Vicenç NavarroCatedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Las estructuras de poder financiero y económico configuran, a través de los medios de información y persuasión que influencian (y que en muchas ocasiones controlan), la sabiduría convencional del país, que define cuáles son los términos y conceptos en el discurso político-mediático que deben considerarse aceptables, y cuáles no. En esta sabiduría convencional, el abanico de lo que es aceptable es bastante reducido, reciclándose siempre en una narrativa sesgada y manipulada a su favor. Un ejemplo de ello es la redefinición del abanico político, en el que la derecha, e incluso la ultraderecha, se presentan como centro, y la izquierda como extremista y radical.
Así, en España no parecen existir partidos ni de derecha ni de ultraderecha. En realidad, a los partidos conservadores (PP) o liberales (Ciudadanos) se los presenta como partidos de centro, o como máximo de centro-derecha, acentuando más el centro que la derecha. Y a los partidos que son de izquierda, como Podemos e Izquierda Unida, se los presenta como radicales o extremistas, cuyas propuestas son a todas luces irrealizables por su clara inoperancia. Este sesgo es incluso más acentuado en los medios de información económica, que en España alcanzan unos niveles exagerados de sesgo y discriminación.
Otro tanto ocurre con la cobertura que los medios hacen sobre las alternativas políticas a nivel internacional. Así, hemos visto un consenso entre los mayores medios de información y persuasión españoles en su presentación del líder del Partido Laborista, el Sr. Jeremy Corbyn, como un personaje radical, claramente inelegible debido a que sus propuestas están excesivamente alejadas de lo que las estructuras del poder económico y financiero consideran aceptable. Con ello se le intenta marginar, atribuyendo esta marginación a que sus propuestas son tan lejanas del sentir popular del país que hacen imposible que pueda salir elegido en el Reino Unido.
A la luz de esta situación, es interesante analizar la propuestas del Sr. Corbyn una por una, y ver si son tan exageradas e impopulares a nivel de calle como indican los establishments financieros-económicos-mediáticos-políticos que ejercen una enorme influencia tanto en el Reino Unido como en España.
Hagamos, pues, una lista de las propuestas supuestamente extremistas de tal político, político que, por cierto, fue elegido como líder del Partido Laborista por nada menos que el 60% de sus bases, muy por encima de los otros candidatos considerados más razonableS, moderados o realistas (y un largo etcétera de adjetivos usados en los medios para definirlos), que alcanzaron unos porcentajes muy inferiores: Burnham 19%, Cooper 17% y Kendall 4,5% (todos ellos discípulos de Tony Blair —fundador del socioliberalismo—, uno de los políticos menos populares hoy en el Reino Unido).
1. Propuesta de no renovar y modernizar los submarinos nucleares armados con el sistema Trident (que ha creado un gran revuelo en el establishment político del Reino Unido, incluyendo un revuelo en el mismo grupo parlamentario laborista británico). En el Parlamento británico solo el Partido Nacional Escocés (independentista escocés) apoya la propuesta. Este partido consiguió una gran popularidad en Escocia, consecuencia de que estaba más a la izquierda que el Partido Laborista (hasta que se eligió al Sr. Corbyn).
Esta oferta intolerable para el establishment financiero, económico, mediático y político del país, ha sido, sin embargo, apoyada por expertos militares, e incluso generales en la reserva, por considerarse tal renovación excesivamente costosa y de escaso valor militar. Por lo visto, algunos de los expertos y generales en la reserva eran, en realidad, extremistas radicales camuflados. La mayoría de la población británica, por cierto, parece también estar bajo la influencia de “súper extremistas radicales”, pues también está de acuerdo en no realizar tal inversión militar.
Esta oferta intolerable para el establishment financiero, económico, mediático y político del país, ha sido, sin embargo, apoyada por expertos militares, e incluso generales en la reserva, por considerarse tal renovación excesivamente costosa y de escaso valor militar. Por lo visto, algunos de los expertos y generales en la reserva eran, en realidad, extremistas radicales camuflados. La mayoría de la población británica, por cierto, parece también estar bajo la influencia de súper extremistas radicales, pues también está de acuerdo en no realizar tal inversión militar.
2. Propuesta de no bombardear al ISIS, subrayando que tales bombardeos no conseguirán los objetivos que se quieren alcanzar, señalando que en Irak consiguieron lo contrario de lo que se deseaba, expandiendo considerablemente el fundamentalismo islámico.
