FORTANETE
Nada más terminar de comer nos dirigimos hacia
Fortanete. Al mismo lado de la carretera encontramos nieve, todo y que hacía un
par de semanas que había nevado. Ello indica dos cosas: que la nevada fue
importante y que las temperaturas en este punto suelen ser bajas.
Pasamos por el puerto de Cuarto Pelado (1.657 metros).
Sin duda un puerto importante del sistema Ibérico. A partir de allí iniciamos
el descenso hacia Fortanete, no sin antes pasar por el mirador de Las Dehesas
desde donde se pueden ver unas extraordinarias panorámicas.
Al llegar a la joya
oculta del Maestrazgo, lo primeo que vi fue la ermita de la Virgen de
Loreto del siglo XVII. Así que dejamos el coche delante del secadero de jamones
de la familia Dauden y recorrimos a pie la poca distancia que nos separaba de
la ermita. Ante ella una gran esplanada verde con árboles y justo al lado, muy
canalizado, el río Fortanete.
Junto a la ermita, un indicador de madera nos señala una ruta que durante un tiempo fue una de las características de esta zona: la de los maquis.
Junto a la ermita, un indicador de madera nos señala una ruta que durante un tiempo fue una de las características de esta zona: la de los maquis.
Continuamos por un camino hasta la carretera que se
dirige a la estación de esquí de Valdelinares. Continuamos siguiendo el curso
de la carretera que cruza la población y que, en este caso se dirige a
Villaroya de los pinares hasta la plaza que hay antes de llegar a la plaza de la
iglesia. Una vez en esta segunda plaza, vimos una fuente con una figura moderna
que pájaro.
La iglesia de la Purificación es un impresionante
edificio y como la ermita es de finales del siglo XVII. Pegado a la misma está
la sede del ayuntamiento, un palacio del siglo anterior donde todavía se
observa el escudo pintado de un obispo. El edificio está porticado y en la
parte inferior albergó la cárcel.
Seguimos por las empinadas callejuelas en busca del
castillo construido por la orden religioso-militar de San Juan del Hospital de
Jerusalén, que tenía su sede principal en el castillo de Amposta.
A la bajada, nos encontramos con un edificio en forma
de L. Se trata del palacio de los Duques de Medinaceli.
A partir de allí ya nos dirigimos hacia el coche
recorriendo las calles y plazas llenas de construcciones de piedra vista típicas
de la zona no sin antes entrar a comprar un poco de jamón, cecina y queso en la
tienda de Daudén.
Seguramente a algunos de los lectores les sonará el nombre de Daudén.
Concretamente el de un tal Daudén
Ibáñez, que fue árbitro de fútbol de Primera División y ahora comentarista
en un programa radiofónico. Es oriundo de esta población.
Como anécdota explicaré que desde estas tierras, antaño, cuando llegaba el invierno, los pastores realizaban la trashumancia hacia otras menos frías pasando por caminos y cañadas. Frecuentemente, el destino eran las comarcas del S de la provincia de Tarragona. Hace unos años, asesorados por el Museo del Montsià (hoy de les Terres de l’Ebre), algunos pastores como Lionel Martorell en compañía de gente amante de las tradiciones como Joaquim Virgili, recuperaron aquel espíritu aventurero, aunque originalmente tenía más de necesidad que aventura.
Como anécdota explicaré que desde estas tierras, antaño, cuando llegaba el invierno, los pastores realizaban la trashumancia hacia otras menos frías pasando por caminos y cañadas. Frecuentemente, el destino eran las comarcas del S de la provincia de Tarragona. Hace unos años, asesorados por el Museo del Montsià (hoy de les Terres de l’Ebre), algunos pastores como Lionel Martorell en compañía de gente amante de las tradiciones como Joaquim Virgili, recuperaron aquel espíritu aventurero, aunque originalmente tenía más de necesidad que aventura.
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