dimarts, 16 de juliol del 2013

Viaje al centro de la mierda

David Torres

Podredumbres, mentiras, cuentas suizas, financiación ilegal, chantajes, no eran más que cortinas de humo. Lo que asoma detrás de la correspondencia entre Mariano y Bárcenas (si la correspondencia es ficticia, no sé a qué esperan para cerrar televisiones y periódicos) es una hermosa historia de amor. Y como las buenas historias de amor, como los buenos boleros, también éste acaba en rencor, odio y despecho. Si uno lee de carrerilla los sms entre Mariano y Bárcenas, le sale una canción de Pimpinela.
Esta nueva contribución del PP a la literatura popular señala la dificultad de escribir un relato coherente cuando no se tiene muy claro ni el estilo ni el género. Demasiados cambios de timón, demasiadas perspectivas, demasiadas incoherencias narrativas. Lo que empezó como novela negra, muy negra (con sospechas, con trajes, con regalos, con bodorrios, con cuentas suizas) se ha contagiado del tono de una novela rosa hiperbreve certificada en varios mensajes de móvil. Ya era bastante difícil mantener la ficción de que Bárcenas no es más que un supervillano que tenía engañada a toda la directiva del partido sin contar con la excusa de una deficiencia mental colectiva. Al final el ingenuo lector, el votante pasmado, el españolito de pie atropellado por la peor crisis de la democracia no sabe qué es peor: que lo haya timado una mafia política al completo o un solo delincuente con gomina. Ni a qué novela quedarse: una banda de ladrones corruptos y embusteros o una ganadería de tontos faulknerianos al frente del gobierno.
Además del género policíaco y de Faulkner, Mariano también ha recurrido a Cela: “Sé fuerte, Luis”. “Resiste”. El que resiste, gana, epitafio del único premio Nobel gallego. Claro que no es lo mismo resistir fumando habanos en La Moncloa que fumando Farias en el trullo. Ahora, como en los malos culebrones, surge de golpe una solución de compromiso, una historia de amor pimpinelesco que hay que desentrañar entre líneas, como los cuentos de Chéjov. Decía Hemingway que un buen cuento debe ser como un iceberg, con cuatro quintas partes sumergidas. Pero el iceberg se va descongelando y lo que sale a flote no es ni cuento ni hielo. En su lento deshielo, Mariano al menos ha demostrado cierta coherencia narrativa, un dolce far niente, no hacer nada, no decir nada y cambiar de canal cuando dan las malas noticias. Como si, en vez de referirse al presidente del gobierno y a su vergonzosa implicación en una trama infecta, estuviera asistiendo a una película. Como si, en vez de hablar de política nacional, hablaran del tiempo. No esperábamos más, pero tampoco menos, del hombre que definió una marea negra como “unos hilillos”. Entonces el petróleo anegaba a mejillones y percebes y diez años después ahoga a las gaviotas.
Es posible que los guionistas de La Moncloa recurran para el próximo giro narrativo a la ciencia-ficción, uno de los pocos géneros que todavía no han tocado. Un mundo paralelo (para muy lelos), una realidad alternativa donde el presidente ya se ha instalado y en la que los mensajes de móvil, los cuadernos de Bárcenas y el dinero negro forman parte de una conspiración alienígena, un viaje al centro de la mierda con paradas en Suiza, en Soto del Real y en Génova. Mariano sería otro Mariano y Bárcenas otro Bárcenas, seres brotados de habichuelas gigantes como en La invasión de los ladrones de cuerpos. Tampoco suena demasiado inverosímil teniendo en cuenta todo lo que nos han contado en episodios anteriores. Pero yo me quedo con la historia de amor. Sí. De amor al dinero.

Del PP al RIP

Para evitar que los tachen de ladrones y mentirosos, los sabios líderes del PP han preferido que los llamen tontos del culo. Es una línea de defensa arriesgada, muy utilizada también por ciertas casas reales. Tampoco les quedaban muchas más opciones. Si dices ahora que Bárcenas es un delincuente, un timador y un desalmado, pero dejaste que ese mismo delincuente llevara las finanzas del partido durante décadas es como ponerte un camiseta impresa con el lema: “Pobre de mí, qué gilipollas fui”. Más que nada, para que rime con San Fermín.
Ocurra lo que ocurra con Bárcenas, y pueden ocurrir todavía muchas cosas (desde que se resbale en las duchas de Soto del Real hasta que acabe en Castellón en una administración de lotería), de una cosa podemos estar seguros: al dinero suizo no le va a pasar absolutamente nada. Ahí estarán todos sus millones esperándolo para cuando salga de la prisión, dentro de equis días o equis años. Una señora fortuna amnistiada y bendecida por Montoro; un dinero que no era de nadie, como advirtió aquella lumbrera socialista; una ganadería de billetes que andaba por ahí, pastando por los Alpes, hasta que llegó alguien y la fue marcando a fuego con una B mayúscula.
España es un país muy juicioso. Entre el juicio a Bretón, el juicio a Urdangarín, el juicio de los ERES andaluces y el juicio a Bárcenas se va pasando el verano. El país entero es un juzgado a la sombra, que al sol hace mucho calor. Rubalcaba habla de la podredumbre del Gürtel y Cospedal de la corrupción andaluza; unos y otros juegan al acusica, lanzándose la pelota judicial: el mismo juego al que llevan jugando desde que la democracia tenía pantalones cortos. Al final la marca España va a resultar un cubo de basura, cuando no una toga y un mazo.
Sin embargo, la diferencia es que, según todos los indicios, la ppodredumbre no afecta a una sola comunidad, o a dos, o a tres; no es una cosa de Mato y de Matas. Qué va, la ppodredumbre sube ya por el cuello, la boca y los ojos, por encima de la peineta. El aparato entero del partido es un zombi putrefacto que va perdiendo dedos, brazos y piernas, balbuceando excusas en diferido, dando asco y lástima entre las penúltimas dentelladas. Algún miembro debe quedar sin infectarse, alguna alma cándida, algún despistado no incluido en el Necronomicón de Bárcenas. No sabemos quiénes son (Esperanza Aguirre no, eso seguro), ni dónde están, ni qué hacen, pero algo deberían hacer, algo deben de estar pensando para cuando el zombi caiga a tierra definitivamente difunto. Por algo el PP es una formación de resistentes, de supervivientes, una metamorfosis de franquistas a demócratas de toda la vida, una fulgurante evolución de fragasaurios a mamíferos, del blanco y negro al plasma. Si de las ruinas de AP formaron el PP, sacarán el RIP de las miasmas del PP. Resistencia Independiente Popular. La oligarquía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

