diumenge, 1 de febrer del 2015

ENTREVISTA A JUAN CARLOS MORAGUES FERRER, CONSELLER D’HISENDA I ADMINISTRACIÓ PÚBLICA DE LA GENERALITAT VALENCIANA

Aquesta entrevista la vaig fer per a la Ventana de la Agencia, la revista interna de l'Agència Tributària. També s'ha publicat a Vinaròs News. 

Les fotos han estat trameses des de la pròpia conselleria pel seu cap de comunicació Juan Pellicer Amat.  



Buenos días Conseller. Primero que nada permíteme que me tome la libertad de tutearte, no en vano, la entrevista que te voy ha hacer se publicará en La Ventana de la Agencia para llegar a todos los compañeros de la que fue tu casa durante muchos años.  

P. Para empezar la entrevista, una curiosidad: ¿cómo se llega a Conseller de la Generalitat Valenciana?  

R. Yo era un feliz Delegado de la Agencia Tributaria de la provincia de Castellón cuando un día recibí la llamada de Alberto, el President de la Generalitat Valenciana. Me propuso ser Conseller de Hacienda y mi vocación de servicio público me hizo una mala pasada, mi voluntad de querer aportar mi granito de arena para una sociedad mejor, el querer cambiar desde dentro las cosas. Dado que tenía la oportunidad de transformar la realidad y ser protagonista de la historia, no podía despreciar la oportunidad. Por ello acepté el desafío, con valentía, firmeza y determinación, pero también con humildad, prudencia y templanza, en la convicción de que mi trabajo podía aportar cosas positivas para una Comunidad Valenciana mejor, de querer poner mi empeño y capacidad al servicio de los valencianos, de querer trabajar sin límite de horas para gestionar de la mejor manera posible los recursos de los que dispone la Generalitat para poder prestar los servicios públicos a los ciudadanos. Siempre he dicho que el fin de los gestores públicos es que a los ciudadanos les vaya mejor. No me ha importado que esto suponga un esfuerzo y sacrificio personal y económico considerable porque el fin bien merece la pena. 

P. Me gustaría que nos explicaras cuál fue tu primera sensación cuando te dicen que el President Albert Fabra quiere hablar contigo y te acaba proponiendo que entres a formar parte de su nuevo Gobierno como Conseller d’Hisenda i Administració Pública.

R.- Todos sabemos las difíciles circunstancias que atravesaba la Tesorería y la situación financiera de la Generalitat cuando yo llegué a la Conselleria de Hacienda y Administración Pública, en diciembre de 2012. Era algo público y notorio, bastaba ojear la prensa diaria para darse cuenta de hasta qué punto la situación era complicada: impagos generalizados a proveedores, a colectivos de bienestar social, el sueldo de los funcionarios recortado, descontento e insatisfacción social generalizada... era un momento en que, desde algunos sectores, se cuestionaba la propia sostenibilidad económica y financiera de la Generalitat, con riesgo de Intervención tanto del Gobierno de España como del valenciano, así que por supuesto que hubo un momento de duda. Es lógico y racional en ese contexto, dudar y sentir vértigo. Mi situación profesional era estable y segura, así que era muy tentador quedarme en mi seguridad y comodidad, pero también pensé que era un reto, justo en un momento tan difícil, intentar trabajar por mi Comunidad y plantar cara a los problemas. Y venció el desafío, es evidente, pero quizá si hubiera tenido las cuentas delante, como tendría a las pocas horas de aceptar el cargo, me lo hubiera pensado un poco más, ja, ja… De todas formas, echando la vista atrás, no me arrepiento. La experiencia bien está mereciendo la pena. Tengo que reconocer que la intensidad es mucha, la exposición excesiva, la responsabilidad demasiada, la complejidad de los problemas que trato a diario es muy exigente... pero cuando ves el resultado y sabes que si tú haces las cosas bien, les va mejor a cinco millones de valencianos, la satisfacción y gratificación personal es grande aunque no se reconozca públicamente.


