¡Cosas verdes, amigo Sancho!
Decía nuestro insigne Cervantes
en boca de don Quijote. Y sí que se están viendo (viviendo y sobreviviendo).
Como, por ejemplo, que la derecha
"democrática" (?) española tenga un concepto de justicia social
que convierte al más puro franquismo, el de los años 40, en paradigma del
estado del bienestar, y para muestra un botón:
"El origen de la paga extra
de Navidad
Hace 67 años, el Boletín Oficial
del Estado de 24 de diciembre de 1944 publicó una Orden del día 19 en la
que, para conmemorar la Natividad del Señor, el Ministerio de Trabajo dispuso
que se abonara una gratificación equivalente a la retribución de una semana,
pagadera el día 23 de los corrientes. Un año más tarde, otra Orden del
Director General de Trabajo del Gobierno franquista, José Antonio Girón
de Velasco, aprobó que aquella paga extraordinaria tuviese carácter general
e indefinido con motivo de las fiestas de Navidad; fue el 6 de diciembre
de 1945.
En aquel momento de nuestra Historia,
con España sumida en la dura postguerra y el mundo recuperándose de la
II Guerra Mundial, aquellas órdenes del Ministerio de Trabajo se dictaron
por razones fundamentales
de justicia social,
haciéndose extensiva también a las actividades reglamentadas cuyas normas
no comprendan este beneficio en favor del personal, a la vez que se impone
puntualizar que en el caso de que el trabajador lleve prestando servicios
en la Empresa menos de un año se le reconozca el derecho a la parte proporcional
de dicha gratificación."
Esta iniciativa legislativa no hizo
más que "oficializar" la figura que ya existía desde tiempos
de Roma del aguinaldo, un emolumento en especie que se retribuía
por las fiestas del solsticio, luego cristianizadas en la Navidad.
Tampoco olvidemos que el mismo dictador
también instauró oficialmente la de verano, la del 18 de julio.
Y todo ello en plena crisis: LA
POSGUERRA. Una crisis de verdad, de las "güenas", que diría
el román paladino, sin mercados internacionales ni gaitas, ya que vivíamos
poco menos que aislados del mundo, sobreviviendo en un sistema económico
y, por supuesto, político, totalmente autárquico.
Pero ya reza el dicho que "en
España somos más papistas que el Papa", y parece que eso le pasa a
nuestra derechona, que puesta a recortar derechos, en este caso económicos,
recorta más que el mismísimo caudillo, en sus tiempos de aún fraternidad
hitleriana.
Reconoce el Estatuto de los Trabajadores
el derecho de los mismos a dos pagas extraordinarias: una en Navidad,
y la otra cuando se fije en los correspondientes convenios. El artículo
14 de nuestra Constitución, piedra angular y maestra, de nuestra transición
hacia la democracia, hacia el "estado social y democrático
de derecho" (art. 1), dicta que "todos los españoles son iguales
ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social". Que traducido, en lo que viene al caso, significa que por
tener la "condición" o "circunstancia" de ser funcionario
no puede nadie verse discriminado en un derecho de justicia social, formalizado
legalmente en una dura crisis de posguerra y por un régimen que ni siquiera
creía en la domocracia. ¿Acaso se efectuó la transición para cercenar derechos
que ya se tenían en un régimen totalitario?
Y para mayor escarnio, el presidente
señor Rajoy, "de las aguas mansas nos libre Dios", tiene el cinismo
de llamar "suspensión" a lo que es la anulación real de un derecho,
añadiendo una hipotética reposición a partir de 2015, "cuán
largo me lo fiais" que diría don Juan, pero -Santa Rita Rita, lo que
se da no se quita"- en forma de fondo de pensiones, decidiendo lo
que los afectados deben de hacer su dinero "suspenso" contante
y sonante, y sin dar opción, si el "a partir" alguna vez llega,
al derecho inalienable de la persona, reconocido o no en las leyes, de
que cada uno gasta su dinero en lo que quiere. ¡Ay qué de cerca veo el
Cuento de Navidad de Dickens!: Sociedad desvalida de derechos, diferencias
sociales extremas, condiciones laborales precarias frente al usurero portentado
(vgr. el sr. Botín y sus rentas suizas...)... Luego su majestad en el discurso
navideño nos hablará del sacrificio de todos (?), mientras su yerno brinda
con champán financiado con negocios oscuros.
Prosiguiendo con el escarnio, la
lamentable imagen de los señores diputados del PP aplaudiendo rabiosos
los recortes que anunciaba su presidente, ¡qué diferencia con la ministra
italiana anunciando los recortes en su país entre llantos!... ¡Sólo faltaba
escuchar algún que otro "Heil"!
Ya son más de uno los economistas
de relumbrón que denuncían la carga asimétrica de las medidas anticrisis,
que sólo recaen en las clases medias y bajas de la sociedad (trabajadores
del sector público o privado, parados (un recorte de prestaciones que se
disfraza como "una revisión del modelo de prestaciones por desempleo,
garantizando que éstas no generan efectos desincentivadores en la búsqueda
de empleo") o pensionistas). Y esta carga asimétrica no hace más
que ahondar cada día más las diferencias entre las clases sociales en la
sociedad actual, aparte de dejarnos con cara de idiotas a los que nos incluimos
en el sector "de la mitad para abajo" del espectro sociológico.
Se está gobernando por y para los ricos, llamemos a las cosas por su nombre,
si hasta el propio Sarkosy instauró en Francia un impuesto sobre grandes
fortunas, mientras aquí se preavisa al señor Botín para que regularice
de "motu propio" los más de 6.000 millones de euros que él y
su familia evadieron a Suiza.
Los directivos de las empresas del
IBEX han subido sus emolumentos entre un 4 y un 9 %, rondando el sueldo
medio por directivo en torno a los 522.000 euros, sobre todo los incentivos
variables, que no será por meritosa labor, vista la caída en picado de
las cotizaciones de sus empresas. Un ejemplo más del ahondamiento de las
desigualdades sociales. De las fiscales ya se encarga el propio gobierno
con la amnistia, o el indulto fiscal, a las fortunas evadidas del país.
El presidente, elegido por el voto
mayoritario de los españoles, dice que no le gusta hacer lo que hace pero
que tiene que hacerlo, en un incumplimiento flagrante de su programa, programa
al que votaron los electores... Pero, ¿acaso no sabía lo que había? El
déficit del 6 al 8,3 proviene casi totalmente de la deuda camuflada de
las CC.AA., en las ellos gobernaban mayoritariamente desde mayo de 2011,
¿de mayo a diciembre no vieron el desfase? O mentirosos o incapaces, elíjase
el calificativo... En Madrid el déficit era el doble del expuesto por la
sra. Aguirre ¿también la culpa es de la herencia?... La prima de riesgo
iba en tendencia ascendente, esto ya lo sabían cuando hicieron su programa.
En el que, dicho sea de paso, se anunciaba una bajada de impuestos y a
los 20 días se hizo la subida del IRPF, ¡descubrieron en veinte días que
su programa era imposible! Todo esto tiene un nombre FRAUDE ELECTORAL,
que si bien no es delito penal sí al menos debiera serlo político, y su
responsabilidad es la retirada y que el pueblo decida, a ser posible SIN
MÁS ENGAÑOS.
Cuando ZP anunciaba sus medidas
de recorte, la derecha "democrática" española pedía el anticipo
de elecciones basándose en incumpliento de su programa, en tanto llevaba
ya tres años de legislatura y sin recortes. Y ahora que se hace alevosamente
se vuelve el discurso a la tierna infancia: "maestra, es que yo no
quería..."
Según datos, aparecidos en máspúblico.com,
lo aportado por España a los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal ronda
la cifra de los 100.000 millones de euros. Alemania, en voz de algún ministro,
alega que ya es hora de que le devuelvan lo invertido en Europa... ¿España
carece del mismo derecho? No es un favor lo que se pide a Europa, es que
se devuelva lo aportado porque ahora lo necesitamos nosotros. Alemania
sólo mira su ombligo y España a las musarañas.
Tal vez sea hora de retomar la frase
de Unamuno y proclamar que "hay que españolizar Europa",
como ya hemos hecho futbolísticamente. Dicho de otra manera, o nos plantamos
o nos comen.
Ésta es la sociedad que nos espera
si no hacemos nada. Nuestros abuelos y nuestros padres nos legaron un estado
democrático y social de derecho, con derechos económicos para TODOS los
trabajadores, con libertades individuales y colectivas... Y nosostros,
¿qué vamos a legar? La "dictadura del número" que ya preludiara
Ortega y Gasset, sin más derecho que el pataleo...
TODO TIENE UN LÍMITE, SEÑORAS
Y SEÑORES, A NOSOTROS NOS CORRESPONDE DEFENDERLO... Y SÍ NO, QUE
NUESTROS HIJOS (O DIOS Y LA HISTORIA) NOS LO DEMANDEN...
¡Feliz Navidad mister Rajoy-Scrooge!