divendres, 10 de maig del 2013

Europa por teléfono

David Torres

Me llama un amigo francés por teléfono y me pregunta cómo es que los españoles tenemos tanto papo. Me pregunta qué ha sido del pueblo que en 1808 se echó a la calle a luchar con las manos desnudas contra los ejércitos de Murat. Me dice que cómo es posible que ese mismo pueblo tolere las cifras del paro, los recortes sanitarios, los desmanes de la justicia, los escándalos políticos, los abusos de banqueros y oligarcas, las peinetas de la corona y aledaños. Le digo que no se crea, que aquí la gente está indignada y que en cualquier momento le declaramos la guerra a Portugal.
Entonces tengo que explicarle pacientemente a mi amigo quién es Mourinho y quién es Iker Casillas y la que se ha liado en el país por unas declaraciones del entrenador portugués en que menospreciaba al portero español. Un cisma ibérico en toda regla. Hasta ha saltado a la cancha otro portugués, Pepe, en defensa del guardameta y ha tenido que intervenir el presidente Florentino para pedir paz. “¿Florentino? ¿Pero vuestro presidente no se llama Mariano?” Le aclaro a mi amigo que Florentino manda más que Mariano porque, aparte de salir también por televisión, también sale en el Marca.
“Pero eso que me cuentas es una aberración, mon ami. No puedo creer que en España haya tanto madridista”. “No creas” respondo yo, “Iker es mucho más que una institución blanca: es un héroe nacional, el hombre que, junto a Iniesta, nos dio nuestro primer mundial gracias a una fenomenal flexión de piernas en que desvió un gol seguro, el mismo que detuvo el pulso del país al besar a su novia en vivo y en directo. Iker cae bien hasta a los culés”.
A mi amigo le cuesta barajar los entresijos de nuestra política nacional, más aun cuando le explico que, para calmar los ánimos, Di Estéfano va a casarse con una admiradora suya medio siglo más joven y que la boda prevista podría colapsar Cibeles y eclipsar el enlace de nuestro flamante príncipe Felipe con una atractiva presentadora de telediarios. “Tú no puedes comprenderlo” le digo. “Tú vienes de un país pagano donde ignoráis el fútbol y donde vuestra máxima idea del glamour es la boda entre Carla Bruni y un presidente con medio metro de tacón. Hazte cargo, mon cheri”.
Ahí es donde mi amigo se pone bizco por teléfono y me pregunta si estoy llamando enano a Sarkozy, que él es de izquierdas de toda la vida pero que otra cosa es que yo me ría de Francia (él dice “la France” que suena más redondo y mucho mejor) a costa de un país pseudoafricano como el nuestro, y yo le digo que vale, que nuestros presidentes no valdrán un pimiento, pero que tampoco son llaveros. Mariano, al menos, es alto; José Luis es alto; Felipe era buen mozo; José María, de acuerdo, parece el primo pequeño de Sarkozy pero tiene más abdominales y más pelo que todos vuestros ministros juntos. Aquí ya dejo de entender a mi amigo que se pasa directamente al francés para prometerme, supongo, otra invasión napoleónica y otra carga de mamelucos mientras yo le recuerdo Argelia y el agua de Vichy.
Ah, pienso yo, esto es Europa, aunque sea por teléfono.

dijous, 9 de maig del 2013

VILAFAMÉS. PER A PASSEJAR I GAUDIR (II)














EM VULL PLANTAR! (Però no puc)


Titular aparegut diumenge passat al Periódico de Catalunya: Els espanyols van treballar per a l’Estat fins el 27 d’abril.
Per consegüent, només porto uns dies treballant per a mi... Sabeu que us dic? Què em planto! Què a partir d’ara, tots els anys, no penso treballar durant els primers 4 mesos de l’any!
No estic disposat a treballar per a l’Estat mentre hi hagi defraudadors i lladres de guant blanc. Aquí sembla ser que sempre paguem els mateixos: els pocs que treballem i, a sobre, estem assalariats. Els empresaris (i ho sento per tu si et sents al·ludit) solen declarar el que mínim que poden; de vegades passen anys sense obtenir beneficis. Recordo un cas en concret on el comptable li va preguntar a l’empresari sobre quan tenia previst ampliar el magatzem. La pregunta va descol·locar l’empresari (que és amic meu) i, evidentment, no va entendre el significat. Resulta ser que cada anys, per a que els pèrdues no fossin tan quantioses, havia de posar-li més i més existències de mercaderies i, per tant, el magatzem (encara que fos de forma fictícia) aviat es quedaria petit.
Exemples com aquest n’hi deuen d’haver molts. De fet, des de fa poc, l’agència que tramita les beques universitàries, ja requereix a algunes famílies per a que justifiquin com poden viure amb el que guanyen i a sobre tenir un fill (o més) estudiant a la universitat.
Tot i treballar 4 mesos per a l’Estat i quatre més per part de la meva dona, els nostres fills han hagut d’estudiar (el menut encara ho està fent) sense cap tipus d’ajut públic. El nostre sou tampoc és que sigui tant elevat: jo sóc un C2 i la meva dona una C1 de l’administració de l’Estat. Però tots dos hem de costejar-nos les despeses de desplaçament ja que la nostra feina no es troba a la mateixa localitat de residència. Però aquesta circumstància no es té en compte a l’hora de valorar els nostres ingressos. En canvi, els empresaris (sí, hi torno) es poden deduir el vehicle (sempre que es justifiqui que sigui exclusivament per al negoci) i les despeses de transport (carburant, reparacions, assegurança, etc.)  
Si bé sóc un privilegiat perquè tinc feina (i per tant, no m’hauria de queixar), el cert és que em considero discriminat respecte a alguns col·lectius que tampoc és que tots siguin empresaris.
Però em queixo per la part que em toca. Ningú em podrà treure aquest dret!
I evidentment, a pesar del que dic al principi, hauré de seguir treballant els mesos de gener, febrer, març i abril de cada any fins que em jubili. Quin remei em queda!    

La República pacífica

Carmen Jaulín Plana
Politóloga y socióloga de la educación

En un estado de derecho, todos al nacer somos republicanos, sujetos de res-pública, pero no tardamos en saber que nuestro oficio es aprender.
La alborotada primavera política española que vivimos está girando sin rumbo. La situación económica parece de emergencia, pero los partidos políticos no lo advierten. La sociedad civil está llenando los vacíos del Estado, pero saltan las alarmas, estos días el Banco de Alimentos en Cataluña rogaba solidaridad, sólo había víveres hasta junio. En este contexto, salta a la palestra mediática la idea de consenso político desde la monarquía con carácter sinuoso e informal para ver cómo cuaja. El debate televisivo ha sido tan inmediato como desenfocado, aunque cargado de buena intención por su comparación con los Pactos de la Moncloa, en el período llamado Transición: ¿Qué sería de nosotros sin la buena intención?
¿Por qué el consenso de la Transición no tiene traslación hoy? Los políticos (desgraciadamente muchos más hombres que mujeres) de la época venían de tres itinerarios ideológico-vitales: la tecnocracia franquista, la disidencia, y el exilio. Sin ánimo de comparar los tres estratos, tenían en común un acervo de resiliencia y de fortaleza que ni supieron advertir, ni proyectar en las bases de los partidos políticos. No es cierto que cualquier tiempo pasado fuera mejor, aquella época fue un horror en la catatonia de la “libertad sin ira”. Ni las condiciones necesarias materiales, ni humanas son las mismas: nos hemos quedado sin macroeconomía en la aldea global; y aquellos representantes políticos tuvieron una sensibilidad social por lo público, inexistente en la clase política actual.
¿Conseguir consenso o articular disenso? En las democracias inmaduras, la idea de pacto o acuerdo, sea local o nacional, en un sistema democrático, choca con las sospechas de contagiar la independencia de los tres poderes de Montesquieu, de ahí la fragilidad de la idea de consenso político. En las democracias maduras y desarrolladas, avanzar legislativamente exige articular disenso, reconociendo la oportunidad que tiene el conflicto social de logarlo en materias significativas. Es decir, el disenso y el conflicto se convierten en motores del desarrollo social; y no en su rémora como pretenden hacernos creer las élites, hoy.
¿Por qué PSOE y PP no van a gestionar el disenso en materias sensibles como Pobreza, Educación, Sanidad, Justicia, Medioambiente, o Consumo? El PSOE tiene un problema que quizás sea razón suficiente para su baja aceptación social en estos momentos y es la falta de formación de sus dirigentes por lo que dicen y cómo lo dicen. EL PP tiene otro y mucho más grave, la rapiña democrática.
Hoy, Rubalcaba ha planteado claves para propiciar el diálogo político, ¿cuál ha sido la contestación de Camacho? Bien sabe Rajoy que no tiene más que desaparecer del ruedo ibérico, y esperar a ganar las siguientes elecciones, se hunda lo que se hunda. Italia, en una época convulsa como la actual, tiene la autoritas de un Giorgio Napolitano para reprender a la clase política y generar confianza en la sociedad perpleja.
Y desde los púlpitos parece que piden la revolución ancestral que nuestros antepasados intentaron sin oportunidades; mientras la bandera tricolor ondea al viento con más movimiento que nunca en todo tipo de foros, mareas y manifestaciones sociales. Las corrientes parecen a favor, pero no lo son, porque, una vez más, los intereses facciosos quieren algazaras para seguir trincando ganancias. Primavera que requiere reflexión y movilización eficiente antes que reacción porque siempre perdemos los mismos.