P. Supongo que como Conseller se tienen momentos buenos, regulares y malos… ¿Cuál ha sido tu mejor momento?

R.- Como decía, entiendo que los políticos estamos aquí para mejorar la vida de los ciudadanos, así que cualquier momento en los que he visto materializar ese objetivo ha sido bueno. He vivido momentos muy malos, situaciones límite, problemas muy complicados de resolver pero al final te das cuenta, cuando se resuelven las cuestiones, de que el esfuerzo ha merecido la pena. Me vienen a la cabeza temas muy complejos que he tenido que afrontar como la SGR, el proceso de venta del Valencia CF, la externalización de Feria Valencia, la liquidación de Canal 9, las negociaciones del CPFF en los se acordó el déficit asimétrico y el tipo 0% de los préstamos con el Estado, la elaboración de los Presupuestos y medidas de acompañamiento... Pero lo que más congoja y preocupación provoca es no poder pagar. Por ello, cuando por ejemplo en el último mes de diciembre de 2014, desde la Generalitat en pocos días hemos realizado pagos por un importe de más de 2.000 millones de euros, te vas a casa con cara risueña y contenta. Esos son los mejores momentos, sin duda, porque la mejor forma de ayudar a la economía es inyectando liquidez a la sociedad. Es el mejor impulso que se puede hacer a la actividad económica, el consumo, el crecimiento y el empleo, de los que depende el bienestar de todos. El poder pagar, que la situación sea estable, que exista paz social, que la solvencia financiera no se ponga en duda, que las cosas vayan en definitiva mejor que hace unos años, eso produce tranquilidad y sosiego interior. Echas la vista atrás y piensa, cuánto hemos mejorado en poco tiempo, te alegra sobremanera, sabes que todavía queda mucho por hacer, que todavía hay mucha gente que lo está pasando mal, pero sabes en tu fuero interno que el camino trazado es el correcto y que hay que persistir en el empeño.

P. ¿Y el peor?

R.- Cuando veo lo injusto que es que, el dinero que nos llega del Estado para cubrir sanidad, educación y bienestar social, no alcanza para cubrir esas necesidades básicas y fundamentales. Nunca dejaré de pedir lo que nos corresponde porque creo que todos los españoles, con independencia de en qué comunidad autónoma vivamos, tenemos los mismos derechos a la hora de recibir en las mejores condiciones posibles las prestaciones sociales básicas. Estamos logrando que el Gobierno nos escuche y entienda que de algún modo debemos ser compensados de la enorme injusticia que supone para la Comunitat el actual modelo de financiación que, por ejemplo durante 2014, solo nos aportó 8.300 millones, cuando sanidad y educación nos cuestan 9.300 millones, un desfase al que hay que sumarle el de bienestar social, con un montante total superior a los 10.000 millones, una situación que no pasa en ninguna otra Comunidad Autónoma. No lo digo yo, lo dicen todos los expertos, somos la Comunidad peor financiada. El actual modelo nos genera un desequilibrio presupuestario estructural, es injusto y discriminatorio. El debate territorial se tiene que abordar desde la mesura, responsabilidad y sentido de Estado pero se tienen que corregir, en el menor tiempo posible, las asimetrías existentes en la financiación de los territorios autonómicos. No obstante, reconocemos las medidas adoptadas por el Gobierno de España para paliar esta situación como el reparto del sobrante del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) o la no exigencia de intereses de los préstamos derivados de los mecanismos de liquidez implementados por el Gobierno.

P. Imagino que, por el cargo que desempeñas, no serás de los Consellers que más viajen por la Comunidad. Cuéntanos cómo es tu agenda en un día normal de trabajo.

R.- Por supuesto que hay mucho trabajo de despacho en la Conselleria y en otros, de largas jornadas, siempre difíciles de compaginar con la vida familiar y personal, pero soy de los que me gusta acercarme a las personas y lugares adonde creo que debe aproximarse la Generalitat: a las empresas grandes y pequeñas, hablar con los alcaldes, conocer de primera mano los problemas y proyectos de los ayuntamientos. No olvido nunca que somos representantes de los ciudadanos y nos debemos a ellos, y que gestionamos dinero público de los administrados y por ello tenemos que ser transparentes. Así que intento que la agenda incluya también ese ir a asomarse al exterior de los despachos y ver en qué podemos mejorar, informado sobre ayudas o fondos europeos, colaborando entre instituciones, hablando con empresarios… Entiendo que es imprescindible compaginar el trabajo institucional con el pulso de la vida cotidiana real. Intentó ser un Conseller accesible, cercano, que escucha y que se acerca a los problemas para intentar resolverlos.

