dimarts, 9 de juliol del 2013
TEMPESTA BÁRCENAS, NETEJADORA COSPEDAL, ESTRUÇ RAJOY
Les darreres declaracions de Luis Bárcenas
han provocat una tempesta d’imprevisibles conseqüències al PP.
Segons l’extresorer, la pràctica de pagar sobre sous en negre als dirigents
del partit es remunta a 20 anys enrere, es a dir, més o menys quan Aznar
va ser nomenat president.
Una vegada més va ser la Dolo
Cospedal qui va haver de sortir al pas de l’entrevista que va publicar
el diari el Mundo i on Bárcenas denunciava la mala praxis que havia existit
al partit durant anys i anys. Tot indica que els assessors del PP li van
dir tu nega-ho tot , en una maniobra de guanyar temps i, segurament,
preparar una estratègia de defensa.
A la Cospedal li va faltar dir aquelles
paraules cèlebres que va pronunciar Rajoy fa uns mesos: tot es mentida
menys algunes coses que s’han publicat per aquí... La frase en qüestió
és digna de ser meditada i respon a la forma de ser d’un polític mediocre
que encara deu d’estar pensant: Què faig aquí? I Qui em manaria
a mi posar-me en aquest embolic?
Dilluns passat, el mateix dia que el
Mundo va publicar l’entrevista, al programa Divendres de TV3 hi va haver
un interessant tertúlia amb Pere Escobar, Núria Ferré, Sebastià Serrano,
Carles Capdevila i Tian Riba. Tot i que el nivell va ser molt alt amb algunes
afirmacions un tant sorprenents, em va agradar, sobretot, la intervenció
del professor Sebastià Serrano. El professor (que és catedràtic de
lingüística general i teoria de la comunicació a la Universitat de Barcelona)
va afirmar que durant la intervenció de la Dolo es van poder apreciar
gestos propis d’una persona que menteix i, fins i tot, del to de els seves
paraules es podia denotar perfectament que estava mentint. I ho diu tot
un expert en comunicació! Per a les tasques de netejadora
caldria pensar en d’altres persones com per exemple González Pons, ja
que la secretaria general no se’n acaba de sortir.
Tian Riba, col·laborador diari del programa
que dirigeix Xavi Coral, va dir que el marron que té el PP és tan gran
que, segurament dintre de 10 anys el PP, com a tal no existirà i, segurament,
el PSOE tampoc i, en el millor dels casos, s’emportarà per davant a
tota una generació de polítics.
Voldria remarcar unes paraules de la
Dolo que diuen molt (des del meu punt de vista) mostra clarament
la nul·la voluntat que té el PP d’admetre els fet i confondre a la ciutadania:
la comptabilitat del PP és clara, diàfana i està auditada. Anem
a pams. Tot això que diu la secretari general del PP és totalment compatible
amb una doble comptabilitat. Qualsevol empresa amb ànim de defraudar, els
seus comptes en B els registrarà a part. Després, cada any, els
reflectirà a la corresponent declaració de l’Impost sobre Societats i
finalment els dipositarà al registre mercantil provincial. Normalment les
auditories només indiquen tot el que la comptabilitat reflecteix és correcte
i s’ajusta a la normativa. Per tant, un auditor de comptes contractat,
en aquest cas pel PP, no anirà a buscar els tres peus al gat, és
a dir, tot l’il·legal que ha pogut generar el partit del carrer Gènova
en els darrers 20 anys. Per cert, per Internet es va poder veure la comptabilitaten negre d’aquests darrers 20 anys penjada en la web d’Anònimus.
I Rajoy? Com sempre, aplicant la tàctica
de l’ estruç: amagar el cap sota terra i mirar d’eludir a la premsa
posant qualsevol tipus d’excusa.
Cada vegada s’escolten més veus que
demanen l dimissió en bloc del govern i afirmen que en qualsevol país democràtic,
d’existir un afer de la magnitud que té el PP (el cas Bárcenas és una
conseqüència del Gürtel), ja haurien dimitit. Jo m’hi sumo:
RAJOY DIMISSIÓ, JA!!
Una darrera pregunta: Per què el PP no s'ha querellat contra Bárcenas?
¿Dónde han ido a parar los derechos de los trabajadores?
