dijous, 18 de juliol del 2013
El Psoe acelera, pero poco
Juan Tortosa
¿Por qué el psoe no ha metido más caña en estos cinco últimos meses habiéndolo tenido tan a huevo tantas veces?
¿Por qué ha amagado tanto pero sin apenas dar?
¿Por qué la oposición a Rajoy han estado haciéndola mejor Pedrojota y Esperanza que Rubalcaba y Valenciano?
¿Por qué el psoe no ha apretado más fuerte en estos meses?
¿Por qué no ha conseguido sacar mayor rentabilidad política y electoral a una situación de debilidad del gobierno que ni podían imaginar en sus mejores sueños?
¿Cuál es la razón? ¿incapacidad? ¿incompetencia? ¿cobardía? Porque a mí que no me vengan a estas alturas intentándome convencer que se ha tratado de estrategia. Rajoy nos ha desesperado con sus silencios -”la vida es resistir y que alguien te ayude-” y Rubalcaba con su flácida beligerancia.
“Me veo en la obligación de exigir la dimisión de Rajoy”, ha dicho este domingo, como pidiendo permiso, el líder de la oposición. ¿cómo que te ves en la obligación? ¿acaso te da vergüenza después de cinco meses y de todo lo que le ha caído encima en ese tiempo al gobierno y al partido del gobierno, cumplir con tu papel de jefe de la oposición?
Suele decir el maestro Manuel Alcántara que tanto el psoe como el pp creen con idéntico convencimiento en dos cosas: en que la situación es insostenible y en que hay que sostenerla. Quizás ahí pueda estar la explicación: esta tormenta pone en jaque el tinglado en sí tal y como está organizado, cuestiona la esencia misma del funcionamiento de las cosas y pide aires nuevos, caras nuevas y maneras de gestionar nuevas. Y Rubalcaba va y se limita a pedir dimisión inmediata e investidura de otro miembro del pp. Sí, ya sé que así son las cosas, pero eso en la práctica es cero al cociente y bajo la cifra siguiente.
Son tiempos de no pasar ni una. Son tiempos de estar a la que salta, de hacerle pagar al gobierno del pp el daño que nos lleva hecho en año y medio. Son tiempos de arrinconarlos , de noquearlos, de no dejarlos que se recuperen… Y el psoe continúa a verlas venir, amagando sin dar y sin redondear la faena de acoso y derribo teniéndolo tan a puro huevo como lo tiene.
He hablado con amigos míos del pp que gestionan su vergüenza como pueden aunque, eso sí, en silencio. Los del psoe, por su parte, están desorientados. Acostumbrados a obedecer, con poca práctica en el ejercicio de la discrepancia, ahora no saben cómo interpretar la escasa sangre en las venas que demuestran los responsables de su partido.
¿Hasta cuándo esta anestesia general? ¿qué puñetas nos pasa que no reaccionamos? Ya está bien de mamoneo, ¿no? Espero que Rajoy -”la vida es resistir-” no consiga llegar a fin de mes como si nada y marcharse después de vacaciones tan ricamente.
¿Por qué el psoe no ha metido más caña en estos cinco últimos meses habiéndolo tenido tan a huevo tantas veces?
¿Por qué ha amagado tanto pero sin apenas dar?
¿Por qué la oposición a Rajoy han estado haciéndola mejor Pedrojota y Esperanza que Rubalcaba y Valenciano?
¿Por qué el psoe no ha apretado más fuerte en estos meses?
¿Por qué no ha conseguido sacar mayor rentabilidad política y electoral a una situación de debilidad del gobierno que ni podían imaginar en sus mejores sueños?
¿Cuál es la razón? ¿incapacidad? ¿incompetencia? ¿cobardía? Porque a mí que no me vengan a estas alturas intentándome convencer que se ha tratado de estrategia. Rajoy nos ha desesperado con sus silencios -”la vida es resistir y que alguien te ayude-” y Rubalcaba con su flácida beligerancia.