P. En la Agencia Tributaria sabemos mejor que en ninguna parte que la gestión de los impuestos que tienen asumidos las CC.AA. es muy limitada. Explícanos brevemente los impuestos que se gestionan desde tu conselleria.

R.- Realmente la gestión tributaria que realizan las CCAA es muy parecida a la que realiza la AEAT si bien lo que cambia son los impuestos sobre los que recae la gestión tributaria. Las CCAA gestionan como principales tributos el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el Impuesto sobre el Patrimonio y los Impuestos sobre el Juego. Por otro lado, también gestionamos los tributos propios como pueden ser los impuestos medioambientales. Sobre todos ellos, la Generalitat tiene las competencias de gestión, inspección y recaudación. Lo que estamos comprobando es que nuestra recaudación va a la cabeza de todas las CCAA, está creciendo un 17% respecto del año anterior. Ello demuestra dos cosas, que la recuperación está llegando antes a la Comunidad Valenciana que a otras autonomías, dado el carácter exportador y emprendedor de nuestra sociedad, y que cada vez gestionamos mejor nuestros impuestos.

P. La Generalitat de Catalunya tiene delegaciones de la Agència Tributaria Catalana en las cuatro capitales de provincia, mientras que las oficinas del Registro de la Propiedad ejercen de oficinas liquidadoras. ¿Pasa lo mismo en Valencia?

R.- Sí, en la Comunitat Valenciana existen tres delegaciones, usando la terminología de la AEAT, una en cada capital de provincia y luego existe una red de oficinas liquidadoras que residen en 62 registros de la propiedad de nuestra Comunitat. Las Oficinas Liquidadoras tendrían encomendadas la gestión tributaria únicamente del ITP y el ISD, mientras que las competencias de inspección y recaudación sobre dichos impuestos así como la gestión, inspección y recaudación del resto de los anteriormente mencionados residía en las citadas delegaciones. Sin embargo, estamos cambiando la organización de nuestra Dirección General de Tributos. Acabamos de crear el Instituto Valenciano de Administración Tributaria, el IVAT, estamos centralizando servicios, apostando por la gestión electrónica de expedientes, una nueva administración sin papeles, luchando con más eficacia contra el fraude fiscal, reduciendo la litigiosidad en la comprobación de valores... en definitiva, mejorando cada día.

P. Para el año 2015, el impuesto del IRPF., tal como ya anunció hace meses el Ministro Cristóbal Montoro, bajará los tipos en la parte que corresponde al Estado. En cuanto a las que gestionan las autonomías, ya es diferente, mientras algunas han anunciado que también lo van a bajar, otras han dicho que no, mientras que algunas todavía no se han pronunciado. ¿Bajará el IRPF. en la Comunidad Valenciana?

R.- Desde el Consell hemos establecido para el ejercicio 2015 una nueva tarifa autonómica del IRPF que beneficiará principalmente a las rentas medias y bajas. El objetivo de esta reforma es aumentar la capacidad económica de los ciudadanos para incentivar el consumo y la inversión y, como consecuencia, la reactivación económica. Es decir, es una medida diseñada para contribuir a la salida de la crisis.
Esta medida se enmarca también en la línea de la prudencia, austeridad presupuestaria y consolidación fiscal de la Comunitat Valenciana. La reforma contempla el establecimiento de una escala autonómica con 6 tramos, que resulta inmediatamente aplicable para la Campaña de la Renta del 2014, es decir, se aplicará en la próxima declaración de la Renta que se presente en primavera del 2015. Tiene, por tanto, igual número de tramos que la estatal para 2014 y uno más que los de la escala estatal de 5 tramos vigente a partir de 2015. Sus tipos marginales se reducen en todos los tramos respecto de la escala vigente en 2013, si bien de forma progresiva, esto es, en mayor medida cuanto más bajo es el tramo de rentas en el que se sitúa el contribuyente. Además, se mantienen los dos tramos superiores de renta de más de 120.000 € y de más de 175.000 €, si bien los tipos correspondientes se rebajan un 0,09%. En total estas deducciones autonómicas, sumadas a las estatales en el IRPF, supondrán una ahorro de más de 830 millones de euros a los valencianos durante este año, de ellos 347 millones se ahorrarán los valencianos en 2015 respecto del año anterior, una media entre 280 y 450 euros para cerca de 2 millones de contribuyentes valencianos. Siempre he pensado que la mejor forma de ayudar a la económica es haciendo una Administración eficiente, reduciendo impuestos desde la creencia que donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los ciudadanos, y pagando en tiempo y forma.

