dijous, 27 de juny del 2013

LES FOTOS DEL DIA. L'ANTIC PONT DEL TREN DE TORTOSA III










LA FRASE DEL DIA 27-06-2013



Toxo i Méndez surten de la Moncloa amb el seu minut de telediari, el màxim a que aspiren.

Qui la va dir? Jesús Rivasés, director del setmanari Tiempo.
On la vaig llegar? Al Periódico de Catalunya del 25 de juny.

Trobo lamentable que es pugui pensar així dels dos màxims dirigents sindicals d’aquest país. I ja no perquè hi estigui en desacord (penso que la majoria dels ciutadans ho veuen així), sinó pel menyspreu que significa als sindicats de classe.
La tasca dels sindicats és donar suport a la classe treballadora. Tota la resta de serveis que presten són sobrevinguts i destinats a assolir un millor finançament.
Encara que sobre els sindicats hi ha opinió per a tots els gustos, hi ha qui creu que formen part del sistema. Les milionàries subvencions que reben de l’estat comporten que, de vegades, siguin massa condescendents en lloc d’actuar amb més contundència contra la classe dominant en uns temps on el denominador comú és la pèrdua progressiva de drets i llibertats.
Però la culpa no és tota dels sindicats. El ciutadà d’aquest país és de parlar molt i actuar poc. Sinó se senten representats pels sindicats majoritaris, hi ha d’altres alternatives, tan a l’esquerra com a la dreta, per tant, no hi hauria d’haver cap excusa per a que tots els treballadors estiguessin afiliats a un sindicat.

FOTOS DE L'ASSAIG AL JARDÍ DEL BOU V

















Las probabilidades matemáticas de que lo de la infanta sea “un error”

  
Supongamos que ha sido un error humano. Supongamos que en realidad han sido cuatro errores humanos consecutivos e independientes, uno detrás de otro y por parte de personas sin relación entre sí: cuatro registradores de la propiedad distintos que tramitaron esas 13 falsas ventas del enredo de la infanta y que enviaron el DNI de Cristina de Borbón a la base de datos de Hacienda por error. De entre unos 46 millones de DNIs españoles, los cuatro se confundieron y escribieron precisamente el de la mujer de Iñaki Urdangarín. ¿Qué posibilidades habría en el universo de que ocurriese una casualidad así? La probabilidad de que se equivoquen los cuatro registradores y escriban por error, al azar, el DNI de la infanta es del orden de uno entre un 10 seguido de 30 ceros. Es decir: una entre 10.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000. O lo que es lo mismo, una entre diez quintillones. Una posibilidad entre diez billones de trillones.
Más números grandes y probabilidades pequeñas. Si en lugar de cuatro, se hubieran equivocado diez eligiendo precisamente el DNI de la infanta –entre registradores y notarios–, tal coincidencia sería matemáticamente tan probable como la de elegir por azar precisamente un átomo en concreto entre todos los del universo (una cifra con 79 ceros).
Para ser justos con la infanta y con la torpeza de los registradores imaginemos que el número posible de DNIs parecidos al de su alteza fuera sólo de 100; no mucha gente tiene un carné de identidad VIP de solo dos dígitos. Incluso así, la probabilidad de que los cuatro registradores se hubiesen equivocado y escribiesen por azaroso error el número de la infanta sería de una entre 100 millones. O lo que es lo mismo, aproximadamente una entre dos veces el "bárcenas", ese gran número recién descubierto en Suiza y que equivale a unos 47 millones.
Por comparar, la probabilidad de que te caiga un meteorito en la cabeza es solo una entre 174 millones. Si yo fuese esa anomalía estadística llamada Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, me pondría casco.
Y si yo fuera Cristóbal Montoro buscaría una excusa mejor. Una que no insulte la inteligencia de cualquier contribuyente español.