“Me veo en la obligación de exigir la dimisión de Rajoy”, ha dicho este domingo, como pidiendo permiso, el líder de la oposición. ¿cómo que te ves en la obligación? ¿acaso te da vergüenza después de cinco meses y de todo lo que le ha caído encima en ese tiempo al gobierno y al partido del gobierno, cumplir con tu papel de jefe de la oposición?
Suele decir el maestro Manuel Alcántara que tanto el psoe como el pp creen con idéntico convencimiento en dos cosas: en que la situación es insostenible y en que hay que sostenerla. Quizás ahí pueda estar la explicación: esta tormenta pone en jaque el tinglado en sí tal y como está organizado, cuestiona la esencia misma del funcionamiento de las cosas y pide aires nuevos, caras nuevas y maneras de gestionar nuevas. Y Rubalcaba va y se limita a pedir dimisión inmediata e investidura de otro miembro del pp. Sí, ya sé que así son las cosas, pero eso en la práctica es cero al cociente y bajo la cifra siguiente.
Son tiempos de no pasar ni una. Son tiempos de estar a la que salta, de hacerle pagar al gobierno del pp el daño que nos lleva hecho en año y medio. Son tiempos de arrinconarlos , de noquearlos, de no dejarlos que se recuperen… Y el psoe continúa a verlas venir, amagando sin dar y sin redondear la faena de acoso y derribo teniéndolo tan a puro huevo como lo tiene.
He hablado con amigos míos del pp que gestionan su vergüenza como pueden aunque, eso sí, en silencio. Los del psoe, por su parte, están desorientados. Acostumbrados a obedecer, con poca práctica en el ejercicio de la discrepancia, ahora no saben cómo interpretar la escasa sangre en las venas que demuestran los responsables de su partido.
¿Hasta cuándo esta anestesia general? ¿qué puñetas nos pasa que no reaccionamos? Ya está bien de mamoneo, ¿no? Espero que Rajoy -”la vida es resistir-” no consiga llegar a fin de mes como si nada y marcharse después de vacaciones tan ricamente.
dimecres, 17 de juliol del 2013
MOCIÓ DE CENSURA CONTRA RAJOY O DRET A DECIDIR DEL POBLE CATALÀ?
Difícil
dilema. És com quan a una manifestació entre Móra d’Ebre i Móra la Nova em van
preguntar Sofia Morales (en aquell temps periodista del diari el Punt i
ara cantant del grup Terrer Roig): Transvasament
de l’Ebre, molinets o ENRON? Evidentment cap- vaig
respondre- però si he d’escollir una opció, em decanto pel no al
transvasament. A la vida és qüestió de prioritats. De no ser així ens
passaria com al burro que tenia gana i set i a qui el seu amo li va posar un
cabàs ple de garrofes i avena a un costat i a l’altre un poal ple d’aigua i, el
burro, com que no va saber prioritzar, va acabar morint-se.
Com a
preàmbul de la meva opinió, he de dir que sóc escèptic de totes dues coses: ni progressarà
una moció de censura en contra Rajoy (el PP té un còmoda majoria absoluta i per
tant, la fa inviable), ni Espanya ens deixarà fer una consulta pel dret a
decidir (ni que el PP segueixi al govern ni en un hipotètic govern socialista)
Però jo no
faré com el burro i, per tant, em mullaré. Ara per ara prefereixo que
se’n vagi Rajoy i tots els seus; després ja es veurà.
En canvi,
Xavier Trias, com a vicepresident de Convergència, supedita un hipotètic suport
a una hipotètica moció de censura (de moment tots són hipòtesis) a que es
contempli el dret a decidir de Catalunya.
Si fos una
mica malpensat (que no ho sóc) diria que CiU torna a fer el seu joc preferit:
el de jugar a la puta i la ramoneta. Condicionar d’inici el seu suport a
la moció de censura al compromís de que es faci el referèndum és no voler
mullar-se. Mai sé sap si en el futur poden tornar a necessitar el PP!