P. Todos tenemos un pasado y el tuyo, Carlos, fue recalar un día en la Administración de Tortosa, concretamente en la sección de Recaudación. ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por allí?

R.- De mi etapa en la Administración de Tortosa guardo un recuerdo imborrable, por algo fue mi primer destino como funcionario de la Agencia Tributaria. Nunca se me olvidará, mi primer trabajo en la Administración Pública lejos de mi casa, mi familia y amigos. Conservo muy buenos recuerdos y muy buenas amistades. Fui muy bien acogido por la sección de Recaudación, por todo el personal y pude disfrutar de esta histórica ciudad. El trabajo diario en la sección de Recaudación, me hizo entrar en contacto directo con la realidad del día a día. Fueron unos momentos entrañables, de mucho trabajo y también de mucho aprendizaje, que recuerdo con especial cariño. Viví intensamente el año que estuve en Tortosa, disfruté de la gastronomía, hice excursiones, conocí personas y sitios encantadores... siempre Tortosa tendrá un recuerdo especial, conservo un cuadro que me regalaron con una panorámica de la ciudad, con el imponente Ebro cruzando la misma. Me hizo también conocer las gentes y las costumbres de este enclave especial del sur de Cataluña. Fue una experiencia muy enriquecedora, en definitiva.

P. Desde tu marcha de Tortosa hasta el nombramiento como delegado de la A.E.A.T. de Castellón, estuviste en varias administraciones ocupando puestos de responsabilidad, ¿cuál fue exactamente tu trayectoria?

R.- Llegué a Tortosa como primer destino en el Cuerpo Técnico de Hacienda de Recaudación pero siempre tuve claro que quería ser Inspector de Hacienda. Por ello fue aquí donde empecé a estudiar tanto la oposición por promoción interna de Inspector. También empecé a cursar la licenciatura de Derecho a pesar de serlo ya en Económicas. Por ello el siguiente destino fue Barcelona para poder prepara mejor las oposiciones donde fui Jefe de la Unidad de Recaudación de la Administración de Colón en Barcelona, y también estuve en las Dependencias Regionales y Provinciales de Barcelona.
Luego aprobé las oposiciones de Inspector de Hacienda del Estado y me fui a Madrid al curso selectivo. Después mi primer destino fue Inspector en la Aduana de Valencia para, a partir de entonces, empezar mi carrera como libre designación donde fui Administrador de la Agencia Tributaria de Xàtiva, y los destinos se fueron sucediendo….luego Administrador de la Agencia Tributaria de Valencia-Grao, de la de Gandia y de la de Guillem de Castro en Valencia, hasta finalmente acabar siendo nombrado Delegado de la Agencia Tributaria de la provincia de Castellón.
En todos estos puestos he tenido ocasión de formarme, aportar, sumar y de esforzarme por impulsar un mejor servicio a los ciudadanos en materia de tributaria, de conocer mucha gente estupenda, de madurar personal y profesionalmente, de adquirir conocimiento y experiencia. Tengo presente siempre que todo este periplo empezó en Tortosa.

P. Cuando se termine tu etapa como conseller, ¿tienes pensado si volverás a la Agencia Tributaria o te gustaría continuar en el mundo de la política?

Se acercan unas elecciones autonómicas en mayo del 2015. Tenemos que ver si la ciudadanía sigue depositando la confianza en nuestro proyecto. No descarto nada, las alternativas que tengo son varias, pero el escenario de volver a la Agencia Tributaria lo tengo presente y es plausible. Siempre he considerado que el paso por política tiene que ser temporal, en ningún caso te puedes eternizar, es malo para ti y para la gestión política. Mi casa es la Agencia Tributaria, donde me he criado profesionalmente, es donde he madurado y evolucionado, amén de experiencias en el sector privado anteriores. Por ello es normal que vea con buenos ojos mi vuelta a la AEAT. El tiempo dirá cuál es mi futuro cercano pero soy un afortunado de tener diferentes opciones.

P.- ¿Deseas añadir alguna cosa más?

