dilluns, 9 de setembre del 2013

Yo deserto

Aníbal Malvar

Lo fácil es la guerra y lo difícil es la paz. Es lo único que tiene que saber el ser humano. Pero son demasiadas palabras para que las entendamos a la primera, y de ahí nuestros sangrientos milenios de guerrera historia. Ser somos, pero para humanos nos faltan unas cuantas dosis de honesta animalidad.
Nació de una tormenta en el sol de una noche del penúltimo mes
fue de planeta en planeta
buscando agua potable
Quizá buscando la vida o buscando la muerte, eso nunca se sabe.

El Parlamento británico acaba de votar contra la intervención militar en Siria. Cuando en Occidente se habla de intervención militar, nos solemos referir a la costumbre de bombadear niños de piel oscura para que se acojonen los malos de piel oscura, si los hubiere. Pero el descojone, más allá de esa banalidad llamada niños muertos, es que el ministro de Defensa británico se haya atrevido a decir que la decisión de tan ilustre parlamento atenta contra el sentido común. Que no ir a la guerra atenta contra el sentido común: “El sentido común nos dice que el régimen de (el presidente sirio, Bashar) Al Assad estará menos incómodo esta noche. Imagino que el régimen sirio aplaudirá la decisión esta misma noche”.
O sea. Los representantes el pueblo votan en contra de bombardear niños oscuros, y el ministro de Defensa le dice al pueblo y a sus representantes que eso va contra el sentido común. Si es que está más que demostrado que el sentido común lo gozan los ministros de Defensa, y jamás el pueblo llano. Lo que hay que hacer es bombardear Siria, pues se han usado armas químicas. Y no hay nada mejor contra las armas químicas que matar a la gente con otro tipo de armas menos químicas, para demostrarle al mundo que hay maneras muy legales de matar.
Supo la historia de un golpe
sintió en su cabeza
cristales molidos
y comprendió que la guerra
era la paz del futuro.
Lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida.
Lo que también me hace cierta gracia es cómo el Parlamento británico vota si bombardear o no a Siria. Yo nunca he visto a Siria votar a favor o en contra de bombardear el Parlamento británico, pero quizá es que no estoy muy puesto en política internacional.
Y también he de decir, no sin sonrojo, que no conozco a nadie a quien le apetezca bombardear Siria, Gibraltar o cualquier otra geografía ingrata. Una reciente encuesta acaba de decirnos que los americanos de a pie no están por bombadear Siria. Con mayoría aplastante. Los americanos de a pie, antes de bombardearla, lo que quieren es que les expliquen primero dónde está Siria en el mapa. Y no es que quede muy a mano.
Nos tomamos estas guerras internacionales como una cosa consuetudinaria, como el té de las cinco, con parlamentos votando no o votando sí a bombardear. La democracia se ha convertido en el derecho a elegir cuándo tirar unas bombas. Y nos dejamos convencer de que hay que tirar las bombas. Yo, en mi cortedad, no conozco a nadie que quiera bombardear Siria. Que haya votado por bombardear Siria. Ni conozco a nadie que odie a un sirio. Pero los vamos a bombardear. Niños terribles van a morir más oscuros de lo que nacieron. Los señores de la paz son tan idénticos a los señores de la guerra que somos los mismos. Los que votamos. Los que no votamos. Yo nací sin saber matar. Pero me han ido enseñando. Si mañana se bombardea Siria, uno de los asesinos seré yo.
Yo deserto.
Boris Vian.

Le déserteurhttp://www.youtube.com/watch?v=okkrndSDXLU

diumenge, 8 de setembre del 2013

El Milagro de la “Via Catalana”

