dissabte, 7 d’octubre del 2017
Iba a escribir sobre Aznar
Estoy seguro de que no va a haber una guerra en nuestro país, pero sí creo que corremos el riesgo de que se produzcan hechos dramáticos, traumáticos y hasta sangrientos que nos estigmaticen como pueblo durante las próximas décadas
CARLOS HERNÁNDEZ
CARLOS HERNÁNDEZ
Hoy, al sentarme delante del ordenador, empecé a escribir sobre la “brillante” aparición de José María Aznar en la crisis catalana. Tras recordar su papel en la guerra de Irak o en el 11M, me detuve también en las declaraciones del generalísimo Alfonso Guerra; en María Antonia Trujillo y su “Marcha Rojigualda” sobre Catalunya; en la alcaldesa popular que dio las gracias a la Falange por su patriotismo; en los policías que cantaban como si fueran hinchas de fútbol y que se comportaron como tales; en la expresidenta autonómica que estuvo en Cibeles cara al sol; en los periodistas políticos y deportivos que echan gasolina en las redes y en las teles a base de noticias falsas, exageradas o manipuladas; en el discurso partidista de un Rey; y en el presidente que, al quedar en evidencia su incompetencia, podría resultar más peligroso que nunca.
Salté después al otro lado y analicé la vulneración de casi todas leyes habidas y por haber; el descaro al dar por buenos los resultados de un referéndum celebrado en condiciones excepcionales; el acoso, perpetrado por una minoría pero absolutamente injustificable, a periodistas, policías y discrepantes; la osadía de querer declarar la independencia marginando a un amplísimo sector de la sociedad catalana. Al terminar, pensé que me había quedado a gusto. Sin embargo, cuando repasé por primera vez el texto, al ver amontonados en un solo papel todos estos hechos y declaraciones… empecé a sentir miedo. Un miedo tan intenso que me hizo arrojar a la papelera los dos folios y medio que había escrito y que me empujó a empezar de nuevo.
Los días que se avecinan son los más críticos que hemos vivido desde el 23 de febrero de 1981. Lo que está ocurriendo no es ninguna broma. Se está apelando tanto a las vísceras, al sentimiento irracional, a las banderas… que podemos estar a unas pocas horas de que se consume una gran e irreparable tragedia. He eludido hasta el día de hoy hacer comparación alguna con la Yugoslavia de los años 90. Viví algunas de aquellas guerras como corresponsal y sé las abismales diferencias que hay, afortunadamente, entre ambos casos. Aún así, es necesario recordar que también existen similitudes: el odio entre regiones alentado por políticos sin escrúpulos y mediocres, así como periodistas mercenarios e irresponsables; las llamadas populistas a agitar una bandera y quemar la del contrario; la tentación de dejar de considerar persona al vecino que no es o no piensa como tú… No. Estoy seguro de que no va a haber una guerra en nuestro país, pero sí creo que corremos el riesgo de que se produzcan hechos dramáticos, traumáticos y hasta sangrientos que nos estigmaticen como pueblo durante las próximas décadas.
El único medio, en mi humilde opinión, para evitarlo, es dejar atrás momentáneamente el pasado. Ya llegará el tiempo, cuando las aguas vuelvan a su cauce, de analizar el porqué hemos llegado hasta aquí y de castigar, de una forma o de otra, a todos los culpables. Ahora, sin embargo, debemos pensar en el hoy para evitar que mañana contemplemos el desastre mientras nos lamentamos por no haber sido capaces de evitarlo. Es de ilusos y de irresponsables pensar que en unas pocas horas o días vamos a ser capaces de resolver lo que unos cuantos se han encargado de enturbiar durante largos años. El tren se dirige hacia el abismo mientras los maquinistas discuten si hay que girar a la derecha o a la izquierda; ya no hay tiempo para que se pongan de acuerdo en la ruta; la única forma de no despeñarnos es que detengan primero el tren y que sea después cuando busquen la forma de consensuar la dirección que se debe tomar.
