diumenge, 20 de desembre del 2015

¿Quiénes son hoy los extremistas? ¿Los llamados radicales o los moderados?

Vicenç NavarroCatedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Las estructuras de poder financiero y económico configuran, a través de los medios de información y persuasión que influencian (y que en muchas ocasiones controlan), la sabiduría convencional del país, que define cuáles son los términos y conceptos en el discurso político-mediático que deben considerarse aceptables, y cuáles no. En esta sabiduría convencional, el abanico de lo que es aceptable es bastante reducido, reciclándose siempre en una narrativa sesgada y manipulada a su favor. Un ejemplo de ello es la redefinición del abanico político, en el que la derecha, e incluso la ultraderecha, se presentan como centro, y la izquierda como extremista y radical.
Así, en España no parecen existir partidos ni de derecha ni de ultraderecha. En realidad, a los partidos conservadores (PP) o liberales (Ciudadanos) se los presenta como partidos de centro, o como máximo de centro-derecha, acentuando más el centro que la derecha. Y a los partidos que son de izquierda, como Podemos e Izquierda Unida, se los presenta como radicales o extremistas, cuyas propuestas son a todas luces irrealizables por su clara inoperancia. Este sesgo es incluso más acentuado en los medios de información económica, que en España alcanzan unos niveles exagerados de sesgo y discriminación.
Otro tanto ocurre con la cobertura que los medios hacen sobre las alternativas políticas a nivel internacional. Así, hemos visto un consenso entre los mayores medios de información y persuasión españoles en su presentación del líder del Partido Laborista, el Sr. Jeremy Corbyn, como un personaje radical, claramente inelegible debido a que sus propuestas están excesivamente alejadas de lo que las estructuras del poder económico y financiero consideran aceptable. Con ello se le intenta marginar, atribuyendo esta marginación a que sus propuestas son tan lejanas del sentir popular del país que hacen imposible que pueda salir elegido en el Reino Unido.
A la luz de esta situación, es interesante analizar la propuestas del Sr. Corbyn una por una, y ver si son tan exageradas e impopulares a nivel de calle como indican los establishments financieros-económicos-mediáticos-políticos que ejercen una enorme influencia tanto en el Reino Unido como en España.
Hagamos, pues, una lista de las propuestas supuestamente extremistas de tal político, político que, por cierto, fue elegido como líder del Partido Laborista por nada menos que el 60% de sus bases, muy por encima de los otros candidatos considerados más razonableS, moderados o realistas (y un largo etcétera de adjetivos usados en los medios para definirlos), que alcanzaron unos porcentajes muy inferiores: Burnham 19%, Cooper 17% y Kendall 4,5% (todos ellos discípulos de Tony Blair —fundador del socioliberalismo—, uno de los políticos menos populares hoy en el Reino Unido).
1. Propuesta de no renovar y modernizar los submarinos nucleares armados con el sistema Trident (que ha creado un gran revuelo en el establishment político del Reino Unido, incluyendo un revuelo en el mismo grupo parlamentario laborista británico). En el Parlamento británico solo el Partido Nacional Escocés (independentista escocés) apoya la propuesta. Este partido consiguió una gran popularidad en Escocia, consecuencia de que estaba más a la izquierda que el Partido Laborista (hasta que se eligió al Sr. Corbyn).
Esta oferta intolerable para el establishment financiero, económico, mediático y político del país, ha sido, sin embargo, apoyada por expertos militares, e incluso generales en la reserva, por considerarse tal renovación excesivamente costosa y de escaso valor militar. Por lo visto, algunos de los expertos y generales en la reserva eran, en realidad, extremistas radicales camuflados. La mayoría de la población británica, por cierto, parece también estar bajo la influencia de “súper extremistas radicales”, pues también está de acuerdo en no realizar tal inversión militar.
Esta oferta intolerable para el establishment financiero, económico, mediático y político del país, ha sido, sin embargo, apoyada por expertos militares, e incluso generales en la reserva, por considerarse tal renovación excesivamente costosa y de escaso valor militar. Por lo visto, algunos de los expertos y generales en la reserva eran, en realidad, extremistas radicales camuflados. La mayoría de la población británica, por cierto, parece también estar bajo la influencia de súper extremistas radicales, pues también está de acuerdo en no realizar tal inversión militar.
2. Propuesta de no bombardear al ISIS, subrayando que tales bombardeos no conseguirán los objetivos que se quieren alcanzar, señalando que en Irak consiguieron lo contrario de lo que se deseaba, expandiendo considerablemente el fundamentalismo islámico.
