dilluns, 25 de febrer del 2013

El Parlamento de Rajoy o la casa de los tres cerditos

Cuando el Rey susurró su amañado amago de disculpa (nunca supimos qué era lo que decía sentir ni qué lo que no iba a volver a hacer), entendimos que sus asesores leían el pulso de la opinión pública en lugares diferentes a los medios tradicionales. Si fuera por estos, no hubiera sido necesario escenificar su arrepentimiento. Todos se dedicaron a cubrir las espaldas al monarca: que si había avisado al gobierno como rezaba la norma, que como no le había costado un euro seguía comprometido con la austeridad en el gasto, que en su viaje se había sentido profundamente solidario, como siempre, con el dolor de los jóvenes exiliados económicos (porque desde fuera los dolores de España no duelen tanto), que si tambien Hemingway le reventaba la cabeza a Dumbo o a su madre y eso no impedía que nos gustaran mucho sus novelas…
Todas las televisiones justificaron su real derecho a romperse la cadera mientras cazaba animales capaces de reconocerse en un espejo o montaba, como siempre han hecho los borbones, cacerías con o sin escopeta. Pero el Rey, finalmente, tuvo que salir a decir: “he metido la cadera hasta el fondo”. La verdad de lo que estaba pasando no tenía nada que ver con lo que decían los medios. La gente estaba muy enfadada y ocultarlo en los medios no cambiaba el hecho. Los monarcas suelen ser sensibles a la posibilidad de perder su puesto de trabajo.
Dicen hoy los medios que Rajoy ha salido reforzado de la pantomima del debate sobre el Estado de la nación. Gente hay, parece, que igual se ha creído que hoy el presidente del gobierno tiene más fuelle que hace 48 horas. Lo dicen también los medios.
Rajoy ha ido al Parlamento pensando que los demás iban a hacerle lo que él les hubiera hecho. Si el boxeador sangra por la ceja, ahí es que deben ir todos los golpes. Vienen bien entrenados del triste final de Zapatero. Tanto que Rubalcaba sigue noqueado. Por eso dicen que Rajoy “se ha ido vivo del debate”. Es lo que te pasa cuando firmas con el gobierno reformas constitucionales o cuando ha pasado poco tiempo entre el momento aquel en que no hiciste lo que decían tus apellidos socialistas que hicieras, y el actual, en el que quieres salir a la calle a reprochar la ausencia de decisiones sociales de los que hoy están donde tú estabas. Rajoy, acostumbrado a hablar a los periodistas a través de una pantalla, gira el rostro hacia la bancada “popular” y sonríe como cuando se fuma un puro en Nueva York. Campeones, campeones. Como si no salir despedazado de los golpes con bastones para las orejas propinados por Rubalcaba ya bastara. Sonreír hoy en el Parlamento de los seis millones de parados es como no aguantar la risa en un entierro. Qué divertido. Los muros del Congreso y las vallas de la policía que lo resguardan no dejan ver el bosque de la calle.
Le ha correspondido salvar la “representación” a los partidos pequeños -ese estar “presentes” (propio del parlamentarismo liberal) en nombre de todos esos millones que no lo están pero andan indignados-. Los que hablan menos tiempo, casi fuera de los focos, los señalados como “marías” del currículum parlamentario y que no forman parte del régimen bipartidista que dice lo que tiene derecho a ser reseñado. Que para eso nuestra ley electoral es igual a la que autorizaron en 1976 las cortes franquistas. Si el PSOE no tumba al PP sobe la lona, el combate lo gana el registrador de la propiedad. Por muy meritorias que sean otras actuaciones. Y aunque el Presidente, también del Partido Popular, no nombre a Bárcenas, cuente como un “logro” el déficit (en realidad, mucho más alto que el 6,3% buscado y al que no se le suma el rescate bancario), diga una cosa y la contraria pensando que todo el mundo va a seguir creyéndose el sobre roto de la culpa heredada (no hay brotes verdes pero ya estamos mejorando), diga que siendo los mismos los que van a fiscalizar ahora lo van a hacer diferente gracias a alguna transustanciación teológica o mienta sobra el verdadero estado de la nación (muchas mentiras, claro está, “salvo algunas cosas”).
