dimecres, 1 d’agost del 2012
DIARI DE L’AGOST. DIA 1 (dimecres)
Fita quilomètrica del Pertús. (Just davant, la farmàcia de mon cosí Miquel) |
FUGIDA O EVASIÓ?
Primer que res, voldria aclarir que no és el mateix “fugida” que “evasió”. He hagut de llegir-me la notícia per arribar a aquesta conclusió. Ahir s’anunciava que durant els 5 primers mesos de l’any, han fugit 163.185,9 milions d’euros, dels quals 41.294,3 només el mes de maig, quan va esclatar la crisi de Bankia.
Si et quedes només amb els xifres, un se pregunta: I com es pot saber els diners que surten d’Espanya? La resposta és, com deia al principi, perquè no és el mateix “fugida” que “evasió”. Els capitals que fugen (controlats) són per inversions, préstecs i d’altres transaccions financeres, és a dir, diner legal que, normalment, a través d’entitats financeres es transfereixen a d’altres països (excloent-hi els paradisos fiscals) per a fer operacions legals.
Aquesta fugida de capitals es deu a la desconfiança, sobre tot, dels inversors espanyols en l’economia del nostre país. La feblesa econòmica no els hi garanteix la seguretat de les inversions i, a molts països estrangers, els tipus d’interès són més baixos en el cas dels qui busquen finançament per a les seves activitats.
La “evasió” de capitals es una altra cosa i, en aquest cas no es pot saber ni la quantitat, ni la procedència ni la destinació. Normalment és diner “negre” generat per l’economia submergida i el comerç il·legal (com per exemple el de la droga) i que surt clandestinament d’Espanya per a parar a algun país que té la consideració de paradís fiscal i que no té l’obligació de lliurar comptes a ningú.
EM PLANTO!
El Govern de la Generalitat de Catalunya va decidir que el Conseller d’Economia i Coneixement Andreu Mas-Colell no assistís al Consell de Política Fiscal i Financera que va convocar el Ministre d’Hisenda Cristóbal Montoro. Des de Catalunya es demanava més flexibilitat a l’hora de complir amb el dèficit, tal i com va fer en el seu dia la Unió Europea amb Espanya. Però Madrid es mostra intransigent i la reunió, sembla, era un pur formalisme per a explicar-los “de quin mal haurien de morir”, es a dir, Montoro els diria com està el tema i les comunitats no gaudirien del dret de rèplica. Davant d’aquest panorama, viatjar a Madrid per a informar-los d’alguna cosa que ja es coneix abans de viatjar, sembla, a priori, una bajanada.
En canvi, la Consellera d’Economia de la Junta d’Andalusia si va acudir a la reunió, però en veure com s’estava desenvolupant, va optar en aixecar-se de la taula i deixar plantat a Montoro i als altres consellers autonòmics, la majoria del PP que, seguint les directrius dels seus líders regionals que, la setmana passada van se “cridats a consultes” pel màxim líder nacional (Mariano Rajoy), van tenir que aguantar impertèrrits el “monòleg” del ministre.
FRANCO DEIXA DE SER ALCALDE DE VALÈNCIA
¿Però que no ho era Rita Barberà de tota la vida? Fa tants d’anys que Rita (la Rita) és alcaldessa que un ja perd la noció del temps.
Durant la dictadura, la ciutat de València, com la majoria de ciutats i pobles d’aquest país, va nomenar a Franco “alcalde honorífic” i fins ara, ningú ho havia revocat.
La Rita es resistia a fer-ho al·legant
que amb la mort del dictador sé li acabaven tots els honors. Al fons s’hi
resistia perquè l’un (Franco) i les altres (els del PP), són els mateixos
(o els altres successors de l’un, com es vulgui dir)
Finalment ha estat un jutge que li ha
ordenat a la Rita la retirada de “l’honor”, ja que, com es diu a la
Llei de la Memòria Històrica, la permanència d’aquestes distincions é
il·legal. I també immoral, afegiria jo!Espanya seguia sense medalles als JJ.OO. de Londres.
Auto suicidio, de Xavier Sala i Martín
(Sembla ser que aquest article va ser retirat de l'edició digital de la Vanguardia)
A ver. Pensemos...
Si el peor enemigo de un país diseñara un plan para destruir su economía, ¿qué haría?
Pues supongo que intentaría desacreditar sus instituciones más importantes para sembrar la desconfianza entre los ciudadanos y que estos dejaran de consumir e invertir.
La estrategia podría empezar por desprestigiar a la primera autoridad (sea rey o presidente de la república) llevándole a cazar elefantes con una señorita alemana.
En medio de la cacería le obligaría a resbalar y a romperse la cadera para que tuviera que volver urgentemente a su país.
Así todo el mundo vería cómo se gasta decenas de miles de euros en un momento en que sus conciudadanos se hunden en la miseria.