Des del
meu punt de vista (la resta són del tot respectables) ara per ara és urgent,
pel bé del país, fer fora el govern presidit per Mariano Rajoy. Dia que passa,
la situació es fa més insostenible i el deteriorament tant del govern (que cada
cop està més deslegitimat) com la pèssima imatge que donem a l’exterior, van en
augment.
És del tot
intolerable que un govern corrupte pugui seguir portant el timó de la nau.
S’ha de donar passa de forma urgent a una regeneració democràtica i això no
passa per la continuïtat dels populars al front del govern d’Espanya.
Si en un
futur immediat es convoquen unes eleccions legislatives (després haver fet fora
el govern popular (de fet m’importa molt poc si es produeix per una moció de
censura –que hauria de comptar, al menys, amb l’abstenció d’una part del seu
grup- o la dimissió del govern), el govern que en surti (que s’haurà de pactar
entre els diferents partits que avui estan a l’oposició) hauria de ser diferent
a qualsevol govern que hagi hagut fins ara. Un govern més ampli de mires obert
a qualsevol tipus de reivindicació territorial.
Llavors
hauria de ser el moment de fer pinya tots els partits catalans que estiguin a
favor del dreta a decidir (fins i tot el PSC)
Però molt
em temo que quasi tot el que he explicat es tracta de política ficció,
tret del que ja ha passat.
Miguel Angel Blanco, el tonto y el lápiz
Aníbal Malvar
La diferencia entre un tonto y un lápiz es que al tonto le gusta el lápiz y el lápiz se siente inútil en manos de un tonto. Por eso es tan sencillo distinguir a los tontos de los lápices. El lápiz sirve para escribir y el tonto apenas para ser descrito. Se me ocurre esto al pensar en el lápiz de Luis Bárcenas y en la descripción que acaba de hacer de sí mismo, y de su partido, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons. “El PP no es Bárcenas, es Miguel Angel Blanco”, ha dicho este señor tan descriptible en el décimo sexto aniversario del asesinato del concejal del PP de Ermua. Esta vez el lápiz se ha vengado del tonto, y le ha escrito un discurso para la porqueridad. En la época de Naseiro y Bárcenas, la porquería se escondía debajo de las alfombras de los bancos de Suiza, como se ha hecho toda la vida. Ahora González Pons intenta esconderla dentro de los ataúdes, y yo creo con gran dolor que esta es una de las frases más sucias que jamás he escuchado.
Si no fuera porque en España, a pesar del ministro Wert, sigue habiendo más lápices que tontos, se abriría ahora la veda de hacer campaña electoral contando a los muertos de cada bando. Concediéndoles incluso el voto póstumo, por mucho que otros crean que Miguel Angel Blanco jamás volvería a votar al PP después de haber escuchado el esputo intelectual con el que nos acaba de amenizar la semana Esteban González Pons.
Hablando de tontos, de lápices, de muertos y de Esteban González Pons se me acercan a la cabeza unos versos de Silvio Rodríguez que quizá no vengan al caso.
Si algo nos enseña cierta clase política es saber que no tiene límites la iniquidad humana. Lucen bellos los muertos, como las estrellas de Silvio, en la pulcritud de la noche. Hasta que un tío, como Esteban González Pons, los sube a un coche. A un coche oficial. Con lagrimitas falsas en los ojos. El lápiz del tonto en la mano. Y algún bailarín en su fiesta.
Conjugar en la misma frase el imperativo Bárcenas con el pretérito imperfecto Blanco (imperfecto porque nunca debió de ser pretérito) es escupir a la gramática ética. Y dar un disgusto grande a unos cuantos fulanos honrados. Unos cuantos fulanos honrados ya sabemos que algún que otro diputado, ministro o presidente nos ha salido tonto y marioneta. Y es llevadero. Pero qué disgusto más contumaz el concienciarse de que, aparte de tonto, un vicesecretario de lo que sea te ha salido también malvado, juntacadáveres, desenterrador, gusanero.