El establishment político-mediático británico, sin embargo, ha presentado tal oposición como consecuencia de un pacifismo alarmante del Sr. Corbyn. Es interesante que el desacuerdo de tal establishment con la propuesta de no bombardear los territorios ocupados por el ISIS ha inducido a una persona del propio grupo parlamentario laborista, Ministro de Asuntos Exteriores en la sombra, el Sr. Hilary Benn, presentado por el corresponsal de La Vanguardia en Londres, el Sr. Rafael Ramos, como la “nueva estrella laborista” (La Vanguardia, 12.12.15, p. 15), la esperanza para el deseado relevo al Sr. Corbyn.
Tal señor es nada menos que el hijo de Tony Benn, que fue uno de los dirigentes más a la izquierda que haya tenido el Partido Laborista y al que, por lo visto, el hijo le ha salido rana. Por cierto, algo parecido ocurrió con los hijos de mi buen amigo Ralph Miliband, uno de los politólogos más críticos con el laborismo británico, cuyos hijos, Edward y David, fueron los herederos políticos de Tony Blair. El Sr. Benn hijo también había apoyado la invasión de Irak, que el mismo Blair ha indicado recientemente que fue un error.
El Sr. Benn hijo no ha dicho que lo fuera. Y ahora se lo está promoviendo como la gran esperanza del Partido Laborista, sustituyendo al muy odiado (por el establishment) Sr. Corbyn. La mayoría de la población británica, por cierto, está también en contra de los bombardeos, supuestamente influenciados por extremistas camuflados en las redes sociales.
3. Propuesta de poner fin a todos los recortes en los servicios públicos del Estado del Bienestar, oponiéndose también a las reformas de los servicios de asistencia a las poblaciones vulnerables, que el gobierno conservador quiere eliminar, afectando a veinte millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza en el Reino Unido. Por lo visto, la mayoría de la población británica ha sucumbido también a las voces supuestamente extremistas que se oponen a tales recortes y tales reformas.
4. Propuesta de deshacer la reforma laboral impuesta por el gobierno conservador, que está dañando enormemente el bienestar de la clase trabajadora británica.
5. Propuesta de defender a los sindicatos frente a los ataques del gobierno Cameron, que quiere destruirlos. La mayoría de la población no favorece las reformas laborales del gobierno Cameron.
6. Propuesta de reintroducir políticas fiscales progresivas que disminuyan las desigualdades de renta tan acentuadas que se han registrado durante los últimos años. El nivel de renta del 0,01% de la población en el Reino Unido ha pasado de ser equivalente a 28 veces el salario promedio nacional en 1975, a 70 veces en 1990 y 120 veces en 2014. Los salarios han bajado durante el periodo conservador, mientras que los ingresos de los dirigentes empresariales han crecido un 151%. La mayoría de la población británica desaprueba el enorme crecimiento de las desigualdades en el Reino Unido.
7. Propuesta de renacionalizar el Servicio Nacional de Salud, las compañías energéticas, de transporte ferroviario y la compañía de correos (que fueron privatizados por los gobiernos conservadores y laboristas anteriores, y que, cada uno de ellos, ha significado un gran deterioro de tales servicios). El 84% de la población está a favor de renacionalizar el Servicio Nacional de Salud, y el 68%, el 67% y el 66% están a favor, respectivamente, de renacionalizar las compañías energéticas, la de correos y la del transporte ferroviario.
Ni que decir tiene que los medios de información y persuasión españoles han reproducido las mismas acusaciones de extremismo hacia el nuevo dirigente del Partido Laborista. Estos son los mismos medios que señalan las propuestas de Podemos e IU como extremistas. ¿Se dan cuenta de quiénes son los actuales extremistas? Estos medios fueron los mismos que apoyaron las políticas neoliberales que han causado un enorme daño a las clases populares, políticas que han sido un desastre.
Estas políticas (impuestas, pues no estaban en las ofertas electorales de los supuestos partidos de centro) han causado el mayor daño conocido durante el periodo democrático al bienestar de estas clases, sin que ninguno de los grandes medios de información y persuasión considerados como moderados y razonables (donde la sabiduría convencional se reproduce) dijera nada. ¿Quiénes son, pues, los extremistas?
Una última nota. Es más que preocupante que la dirección del PSOE, bajo el liderazgo del Sr. Pedro Sánchez, haya caído también en la reproducción de la sabiduría convencional sobre el Sr. Corbyn, indicando que no es el tipo de socialdemocracia que favorecen, identificándose más con Hollande, el Presidente socialista francés. Esta postura es  preocupante, pero predecible. No se dan cuenta —pues nunca han hecho una autocrítica— de lo que está ocurriendo, ni en España ni en Europa. Hollande ha sido una enorme decepción. Y hoy, en Francia, la juventud y la clase obrera están votando a Le Pen. Pero la imposibilidad de la dirección del PSOE de entender lo que está pasando en España es un componente muy negativo, no solo para tal partido (que hizo mucho en el pasado), sino para todo el país.

