Hola Andreu, no sé si es muy atrevido
por mi parte afirmar que, junto con Emili Rosales, eres el escritor contemporáneo
de las comarcas Ebro más conocido tanto en España como fuera de ella.
P. Según tu biografía, has nacido en Ascó, en la comarca de la Ribera de Ebro catalana… Hablando del Ebro, el río vertebrador de nuestro territorio, ¿cómo ha influido en tu literatura?
R: El río Ebro, es un accidente geográfico tan potente que marca la vida de todo su entorno, de la misma manera que vivir en los Pirineos, la alta montaña, o una ciudad… De alguna forma, también somos hijos del paisaje… Como somos hijos de una época. Además el Ebro, en mi época infantil, el paraíso perdido de todo fabulador, tenía una fuerza de atracción irresistible. Vivíamos bajo el influjo del gran dios Ebre. Era como un parque temático absolutamente natural, salvaje, muy peligros, con infinitas posibilidades y sin vigilancia… Construíamos cabañas, balsas, pescábamos, descubríamos el mundo con los ojos del padre río… Cruzar el Ebro nadando, una temeridad, prohibida totalmente por nuestros padres, era la prueba de madurez, hacerse hombre, solo, nadando en el interior del dragón verde, traicionero, luchando contra la corriente y contra uno mismo, hay que vencer los miedos, serenar-se, respirar, nadar… Cada año el dios Ebre se llevaba una vida, un ahogado, un niño… Era el precio que se había de pagar, el tributo despiadado del sacrificio humano. Y luego pero la noche saltábamos la tapia del cementerio haber quien tenia cojones de ver la cara del ahogado en la fría mesa de autopsias… Una parte de todas esas experiencias queda reflejada en mi literatura y especialmente en la última novela “Imprenta Babel”
P. Cuéntanos un poco como fueron tus inicios y con las dificultades que sin duda encontraste antes de publicar tú primera obra.
R: Los inicios siempre son difíciles y en mi caso puede que más, vivir en un pueblo alejado de los centros culturales... Recuerdo que trabajaba de peón caminero en la carretera Flix- Maials, un tramo de l’Eix de l’Ebre, para la empresa Ferrovial. Estaba casado y ya teníamos un hijo… Y escribía sin parar, tenía 33 años. Recuerdo que estaba matriculado en la UNED, en Tortosa, hice el curso de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, y después continúe cursando Filosofía pura. Compaginaba el duro trabajo de pico y pala, con los presocráticos, Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, la Lógica de Hegel… Y un día un amigo profesor que por las noches me daba clases, me dijo… Andreu, te has convertido en Hegel… Quede atrapado en la lógica. Tenía que salir de ese poderos influjo, y la ficción, la literatura fue la llave que abrió la puerta de Hegel.
P. Tu primera obra publicada, La tinta de la inmortalidad (Editorial Pòrtic -1991-), ¿fue el presagio de una larga y fructífera producción literaria?
R: La verdad que fue una gran sorpresa para mí… Además por pura casualidad había ganado uno de los premios más prestigiosos y con más solera de Catalunya… De hecho, al ganar este premio literario, descubrí que tenía una gran amante: La Literatura, a ella se lo debo todo, lo deje todo, lo di todo… Y quede atrapado por mi Musa y amante literaria, celosa en extremo y posesiva. Y en ese camino estoy, en una isla encantada, como Ulises, atrapado en un viaje literario sin retorno y sin Ítaca.
P. Por lo visto, en una de tus novelas, Anjup, Confessions d’un bandoler (Edicions 62 -2000-), escrita en catalán, te inspiraste en la canción de Lluís Llach El Bandoler, pero ¿también te sirvió de inspiración la figura de Panchampla, el famoso bandolero de Alfara de Carles?