Yo, personalmente, prefiero que Luis Bárcenas se haya trincado cincuenta millones a que Esteban González Pons quiera esconder esos cincuenta millones en el ataúd de Miguel Angel Blanco, para que nadie los vea. Da tanto miedo pensar lo que ciertos personajes puedan hacer con tu nombre y tu ataúd después de asesinado… Yo creo que, como reprimenda, a Esteban González Pons deberíamos quitarlo de vicesecretario de lo que sea y regalarle un lápiz. Para que escriba cien mil millones de veces en la arena los nombres de Miguel Angel Blanco, de Ernest Lluch, de Federico García Lorca, de Puig Antich, de Fernando Buesa, de Isaías Carrasco, de Yoyes, de Fernando Múgica, de Joseba Pagaza, de Luis Portero, de López de Lacalle, de Sauquillo, de Benavides y de Valdevira, y de todos los muertos malmatados por cualquier sinrazón… A ver si aprende González Pons a no escribir más esos nombres en vano. No vaya a ser que se porte otra vez con el lápiz como el tonto. Y que le siga gustando, más que a un tonto un lápiz, conjugar ciertos nombres para asco de todos estos muertos y de algunos otros vivos.
La diferencia entre un tonto y un lápiz es que al tonto le gusta el lápiz y el lápiz se siente inútil en manos de un tonto. Por eso es tan sencillo distinguir a los tontos de los lápices. El lápiz sirve para escribir y el tonto apenas para ser descrito. Se me ocurre esto al pensar en el lápiz de Luis Bárcenas y en la descripción que acaba de hacer de sí mismo, y de su partido, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons. “El PP no es Bárcenas, es Miguel Angel Blanco”, ha dicho este señor tan descriptible en el décimo sexto aniversario del asesinato del concejal del PP de Ermua. Esta vez el lápiz se ha vengado del tonto, y le ha escrito un discurso para la porqueridad. En la época de Naseiro y Bárcenas, la porquería se escondía debajo de las alfombras de los bancos de Suiza, como se ha hecho toda la vida. Ahora González Pons intenta esconderla dentro de los ataúdes, y yo creo con gran dolor que esta es una de las frases más sucias que jamás he escuchado.
Si no fuera porque en España, a pesar del ministro Wert, sigue habiendo más lápices que tontos, se abriría ahora la veda de hacer campaña electoral contando a los muertos de cada bando. Concediéndoles incluso el voto póstumo, por mucho que otros crean que Miguel Angel Blanco jamás volvería a votar al PP después de haber escuchado el esputo intelectual con el que nos acaba de amenizar la semana Esteban González Pons.
Hablando de tontos, de lápices, de muertos y de Esteban González Pons se me acercan a la cabeza unos versos de Silvio Rodríguez que quizá no vengan al caso.
Yo digo que las estrellas le dan gracias a la noche,
porque encima de otro coche no pueden lucir tan bellas.
Y digo que el que se presta para peón del veneno
Es doble tonto, y no quiero, ser bailarín de su fiesta
Si algo nos enseña cierta clase política es saber que no tiene límites la iniquidad humana. Lucen bellos los muertos, como las estrellas de Silvio, en la pulcritud de la noche. Hasta que un tío, como Esteban González Pons, los sube a un coche. A un coche oficial. Con lagrimitas falsas en los ojos. El lápiz del tonto en la mano. Y algún bailarín en su fiesta.
