay que decir que la pobre Sofía ha aguantado sin pestañear. Se habló de su especial amistad con su profesor de gimnasia, pero parece un simple infundio, y también (esto tiene mayores visos) de que en una ocasión, en un acceso de ira ante la poca discreción de su marido, cogió a los niños y se largó con ellos a Londres; el rey habría tenido que enviar un delegado a recomponer la situación. Siempre discreta, para no perturbar al pueblo con esas pequeñeces, pero esto no quiere decir que no tenga sus responsabilidades en el declive de la monarquía: con sus mimos ha acabado convirtiendo el príncipe Felipe, ya de sí muy cortito de mollera, en un niño malcriado, colérico y amorfo, desprovisto de toda iniciativa y convencido de que su gran aportación a la grandeza de la patria consiste en mantener hieráticamente el saludo militar y como mucho leer con voz desprovista de cualquier matiz o emoción los discursos que otros le preparan.
 
¿Será un día Felipe VI?
 
En efecto, ¿qué vamos a decir de la conducta del estólido príncipe? Se divirtió todo lo que pudo en su juventud, dejando preñada a su novia Isabel Sartorius. Cuando la madre de la chica telefoneó a la reina para decirle: “Tenemos un problema”, ésta contestó: “No, tenéis un problema”. Eso sí, buscaron un marido de conveniencia para Isabel, para que su niña Mencía no naciera sin padre putativo.
 
Todos recordamos la imagen de la pobre chica saliendo sola de la clínica con su hijita en brazos… poco después, divorcio y sanseacabó, las formas guardadas. La familia real, siempre tan recta y digna, tras esta comedia ha procurado bajo mano buscar un acomodo profesional y económico para Isabel. Mas, ¿qué sucederá cuando Mencía sea mayor de edad? Igual le da por reclamar el trono… a fin de cuentas, en la legislación actual, los hijos ilegítimos tienen los mismos derechos que los legítimos, y hacerse una prueba de ADN es muy fácil…
 
Pero dejemos a Isabel, y, para no hacernos pesados, comentemos una sola más de las novias del principito: Eva Sannum, tan criticada por estar sus padres divorciados y por haber anunciado ropa interior. Hay que ver… poco sospechaban lo que vendría después. El caso fue que, por imperativo paterno, el noviazgo se deshizo sólo porque la chica había asistido a una boda con un vestido “poco conveniente”… hay que ver qué formales son nuestros reyes, cuando Juanca no vacila en dejarse tirar vestido a la piscina por sus amiguetes para celebrar sus victorias en la vela, que tanto recuerdan las pescas atuneras del Caudillo.
 
Llegó al fin la definitiva, Letizia (así se autodenominaba Leticia, suponemos que habrá cambiado su nombre en el Registro Civil). Por cierto, intente Ud. cambiar el suyo y ya verá, a menos que concurran graves razones… suponemos que el capricho de la chica es una de ellas.

Su historia ha sido estudiada y bien estudiada. ¿Los padres de Eva eran divorciados? No quieres caldo, tres tazas; ella misma era divorciada del escritor Alonso Guerrero. Se habla de innúmeras aventuras previas suyas. Ciertas o no, ahí está la foto (o pintura) que le tomó el cubano Waldo Saavedra en su larga estancia en México (fue portada del disco de Maná Sueños Líquidos). Si era o no su amante, si lo fueron Carlos Francino, David Tejera y otros más, es opinable. A fin de cuentas, todos los príncipes y reyes borbónicos lo han vivido. Pero no cabe duda de su mando sobre el príncipe, ya manifestado en el día en que fue presentada a la prensa (“¡Déjame hablar a mí!”).

 
Después tuvo ocasión de demostrar su inexperiencia paseándose en una recepción oficial mexicana mientras sonaba el himno del país… pero todo esto no es grave. Sí lo fue cuando en el atentado terrorista del 11-M que costó a España doscientos muertos, le faltó tiempo tras los actos oficiales para marchar al Caribe a participar en un crucero con gente guapa de allí.
 
Peor había sido todavía la actitud del dominadito príncipe para conseguir casarse con ella. Sin duda despechado por el episodio de la Sannum, con Leticia decidió pegar un puñetazo sobre la mesa, no acudiendo al desfile del Ejército, a lo que estaba patriótica y protocolariamente obligado. Pero los papás de Felipe, tan exigentes con Eva, tragaron bilis esta vez ante la amenaza de abdicar del chico, como un Eduardo VIII cualquiera. La reina, sembradora de vientos, recogió tempestades, y poniendo al mal tiempo buena cara, se obstinó en mostrar con su futura nuera una complicidad tan excesiva como innecesaria. Así, pues, boda y sanseacabó.
 