R: Efectivamente… Recuerdo, que en aquella época estaba trabajando de periodista (tengo una vida laboral larga y muy variada…) y realicé una serie de artículos sobre bandoleros de les Terres de l’Ebre y el Priorat que proliferaron después de la guerra del francés y especialmente en las Terribles Guerras Carlistas, entre estos bandoleros tenemos al popular Panxampla, también Carrasclet, o Currutaco de Mora d’Ebre, que era una especie de Robin Hood… A partir de todos estos bandoleros y con la banda sonora de Lluis Llach, nació Anjub…
P. Donde sí penetras abiertamente en uno de los personajes más importantes del territorio es en El invierno del Tigre (Editorial Planeta -2004-), basada en Ramón Cabrera el general carlista apodado el Tigre del Maestrazgo. Durante tu periodo de investigación para escribirlo, ¿cuál fue el descubrimiento qué más te sorprendió?
R: De hecho con la novela del bandolero Anjub me introduje en la fascinante vida del siglo XIX, a partir del trieno liberal, 1820-23… (La primera Cosntitución, la de Riego) Y en la primera guerra Carlista la figura del Tigre del Maestrazgo, el conde de Morella, Ramón Cabrera. Uno de los personajes más conocidos de su época, sus gestas guerreras eran conocidas por toda Europa… El Tigre encarnaba la figura del héroe romántico. Reinvento la forma de hacer la guerra, la guerrillas que tanto éxito habían tenido unos años atrás contra las tropas regulares de Napoleón con Ramón Cabrera alcanzan su máxima expresión... Su carrera militar fulgurante, sus éxitos militares en campo de batalla contra los mejores generales de la Reina… Su vida amorosa, Cabrera se casó con Marianne Caterin Richards, una rica heredera de Londres… Siguiendo los pasos del Tigre uno va de sorpresa en sorpresa. De hecho es un personaje que ha inspirado numerosas obras de ficción de todas las épocas… Pero sin duda la que más me influenció, fue “Les histories naturals”, donde el conde de Morella es un vampiro. Una obra clásica, una de las mejores de la literatura catalana de todos los tiempos, escrita por mi maestro y amigo personal, fallecido hace unos años, el gran escritor Joan Perucho.
P. En tu dilatada obra literaria has obtenido varios premios, de todos ellos, ¿de cuál te sientes más orgulloso?
R: Quizás el premio que más ilusión me hizo y también más sorpresa no sea literario, fue La Sirga d’Or. Una condecoración bianual por votación popular de mis propios paisanos.
P. Andreu: tú y yo pertenecemos a la misma quinta, por lo tanto, recibimos casi toda la enseñanza en castellano. Pero en tu obra igual se pueden encontrar obras escritas en castellano como en catalán, ¿escribes indistintamente o tienes preferencia por alguna de ellas?
R: Mi lengua materna y también la paterna es el catalán. Mi periodo escolar como el de muchos transcurrió en el franquismo y por lo tanto el catalán estaba absolutamente prohibido, además cada mañana nos hacían cantar “El cara al Sol” y otras canciones de tipo fascista. De pequeño empecé a escribir cuentos en mi catalán, desconociendo completamente que había una gran lengua literaria con obras tan importantes como “El Tirant” mencionada en el Quijote, con autores como Ausias March o Josep Pla… También escribía cuentos en castellano, y naturalmente leía en castellano. Creo que saber hablar y escribir en castellano, además de tener una buena competencia literaria ha sido para mí fundamental, muy importante en mi formación como escritor y como persona. Después de la transición democrática aprendí correctamente el catalán y alcancé el nivel C. Entonces me di cuenta de los miedos que había en casa, en lo más profundo de la memoria familiar. El catalán, durante el franquismo estaba perseguido, en mi familia además había un episodio de posguerra, que yo conocí de mayor y que había marcado definitivamente nuestra educación más íntima y personal, además de acentuar el miedo a escribir o hablar en catalán. Resulta que un familiar, en plena postguerra estaba haciendo la mili y por casualidad en el cuartel se encontró con un paisano de les Terres de l’Ebre. Como es lógico se saludaron en catalán: Xeic que fas per aquí? El sargento que estaba cerca al oírlos hablar y no entenderlos les dijo: ¡Perro catalán hablen en cristiano!, les propino unos buenos azotes, pero eso no fue lo peor… El castigo fue humillante. Durante una semana les obligó a los dos a andar a cuatro patas como perros por todo el cuartel, tenían que comer en el suelo sin ayuda de las manos, ir de un lado a otro como animales, una experiencia, una vejación humillante de este tipo no se olvida jamás, y además forma parte de la historia familiar. Esta anécdota delirante, y otras de similares, no pueden generalizarse, está claro, pero demuestran una cosa: que las lenguas, ya sea el castellano, el catalán, el ruso o el hebreo… Las pobres lenguas no se pueden defender por si mismas, ni actúan por voluntad propia, solo son herramientas en manos de los hombres y las mujeres, que son los responsables de la tiranía o de la libertad, en definitiva de sus actos, y por tanto creo que poder leer y escribir en catalán y en castellano ( en todas las lenguas que sea posible) para mi es una inmensa riqueza que no quiero perder. De hecho mis tres hijos en la escuela y en el instituto de Flix, Ribera d’Ebre han aprendido las dos lenguas perfectamente, incluso en la lengua castellana según los últimos informes, los niveles son superiores a muchos lugares del Estado Español donde el castellano es la lengua propia.