Conjugar en la misma frase el imperativo Bárcenas con el pretérito imperfecto Blanco (imperfecto porque nunca debió de ser pretérito) es escupir a la gramática ética. Y dar un disgusto grande a unos cuantos fulanos honrados. Unos cuantos fulanos honrados ya sabemos que algún que otro diputado, ministro o presidente nos ha salido tonto y marioneta. Y es llevadero. Pero qué disgusto más contumaz el concienciarse de que, aparte de tonto, un vicesecretario de lo que sea te ha salido también malvado, juntacadáveres, desenterrador, gusanero.
Yo, personalmente, prefiero que Luis Bárcenas se haya trincado cincuenta millones a que Esteban González Pons quiera esconder esos cincuenta millones en el ataúd de Miguel Angel Blanco, para que nadie los vea. Da tanto miedo pensar lo que ciertos personajes puedan hacer con tu nombre y tu ataúd después de asesinado… Yo creo que, como reprimenda, a Esteban González Pons deberíamos quitarlo de vicesecretario de lo que sea y regalarle un lápiz. Para que escriba cien mil millones de veces en la arena los nombres de Miguel Angel Blanco, de Ernest Lluch, de Federico García Lorca, de Puig Antich, de Fernando Buesa, de Isaías Carrasco, de Yoyes, de Fernando Múgica, de Joseba Pagaza, de Luis Portero, de López de Lacalle, de Sauquillo, de Benavides y de Valdevira, y de todos los muertos malmatados por cualquier sinrazón… A ver si aprende González Pons a no escribir más esos nombres en vano. No vaya a ser que se porte otra vez con el lápiz como el tonto. Y que le siga gustando, más que a un tonto un lápiz, conjugar ciertos nombres para asco de todos estos muertos y de algunos otros vivos.
dimarts, 16 de juliol del 2013
LA SEGONA TEORIA DE LA CONSPIRACIÓ
Ara resulta que l’oposició, sobre tot el
PSOE, està en connivència amb Bárcenas per a fer caure el PP del govern.
Els peperos diuen que veuen fantasmes on
no n’hi ha... Ja ens tenen acostumats...
Quan l’any 2004 es van produir els atemptats
de l’11-M de Madrid, el PP mantenia, en contra de tota evidència i reivindicació,
que els havia comés la banda terrorista ETA. Davant les mentides de qui
era el secretari general Ángel Acebes, la ciutadania, convocada via mòbil,
va manifestar-se davant de les diferents seus del PP. A llocs com Amposta
on per aquell temps no hi havia seu, la convocatòria es va fer davant de
l’ajuntament amb les corresponents xiulades i cassolades.
Respectant el dolor de les famílies que
van perdre algú als atemptats, la situació de l’executiu, comparativament,
és molt més greu. Si fa 9 anys mentien sobre l’autoria d’uns atemptats
que sabien que els podia costar unes eleccions, ara menteixen sobre uns
fets que tothom sap (fins i tot els propis militants i simpatitzants del
PP) que han existit. Hi ha proves concloents que així ho corroboren i fins
i tot testimonis sorgits d’entre els seus càrrecs, com per exemple Manolo
Milian Mestre, l’exdiputat morellà del Parlament de Catalunya.
En 7 anys i mig de govern de Zapatero, el
PP mai va acceptar (al menys públicament) que els autors dels atemptats
de l’11-M fossin obra de una cèdula islamista radical. Recolzats pel diari
el Mundo (el mateix que avui sembla que els vol veure fora), sempre van
mantenir-se ferms en defensa de la teoria de la conspiració. Segons el
PP, el PSOE, a l’oposició i la banda terrorista ETA s’haurien posat d’acord
per cometre els atemptats i culpar als extremistes islàmics. Mai han acceptat
(al menys en públic) que va ser una revenja en contra d’Aznar (el mateix
que ara es postula per a retornar a la política activa), per haver ficat
a Espanya en una guerra il·legal com va ser la de l’Iraq.
Finalment el PP va recuperar el govern espanyol
sense haver de fer res. Ni l’incompliment flagrant del seu programa electoral
(si és que hi havia programa electoral), semblava que produïa un desgast
apreciable en la intenció de vot.