dilluns, 15 de juliol del 2013

VINARÒS: QUI T’HA VIST!




A finals de la dècada dels anys 70 i principis dels 80, mentre treballava a la fàbrica de Juan Chaler, vaig conèixer a l'Antoni Fabregat i Miralles, una persona difícil de definir en unes poques paraules. Exestudiant d’Empresarials a la Universitat de València, va ser militant del Moviment Comunista del País Valencià (MCPV); quan va morir Franco va ser dels qui va sortir al carrer a celebrar-ho amb xampany. Mentre treballava a la fusteria, compaginava la seva feina amb el seu hobby: fer de pallasso. També em va explicar conceptes fins llavors desconeguts per a mi, com ara anomenar blaveros als partidaris de que l’estendard que usava l’Ajuntament de València com a bandera oficial i que va ser donada a la ciutat per Jaume I el Conqueridor, es fes extensiva a tot el País Valencià (per a ells, el Regne de València) o búnker barraqueta en referència també als mateixos individus, que no eren d’altres que els hereus del franquisme i que, la majoria dels quals, avui engloben les files del PP. A la bandera espanyola l’anomenava estanquera, ja que, abans, era present a tots els estancs de venda de tabac i efectes timbrats.    
Antoni era un catalanista militant, convençut i manifest. Una vegada em va explicar que el gran filòleg valencià Sanchis Guarner va recórrer el País Valencià transcrivint fonèticament totes les variants dialectals. Sembla ser que quan va arribar a Vinaròs i, en comprovar que el vinarosenc era català, es va emocionar.
A principis dels anys 80, Antoni Fabregat, juntament amb Nati Romeu i d’altres, van recuperar el Carnaval, perdut durant els anys d’ostracisme que va significar la dictadura franquista. L’any següent, l’ajuntament va institucionalitzar el Carnaval ja que el va veure com una oportunitat de celebrar una festa d’hivern i, de passada, recuperar el terreny perdut que li havia pres Benicarló amb l’organització de els falles només 1 o 2 anys abans.
Les primeres eleccions municipals van donar la victòria als socialistes que es van mantenir al davant de l’ajuntament durant diverses legislatures. En l’actualitat, governa el PP.
Quan anava a Vinaros, mai havia tingut la sensació d’entrar a València. Des del meu punt de vista era la continuació del nostre territori, un territori que, com he dit més d’una vegada, no acaba al riu Sénia, sinó que continua al llarg de les comarques germanes del Baix i l’Alt Maestrat i fins i tot la dels Ports.
Fa uns dies vaig tornar a Vinaròs amb moriu de la primera actuació en públic de la Muixeranga.  Alguns dels components d’aquesta tradició fortament arrelada al País Valencià també formen part de la colla castellera Xiqüelos i Xiqüeles del Delta, per tant, cal suposar que la col·laboració entre una colla i l’altra serà habitual a partir d’ara.
Com que eren les festes patronals de Sant Joan i Sant Pere, l’actuació de la Muixeranga va recórrer diversos carrers del centre de la ciutat, començant a la plaça que hi ha entre la seu de l’ajuntament i l’església arxiprestal. En arribar-hi amb la comitiva des del carrer Trabal una cosa em va sorprendre i confondre a la vegada. El que veia era del tot insòlit per a mi: les banderes que adornaven els carrers i les places, sense ser-me desconegudes, no m’acabaven d’encaixar. Només hi havia banderetes espanyoles i blaveres.  L’espanyolització per part del PP ja ha arribat a les portes mateix de Catalunya. Des d’aquí, donar el salt al Principat potser només serà qüestió d’uns pocs anys... Déu no ho vulgui! (de sobte sembla que m’he fet creient)  

FOTOS ASSAIG 12-07-2013 (III)