dilluns, 4 de gener del 2016

La enorme discriminación contra la tercera edad (y contra la mujer)

Vicenç NavarroCatedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

A lo largo de mi larga vida en varios países he podido ver muchas formas de discriminación, ya sea de clase social, de género, de raza o de nacionalidad. Pero un tipo de discriminación de la que tengo que confesar no era muy consciente, y que he ido aprendiendo a medida que he ido avanzando en edad, es la discriminación en contra de las personas de mayor edad, discriminación que va acentuándose a medida que las personas van adquiriendo más años. Tal discriminación es especialmente acentuada en las culturas latinas (también muy conocidas por su discriminación en contra de las mujeres, consecuencia del machismo que caracteriza a estas sociedades) y como también ocurre en esta última forma de discriminación aparenta no existir, ocultándose tras una presunta caballerosidad (supuestamente muy atenta con el género femenino en el caso de la discriminación a la mujer). Lo mismo ocurre con los ancianos, a los que, por lo general, se refieren, supuestamente para expresar también gran gentileza y estima, como “abuelos”, término que aparenta ser respetuoso, pero que aplicado indistintamente consigue lo contrario. Siempre recordaré a mi padre, persona que sufrió muchísimo, que fue represaliado por el fascismo, y que siempre sostuvo un orgullo de haber hecho –luchar por la República- lo que tenía que haber hecho, mostrando, a la vez, frente a la represión, un gran sentido de la dignidad. Y cuando a los más de noventa años la gente se refería a él como “abuelo”, él contestaba con cierta irritación: “mire usted, yo no soy su abuelo y francamente tampoco desearía serlo. Le ruego que me llame Vicente”, y terminaba la conversación. Y yo lo entendía perfectamente. Hoy me encanta que mi nieto me llame abuelo, pero no me gusta que nadie más se refiera a mí como tal, por personas que ni siquiera me conocen.
Y así lo muestran las encuestas. La mayoría de ancianos no desea que se refieran a ellos como abuelos. Y sin embargo, es el término más utilizado. No se dice “Residencia de la tercera edad”, o “Residencia de ancianos”, sino “Residencia de abuelos”. Y así un largo etcétera. En realidad, detrás de la supuesta amabilidad, hay una visión ofensiva hacia las personas receptoras de tal nombre (percibidas como de capacidades físicas e intelectuales reducidas como consecuencia de su edad). Quedó así reflejado en la descripción que hizo la derecha de la caverna española del excelente grupo de activistas de edad avanzada, dirigiéndose a ellos como “yayoflautas” (abuelos con flauta). Y qué decir tiene que la mayoría de personas que utilizan esta expresión no son conscientes de que es un término discriminatorio, que estereotipa a las personas mayores.
La atención a los ancianos
Una dimensión que refleja tal discriminación es la falta de atención a las personas de edad avanzada que requieren cuidados paliativos, y que alcanza su máxima expresión en las personas con enfermedades terminales, es decir, que están experimentando una enfermedad que reducirá en un periodo de tiempo relativamente corto su esperanza de vida. Este tipo de atención –que requiere cualquier persona que tiene una enfermedad terminal, sea de la edad que sea, pero que lógicamente afecta más a las personas ancianas–está muy poco desarrollada en España. Elfinal de su vida es para millones de españoles uno de los periodos más difíciles, conpeor calidad de vida y con menos confort y bienestar. Y es también un periodo enormemente pesado para las familias. Y en España, cuando decimos familias queremos decir mujeres. La mujer española tiene tres veces más enfermedades debidas al estrés que el hombre. Cuida de los niños y jóvenes, que viven en casa hasta la edad promedio de 32 años (sí, repito, 32 años), de su pareja, de los ancianos y el 52% está también integrada en el mercado de trabajo. Y casi la totalidad de los cuidados a enfermos terminales lo hacen las mujeres familiares del anciano.
Se requiere una enorme inversión en estos tipos de servicios. El argumento de que viviremos en un futuro sin que haya puestos de trabajo como resultado de la sustitución de trabajadores por robots, es una banalidad más de las muchas que se escriben y centran la atención mediática. Esta frivolidad también se ha presentado como causa del elevado desempleo en España, pues este se atribuye a la introducción de nuevas tecnologías o a la exportación de los puestos de trabajo, ignorando que hay una enorme cantidad de necesidades humanas desatendidas que requieren puestos de trabajo, puestos que no pueden ser sustituidos por robots y externalizados. Si España tuviera el porcentaje de personas adultas que trabajan en los servicios públicos del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales, servicios domiciliarios a personas con dependencia, escuelas de infancia, servicios de prevención de la pobreza y vivienda social, entre otros) que tiene Suecia (alrededor de una de cada cuatro, en lugar de una de cada diez, como es ahora en España) crearíamos unos 3,5 millones más de puestos de trabajo. ¿Por qué no se crean?
Se dirá que no hay dinero público, lo cual no es cierto, pues si España tuviera las políticas fiscales de Suecia y el porcentaje de personas adultas trabajando y pagando impuestos de ese país, ingresaría suficientes fondos para proveer tal empleo. Nunca se crean a aquellos economistas (próximos a la banca o al Banco de España) que, con gran pomposidad, constantemente denuncian en las amplias cajas de resonancia que se ponen a su disposición que no hay dinero en Catalunya y en España o que “nada es gratis”. Les aseguro que sí que lo hay (y además, mucho). Lo que ocurre es que el Estado no lo recoge. Ahí está el problema.