P. Sin duda alguna, tu gran éxito de ventas ha sido La Llave Gaudí (Editorial Rosa dels Vents -2007-), escrita conjuntamente con Esteban Martín. ¿Cómo fue aquella experiencia? ¿Habéis pensado en repetirla?
R: Fue o sigue siendo una experiencia extraordinaria. Imagínate, más de treinta traducciones, he perdido la cuenta, la más importante a Estados Unidos, pero también al ruso, hebreo y un largo etc. de hecho este mes, según me informa la Carmen Balcells la agente literario este mes sale publicada en Japón… Por lo tanto estaré a la expectativa, el binomio Gaudí Japón, parece muy interesante
P. La Llave Gaudí (La Clau Gaudí) es sin duda una de las mejores novelas de misterio de los últimos años y prueba de ello es que ha sido traducida a varios idiomas; tanto que he oído críticas que la comparan e incluso la ponen por delante de El Código da Vinci de Dan Brown, ¿tú también crees que se trata de tu mejor obra?
R: La Llave Gaudi, sin duda ha sido la novela que más proyección internacional ha tenido y ciertamente estoy muy satisfecho y repetiría la experiencia… De todas formas creo, y en eso estoy de acuerdo con la crítica y muchos lectores, mis mejores novelas, mas personales, mas literaria son, El invierno del Tigre, como novela histórica y también Imprenta Babel.
P. En tu última novela, La Imprenta Babel (Editorial Temas de Hoy -2009-), haces un recorrido por la literatura infantil y juvenil más clásica, pero también por el campo de las nuevas tecnologías (ebooks) ¿Tiene algo de autobiográfico?
R: Como te decía al principio, en imprenta Babel reflejo ese paraíso perdido de la infancia, de juegos prohibidos en el rio Ebro que para nosotros era como el río Mississipi y Tom Sawyer. En la novela el protagonista se plantea la posibilidad de publicar exclusivamente en formato digital, de ahí precisamente parte la historia. Esta novela que está traducida al Holandés y al Chino, además de catalán y castellano ha tenido muy buenas críticas en todos los idiomas, y después de cuatro años de su publicación está más viva que nunca, los lectores me escriben a través del Facebook me preguntas cosas, además he participado en muchos clubs de lectura. La novela ya tiene vida propia, se aleja de mí y me parece, por las informaciones que recibo y las sensaciones que tengo que aún le queda mucho recorrido, muchos lectores y lectoras por descubrir.
P. Y ya para acabar, ¿qué proyecto tienes ahora mismo entre manos y cuando piensas que podrá ver la luz? Puedes adelantarnos su temática.
R: Un viaje por el río Ebro con una embarcación típica… El llagut (*), rememorando aquella navegación fluvial desaparecida en la actualidad pero que marco tanto la vida de la Ribera.
Muchas gracias Andreu, ha sido todo un placer haber podido conocer nuevos aspectos de tu interesante obra. Espero que sigas teniendo muchos éxitos.