Vicente Clavero
A medida que avanza esta crisis interminable, con mayor claridad se aprecia el grave quebranto que está infligiendo a los derechos más elementales de los trabajadores, que tantos años de lucha costó conquistar. De nada vale que fueran otros quienes provocaron esta colosal catástrofe económica por tomarse la actividad financiera con la misma ligereza que si se tratara de un casino. Al final, son los trabajadores quienes han pagado el pato y la muestra más palmaria es lo que ocurre en España.
El primer derecho que la crisis ha pisoteado es el propio derecho al trabajo. Hay seis millones largos de parados que pueden dar fe de ello. Cuando el castillo de naipes empezó a derrumbarse había algo más de dos millones y, desde entonces, se han sumado otros cuatro. Sólo durante el último año, por culpa de la infausta reforma laboral de Rajoy, el número de personas sin empleo creció en un millón, y las cosas no han mejorado mucho estos meses, a pesar del favorable efecto estacional.
También va camino de evaporarse el derecho de los trabajadores a un salario digno, al haberse debilitado su posición ante el elevado riesgo de acabar en el paro. Para muestra, basta un botón: según datos de la Agencia Tributaria conocidos ayer, ahora hay siete millones y medio de contribuyentes con ingresos inferiores a los mil euros mensuales; 400.000 más que en 2008. Eso quiere decir que un 40% del total de los españoles ya ni siquiera son mileuristas.
Los trabajadores, en fin, van a perder el débil equilibrio que pretende introducir en las relaciones laborales el derecho a la negociación colectiva. A día de hoy, hay dos millones de asalariados cuyos convenios se encuentran en vía muerta porque los empresarios se niegan a renovarlos, a la espera de que caduquen definitivamente después de un año, conforme a la nueva normativa que el PP les sirvió en bandeja durante la tramitación parlamentaria de la reforma laboral.
En definitiva, se está cumpliendo al pie de la letra el pronóstico que hace años hizo el tristemente célebre presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, hoy en la cárcel por no sé cuántos delitos cometidos en la gestión de sus empresas. Dijo que de esta crisis sólo se saldría si estábamos dispuestos a trabajar más y a ganar menos. Lo triste es que, visto lo visto, parece que ni aun así salimos.
A medida que avanza esta crisis interminable, con mayor claridad se aprecia el grave quebranto que está infligiendo a los derechos más elementales de los trabajadores, que tantos años de lucha costó conquistar. De nada vale que fueran otros quienes provocaron esta colosal catástrofe económica por tomarse la actividad financiera con la misma ligereza que si se tratara de un casino. Al final, son los trabajadores quienes han pagado el pato y la muestra más palmaria es lo que ocurre en España.
El primer derecho que la crisis ha pisoteado es el propio derecho al trabajo. Hay seis millones largos de parados que pueden dar fe de ello. Cuando el castillo de naipes empezó a derrumbarse había algo más de dos millones y, desde entonces, se han sumado otros cuatro. Sólo durante el último año, por culpa de la infausta reforma laboral de Rajoy, el número de personas sin empleo creció en un millón, y las cosas no han mejorado mucho estos meses, a pesar del favorable efecto estacional.
También va camino de evaporarse el derecho de los trabajadores a un salario digno, al haberse debilitado su posición ante el elevado riesgo de acabar en el paro. Para muestra, basta un botón: según datos de la Agencia Tributaria conocidos ayer, ahora hay siete millones y medio de contribuyentes con ingresos inferiores a los mil euros mensuales; 400.000 más que en 2008. Eso quiere decir que un 40% del total de los españoles ya ni siquiera son mileuristas.
Los trabajadores, en fin, van a perder el débil equilibrio que pretende introducir en las relaciones laborales el derecho a la negociación colectiva. A día de hoy, hay dos millones de asalariados cuyos convenios se encuentran en vía muerta porque los empresarios se niegan a renovarlos, a la espera de que caduquen definitivamente después de un año, conforme a la nueva normativa que el PP les sirvió en bandeja durante la tramitación parlamentaria de la reforma laboral.
En definitiva, se está cumpliendo al pie de la letra el pronóstico que hace años hizo el tristemente célebre presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, hoy en la cárcel por no sé cuántos delitos cometidos en la gestión de sus empresas. Dijo que de esta crisis sólo se saldría si estábamos dispuestos a trabajar más y a ganar menos. Lo triste es que, visto lo visto, parece que ni aun así salimos.
dilluns, 8 de juliol del 2013
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