En ese atormentado viaje, al final el Parlamento, como en otros momentos de nuestra historia reciente, va por un lado y la ciudadanía por otra. Siendo así ¿no pierden realmente todos? La mayoría de los diputados, los que representan la política cartelizada del PP, el PSOE, CiU o el PNV, tienen secuestrado el Parlamento. Y se creen que, como ellos tienen llave, abren y cierran la puerta cuando quieren. Aunque estén ahí a fuerza de decir una cosa y hacer la contraria. Un Parlamento anestesiado y con el colesterol alto y un pueblo con hambre y aguantando el dolor sin siquiera anís seco. Un Parlamento que no se respeta tampoco a sí mismo (como vimos en la puerta cerrada de Dragui). El Parlamento está rodeado y rendido desde que prefirió salvarse a sí mismo antes que salvar al pueblo que representa.
En Bulgaria dimite el gobierno que llegó con la bandera de la lucha contra los corruptos. La presión de la calle les ha señalado el camino de salida. Un buen ejemplo de que los problemas no tienen que ver sólo con la corrupción o con la promesa de castigar los delitos de cuello blanco. La corrupción debilita a los partidos porque deja más claras las dobles varas de medir. Pero el problema de fondo es que hay gente que tiene oportunidades y otras que no. Las desigualdades en España están condenando a gente a morirse antes que otras. Si el franquismo fue una dictadura de clase, esta democracia también. Sin bases de homogeneidad el pacto social está roto.
La podredumbre es estructural. Es gobernar con la espada de Damocles de los mercados dictándote la política. Esa es la dificultad de los partidos para enfrentarla. Es la incapacidad de Rubalcaba y su falsa inocencia queriendo hacer de “Teresa de Calcuta” en el debate, es el farol recalentado de Beatriz Talegón mirando a sitios fáciles o yendo al sepelio con uno de los verdugos, es la firmeza de Rajoy o de Mas de aguantar caiga la que caiga porque saben que en la alternativa ellos no podrán estar. Porque afuera está la Plataforma de Afectados por la Hipóteca y toda la solidaridad que han levantado; está Aurelia que dice que va a coser lo que necesiten los que han parado su desahucio y está el recuerdo de los que se están quitando la vida porque no aguantaron más; están los médicos y usuarios que reclaman no un puesto de trabajo sino sanidad pública y están los maestros y estudiantes que reclaman por la educación pública y no por soluciones personales; están los bukaneros que no creen a la Delegada del Gobierno de Madrid y están los seguidores del Celta que han impedido que se contrate como entrenador a un fascista. También está un bombero que se ha cansado de hacerle el trabajo sucio a los especuladores y duerme mejor desde que tiene el respeto de la gente. Y seis millones de parados a los que les tiene que nacer la conciencia. Porque si Ana Mato no ve en su garaje el Jaguar de su marido, ellas y ellos sí ven cada día cómo se estrechan sus oportunidades y las de las familias.
La cosmética de la trasparencia, como un atardecer entre las montañas, le gusta a todo el mundo. Pero no son tiempos de atender la espuma, sino a las corrientes profundas. Los jefes de la CEOE han estado haciendo competencia desleal a sus socios pero nadie les pide la renuncia. Todos saben en esa cofradía de qué va el juego. El 23-F, Tejero, que no quiso completar lo que empezó el monarca, se metió a tiros en el Parlamento y en la sintaxis. Este 23-F, son las mareas las que van a volver a rodear a un Parlamento que ni habla ni escucha en su cacofónico eco. Como en el cuento de los tres cerditos, el lobo está soplando el débil tejado que sostiene el techo de sus señorías. El lobo ha aprendido además que no debe entrar por la chimenea. Mientras, sus señorías siguen cantando: ¿quién teme al lobo feroz? Y algunos creen que han ganado el debate.