Para rematar la faena, forzaría a un familiar próximo (por ejemplo, un yerno) a apropiarse de millones de euros explotando su influencia y luego expondría sus travesuras a la luz pública.
Es importante empezar sembrando dudas sobre la conveniencia de mantener en el poder a la primera familia del país.
A continuación exigiría a los miembros del Parlamento que siguieran una regla simple:
“Vota siempre lo contrario de tu adversario incluso cuando tiene razón e incluso cuando propone lo mismo que proponías tu en la anterior legislatura”.
Es crucial que la ciudadanía pierda la confianza en su clase política.
Seguiría con los más altos órganos del poder judicial.
Por ejemplo, haría que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se gastara dinero público para pasar fines de semana románticos en la Costa del Sol con su chófer (masculino).
Una vez malversado el dinero filtraría las facturas para desatar el escándalo y, acto seguido, haría que los jueces compañeros pusieran trabas a la investigación para proteger a su amigo.
Intentaría que eso pasara justo en el momento en que alcaldes, presidentes de comunidades y parlamentos y altos cargos de las administraciones del Estado están siendo juzgados por corrupción… ¡por esos mismos tribunales!
La desconfianza en la justicia es el mecanismo más seguro para hundir a un país.
Una vez desacreditado el jefe del Estado, las altas esferas de la política y la justicia, iría a por las élites económicas.
Aquí se podría lanzar un ataque contra uno de los empresarios más prestigiosos del país, posiblemente un banquero, destapando unas cuentas con miles de millones de euros en Suiza y, una vez destapado, haría que el Gobierno no le castigara.
Además, indultaría a uno de sus altos ejecutivos previamente condenado por sentencia firme (SANTANDER).
El siguiente paso consistiría en dilapidar miles de millones de euros de dinero público para evitar la quiebra de unos bancos y cajas por amigos, parientes y correligionarios políticos.
Y lo haría justo en el momento de pedir sacrificios y recortes de miles de millones a los ciudadanos.
Es esencial que la gente confunda libre mercado con amiguismo incestuoso entre poder empresarial y político.
Sin abandonar el terreno económico, obligaría al Banco Central y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores a autorizar la salida a bolsa de uno de los mayores Bankios del país, a sabiendas de que estaba arruinado.
Eso haría que miles de ciudadanos perdieran sus ahorros comprando acciones de una empresa que ya estaba muerta antes de nacer.
Para hundir a un país, hay que conseguir que la gente de a pie pierda sus ahorros y que las entidades supervisoras que (en teoría) les protegen, contribuyan a su ruina.
Y finalmente, pondría a un gobierno incompetente a la hora de gestionar problemas económicos.
De hecho, lo haría durante dos legislaturas seguidas y con partido distinto en cada una de ellas.
Eso demostraría que la incompetencia no es de un solo partido sino de la clase política en su conjunto.
Los sucesivos gobiernos negarían las crisis económicas y echarían la culpa de todo a los extranjeros malignos.
Como traca final, haría que las autoridades europeas rescataran al sistema bancario del país y obligaría al presidente del Gobierno a negar repetidamente que se trata de un rescate.
También le forzaría a mentir argumentando que el rescate no tiene condiciones (o sólo “condiciones favorables”), cosa que los mismos europeos negarían unas horas más tarde.
Eso refrescaría la memoria de todos, recordándoles que quienes mandan son los mismos que mintieron con los “hilillos de plastilina” y las “dos vías de investigación”.
Es más, cuando la sociedad pidiera la comparecencia del presidente ante el Parlamento para dar explicaciones, le obligaría a decir (sin que se le escapara la risa) que su agenda internacional está tan llena que no hay tiempo para ir al Parlamento… y acto seguido cogería una avión oficial y me lo llevaría a ver un partido de fútbol con cargo al contribuyente.
La mofa y el escarnio llegarían a todos los rincones del planeta: “You say tomato, I say bailout”.
Esa sería la puya final ya que, unida al desprestigio de todas las grandes instituciones del país, eliminaría toda esperanza de salir del profundo agujero.
Los ánimos de la ciudadanía se hundirían, por fin, en la más profunda depresión.
Y ese sería el plan que diseñaría el peor enemigo de uno.
¡Sí! Ya sé que es tan retorcido, maquiavélico y exagerado que parece improbable que nadie nunca lo pueda llevar a cabo…
Pero nunca digas nunca porque siempre puede aparecer un país de pandereta cuyo peor enemigo sea él mismo y cuyas instituciones, todas y cada una de ellas, estén dispuestas a desprestigiarse a sí mismas ante el asombro del mundo entero, para conseguir el objetivo común: ¡el autosuicidio!
Xavier Sala i Martín, Universidad de Columbia, UPF i Fundació Umbele.
Podeu llegir-lo del seu blog.
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