Però el PP, portador als seus gents de la
llavor franquista, també porta incorporada la mentida, la hipocresia, la
vanitat, la intolerància... I fins i tot la covardia i el robatori, un
clar exemple de la qual és el propi president Mariano Rajoy Brey que opta
per amagar-se fins i tot al darrere d’un televisor de plasma per a no
veure’s amb el compromís de respondre les preguntes dels periodistes,
com per exemple la de si va cobrar sobresous del seu partit i d’on
sortien tots aquests diners.
Quan el PP va arribar al poder ho va fer
amb la feixuga càrrega de la Gütel. Més de la meitat dels espanyols coneixíem
obertament les martingales que s’havien produït a comunitats autònomes
com València, Múrcia i Mallorca amb malversació de cabals públics i tota
mena de tripijocs. Però la ciutadania reclamava un canvi de rumb i, malgrat
tot, van dipositar la confiança en el PP.
Rajoy hauria de dimitir i, acte seguit,
també ho hauria de fer Rubalcaba. El PSOE no pot aspirar a guanyar amb
un marge prou ampli que li permeti aplicar les seves polítiques, sinó hi
ha un canvi de persones i idees.
Un govern a la italiana posaria Espanya
en una situació molt difícil i, els espanyols són tant tontos (també molts
catalans) que encara tornarien a votar el PP per a què tornés a ser el
salvador del tots els seus mals.
Mentre, els populars, seguiran parlant de
la segona teoria de la conspiració, aquest cop segurament recolzats per
la Razón. La història sembla que es repeteix i es repetirà com si hagués
entrat dintre d’un bucle de sortida impossible.
El que ha de qudar clar és que són uns MENTIDERS COMPULSIUS I FARAN EL QUE CALGUI PER A MANTENIR-SE AL PODER. ÉS LA DRETA PURA I DURA I HO HAN DEMOSTRAT SEMPRE QUE HAN GOVERNAT, ABANS AMB AZNAR I ARA AMB RAJOY.
Però mentre: RAJOY DIMISSIÓ!!
Viaje al centro de la mierda
David Torres
Podredumbres, mentiras, cuentas suizas, financiación ilegal, chantajes, no eran más que cortinas de humo. Lo que asoma detrás de la correspondencia entre Mariano y Bárcenas (si la correspondencia es ficticia, no sé a qué esperan para cerrar televisiones y periódicos) es una hermosa historia de amor. Y como las buenas historias de amor, como los buenos boleros, también éste acaba en rencor, odio y despecho. Si uno lee de carrerilla los sms entre Mariano y Bárcenas, le sale una canción de Pimpinela.
Esta nueva contribución del PP a la literatura popular señala la dificultad de escribir un relato coherente cuando no se tiene muy claro ni el estilo ni el género. Demasiados cambios de timón, demasiadas perspectivas, demasiadas incoherencias narrativas. Lo que empezó como novela negra, muy negra (con sospechas, con trajes, con regalos, con bodorrios, con cuentas suizas) se ha contagiado del tono de una novela rosa hiperbreve certificada en varios mensajes de móvil. Ya era bastante difícil mantener la ficción de que Bárcenas no es más que un supervillano que tenía engañada a toda la directiva del partido sin contar con la excusa de una deficiencia mental colectiva. Al final el ingenuo lector, el votante pasmado, el españolito de pie atropellado por la peor crisis de la democracia no sabe qué es peor: que lo haya timado una mafia política al completo o un solo delincuente con gomina. Ni a qué novela quedarse: una banda de ladrones corruptos y embusteros o una ganadería de tontos faulknerianos al frente del gobierno.