(*) Llagut: Embarcación fluvial de madera a menudo con vela latina, pero que en ocasiones también podía llevar remos. También podía navegar por el mar.
P. Según tu biografía, has nacido en Ascó, en la comarca de la Ribera de Ebro catalana… Hablando del Ebro, el río vertebrador de nuestro territorio, ¿cómo ha influido en tu literatura?
R: El río Ebro, es un accidente geográfico tan potente que marca la vida de todo su entorno, de la misma manera que vivir en los Pirineos, la alta montaña, o una ciudad… De alguna forma, también somos hijos del paisaje… Como somos hijos de una época. Además el Ebro, en mi época infantil, el paraíso perdido de todo fabulador, tenía una fuerza de atracción irresistible. Vivíamos bajo el influjo del gran dios Ebre. Era como un parque temático absolutamente natural, salvaje, muy peligros, con infinitas posibilidades y sin vigilancia… Construíamos cabañas, balsas, pescábamos, descubríamos el mundo con los ojos del padre río… Cruzar el Ebro nadando, una temeridad, prohibida totalmente por nuestros padres, era la prueba de madurez, hacerse hombre, solo, nadando en el interior del dragón verde, traicionero, luchando contra la corriente y contra uno mismo, hay que vencer los miedos, serenar-se, respirar, nadar… Cada año el dios Ebre se llevaba una vida, un ahogado, un niño… Era el precio que se había de pagar, el tributo despiadado del sacrificio humano. Y luego pero la noche saltábamos la tapia del cementerio haber quien tenia cojones de ver la cara del ahogado en la fría mesa de autopsias… Una parte de todas esas experiencias queda reflejada en mi literatura y especialmente en la última novela “Imprenta Babel”
P. Cuéntanos un poco como fueron tus inicios y con las dificultades que sin duda encontraste antes de publicar tú primera obra.
R: Los inicios siempre son difíciles y en mi caso puede que más, vivir en un pueblo alejado de los centros culturales... Recuerdo que trabajaba de peón caminero en la carretera Flix- Maials, un tramo de l’Eix de l’Ebre, para la empresa Ferrovial. Estaba casado y ya teníamos un hijo… Y escribía sin parar, tenía 33 años. Recuerdo que estaba matriculado en la UNED, en Tortosa, hice el curso de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, y después continúe cursando Filosofía pura. Compaginaba el duro trabajo de pico y pala, con los presocráticos, Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, la Lógica de Hegel… Y un día un amigo profesor que por las noches me daba clases, me dijo… Andreu, te has convertido en Hegel… Quede atrapado en la lógica. Tenía que salir de ese poderos influjo, y la ficción, la literatura fue la llave que abrió la puerta de Hegel.
P. Tu primera obra publicada, La tinta de la inmortalidad (Editorial Pòrtic -1991-), ¿fue el presagio de una larga y fructífera producción literaria?
R: La verdad que fue una gran sorpresa para mí… Además por pura casualidad había ganado uno de los premios más prestigiosos y con más solera de Catalunya… De hecho, al ganar este premio literario, descubrí que tenía una gran amante: La Literatura, a ella se lo debo todo, lo deje todo, lo di todo… Y quede atrapado por mi Musa y amante literaria, celosa en extremo y posesiva. Y en ese camino estoy, en una isla encantada, como Ulises, atrapado en un viaje literario sin retorno y sin Ítaca.
P. Por lo visto, en una de tus novelas, Anjup, Confessions d’un bandoler (Edicions 62 -2000-), escrita en catalán, te inspiraste en la canción de Lluís Llach El Bandoler, pero ¿también te sirvió de inspiración la figura de Panchampla, el famoso bandolero de Alfara de Carles?
