dilluns, 18 de març del 2013

Carta a mis compañeras/os empleadas/os públicos





Estimadas/os,

Desde el año 2010, las empleadas y empleados públicos estamos sufriendo la más brutal sarta de ataques a nuestros derechos  con unos recortes a nuestras retribuciones que jamás habíamos conocido ni en el peor de nuestros sueños y que no nos merecemos. No somos la causa ni hemos causado esta crisis.
En estos últimos años hemos visto congelar nuestras retribuciones respecto al IPC y reducir nuestras nóminas de forma continuada.
Nuestras familias están soportando una disminución progresiva de sus ingresos sin que se vislumbre el final a dichos recortes. Ello mientras en este país se cabalga a lomos de la corrupción y el fraude fiscal como deporte nacional. Las trabajadoras/es que estamos sometidos a transparencia respecto a nuestros ingresos somos los que recibimos los mayores ataques, cuando por el contrario se establecen amnistías fiscales para quien defrauda y la economía sumergida es cada vez mayor. Se nos ríen en la cara.
Se están desmantelando nuestros centros educativos, sanitarios y demás servicios públicos con la pérdida de calidad asociada, y se desguaza el estado de bienestar que nuestros abuelos, algunos pagándolo con sus vidas, ayudaron a crear para nosotros. Se fuerza a una emigración desesperada de nuestros hijos en busca de un futuro mejor. Se antoja un desprecio a los esfuerzos de la juventud en su formación.
Hasta el momento la participación ciudadana en las diferentes movilizaciones brilla en la mayoría de los casos por la insuficiencia en la participación y existe un desinterés incomprensible por una mayoría social de ciudadanos.
No podemos esperar a que algún día tengamos que trabajar sólo por un plato de comida y ya no podamos ofrecer una vida digna a nuestras familias y un futuro digno a nuestros hijos, mientras el poder capitalista cabalga a sus anchas y sin escrúpulos exprimiendo a los países mediantes intereses abusivos de sus deudas que se traducen en un destino directo de sus ciudadanos en la más absoluta miseria.
Creo que ya es hora de que todas y todos hagamos un ejercicio de autocritica y responsabilidad y salgamos en todas las convocatorias a las calles a protestar enérgica y pacíficamente por nuestros derechos.
La resignación es el allanamiento a más y más recortes.
Las empresas van cayendo y los negocios cerrando por un consumo en caída libre desde el inicio de la crisis y que no tiene otra dirección mientras se siga recortando salarios y derechos y se utilice como única bandera la austeridad. Al austericidio es donde están llevando a nuestro país, y nosotros con nuestro silencio, nos convertimos en cómplices.
La caída en picado del consumo es la consecuencia de esta austeridad brutal y sin escrúpulos que nos imponen, con los recortes continuos de salarios, lo que origina también cierres continuos de empresas por falta de actividad económica junto a la falta de financiación de  estas. Corrupción, Eres y deslocalizaciones de empresas están al orden del día. Contrataciones sólo por una parte de la jornada, una economía sumergida brutal exenta de tributar con una galopante evasión fiscal que produce una caída de ingresos en las arcas públicas insoportable.
Es el momento de que todas/os nos impliquemos. Todas y todos! Después ya no habrá lugar a lamentaciones. Ya será tarde para todo.
Reflexiona y protesta!

Jordi Giménez Cabrillana (funcionari de justícia i delegat de la UGT)