Las otras dos hijas de los reyes… ¡ay!, parece que el ejemplo paterno les tira. La mayor, Elena, se pirraba por los buenos mozos, a poder ser caballistas (claro está que también gustó de ellos), y hubo que hacer todo tipo de trapicheos para hallar un candidato, que hizo a la chica tan poca gracia como a Isabel II le hiciera en su día su invertido cónyuge, Francisco de Asís (“Paquita”). Hay que añadir su demasiado impulsivo carácter y, sobre todo, su dudosa salud mental, puesta de manifiesto en innumerables incidentes y, sobre todo, en la mismísima redacción de la Constitución española, en la que se dio preferencia para el trono a los varones en previsión de la eventualidad de que ella pudiera ser un día reina de España (el tema trae cola últimamente).
 
Había que encontrar un personaje dócil. Tras numerosas gestiones, se consiguió traer al poco agraciado Jaime de Marichalar de París, donde se dedicaba a trabajos equivalentes a telefonista o sacafotocopias para su empresa, pero al menos procedía de una familia de alcurnia, venida a menos pero apta para alternar con la realeza. Se le dio un título y una sinecura (los dignos reyes no paraban de moverse), pero el chaval se aficionó demasiado a la droga, y un achuchón lo dejó para el arrastre. Menos mal que una herencia imprevista le libró de la familia real, se divorció y adiós muy buenas. Con todo, dicen las malas lenguas que no dejó de sacar tajada de su separación… y parecía tonto el chico.
 
Todo esto es llamativo, pero, repetimos, la corte española se ha distinguido siempre por su amor a la opereta. Reyes y reinas divorciados, adulterios, meteduras de pata, alcaldadas, abundan tanto en nuestra historia que forzosamente deben ser considerados como gajes del oficio monárquico. Pero el caso de Cristina y su maridito es especial.
 
Entró en acción esta segunda hija de los reyes, la que parecía más discreta. Al menos procuraba mantenerse en segundo plano, viviendo en Barcelona en una sinecura proporcionada por La Caixa (alguien me aseguró que para ello hubo que despedir previamente a la chica que ocupaba el cargo, pero no me consta). En todo caso, más disimulado, también ella tenía el latiguillo borbónico de la incontinencia.

En el club de balonmano de la ciudad condal jugaba un buen chico, aunque no precisamente un Einstein: Iñaki Urdangarín, quien vivía con su novia (de iniciales C. C., de Puigcerdà) desde hacía años. Los dos proyectaban casarse y para ello montaban una peluquería (pagada al parecer por la familia de la chica), para que Iñaki, un tanto cabeza loca y cargado de deudas, sentara cabeza de una vez. Pero se cruzó en su camino Cristina, quien fue rápidamente presa de furor uterino.

 
No dejó de hacerse la encontradiza (en el Puerto Olímpico muchos la recuerdan con unas copas de más y persiguiéndole descaradamente). Iñaki no vaciló ante el acoso y tomó el dulce. En poco tiempo rompió con C. C., y la familia real, ésa tan digna, pagó sus deudas para hacer posible el enlace (anécdota: rechazaron escandalizados la proposición de alguien que quería diseñarle un escudo donde figuraba una pelota). Al chico le nombraron duque, le adjudicaron (como antes con Marichalar) algunos sillones en consejos de administración…
 
Aquí diríamos “colorín colorado”. Pero resulta que no. Los pobres jóvenes (sin darse cuenta, faltaría más) se metieron en negocios poco claros, de los que resultaban transferencias a sus cuentas corrientes de algunos millones de euros. Los desfalcos fueron rápidamente conocidos, y la familia real trató de ocultarlos, aunque, como siempre, guardando en lo posible las formas. De momento los consortes abandonaron su cómoda casa de Barcelona, pagada con el dinero que es de suponer, y se trasladaron a Washington, más lejos de Madrid que la ciudad condal, esperando que la tormenta amainara.
 
Pero, ¿quién lucha hoy contra Internet? Cuando el rey fue operado en Barcelona, Urdangarín realizó un viaje relámpago desde Washington para visitar a su suegro, pero éste, aunque le recibió, no quiso fotografiarse con él.
 
Iñaki y Cristina.
 
El escándalo ha crecido, y hoy es ya un tsunami que amenaza con engullir la misma institución monárquica. Los reyes tratan de soltar lastre apartando a Urdangarín de los actos de la familia real, olvidando que su esposa figura en las mismas sociedades que él. ¡Siempre el decoro real! Urdangarín (mejor dicho su abogado) dice que está “profundamente dolido y ofendido” mientras capea el temporal. Cristina permanece muda. Los príncipes jamás se exhiben juntos en público en Washington, y los ambientes realistas (especialmente en los programas basura de TV) han iniciado una furibunda campaña resumida en “Pobre chico, no sabía lo que hacía, pero es bueno en el fondo, y desde luego su esposa nada tiene que ver”.