R: Efectivamente… Recuerdo, que en aquella época estaba trabajando de periodista (tengo una vida laboral larga y muy variada…) y realicé una serie de artículos sobre bandoleros de les Terres de l’Ebre y el Priorat que proliferaron después de la guerra del francés y especialmente en las Terribles Guerras Carlistas, entre estos bandoleros tenemos al popular Panxampla, también Carrasclet, o Currutaco de Mora d’Ebre, que era una especie de Robin Hood… A partir de todos estos bandoleros y con la banda sonora de Lluis Llach, nació Anjub…
P. Donde sí penetras abiertamente en uno de los personajes más importantes del territorio es en El invierno del Tigre (Editorial Planeta -2004-), basada en Ramón Cabrera el general carlista apodado el Tigre del Maestrazgo. Durante tu periodo de investigación para escribirlo, ¿cuál fue el descubrimiento qué más te sorprendió?
R: De hecho con la novela del bandolero Anjub me introduje en la fascinante vida del siglo XIX, a partir del trieno liberal, 1820-23… (La primera Cosntitución, la de Riego) Y en la primera guerra Carlista la figura del Tigre del Maestrazgo, el conde de Morella, Ramón Cabrera. Uno de los personajes más conocidos de su época, sus gestas guerreras eran conocidas por toda Europa… El Tigre encarnaba la figura del héroe romántico. Reinvento la forma de hacer la guerra, la guerrillas que tanto éxito habían tenido unos años atrás contra las tropas regulares de Napoleón con Ramón Cabrera alcanzan su máxima expresión... Su carrera militar fulgurante, sus éxitos militares en campo de batalla contra los mejores generales de la Reina… Su vida amorosa, Cabrera se casó con Marianne Caterin Richards, una rica heredera de Londres… Siguiendo los pasos del Tigre uno va de sorpresa en sorpresa. De hecho es un personaje que ha inspirado numerosas obras de ficción de todas las épocas… Pero sin duda la que más me influenció, fue “Les histories naturals”, donde el conde de Morella es un vampiro. Una obra clásica, una de las mejores de la literatura catalana de todos los tiempos, escrita por mi maestro y amigo personal, fallecido hace unos años, el gran escritor Joan Perucho.
P. En tu dilatada obra literaria has obtenido varios premios, de todos ellos, ¿de cuál te sientes más orgulloso?
R: Quizás el premio que más ilusión me hizo y también más sorpresa no sea literario, fue La Sirga d’Or. Una condecoración bianual por votación popular de mis propios paisanos.
P. Andreu: tú y yo pertenecemos a la misma quinta, por lo tanto, recibimos casi toda la enseñanza en castellano. Pero en tu obra igual se pueden encontrar obras escritas en castellano como en catalán, ¿escribes indistintamente o tienes preferencia por alguna de ellas?
R: Mi lengua materna y también la paterna es el catalán. Mi periodo escolar como el de muchos transcurrió en el franquismo y por lo tanto el catalán estaba absolutamente prohibido, además cada mañana nos hacían cantar “El cara al Sol” y otras canciones de tipo fascista. De pequeño empecé a escribir cuentos en mi catalán, desconociendo completamente que había una gran lengua literaria con obras tan importantes como “El Tirant” mencionada en el Quijote, con autores como Ausias March o Josep Pla… También escribía cuentos en castellano, y naturalmente leía en castellano. Creo que saber hablar y escribir en castellano, además de tener una buena competencia literaria ha sido para mí fundamental, muy importante en mi formación como escritor y como persona. Después de la transición democrática aprendí correctamente el catalán y alcancé el nivel C. Entonces me di cuenta de los miedos que había en casa, en lo más profundo de la memoria familiar. El catalán, durante el franquismo estaba perseguido, en mi familia además había un episodio de posguerra, que yo conocí de mayor y que había marcado definitivamente nuestra educación más íntima y personal, además de acentuar el miedo a escribir o hablar en catalán. Resulta que un familiar, en plena postguerra estaba haciendo la mili y por casualidad en el cuartel se encontró con un paisano de les Terres de l’Ebre. Como es lógico se saludaron en catalán: Xeic que fas per aquí? El sargento que estaba cerca al oírlos hablar y no entenderlos les dijo: ¡Perro catalán hablen en cristiano!, les propino unos buenos azotes, pero eso no fue lo peor… El castigo fue humillante. Durante una semana les obligó a los dos a andar a cuatro patas como perros por todo el cuartel, tenían que comer en el suelo sin ayuda de las manos, ir de un lado a otro como animales, una experiencia, una vejación humillante de este tipo no se olvida jamás, y además forma parte de la historia familiar. Esta anécdota delirante, y otras de similares, no pueden generalizarse, está claro, pero demuestran una cosa: que las lenguas, ya sea el castellano, el catalán, el ruso o el hebreo… Las pobres lenguas no se pueden defender por si mismas, ni actúan por voluntad propia, solo son herramientas en manos de los hombres y las mujeres, que son los responsables de la tiranía o de la libertad, en definitiva de sus actos, y por tanto creo que poder leer y escribir en catalán y en castellano ( en todas las lenguas que sea posible) para mi es una inmensa riqueza que no quiero perder. De hecho mis tres hijos en la escuela y en el instituto de Flix, Ribera d’Ebre han aprendido las dos lenguas perfectamente, incluso en la lengua castellana según los últimos informes, los niveles son superiores a muchos lugares del Estado Español donde el castellano es la lengua propia.
