Estimadas/os,
Desde el año 2010, las empleadas y
empleados públicos estamos sufriendo la más brutal sarta de ataques a nuestros
derechos con unos recortes a nuestras
retribuciones que jamás habíamos conocido ni en el peor de nuestros sueños y
que no nos merecemos. No somos la causa ni hemos causado esta crisis.
En estos últimos años hemos visto
congelar nuestras retribuciones respecto al IPC y reducir nuestras nóminas de
forma continuada.
Nuestras familias están soportando una
disminución progresiva de sus ingresos sin que se vislumbre el final a dichos
recortes. Ello mientras en este país se cabalga a lomos de la corrupción y el
fraude fiscal como deporte nacional. Las trabajadoras/es que estamos sometidos
a transparencia respecto a nuestros ingresos somos los que recibimos los
mayores ataques, cuando por el contrario se establecen amnistías fiscales para
quien defrauda y la economía sumergida es cada vez mayor. Se nos ríen en la
cara.
Se están desmantelando nuestros centros
educativos, sanitarios y demás servicios públicos con la pérdida de calidad
asociada, y se desguaza el estado de bienestar que nuestros abuelos, algunos pagándolo
con sus vidas, ayudaron a crear para nosotros. Se fuerza a una emigración desesperada
de nuestros hijos en busca de un futuro mejor. Se antoja un desprecio a los
esfuerzos de la juventud en su formación.
Hasta el momento la participación
ciudadana en las diferentes movilizaciones brilla en la mayoría de los casos por
la insuficiencia en la participación y existe un desinterés incomprensible por
una mayoría social de ciudadanos.
No podemos esperar a que algún día
tengamos que trabajar sólo por un plato de comida y ya no podamos ofrecer una
vida digna a nuestras familias y un futuro digno a nuestros hijos, mientras el
poder capitalista cabalga a sus anchas y sin escrúpulos exprimiendo a los
países mediantes intereses abusivos de sus deudas que se traducen en un destino
directo de sus ciudadanos en la más absoluta miseria.
Creo que ya es hora de que todas y todos
hagamos un ejercicio de autocritica y responsabilidad y salgamos en todas las
convocatorias a las calles a protestar enérgica y pacíficamente por nuestros
derechos.
La resignación es el allanamiento a más y
más recortes.
Las empresas van cayendo y los negocios
cerrando por un consumo en caída libre desde el inicio de la crisis y que no
tiene otra dirección mientras se siga recortando salarios y derechos y se
utilice como única bandera la austeridad. Al austericidio es donde están
llevando a nuestro país, y nosotros con nuestro silencio, nos convertimos en
cómplices.
La caída en picado del consumo es la
consecuencia de esta austeridad brutal y sin escrúpulos que nos imponen, con
los recortes continuos de salarios, lo que origina también cierres continuos de
empresas por falta de actividad económica junto a la falta de financiación
de estas. Corrupción, Eres y
deslocalizaciones de empresas están al orden del día. Contrataciones sólo por
una parte de la jornada, una economía sumergida brutal exenta de tributar con
una galopante evasión fiscal que produce una caída de ingresos en las arcas
públicas insoportable.
Es el momento de que todas/os nos
impliquemos. Todas y todos! Después ya no habrá lugar a lamentaciones. Ya será
tarde para todo.
Reflexiona y protesta!
Jordi Giménez Cabrillana (funcionari de justícia i delegat de la UGT)