El principal tabú de la derecha española es el franquismo. La sombra
del dictador sigue proyectándose con fuerza inusitada. Y es -para los
conservadores- intocable.
La BBC ha puesto estos días el dedo en la llaga. En primer lugar, denunció la pésima gestión de dirigentes
populares
valencianos como Francisco Camps y Carlos Fabra. En segundo lugar, ha
demostrado el auge de la extrema derecha en la Comunidad Valenciana.
Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde, actual embajador de España en el Reino Unido,
protestó ante los responsables de la BBC
por haber desprestigiado a la región valenciana subrayando el papel
nefasto de Camps y Fabra (Carlos). Se creyó Trillo, siendo como es un
patriota tan rancio como ejerciente, que debía defender a España en Gran
Bretaña.
El neofranquismo
Desde la BBC no le hicieron caso alguno. Trillo se equivocó creyendo
tal vez que la cadena pública británica era como la TVE del PP.
ELPLURAL.COM ha informado ampliamente de este suceso que retrata hasta
qué punto la derecha española sigue, en buena parte, anclada en el
Antiguo Régimen. O sea, en el neofranquismo.
De casta le viene al galgo
No en vano, el padre del hoy embajador fue un militar de alta graduación en el Ejército del
Generalísimo
Franco, letrado de la Organización Sindical [el Sindicato vertical],
gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en varias provincias.
De casta, pues, le viene al galgo. Su
adoración por el ya
difunto Manuel Fraga Iribarne, fundador de AP/PP, era muy conocida y no
la ocultaba. Por cierto, Fraga también fue embajador de España en el
Reino Unido durante el tardo franquismo.
El jurista popular
El jurista
popular con mejores tentáculos en el ámbito judicial
ha sido, a lo largo de muchos años, Trillo. Es comprensible que se
indignara viendo en Londres los ataques de la BBC a Camps y a Carlos
Fabra. Camps y él mantienen unas relaciones muy estrechas. Trillo le
ayudó a Camps enormemente como abogado y como amigo.
¿Conducta delictiva?
Trillo impulsó la caída de Baltasar Garzón, lo que beneficiaba a los
chorizos de la
Gürtel.
En cuanto a Fabra, no movió un dedo, que se sepa, para investigar si su
conducta estaba siendo delictiva. Trillo no defendía la justicia, sino
que velaba con el ojo avizor por determinados intereses espurios del
Partido Popular.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM