¿Por qué Artur Mas ocultó el cuadro del Rey en la sala Sant Jordi del
Palau de la Generalitat, donde tomó posesión de su renovado cargo? ¿O es
que el retorno de la Generalitat -prohibida drásticamente durante la
dictadura franquista- no es consecuencia de la Constitución española de
1978? Uno de sus ‘padres’ fue Miquel Roca Junyent, entonces número 2 de
Convergència, brillante parlamentario y un nacionalista pragmático, nada
radical o excluyente.
Eso, años después, supuso su caída en desgracia. A Roca se lo cargó Jordi Pujol hasta conseguir que abandonara la política activa. Le acusaron los jóvenes talibanes de CDC de no ser nacionalista sin fisura alguna. Cuando la Constitución fue votada en referéndum, el mayor número de votantes favorables a la Carta Magna se dio en Cataluña. Esa Constitución, firmada por Juan Carlos I, ha sido la garantía de la democracia española y, asimismo, de la catalana.
Colisiones de barcos, choques de trenes
Mas, mientras tanto, va amenazando al personal con colisiones de barcos, nueva metáfora, similar a la de los choques de trenes. Dice el líder mesiánico –políticamente un neoliberal tirando a pijo- que debe evitarse tamaño accidente, pero él ya no es más que un títere en manos de ERC. Aunque quisiera echar para atrás, lo tendría muy difícil. La llave de la gobernabilidad está en el bolsillo de Oriol Junquera, que es quien mandará y por encima de Mas, el gran perdedor en las urnas del 25 de noviembre de 2012.
Pescador en río revuelto
Tales elecciones se hicieron dos años después de la primera legislatura, lo que indica la falta casi absoluta de estabilidad del Gobierno de CiU. El desastre como gestor de Mas es un dato objetivo. Pensó que disfrazarse de independentista le llevaría al paraíso. Se equivocó de arriba a bajo. Le importa muy poco que todo esto transcurra en medio del diluvio que invade a Cataluña y a España, a través de la crisis. Le gusta, al parecer, comportarse como un pescador en río revuelto.
Imagen de héroe catalán
Exige el líder soberanista que no le pongan “verjas a la expresión o voluntad” del pueblo catalán. Tal vez pensaba al decirlo que se refería no a verjas, sino a rejas. Sabe que proyectarse como un mártir por la causa independista le serviría para redondear su imagen de héroe catalán. No busca tanto la salvación de Cataluña, como la suya. Su independencia es ahora mismo enormemente frágil. El independentista Mas no depende de su partido, sino de Esquerra Republicana de Catalunya. Pronto va a saber dónde se ha metido. De estelada en estelada hasta la derrota final.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
Eso, años después, supuso su caída en desgracia. A Roca se lo cargó Jordi Pujol hasta conseguir que abandonara la política activa. Le acusaron los jóvenes talibanes de CDC de no ser nacionalista sin fisura alguna. Cuando la Constitución fue votada en referéndum, el mayor número de votantes favorables a la Carta Magna se dio en Cataluña. Esa Constitución, firmada por Juan Carlos I, ha sido la garantía de la democracia española y, asimismo, de la catalana.
Colisiones de barcos, choques de trenes
Mas, mientras tanto, va amenazando al personal con colisiones de barcos, nueva metáfora, similar a la de los choques de trenes. Dice el líder mesiánico –políticamente un neoliberal tirando a pijo- que debe evitarse tamaño accidente, pero él ya no es más que un títere en manos de ERC. Aunque quisiera echar para atrás, lo tendría muy difícil. La llave de la gobernabilidad está en el bolsillo de Oriol Junquera, que es quien mandará y por encima de Mas, el gran perdedor en las urnas del 25 de noviembre de 2012.
Pescador en río revuelto
Tales elecciones se hicieron dos años después de la primera legislatura, lo que indica la falta casi absoluta de estabilidad del Gobierno de CiU. El desastre como gestor de Mas es un dato objetivo. Pensó que disfrazarse de independentista le llevaría al paraíso. Se equivocó de arriba a bajo. Le importa muy poco que todo esto transcurra en medio del diluvio que invade a Cataluña y a España, a través de la crisis. Le gusta, al parecer, comportarse como un pescador en río revuelto.
Imagen de héroe catalán
Exige el líder soberanista que no le pongan “verjas a la expresión o voluntad” del pueblo catalán. Tal vez pensaba al decirlo que se refería no a verjas, sino a rejas. Sabe que proyectarse como un mártir por la causa independista le serviría para redondear su imagen de héroe catalán. No busca tanto la salvación de Cataluña, como la suya. Su independencia es ahora mismo enormemente frágil. El independentista Mas no depende de su partido, sino de Esquerra Republicana de Catalunya. Pronto va a saber dónde se ha metido. De estelada en estelada hasta la derrota final.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM