El restaurante Casa de Banys está
situado en el balneario de l’Avellà de Catí.
El establecimiento fue renovado hace unos
años aunque conserva la distribución que debía de tener antaño, sobre todo
porque no ha habido modificaciones estructurales en el exterior.
Lo primero que sorprende es la amplia carta
con más de 20 primeros platos y otros tantos segundos. Todos ellos forman
parte de la cocina tradicional aunque en algunos casos ha habido pequeñas
modificaciones culinarias que le dan un toque personal pero igualmente
interesante.
Cuando acudes por primera vez a un restaurante,
solo puedes opinar de los platos que has degustado.
De primero pedí una ensalada de carpacho
de bacalao marinado acompañada de una de estas variedades de lechuga que
tenemos hoy en día con piñones, pasas y nueces. Y de segundo unas manitas
de cerdo con gambas (de hecho sólo había una) y creo que también llevaba
caracoles, pero no deberían de tener. En cuanto a la salsa, estaba hecha
de tomate y pimiento.
A la hora del postre, cantado por la camarera,
escogimos los tres un helado consistente en tres bolas con un poco de nata
montada.
Valoración:
Comida, bien 3,5 (sobre 5)
Bebida, no se valora. No nos mostraron la
carta de vinos. Nos sacaron el vino de la casa que era D.O. Terra Alta.
Instalaciones, bien 3.
Servicio, notable 4.
Amabilidad, muy bien (4,5)
Decoración, suficiente 2,5.
Servicios, bien 3.
Alrededores, notable 4. Situado a la entrada
del histórico santuario-balneario de la Font de l’Avellà de Catí, ocupa
un enclave privilegiado entre dos valles con unas excelentes vistas: la
del barranco del Mas de Blay, al E y la del barranco de Fustés de Salvasoria
al O. Para acceder hay que pasar por un túnel de unos 300 metros.
Aspectos a mejorar.
-La carta. La de ahora consta de un folio
dentro de una funda transparente. También deberían tener carta de vinos
y de postres.
-Las instalaciones no están adaptadas. Tanto
para acceder al restaurante como a los servicios se tiene que hacer por
medio de una escalera.
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