P. Sin duda alguna, tu gran éxito de ventas ha sido La Llave Gaudí (Editorial Rosa dels Vents -2007-), escrita conjuntamente con Esteban Martín. ¿Cómo fue aquella experiencia? ¿Habéis pensado en repetirla?
R: Fue o sigue siendo una experiencia extraordinaria. Imagínate, más de treinta traducciones, he perdido la cuenta, la más importante a Estados Unidos, pero también al ruso, hebreo y un largo etc. de hecho este mes, según me informa la Carmen Balcells la agente literario este mes sale publicada en Japón… Por lo tanto estaré a la expectativa, el binomio Gaudí Japón, parece muy interesante
P. La Llave Gaudí (La Clau Gaudí) es sin duda una de las mejores novelas de misterio de los últimos años y prueba de ello es que ha sido traducida a varios idiomas; tanto que he oído críticas que la comparan e incluso la ponen por delante de El Código da Vinci de Dan Brown, ¿tú también crees que se trata de tu mejor obra?
R: La Llave Gaudi, sin duda ha sido la novela que más proyección internacional ha tenido y ciertamente estoy muy satisfecho y repetiría la experiencia… De todas formas creo, y en eso estoy de acuerdo con la crítica y muchos lectores, mis mejores novelas, mas personales, mas literaria son, El invierno del Tigre, como novela histórica y también Imprenta Babel.
P. En tu última novela, La Imprenta Babel (Editorial Temas de Hoy -2009-), haces un recorrido por la literatura infantil y juvenil más clásica, pero también por el campo de las nuevas tecnologías (ebooks) ¿Tiene algo de autobiográfico?
R: Como te decía al principio, en imprenta Babel reflejo ese paraíso perdido de la infancia, de juegos prohibidos en el rio Ebro que para nosotros era como el río Mississipi y Tom Sawyer. En la novela el protagonista se plantea la posibilidad de publicar exclusivamente en formato digital, de ahí precisamente parte la historia. Esta novela que está traducida al Holandés y al Chino, además de catalán y castellano ha tenido muy buenas críticas en todos los idiomas, y después de cuatro años de su publicación está más viva que nunca, los lectores me escriben a través del Facebook me preguntas cosas, además he participado en muchos clubs de lectura. La novela ya tiene vida propia, se aleja de mí y me parece, por las informaciones que recibo y las sensaciones que tengo que aún le queda mucho recorrido, muchos lectores y lectoras por descubrir.
P. Y ya para acabar, ¿qué proyecto tienes ahora mismo entre manos y cuando piensas que podrá ver la luz? Puedes adelantarnos su temática.
R: Un viaje por el río Ebro con una embarcación típica… El llagut (*), rememorando aquella navegación fluvial desaparecida en la actualidad pero que marco tanto la vida de la Ribera.
Muchas gracias Andreu, ha sido todo un placer haber podido conocer nuevos aspectos de tu interesante obra. Espero que sigas teniendo muchos éxitos.
(*) Llagut: Embarcación fluvial de madera a menudo con vela latina, pero que en ocasiones también podía llevar remos. También podía navegar por el mar.
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