Juan Carlos Monedero

diumenge, 24 de febrer del 2013

EL FUTUR DE LES TERRES DE L’EBRE. QUIN FUTUR?


Manifestació a Ascó en contra del "cementiri" nuclear.

Qui em coneix bé, sap que parlar sobre les Terres de l’Ebre em resulta apassionant. De fet no fa tantes setmanes que vaig aprofitar aquesta mateixa columna que em brinda Vinaròs News per a parlar de com es podria dinamitzar el nostre territori de cara el futur: Amb l’horitzó de 2027.
Avui us parlaré d’un documental que es va emetre per TV3 el passat dia 12 i que portava per títol Sègula, el futur de les Terres de l’Ebre. El documental està dirigit per l’ampollero Mario Pons que, a la vegada n’era, juntament amb el seu pare, un dels protagonistes.
Una bona part de la gent que hi sortia formen part del Consell Econòmic i Social de les Terres de l’Ebre, com per exemple el seu president José María Franquet, el president de la Cambra de Comerç de Tortosa José Luis Móra, els sindicalistes Wifredo Miró (UGT) i Josep Casadó (CC.OO), però també hi havia gent diversa que es dedicaven a alguna de les activitats més comuns del nostre territori: els conreus de l’arròs i l’olivera, la pesca i la construcció.
Per a la majoria de la gent del territori, el documental no aporta res de nou, però està bé com a denúncia de la marginació que està patint respecte a d’altres territoris de Catalunya, aquells que tenen més concentració humana.
Alguns dels extraballadors de la Lear (antigament MAI), una fàbrica de capital americà que va feina a centenars de treballadors durant diverses dècades i que va tenir la seva darrera seu a la carrera del Reguers a Roquetes, explicaven les dificultats que tenen a l’hora de trobar una sortida laboral després del tancament de la fàbrica ara fa uns 3 anys. Normalment es parla dels Ero’s que afecten a les empreses dels grans cinturons industrials, però aquí, quan es perden 500 llocs de treball equival a perdre’n diverses desenes de milers de l’àrea metropolitana de Barcelona. I, desgraciadament hi ha hagut moltes fàbriques quan han hagut de fer expedients de regulació d’ocupació: Cristales Guardiola, MEDESA, SAMO, ANTAIX... La llista es faria interminable.
Hi ha qui opina que, al nostre territori, s’ha establert la cultura del no. Es a dir, que ens oposem sistemàticament a tot, fins i tot quan es volen instal·lar indústries i posen com exemple que, al Camp de Tarragona conviuen sense conflictes la industria química amb el gran centre lúdic de referència com és Port Aventura. Deixeu-me que discrepi.
La societat ebrenca s’ha oposat al transvasament de l’Ebre perquè la pèrdua de cabal del riu significa la degradació sistemàtica del seu delta, una zona que, entre d’altres coses, ubica un parc natural. També ens varem oposar a la tèrmica que havia d’instal·lar-se a la Ribera d’Ebre o a la foneria de l’Aldea perquè eren industries altament contaminants. No és cert que ens oposéssim als parcs eòlics, però si a la seva instal·lació de forma indiscriminada i que afecti brutalment el nostre paisatge. Un exemple clar el tenim a la Fatarella, rica en paisatge natural, però envoltada de molinets.  
Per aquell que ho desconegui, el motiu de que la indústria química que hi ha al Camp de Tarragona, acabés per instal·lar-se allí, va ser perquè Barcelona la va rebutjar. Malgrat això Port Aventura no va tenir cap inconvenient en buscar un emplaçament just al seu costat. Però tot sigui dit, el gran complex recreatiu és un caramel comparat amb la resta de coses que tenim al territori: centrals nuclears, tèrmiques i hidràuliques, parcs eòlics i fotovoltaics, etc. Voldria recordar que, abans que es triés el definitiu emplaçament de Port Aventura entre Salou i Vilaseca, també es va parlar de l’Ametlla de Mar. Quins criteris van prevaldre finalment? Evidentment, per això i moltes coses més no estarem mai agraïts a Jordi Pujol.
La gent del nostre territori està molt escamada. A part de tot el que he dit anteriorment, caldria que algú ens donés resposta a les següents preguntes:
-Per què al segle XXI entre Castelló i Tarragona només hi ha una única via fèrria? (Sembla ser que entre Tarragona y Barcelona en volen posar una tercera)
-Per què l’autovia A7 s’atura pel Nord a l’Hospitalet de l’Infant i pel Sud a Cabanes?  
Per a mi, el futur de les Terres de l’Ebre passa per la promoció dels productes agraris de qualitat que tenim (oli, arròs, cítrics, fruita dolça, vi...) I crear una indústria potent a partir d’aquest sector primari. A part d’això, evidentment, tota la industria que pugui arribar serà benvinguda, sempre i quan no sigui una indústria que es vulgui posar aquí perquè hagi estat rebutjada prèviament a d’altres zones.          