dissabte, 19 de desembre del 2015

A QUI NO VOTARÉ DEMÀ

Actualment em passa en política el mateix que amb el futbol: sóc més anti que pro... Ja sabeu que temps enrere deia que sóc mésanti-madridista que barcelonista... En política sempre tinc clar a qui no votaré, però fins la darrera hora no tinc clar a qui he de votar.
Fa unes setmanes li vaig dir a un amic d’ERC d’aquells de tota la vida, no com altres que s’hi ha fet darrerament perquè estan de moda: No descarto votar ERC les properes generals del 20-D. Però al final no els votaré.
D’entrada descarto tots aquells partits de dreta i fins i tot a aquells que es qualifiquen de centre. Ja sabeu que considero que ser de centre és no ser ni xixa ni limonà...    
Per tant (recapitulem) no votaré ni al PP, ni a C’s, ni a DiLl, ni a UDC, ni a altres partits extraparlamentaris més partidaris del’aguilot que de les urnes.  
L’altre dia feia broma amb un post que va penjar mon fill Facebook on es reflectien els diferents partits i les coses amb les quals estaven a favor i en contra. Mentre de les que eren partidaris hi havia un Sí en verd, a les que s’oposaven hi havia un No en roig. Vaig comentar que com que jo era roig, votaria al partit que més roig tenia o sigui, el PP. Hi va haver qui s’ho va prendre seriosament.
El PP, junt am CDC (aunque la mona se vista de seda...), d’entrada són els primers que descarto. És difícil trobar coincidències amb la meva manera de pensar. Ni socialment, ni econòmicament, ni laboralment i si m’apureu, ni culturalment... Per tant deduireu fàcilment que no els he votat mai... I si un dia ho faig, ja podeu anar mirant de tancar-me a un centre psiquiàtric perquè serà que m’he begut l’enteniment.  
C’s és a Espanya un partit nou, però a casa nostra ja fa uns quants anys que té representació parlamentaria. És evident que Rivera i els seus (Toni Cantó per exemple que va sortir esperitat de UpyD quan va veure que allí no tenia res a guanyar) tampoc compartim la mateixa idea de país. Amb el pas dels anys trobo que estic patint un procés a la inversa d’aquell que seria normal. Ja sabeu que diuen que qui als 20 anys no és revolucionari és que no té cor i que als 40 no és conservador és que no té cap. Trobo que cada vegada em radicalitzo més. A la meva edat ja no vaig a cap manifestació que no em motivi ni solc participar a cap assemblea amb la que no em senti identificat, ni miro cap debat que, a priori ja sé el que diran. Com a molt assisteixo a alguna xerrada que pugui enriquir els meus coneixements i de passada, en alguns casos, que em posi més de mala llet.
C’s, per molt que Rivera ho vulgui negar, representa a la dreta pura i dura. Alguns diuen que serà el substitut natural del PP i no descarto que així sigui. Em vaig equivocar quan vaig augurar que tindrien una vida curta, políticament parlant. Ara és com aquell animaló al que sé li ha donat tant de menjar que s’ha fet gros i quan te’n adones ja no el pots dominar.
De tots els que he esmentat més amunt només em queda parlar d’UDC, el partit de Duran, de Pelegrí, d’Espadaler i d’altres. Un partit al que jo, evidentment no votaré, però sembla que tampoc el votaran la majoria dels ciutadans, ja que les enquestes no li donen cap tipus de representació tal i com ja va passar les passades eleccions al Parlament del 27-S.
UDC no em produeix tanta animadversió com CDC, però difícilment votaré mai un partit que es defineixi com a socialdemòcrata.
A partir d’aquí s’accepten tot tipus de conjetures i que cadascú dedueixi quin serà el sentit del meu vot. Opcions ja no en queden tantes...  



Per cert, no fa gaires dies també vaig anunciar a un altre partit que tampoc votaré... Ah! 

LA FOTO DENÚNCIA DEL DIA 19-12-2015

Tortosa. Carrer Ulldecona. 

Quina necessitat hi ha de fergar la vorera?
I si un dia rallisca algú què farem?  

SANT JAUME D'ENVEJA. MIGJORN (6)