diumenge, 3 de gener del 2016

FER LES ‘AMÈRIQUES’ A BARCELONA

Vivers a la badia del Fangar. 
Quan el nostre petit país que són les Terres de l’Ebre, se’ns queda menut, sovint et veus obligat a donar un salt i marxar cap a un altre lloc. La majoria dels que ho fan, marxen a treballar per compte d’un altri, però també hi ha qui ho fa per a obrir el seu propi negoci. Això és el que han fet algunes empreses del nostre territori que han escollit Barcelona per anar a fer les Amèriques. Us en explicaré els 3 casos que conec: Subirats Berenguer(SB Hotels i SB Grup), Temps de Terra i Balfegó.
L’empresa tortosina Subirats Berenguer, fins fa uns anys, es dedicava bàsicament a la construcció i a la promoció immobiliària. Primer va obrir l’Aparhotel a Sant Carles de la Ràpita i posteriorment un hotel a Tortosa (el Corona d’Aragó), dos hotels més a Tarragona (el Ciutat de Tarragona i l’Express), fins que finalment va decidir fer un pas més i en va obrir 4 a Barcelona i la seva l’àrea d’influència (el Diagonal Zero, l’Icària, el Plaça Europa i el BCN Events)
Més tard va arribar el Nacional, un nou concepte de restauració a l’exclusiu passeig de Gràcia amb quatre espais diferenciats: un de menjar ràpid, bàsicament entrepans i amanides (La Paradeta), un altre de tapes on també s’inclou arròs i fideus (la Taperia), un tercer de peix elaborat de diverses formes (la Llotja) i finalment el quart especialitzat en carns normalment d’importació (la Braseria)
El menjar que s’hi serveix al Nacional és pot qualificar de delicatessen, ja que els productes són de primera qualitat. Donant un cop d’ull a la pàgina web vaig veure que tenien a la carta ostres franceses. Com sabeu, a les badies del Delta de l’Ebre, es produeixen ostres (i també musclos) de gran qualitat. Segons l’avi Agustí (Agustí Bertomeu), tenen un sabor que no el trobarem en lloc, entre el salat de la mar i el dolç del riu. Penso que aquestes empreses que tenen el seu origen a les Terres de l’Ebre, més que ningú, haurien de servir productes del nostre territori i més ara que ja s’han començat a lliurar els primers segells de la marca Terres de l’Ebre reserva de la Biosfera, tal i com informava el Periódico de Catalunya dels passat 24 de desembre, tant al sector de la fruita i verdura, l’oli, la producció de musclos i ostres i també al camp de la restauració.
Hidrocanal de l’ampostí Pascual Franch va ser, sense cap mena de dubte, una de les empreses que més va treballar durant els anys del bum immobiliari. Quan la bombolla es va desinflar, Franch va iniciar el projecte de Temps de Terra a la finca del Cabiscol (l’antiga finca de la Pilar de Gaspar), situada entre Amposta i Freginals. A part de ser un espai gastronòmic on s’organitzen periòdicament tallers de tota mena i d’altres activitats lúdiques, a la finca també s’hi conrea fruita i verdura i es crien animals com corders, porcs i gallines per abastir el restaurant de la pròpia finca, així com les dues botigues i el restaurant que va obrir a Barcelona.
Em van explicar que quan s’havia d’obrir, una de les idees que va tenir el seu propietari va ser la d’instal·lar unes càmeres de televisió per a que, a través d’una pantalla es pogués veure a les botigues de Barcelona a temps real tot el que estava passant a l’explotació. Finalment aquesta idea es va descartar.  
L’últim en incorporar-se ha estat el grup Balfegó, una de les empreses que més èxit de vendes està tenint a les comarques més meridionals de Catalunya. L’especialitat de l’empresa de l’Ametlla de Mar és la pesca i producció de la tonyina roja que, majoritàriament exporta al Japó on s’aprecia com en lloc el producte. Però si fa uns anys les exportacions al Japó eren el 99% del total de la producció, actualment només arriba al 50.
L’empresa calera també organitza excursions per a visitar les granges de tonyina que té no gaire lluny de la costa. Una vegada s’arriba al lloc, el públic pot gaudir del plaer de banyar-se entre els peixos.  

Fa unes setmanes vaig llegir que volen obrir una tenda a Barcelona per a vendre directament els seu producte, a part de poder-lo degustar allí mateix. Així que ja ho sabeu, properament es podrà degustar a Barcelona sushi de tonyina roja originària de la Mar de l’Ebre.  

LA FOTO DENÚNCIA DEL DIA 3-01-2016

Carrer Murillo (Amposta)

Cotxe ocupant parcialment un pas de vianants. 

DES DEL TRABUCADOR (9)