10è ASSAIG DELS XIQÜELOS I XIQÜELES DEL DELTA











Lo que Beatriz Talegón no dijo y debería haber dicho

Ha tenido amplia repercusión en la red el vídeo en el que Beatriz Talegón, Secretaria General de la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas, critica a la Internacional Socialista (I.S.) por haber perdido su vocación transformadora de la sociedad y del mundo, habiéndose apalancado en el poder, insensible a las necesidades de aquellos sectores de la sociedad que les vieron en su día como el instrumento que tales sectores (por regla general los más vulnerables en la sociedad) habían utilizado en defensa de sus intereses. El simbolismo de que la reunión de la I.S. tuviera lugar en un hotel de cinco estrellas, con muchos de sus delegados llegando al hotel en coches de lujo, mostraba –decía Beatriz Talegón- el grado de acomodación al poder económico y financiero, y su estilo de vida.
Beatriz Talegón señalaba, como indicador de esta pérdida de capacidad transformadora, el hecho de que los movimientos pro democracia que han ido ocurriendo alrededor del mundo, habiéndose iniciado en el norte de África, en Túnez primero y en Egipto después, cogieron a la I.S. por sorpresa. En realidad, la I.S. era totalmente ajena –según la dirigente de las Juventudes Socialistas- a la movilización de las poblaciones de aquellos países en busca de la libertad y de la democracia.
Me alegró oír aquella voz de protesta y denuncia que puse en mi blog. La amplísima distribución de tal vídeo parece reflejar una amplia aprobación de tal denuncia. Hay un enfado generalizado entre las bases de los partidos socialistas con sus dirigentes, y era esperanzador que, por fin, aparecieran voces de protesta.
Ahora bien, habiendo dicho esto, me preocupa que la situación es mucho peor que la presentada y denunciada por Beatriz Talegón. La acomodación de muchos partidos socialistas al poder es peor que la denunciada por Beatriz Talegón. La distancia entre la narrativa del discurso oficial de los partidos socialistas, por un lado, y el estilo de vida y comportamiento de sus dirigentes, por el otro, ha alcanzado niveles muy elevados. Pero, repito, la situación es mucho peor que esto, pues la I.S. ha sido en muchas partes del mundo la mayor sostenedora de las estructuras del poder. Es decir, su falta (o pecado como dicen los cristianos) no ha sido por omisión, sino por comisión. Los partidos de la I.S. jugaron un papel clave en el mantenimiento de aquellas estructuras dictatoriales que generaron las protestas populares. Hay que recordar que el partido que dirigía el dictador de Túnez, Ben Alí, pertenecía a la I.S. Y lo mismo ocurría en Egipto, donde el partido que dirigía el dictador Mubarak era también miembro de la I.S. En estos países, los partidos que dirigían la dictadura eran partidos que se llamaban socialistas y que habían sido admitidos en la I.S. No fue hasta el momento en que millones de personas salieron a la calle en aquellos países cuando la I.S. los desaprobó. ¿Por qué los admitió?
La respuesta a esta pregunta es fácil de dar, viendo el comportamiento de los países miembros de la I.S. en América Latina. En un excelente artículo, “The Socialist International: What is it good for?”, Social Europe Journal. (08.02.13), por desgracia no publicado en España, David Lizoain muestra la activa colaboración, cuando no liderazgo, que los partidos miembros de la I.S. han tenido en la aplicación de las políticas neoliberales en aquel continente, promovidas por el Fondo Monetario Internacional, que impusieron enormes sacrificios a las clases populares, sacrificios que generaron grandes protestas en muchas ocasiones reprimidas por los Estados gobernados por partidos miembros de la I.S., causando muerte y miles de asesinatos. En Venezuela, el gobierno del Partido Acción Democrática, miembro de la I.S., llevó a cabo políticas duras de austeridad, que generaron unas protestas brutalmente reprimidas (con más de 3.000 muertos), siendo Ministro de tal gobierno el Sr. Moisés Naím, hoy comentarista para América Latina de El País, sin que tal supuesto defensor de los derechos humanos dijera ni pío. Algo semejante ocurrió en México, donde el PRI (también miembro de la I.S.), otro partido socialista gobernante, corrupto y profundamente represor, fue responsable de un gran número de matanzas de obreros que protestaron en contra de las políticas de austeridad impuestas por tal partido gobernante. Y lo mismo ocurrió en Bolivia y otros países. En realidad, fueron tales protestas las que crearon como respuesta la elección de partidos de izquierda que han revertido aquellas políticas, y que continúan gozando de gran apoyo popular, llevando a cabo políticas opuestas a las que aquellos partidos gobernantes, supuestamente socialistas, impusieron a sus poblaciones. Ninguno de estos partidos, ahora gobernantes, es miembro de la I.S., a la cual ven como parte del problema y no de la solución.
La I.S., incluido el PSOE, ha intentado diferenciar a estos partidos gobernantes, separando a los “buenos”, como los partidos de izquierda de Brasil, Uruguay o Chile, de los “malos”, como Venezuela, Ecuador o Bolivia, división bastante irreal y que no corresponde a la situación actual. Lula fue y continúa siendo el gran defensor de Chávez, habiéndole definido como el mejor Presidente que Venezuela haya tenido.
Los partidos socialistas europeos pagan un coste en su credibilidad cuando (leales a los partidos socialistas latinoamericanos que se convirtieron en los baluartes de las políticas de austeridad) critican con gran hostilidad las reformas de partidos gobernantes como el presidido por Hugo Chávez, al cual han demonizado. El Presidente Chávez es sumamente popular entre las clases populares de Venezuela.