¿Qué resultará de todo esto? Pues nada. El pueblo español soportó en su día los escándalos de Isabel II, la inconsciencia de Alfonso XII, la estúpida arrogancia de Alfonso XIII y la superficialidad (usamos el adjetivo más suave posible) de Juan Carlos I. Un significativo apunte: Diego Torres, el socio de Urdangarín, ha sido imputado, el exbalonmanista no. Pasará el tiempo, el tema se irá olvidando y cuando llegue el juicio (si llega) estará disuelto como un azucarillo (recuérdense los trajes de Camps, los donativos de Pepiño, etc.).

 
A lo sumo el matrimonio se separará “cumpliendo cada uno con su deber”, y al final va a resultar que ambos son unos patriotas. Como mucho Urdangarín será apartado (aunque sin devolver el dinero), y Cristina se hará la mártir. “Pobrecilla (dirán las revistas del corazón), ha tenido que separarse dolorosamente de su marido, tan mal aconsejado”. Y aquí paz y después gloria.
 
¿Alguien cree que tras todo esto la República está más cerca? No mientras siga reinando el pasotismo entre el pueblo. Muchos tienen interés en la pervivencia de Franco.

ELS DOS INFERNS DE MOURINHO



A ningú sé li escapa que el partir de dimecres al camp del Madrid, tot i ser molt paregut a la resta dels Barça-Madrid que s’han jugat en els darrers temps, ha estat, per la seva duresa extrema, la gota que ha fet besar el got de la paciència a can Barça.
El Madrid, davant la impotència que pateixen de no poder guanyar als seu màxim rival, acaben emprant tot tipus d’estratègies fora del reglament per mirar de frenar el joc del Barça que sempre s’acaba imposant.
Potser Pepe ha estat el boc de les garrotades (també és el que més violència usa i dimecres qui més teatre va fer), però hi ha molts d’altres jugadors blancs que n’usen tanta com ell. Un dels exemples més il·lustratius es el de Callejón (exjugador de l’Espanyol sortit de la cantera del propi Madrid) que només sortir i abans de tocar la primera pilota ja va fer una falta que li va significar una targeta groga. Però al mateix sac hi tenen cabuda Carvalho, Alonso, Ramos, Marecelo quan juga, etc.
Ahir el club va fer sortir a Pepe a demanar disculpes per una acció que va donar la volta al món: la xafada que li va donar a la ma de Messi quan aquest estava segut al terra. Per a dir el que va dir, millor no haver dit res. Les imatges emeses pel canal del propi club, van mostrar a Pepe a un passadís o sala i tot semblava fet a corre cuita. En cap moment va reconèixer el jugador portuguès d’origen brasiler que la trepitjada va ser voluntària. Segons ell va ser fortuïta i no tenia intenció, quan tothom va veure que mirava al terra i que feia una passa més curta perquè tenia tota la voluntat de fer el que va acabar fent.
Ahir ja vaig escoltar que, molt probablement, Pepe no acudirà al Nou Camp. Però Mourinho sí i aquest serà el seu primer infern. Si normalment el públic de l’estadi blaugrana ja rep al Madrid de forma poc amigable i particularment des de que Mourinho s’ha seu a la seva banqueta, dimecres, en el partit de tornada, la rebuda adversa pot ser memorable. L’entrenador portuguès haurà d’escoltar el ja famós càntic: “Ese portugués un...”. Per què Pepe i companyia poden ser el braços executors, però l’entrenador té la major part de la culpa de l’actitud dels jugadors, per més que ho disfressi, dissimuli o justifiqui. És igual, la ràbia i frustració de Mouriho condiciona el seu comportament. Una bona part ja deu d’anar implícit al seu caràcter, però la impotència de no poder guanyar el Barça encara el fa tornar més agre.
Però l’infern que patirà dimecres no serà el darrer. Dintre d’uns mesos, en lliga haurà de tornar. Ara per ara el Madrid li porta 5 punts al Barça, però quan torni no es pot assegurar els punts d’avantatge o desavantatge que portin i pot ser determinant per a decidit el campió de la lliga 2011/2012.
“Au revoire” Maurinho,” au revoire” Reial Madrid...

dissabte, 21 de gener del 2012

LA PREGUNTA DEL DIA 21-01-2012


(Aquesta es meva)


Qui és més culpable, qui incita a la violència o qui l'executa?

O dit d'una manera diferent.

Quí és més culpable, Mourinho o Pepe?

La resposta és MOURINHO. Si ell no li manés a Pepe i companyia que usessin el joc brut i els hi recriminés en cas de fer-ho, els jugadors no ho farien o acabarien per no fer-ho. Ara, com saben que compten amb l'aprovació del "mister", a manca de saber jugar a futbol, fan el que saben fer, donar puntades de peu, colzades, xafades, etc.