Confío muy poco en nuestros maquinistas y por eso creo que debemos ser los pasajeros los que les obliguemos a parar esta locura. Para lograrlo, somos nosotros, los ciudadanos, los primeros que debemos dejar a un lado nuestros, de momento, irreconciliables objetivos y centrar los esfuerzos en el medio que emplearemos para poder alcanzarlos; y ese medio no puede ser otro que el diálogo. Tal y como decían varios intelectuales, artistas y periodistas en el artículo conjunto publicado este jueves por Eldiario, es el momento de tomar las calles para exigirles que hablen. Somos muchos, creo que la mayoría de los españoles y catalanes, los que no queremos ejército, sobredosis de testosterona, soflamas beligerantes supuestamente patrióticas, ni barricadas incendiadas en Catalunya. Es la hora de que la gente le marque el camino a sus gobernantes: el camino del diálogo y de la búsqueda del acuerdo. No es el momento de tanques, antidisturbios ni guerrillas urbanas. No es el momento de escribir sobre Aznar.
divendres, 6 d’octubre del 2017
REALITAT I ESPECULACIÓ
Sabeu quan sumen dos que es barallen? Si sens a un té raó i si sens a l’altre, també... Sis-cents i sis-cents, mil dos-cents.
Què vull dir amb això? Que quan escoltes els arguments esgrimits pels independentistes tenen raó (de vegades més raó que un sant), però si escoltes els unionistes, aquells que estan en contra del procés català, també tenen raó. Per tant, els que estem equidistants (com el que surt a la vinyeta d’avui de Vergara a Eldiario.es) a qui hem de fer cas?
Les realitats són fets contrastats, impossibles de ser rebatuts. En canvi l’especulació admet tot tipus de comentaris i, per tant, sempre tindran seguidors i detractors.
El Banc de Sabadell va decidir ahir canviar el seu domicili social de Barcelona a Alacant. Ho va fer, bàsicament, per motius estratègics i econòmics. El Banc de Sabadell és la segona entitat financera de Catalunya.
La primera, CaixaBank, ho ha acordat només fa unes hores... En aquest cas el domicili social se trasllat serà a Valècia, tot i que primer s'havia especulat que seria a les Illes Balears. Per aquells que són molt més joves que jo, els hi vull fer una aportació: La denominació antiga de l’entitat era Caixa d’Estalvis i Pensions de Catalunya i Balears.
Avui mateix, Gas Natural-FENOSA, Codorniu i Freixenet també han anunciat la seva intenció d'abandonar Catalunya...
Això són fets contrastats... Reals. A partir d’aquí la majoria de comentaris que circulen per les xarxes socials i missatgeria mòbil, són meres especulacions per mirar de tranquil·litzar la parròquia.
-Respecte a la tributació per l’Impost de Societats no afectarà, ja que el gestiona l’Estat espanyol...
Aquesta és una de les afirmacions que he escoltat respecte al canvi de domicili social de les entitats que marxen de Catalunya. L’afirmació és certa, però vull recordar-vos una cosa... Catalunya ha de ser o no independent? Si ho acaba sent, es trobarà que les principals empreses del país han marxat fora.
-Ne vindran de noves...
És una afirmació que també he escoltat. Ne vindran o no... N’hi ha que en un món globalitzat on Internet domina cada cop més una gran part de les transacccions que s'hi fan, operen des d’un país proper.
Dies abans de l’1-O me vaig trobar un pagès ampostí que me va dir que estava molt preocupat perquè deixaria de cobrar les subvencions que ara arriben de la UE. I us ben asseguro que ell és dels que cobra quantitats suculentes. Efectivament, si Catalunya s’independitza haurà d’iniciar un procés adhesió que durarà el que durarà... Per tant, totes les avantatges (i algun inconvenient) que se tenen per ser un país membre de la Unió, quedaran automàticament sense efecte.
Divendres 29 de setembre mentre els tractoristes amb els seus tractors es manifestaven per davant de l’AEAT, un bon grapat de periodistes de les nostres comarques. Un d’ells era el conegut Víctor Sorribes. M’hi vaig apropar i li vaig dir:
-Ara digues-los-hi a aquests pagesos que no cobraran les subvencions...
-Aquest argument no me val –Me va dir el periodista- Quan siguem independents només de la recaptació dels impostos que no enviarem a Espanya, se podran pagar les subvencions. A més, Catalunya és un contribuent net de la UE...
Sabeu que li vaig contestar?
-Com diuen les iaies: Què Déu t’escolti!
Subscriure's a:
Missatges (Atom)