R.- Que cuando me enteré que La Ventana, a través de la Administración de Tortosa, quería entrevistarme me alegré mucho, muchísimo. Me vinieron varias personas y momentos a la cabeza, especialmente alguna. No quiero citar a mis amigos, que los tengo en la Administración de Tortosa, para no dejarme a nadie y así no diferenciar, pero siento que esta entrevista ha sido especial, emotiva, diferente, y pienso que estoy muy orgulloso de ser funcionario de la Agencia Tributaria, que siempre intento estar al nivel requerido para no desmerecer mi procedencia, y por supuesto considero que mi paso por esa Administración forma parte de mi, y que Tortosa siempre será mi casa. Sabéis que me tenéis para lo que necesitéis.


Muchas gracias, Carlos, por dedicarnos un poco de tu tiempo y espero que tengas muchos aciertos durante el periodo en que ejerzas como responsable de finanzas de la Comunitat Valenciana.

CONCERT DE L'ATENEU MUSICAL DEL PORT (VALÈNCIA)

Anit, a l'auditori de la Lira Ampostina es va poder escoltar a la banda simfònica de l'Ateneu Musical del Port (València), en el primer concert de la 14a temporada d'Amposta de Banda a Banda.
Dirigida pel mestre Isidre Coll Ballesteros, la banda de l'Ateneu Mical del Port va oferir la següent actuació:

Primera part.

-El torito de cuerda de Luis Serrano.
-Soleriana de Carles Surinach
-Apunts gregorians del propi director en dos temps: Dies Irae i Tamtum Ergo.

Segona part.

-Lo cant del valencià de Pedro Sosa.
-Espartaco de Aram Katchaturian.
1. Adagio d'Espartaco i Phrygia.
2. Variacions d'Aegina-Escena final: Bacanal.
3. Escena i dansa.
4. Dansa de les joves de Cadis-Victòria d'Espartaco.

Com a peça extra ens van oferir la Santa Espina.






Los Pujol: una tara hereditaria

JORGE BUSTOS

HIJO DE un contrabandista de divisas, padre de seis hijos imputados, está bastante claro que el problema de Jordi Pujol i Soley es hereditario. Y eso confesó al juez: que recibió una herencia de 140 millones de pelas de su padre, el travieso Florenci, y no supo qué hacer con ella. 
Comprendemos su apuro. En España solemos usar estas adversidades inopinadas para tapar agujeros una vez aligerado de ellas el diezmo para Hacienda, pero vaya usted a saber qué comportamiento etnológico dicta para estos casos el hecho diferencial del noreste. 
Total, que lo fue dejando, lo fue dejando y al final se encontró con que el desagradable problema sobrepasaba los 400 kilos; un tamaño bien hermoso para esta clase de quistes fiscales que se esconden a los cirujanos de la Agencia Tributaria. 
Hay quien insinúa que semejante tumor no se hereda así como así, sin una exposición continuada a las radiaciones B emanadas del Presupuesto. Pero si a San Isidro, patrón de Madrid, le araban el campo los ángeles, ¿por qué a don Jordi, padrino de Cataluña, no se le iban a multiplicar los ahorros sin necesidad de recurrir 
a la plebeya institución de la mordida? Tratándose de la primera familia de una nación diferenciada, yo no puedo aceptar que el apellido Pujol quede asociado a una estirpe de vulgares comisionistas ibéricos. Estas suspicacias típicamente típicamente 
castellanas sólo pueden nacer de mentes podridas por el centralismo y la impiedad. No obstante, el blanqueo de dinero robado al contribuyente ocurre en las mejores familias, y en el peor de los casos siempre podemos confiar en que ciertas taras hereditarias se salten una generación. Sin ir más lejos ahí tienen ustedes 
a Josep Pujol i Ferrusola, el único vástago del clan todavía libre de imputación: nos imaginamos a doña Marta mirando el retrato en traje de marinero de Josep y ladeando la cabeza con un gemido: «Jordi, ¿qué hicimos mal?» 
Testando las habilidades de la camada nos vemos obligados a considerar que la herencia del yayo Florenci transmitió algo peor que el dinero: transmitió el gen de la cleptocracia, unido a un síndrome de natural modestia. «No podía asumir la repercusión 
mediática», ha aducido don Jordi para explicar por qué tardó 23 años en confesar. Consecuentemente, la vocación política de Oriol no arraigó en la promesa de brillo público sino en el interés por sus aduanas más opacas. Ya se sabe lo mucho que la discreción conviene a los negocios. 
El filósofo Ludwig Wittgenstein heredó una de las mayores fortunas de Europa. Renunció a su parte en favor de sus hermanos y se recluyó en la cabaña de madera que había construido en un bosque noruego –algo como el nido serrano de Pablo y Tania– para terminar el Tractatus. En ese libro titánico Wittgenstein establece 
que los límites de nuestro mundo coinciden con los límites de nuestro lenguaje. 
Y concluye: «Sobre lo que no se puede hablar, más vale callarse». Hubo un tiempo en que los límites de Cataluña coincidían exactamente con el perímetro que marcaban 
los viajes a Andorra del clan Pujol. A aquel mundo honorable le correspondían 
también unos límites lingüísticos: se observaba silencio sobre aquello de lo que no se podía hablar. Es decir, sobre el tres por ciento. Lástima que en todo territorio mítico, en Cataluña como en Yoknapatawpha o Macondo, la endogamia acabe causando la degeneración de la raza. 