Jaume-Grau

A mediados del pasado mes de agosto, mientras tomaba una caña en la terraza del bar Felip en Selva de Mar, -un pequeño pueblo de l’Alt Empordà-, observé una curiosa escena. Un hombre que sobrepasaba los sesenta, recio y rústico, pero de apariencia acomodada, se encontraba con un joven de unos 30 años, con rastras en el pelo  y un tatuaje que le cubría la totalidad del jarrete de su pierna izquierda. El contraste entre los dos personajes era muy chocante. Se trataba de su primer encuentro, se presentaron y se sentaron en una mesa muy cercana a la que yo ocupaba. Dos personas absolutamente dispares en cuanto a extracción y cultura, hablando animada y cordialmente de algo que parecía que les era común:  de suministro de agua, de carreteras y accesos, de transporte y de menús a buen precio. Durante este verano he podido observar versiones de esta misma escena en distintas partes de Catalunya: grupos de jubilados departiendo con veinteañeras, tenderos estudiando planos con estudiantes, campesinos consultando hojas de excel con transportistas… Estos encuentros entre colectivos heterogéneos tiene una explicación bien sencilla, los preparativos para  la Via Catalana,  el acto que l’ANC (Assemblea Nacional Catalana) organiza  el próximo día 11 de septiembre. L’ANC pretende realizar una cadena humana de casi cuatrocientos kilómetros, desde el Perthus hasta Alcanar, 722 tramos numerados de quinientos metros cada uno, coordinados por 30000 voluntarios.
La Via Catalana para la independencia se inspira en la Vía Báltica.  El 23 de agosto de 1989, cerca de dos millones de personas se unieron para formar una cadena humana de más de seiscientos  kilómetros de longitud, cruzando Estonia, Letonia y Lituania. La fecha de la movilización coincidió con el cincuenta aniversario de la firma del pacto Molotov-Ribbrentop, que facilitó posteriormente la anexión ilegal de las tres repúblicas bálticas por parte de la Unión Soviética. Pese a los impedimentos de todo tipo de las autoridades soviéticas, el acto de reivindicación fue un éxito y dos años más tarde, en el 1991, las repúblicas bálticas recuperaban su soberanía. Hoy, delante de la catedral de Vilnius, el lugar simbólico donde empezó la cadena, hay una placa conmemorativa en el suelo con una sencilla y gráfica expresión: Stebuklas,  milagro.
La Via Catalana, que intenta emular a la báltica, ya es un éxito, y no por el hecho de conseguir su propósito de enlazar los dos extremos del Principado, ni por la repercusión mediática que pueda llegar a tener. El éxito de la convocatoria reside, a mi modo de ver, en conseguir que una parte muy importante de la población catalana se ilusione por un objetivo social,  en un tiempo en el que la política ha alcanzado cotas altísimas de descrédito y en el contexto de una fuerte crisis económica y de valores. La convocatoria de la Via Catalana  es un acto lúdico, festivo, pacífico, transversal socialmente, alegre,  que refleja una cierta dosis de candidez y de ingenuidad, tal vez algo naïf en sus formas, pero radicalmente democrático. La Via Catalana para la independencia, como la báltica, constituye un pequeño milagro, un milagro que no pienso perderme, en el tramo número 32, en el Delta del Ebro.

Y también dos discos duros

David Torres

No es que yo sea un experto en informática, más bien viceversa, pero después de ver los asientos contables de los cuadernos barcenianos, esas columnas pintadas con regla y cartabón, esa farragosa matemática de ultramarinos y esas anotaciones de la cuenta la vieja, no creo que nadie esperase encontrar precisamente una planilla de Excel. Incluso resulta sorprendente que Bárcenas llevara la contabilidad B en un ordenador, cuando estaba claro que, al igual que yo, era un hombre de libretas y bolígrafos, no de portátiles. Bárcenas era un contable de la era Gutenberg, un romántico de los que siempre lleva unos papeles a mano para atrapar la metáfora, el verso suelto, el empresario bienhechor. Si uno se fija bien, hasta se ve que el ex tesorero tiene la oreja perfectamente adaptada para sujetar un lápiz.
De cualquier modo, hay que agradecer el esfuerzo del PP por entregar un Toshiba y un Mac, uno destripado y otro metamorfoseado, cuando para el caso bien podían haberle dado al juez Ruz un telesketch. Floriano, un hombre que cada vez se parece más a su nombre, ha dictado una rueda de prensa que, como todas las suyas, más bien era una prensa de rueda. Hasta ha explicado algunas de las especificaciones técnicas del Toshiba, el cual no tenía ni puerto USB ni TDT ni UHF ni programa de centrifugado.
Han borrado los datos de los ordenadores de Bárcenas aunque, según ellos, les interesa sobremanera descubrir cuáles eran los enredos de Bárcenas. Lo más extraño de todo es que todavía nadie haya borrado al propio Bárcenas. El caso recuerda peligrosamente al de aquel sospechoso de asesinato que lavó y fregó a fondo del lugar del crimen para que la policía lo encontrara todo bien limpio, reluciente, como nuevo. ¿Que por qué he limpiado el suelo y las paredes? Está claro, para que no se pringara usted el traje de huellas, señor juez. El juez, por otra parte, ha estado un poco lento de reflejos, teniendo en cuenta que los ordenadores llevaban criando moho desde abril. Ahora se entienden ciertas particularidades del vocabulario jurídico, por ejemplo, lo de llamar “diligencias” a estos asuntos. La distancia de Génova a los juzgados es de una calle y media. Más que en diligencia, los podían haber transportado en parihuelas.
En fin, que una vez más, y gracias al PP, nos lo estamos pasando en grande. Hace poco un amigo extranjero me preguntaba cómo es tan flojo el nivel de las teleseries en España cuando sólo con las charlotadas del caso Bárcenas nos podíamos montar una comedia de siete temporadas para arrasar en los Emmy, en los Oscar y en los Sanfermines, si nos ponemos a ello. Y si al guionista le da por pergeñar un drama de alta política, íbamos a dejar el Watergate a la altura del subsuelo. Le expliqué que el problema principal es que, si lo hacíamos en serio, fuera de España no se lo iba a creer nadie. Y si lo hacíamos en broma, al estilo Floriano o al estilo Pujalte, fuera del PP no se iba a reír ni Dios.

dissabte, 7 de setembre del 2013

Per a qui treballen els diners?