Además del género policíaco y de Faulkner, Mariano también ha recurrido a Cela: “Sé fuerte, Luis”. “Resiste”. El que resiste, gana, epitafio del único premio Nobel gallego. Claro que no es lo mismo resistir fumando habanos en La Moncloa que fumando Farias en el trullo. Ahora, como en los malos culebrones, surge de golpe una solución de compromiso, una historia de amor pimpinelesco que hay que desentrañar entre líneas, como los cuentos de Chéjov. Decía Hemingway que un buen cuento debe ser como un iceberg, con cuatro quintas partes sumergidas. Pero el iceberg se va descongelando y lo que sale a flote no es ni cuento ni hielo. En su lento deshielo, Mariano al menos ha demostrado cierta coherencia narrativa, un dolce far niente, no hacer nada, no decir nada y cambiar de canal cuando dan las malas noticias. Como si, en vez de referirse al presidente del gobierno y a su vergonzosa implicación en una trama infecta, estuviera asistiendo a una película. Como si, en vez de hablar de política nacional, hablaran del tiempo. No esperábamos más, pero tampoco menos, del hombre que definió una marea negra como “unos hilillos”. Entonces el petróleo anegaba a mejillones y percebes y diez años después ahoga a las gaviotas.
Es posible que los guionistas de La Moncloa recurran para el próximo giro narrativo a la ciencia-ficción, uno de los pocos géneros que todavía no han tocado. Un mundo paralelo (para muy lelos), una realidad alternativa donde el presidente ya se ha instalado y en la que los mensajes de móvil, los cuadernos de Bárcenas y el dinero negro forman parte de una conspiración alienígena, un viaje al centro de la mierda con paradas en Suiza, en Soto del Real y en Génova. Mariano sería otro Mariano y Bárcenas otro Bárcenas, seres brotados de habichuelas gigantes como en La invasión de los ladrones de cuerpos. Tampoco suena demasiado inverosímil teniendo en cuenta todo lo que nos han contado en episodios anteriores. Pero yo me quedo con la historia de amor. Sí. De amor al dinero.
Podredumbres, mentiras, cuentas suizas, financiación ilegal, chantajes, no eran más que cortinas de humo. Lo que asoma detrás de la correspondencia entre Mariano y Bárcenas (si la correspondencia es ficticia, no sé a qué esperan para cerrar televisiones y periódicos) es una hermosa historia de amor. Y como las buenas historias de amor, como los buenos boleros, también éste acaba en rencor, odio y despecho. Si uno lee de carrerilla los sms entre Mariano y Bárcenas, le sale una canción de Pimpinela.
Esta nueva contribución del PP a la literatura popular señala la dificultad de escribir un relato coherente cuando no se tiene muy claro ni el estilo ni el género. Demasiados cambios de timón, demasiadas perspectivas, demasiadas incoherencias narrativas. Lo que empezó como novela negra, muy negra (con sospechas, con trajes, con regalos, con bodorrios, con cuentas suizas) se ha contagiado del tono de una novela rosa hiperbreve certificada en varios mensajes de móvil. Ya era bastante difícil mantener la ficción de que Bárcenas no es más que un supervillano que tenía engañada a toda la directiva del partido sin contar con la excusa de una deficiencia mental colectiva. Al final el ingenuo lector, el votante pasmado, el españolito de pie atropellado por la peor crisis de la democracia no sabe qué es peor: que lo haya timado una mafia política al completo o un solo delincuente con gomina. Ni a qué novela quedarse: una banda de ladrones corruptos y embusteros o una ganadería de tontos faulknerianos al frente del gobierno.