La urgente y necesaria autocrítica de tales partidos
Una última observación. Con frecuencia recibo críticas por referirme a los partidos que se autodefinen como socialdemócratas que han gobernado el Estado español y las CCAA como partidos de izquierdas. El hecho de que muchas de sus políticas económicas no hayan sido socialistas cuando gobernaron explica que se considere mi definición de tales partidos como partidos de izquierda como errónea. Pero un partido es mucho más que su dirección o incluso su burocracia o nomenclatura. Un partido es una institución colectiva que la constituyen sus miembros, simpatizantes y votantes, que comparten una cultura, una narrativa y una historia. La mayoría de militantes y votantes de tales partidos son personas que son y/o se consideran de izquierdas. Y las encuestas creíbles muestran que, en general, las bases de aquellos partidos, así como sus simpatizantes, adoptan, creen en y simpatizan con los valores de izquierdas. En realidad, el gran desencanto de tales bases explica el deterioro electoral de tales partidos.
Es un error que, en partidos tan poco democráticos como son los partidos políticos de España, se consideren las decisiones de sus dirigentes como representativas de las opiniones de la mayoría de sus militantes, simpatizantes o votantes. De ahí la paradoja de que partidos de izquierda estén desarrollando políticas de derechas. Ahora bien, la lealtad institucional y cultural tiene sus límites. Y el enorme desencanto de las  bases con tales partidos explica su gran declive. El caso del partido socialista italiano es el ejemplo más claro de ello. En realidad, el mayor problema de tales partidos es la creciente distancia entre sus aparatos y sus bases. Un número muy elevado de tales aparatos son profesionales con títulos universitarios que desarrollan contactos y complicidades con las instituciones que dominan la vida política y económica del país. Así, las políticas económicas suelen llevarlas a cabo no personas que provienen de las bases de tales partidos, sino profesionales procedentes de las instituciones que dominan las culturas económicas del país. Se establece así una puerta rotatoria entre profesionales de los partidos socialistas y las instituciones del sistema financiero y económico que está alcanzando unos límites escandalosos. La gran mayoría de economistas que trabajaron en las administraciones socialistas de elevado poder decisorio están hoy trabajando en las empresas, en la banca y en las asociaciones empresariales que configuraron la estructura del poder financiero y económico del país. Y ahí está la raíz del problema: la captura de las élites gobernantes en tales partidos por los intereses económicos y financieros que dominan la vida política del país.

Vicneç Navarro