El establishment político-mediático británico, sin embargo, ha presentado tal oposición como consecuencia de un pacifismo alarmante del Sr. Corbyn. Es interesante que el desacuerdo de tal establishment con la propuesta de no bombardear los territorios ocupados por el ISIS ha inducido a una persona del propio grupo parlamentario laborista, Ministro de Asuntos Exteriores en la sombra, el Sr. Hilary Benn, presentado por el corresponsal de La Vanguardia en Londres, el Sr. Rafael Ramos, como la “nueva estrella laborista” (La Vanguardia, 12.12.15, p. 15), la esperanza para el deseado relevo al Sr. Corbyn.
Tal señor es nada menos que el hijo de Tony Benn, que fue uno de los dirigentes más a la izquierda que haya tenido el Partido Laborista y al que, por lo visto, el hijo le ha salido rana. Por cierto, algo parecido ocurrió con los hijos de mi buen amigo Ralph Miliband, uno de los politólogos más críticos con el laborismo británico, cuyos hijos, Edward y David, fueron los herederos políticos de Tony Blair. El Sr. Benn hijo también había apoyado la invasión de Irak, que el mismo Blair ha indicado recientemente que fue un error.
El Sr. Benn hijo no ha dicho que lo fuera. Y ahora se lo está promoviendo como la gran esperanza del Partido Laborista, sustituyendo al muy odiado (por el establishment) Sr. Corbyn. La mayoría de la población británica, por cierto, está también en contra de los bombardeos, supuestamente influenciados por extremistas camuflados en las redes sociales.
3. Propuesta de poner fin a todos los recortes en los servicios públicos del Estado del Bienestar, oponiéndose también a las reformas de los servicios de asistencia a las poblaciones vulnerables, que el gobierno conservador quiere eliminar, afectando a veinte millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza en el Reino Unido. Por lo visto, la mayoría de la población británica ha sucumbido también a las voces supuestamente extremistas que se oponen a tales recortes y tales reformas.
4. Propuesta de deshacer la reforma laboral impuesta por el gobierno conservador, que está dañando enormemente el bienestar de la clase trabajadora británica.
5. Propuesta de defender a los sindicatos frente a los ataques del gobierno Cameron, que quiere destruirlos. La mayoría de la población no favorece las reformas laborales del gobierno Cameron.
6. Propuesta de reintroducir políticas fiscales progresivas que disminuyan las desigualdades de renta tan acentuadas que se han registrado durante los últimos años. El nivel de renta del 0,01% de la población en el Reino Unido ha pasado de ser equivalente a 28 veces el salario promedio nacional en 1975, a 70 veces en 1990 y 120 veces en 2014. Los salarios han bajado durante el periodo conservador, mientras que los ingresos de los dirigentes empresariales han crecido un 151%. La mayoría de la población británica desaprueba el enorme crecimiento de las desigualdades en el Reino Unido.
7. Propuesta de renacionalizar el Servicio Nacional de Salud, las compañías energéticas, de transporte ferroviario y la compañía de correos (que fueron privatizados por los gobiernos conservadores y laboristas anteriores, y que, cada uno de ellos, ha significado un gran deterioro de tales servicios). El 84% de la población está a favor de renacionalizar el Servicio Nacional de Salud, y el 68%, el 67% y el 66% están a favor, respectivamente, de renacionalizar las compañías energéticas, la de correos y la del transporte ferroviario.
Ni que decir tiene que los medios de información y persuasión españoles han reproducido las mismas acusaciones de extremismo hacia el nuevo dirigente del Partido Laborista. Estos son los mismos medios que señalan las propuestas de Podemos e IU como extremistas. ¿Se dan cuenta de quiénes son los actuales extremistas? Estos medios fueron los mismos que apoyaron las políticas neoliberales que han causado un enorme daño a las clases populares, políticas que han sido un desastre.
Estas políticas (impuestas, pues no estaban en las ofertas electorales de los supuestos partidos de centro) han causado el mayor daño conocido durante el periodo democrático al bienestar de estas clases, sin que ninguno de los grandes medios de información y persuasión considerados como moderados y razonables (donde la sabiduría convencional se reproduce) dijera nada. ¿Quiénes son, pues, los extremistas?
Una última nota. Es más que preocupante que la dirección del PSOE, bajo el liderazgo del Sr. Pedro Sánchez, haya caído también en la reproducción de la sabiduría convencional sobre el Sr. Corbyn, indicando que no es el tipo de socialdemocracia que favorecen, identificándose más con Hollande, el Presidente socialista francés. Esta postura es preocupante, pero predecible. No se dan cuenta —pues nunca han hecho una autocrítica— de lo que está ocurriendo, ni en España ni en Europa. Hollande ha sido una enorme decepción. Y hoy, en Francia, la juventud y la clase obrera están votando a Le Pen. Pero la imposibilidad de la dirección del PSOE de entender lo que está pasando en España es un componente muy negativo, no solo para tal partido (que hizo mucho en el pasado), sino para todo el país.