dissabte, 31 de gener del 2015

DIFÍCIL D’ENTENDRE (O POTSER NO TANT)

Després d’escriure sobre els grans fracassos de CiU a Amposta, potser estaria bé parlar d’altres situacions que, si més no, les podríem qualificar de peculiars o curioses.
L’Ajuntament d’Amposta és propietari d’una sèrie d’immobles escampats per tota la ciutat, sobre tot a les zones més noves com a conseqüència de les reparcel·lacions. Normalment aquestes zones s’acaben destinant a zones verdes, però també a equipaments.
Fins i tot, té en propietat immobles que amb una inversió mínima podrien ser aptes per a les necessitats que té. Per això, es fa difícil entendre que, tenint immobles que es podrien usar, no es faci.
A l’Hospital Comarcal, l’antiga Clínica Arrossera, hi ha plantes buides a les que no se’ls hi dóna cap ús, mentre que el servei de rehabilitació es fa a un local de lloguer al carrer Amèrica des de fa molts d’anys. I, a sobre, s’està pagant per un altell que no es fa servir. El preu del lloguer (contractat els anys de vaques magres), és de 15.000 euros mensuals.
No seria més lògic que s’acabés la construcció de l’Hospital Comarcal?
Un altre local que té llogat l’Ajuntament és la caserna de la policia local, al carrer Barcelona. Mentre, a l’avinguda de Sant Jaume, té l’edifici de l’escorxador vell que es podria destinar perfectament a dependències policials. En canvi, sembla que per a l’equip de govern municipal, és prioritari fer-hi un centre d’interpretació del delta de l’Ebre.
Vull recordar que per a rehabilitar l’antic escorxador es va crear una escola taller que hi va estar treballant durant molts d’anys. Ara resulta que s’ha de reformar per adaptar-les a les noves necessitats.  
És tan imprescindible fer un centre d’interpretació sobre el delta de l’Ebre?  
Mentre tota això passa, l’Ajuntament segueix pagant el lloguer de les dependències de la policia local... Curiosament tant el servei de rehabilitació, com la caserna de la policia són del mateix propietari, un antic constructor de la nostra ciutat.  
L’oposició va demanar a l’equip de govern que renegociés a la baixa uns nous preus, atès que, actualment, els preus dels lloguers estan molt més baixos que quan es van signar els contractes. Segons l’alcalde, el propietari s’hi ha negat.
Realment es va demanar una rebaixa o com que no interessa a cap de els dues parts, no es va arribar a fer la gestió?  
Normalment quan es produeixen circumstàncies similars, les parts sempre acaben arribant a un acord. I si no hi ha acord, el més habitual és que l’inquilí acabi buscant un local molt més barat i marxi.
He estat a totes dues instal·lacions i puc assegurar que la inversió per adequar els locals ha estat mínima i, per tant, no significaria un gran cost canviar de local. I, depenent de la disminució del preu, en poc temps, s’amortitzaria i a partir de llavors, es produiria un estalvi per a les arques municipals.
Dues darreres consideracions:
En tot aquest tema, no hi haurà alguna cosa amagada que pugui beneficiar a un tercer?
L’alcalde i companyia, actuarien igual si en lloc de pagar-se en diner públic (es a dir, dels ciutadans d’Amposta) ho haguessin de pagar de la seva butxaca?