Joan Antoni Melé, vicepresident de la Fundación Triodos i subdirector general de Triodos Bank

La meva vinculació amb els diners és ben curiosa. De quan encara no tenia quatre anys, guardo la imatge d'estar assegut al terra del balcó de casa meva. Havia agafat una carpeta en què els meus pares classificaven els pocs diners de què disposaven, a fi de poder cobrir totes les despeses mensuals, i jo anava traient-los i llençant-los pel balcó. Vaig descobrir la volatilitat dels diners a una edat ben tendra.
Un segon record són els contes que m'explicava la meva àvia Isabel, tots relacionats amb temes de pobresa i de consciència social. Acabaven amb la lliçó que, amb una mica de bona voluntat i d'interès pels altres, els problemes es poden resoldre.
Un tercer record ja és de quan tenia divuit anys. Un dia que vaig entrar en una caixa d'estalvis vaig exclamar: “L'última cosa que faria a la meva vida seria treballar en una caixa.” Doncs m'ho he hagut d'empassar, ja que he passat trenta anys de la meva vida en una caixa, i ara en fa més de set que sóc a Triodos Bank, allò que es coneix com a banca ètica.
Feia uns vint anys que treballava a la banca convencional quan una bona amiga meva alemanya, la Marlis, em va explicar que a la ciutat on ella havia nascut, a Bochum, hi havia un banc anomenat GLS que era considerat per tothom com a banca ètica. Em va dir que jo, amb els meus ideals, havia de fer una banca ètica a Catalunya, i que de segur que algun dia ho aconseguiria. Me l'escoltava, però em costava de creure que allò es pogués fer realitat.
Va ser pocs anys després, el 2000, que un dia un estimat amic que avui ja no hi és, l'Álvaro Altés, també em va dir que havia de canviar de feina i fer una tasca que estigués més d'acord amb el meu tarannà. Un dia va entrar a la meva oficina amb un prospecte a la mà tot emocionat: “Ara sí, Joan, ara sí, això no ho pots deixar passar. Se celebra a Catalunya el primer congrés mundial de banca ètica. Hi has d'anar.” Va ser la primera vegada que em vaig sentir tocat per dins per aquesta qüestió, la primera vegada que vaig començar a tenir un somni.
Així va ser com vaig contactar amb la gent de FETS (Finançament Ètic i Solidari), especialment amb l'Arcadi Oliveres, i vam començar a picar pedra per donar a conèixer la possibilitat de la banca ètica. Al cap de sis anys em va arribar la proposta d'obrir la primera oficina de banca ètica a Catalunya (i a Espanya). El meu amic Esteban Barroso, director general de Triodos Bank, em va dir: “No t'adones que això et toca fer-ho a tu?”
Aquesta pregunta no em va deixar dormir, perquè he de confessar que ja esperava una còmoda prejubilació i volia col·laborar amb la banca ètica com a voluntari. Per fi vaig veure que estava defugint el repte i que m'estava amagant davant del compromís autèntic que se m'estava demanant. I vaig decidir comprometre'm amb totes les meves forces i totes les meves capacitats, no tan sols per desenvolupar Triodos Bank a Catalunya, sinó per aconseguir canviar el model econòmic i financer de sempre, basat en la cobdícia i la lluita competitiva.
Fins i tot la gent més honesta, de bon cor i generosa, ha caigut en el parany dels diners. Tothom vol que els diners li donin un bon rendiment, i per la meva experiència puc dir que, quasi sempre, com més diners es tenen més se'n volen tenir. Es vol que els diners produeixin diners, però mai s'ha pensat en la manera com es produeixen. I ens hem deixat seduir per anuncis de tipus d'interès, per regals inútils o per sortejos que mai no ens tocaran. En trenta anys de treball en una caixa mai ningú no em va preguntar: “Què en fareu dels meus diners?”, “A qui serviran, quina realitat crearan en el món?” Són preguntes importants i, si ens les haguéssim fet nostres, avui no estaríem vivint la crisi que vivim. És urgent i inajornable una presa de consciència en l'ús dels diners si realment volem provocar una transformació social i tenir un món més just. No pot ser que mentre defensem uns valors i uns ideals, els nostres diners estiguin treballant per tot el contrari, i per això cal que el concepte de banca ètica es contagiï com una epidèmia en els nostres cors.
No puc passar per alt que, ara farà cinquanta anys, Martin Luther King també va tenir un somni. El seu somni s'ha realitzat; suposo que avui seria feliç de veure que el president dels EUA és negre. Però no oblidem Rosa Parks, aquella senzilla modista d'Alabama que es va negar a cedir el seu seient a un home blanc. Ella li va donar la força interior per a la seva lluita pels drets humans.
Avui també necessitem molts Martin Luther Kings que liderin una nova vida política, però encara necessitem molts més homes i dones senzills que tinguin el coratge de ser coherents amb els seus principis i la força de comprometre's amb la transformació del món. Estic convençut que en sorgiran i que ho aconseguirem.