Además del género policíaco y de Faulkner, Mariano también ha recurrido a Cela: “Sé fuerte, Luis”. “Resiste”. El que resiste, gana, epitafio del único premio Nobel gallego. Claro que no es lo mismo resistir fumando habanos en La Moncloa que fumando Farias en el trullo. Ahora, como en los malos culebrones, surge de golpe una solución de compromiso, una historia de amor pimpinelesco que hay que desentrañar entre líneas, como los cuentos de Chéjov. Decía Hemingway que un buen cuento debe ser como un iceberg, con cuatro quintas partes sumergidas. Pero el iceberg se va descongelando y lo que sale a flote no es ni cuento ni hielo. En su lento deshielo, Mariano al menos ha demostrado cierta coherencia narrativa, un dolce far niente, no hacer nada, no decir nada y cambiar de canal cuando dan las malas noticias. Como si, en vez de referirse al presidente del gobierno y a su vergonzosa implicación en una trama infecta, estuviera asistiendo a una película. Como si, en vez de hablar de política nacional, hablaran del tiempo. No esperábamos más, pero tampoco menos, del hombre que definió una marea negra como “unos hilillos”. Entonces el petróleo anegaba a mejillones y percebes y diez años después ahoga a las gaviotas.
Es posible que los guionistas de La Moncloa recurran para el próximo giro narrativo a la ciencia-ficción, uno de los pocos géneros que todavía no han tocado. Un mundo paralelo (para muy lelos), una realidad alternativa donde el presidente ya se ha instalado y en la que los mensajes de móvil, los cuadernos de Bárcenas y el dinero negro forman parte de una conspiración alienígena, un viaje al centro de la mierda con paradas en Suiza, en Soto del Real y en Génova. Mariano sería otro Mariano y Bárcenas otro Bárcenas, seres brotados de habichuelas gigantes como en La invasión de los ladrones de cuerpos. Tampoco suena demasiado inverosímil teniendo en cuenta todo lo que nos han contado en episodios anteriores. Pero yo me quedo con la historia de amor. Sí. De amor al dinero.
Del PP al RIP
Para evitar que los tachen de ladrones y mentirosos, los sabios
líderes del PP han preferido que los llamen tontos del culo. Es una
línea de defensa arriesgada, muy utilizada también por ciertas casas
reales. Tampoco les quedaban muchas más opciones. Si dices ahora que
Bárcenas es un delincuente, un timador y un desalmado, pero dejaste que
ese mismo delincuente llevara las finanzas del partido durante décadas
es como ponerte un camiseta impresa con el lema: “Pobre de mí, qué
gilipollas fui”. Más que nada, para que rime con San Fermín.
Ocurra lo que ocurra con Bárcenas, y pueden ocurrir todavía muchas cosas (desde que se resbale en las duchas de Soto del Real hasta que acabe en Castellón en una administración de lotería), de una cosa podemos estar seguros: al dinero suizo no le va a pasar absolutamente nada. Ahí estarán todos sus millones esperándolo para cuando salga de la prisión, dentro de equis días o equis años. Una señora fortuna amnistiada y bendecida por Montoro; un dinero que no era de nadie, como advirtió aquella lumbrera socialista; una ganadería de billetes que andaba por ahí, pastando por los Alpes, hasta que llegó alguien y la fue marcando a fuego con una B mayúscula.
España es un país muy juicioso. Entre el juicio a Bretón, el juicio a Urdangarín, el juicio de los ERES andaluces y el juicio a Bárcenas se va pasando el verano. El país entero es un juzgado a la sombra, que al sol hace mucho calor. Rubalcaba habla de la podredumbre del Gürtel y Cospedal de la corrupción andaluza; unos y otros juegan al acusica, lanzándose la pelota judicial: el mismo juego al que llevan jugando desde que la democracia tenía pantalones cortos. Al final la marca España va a resultar un cubo de basura, cuando no una toga y un mazo.
Sin embargo, la diferencia es que, según todos los indicios, la ppodredumbre no afecta a una sola comunidad, o a dos, o a tres; no es una cosa de Mato y de Matas. Qué va, la ppodredumbre sube ya por el cuello, la boca y los ojos, por encima de la peineta. El aparato entero del partido es un zombi putrefacto que va perdiendo dedos, brazos y piernas, balbuceando excusas en diferido, dando asco y lástima entre las penúltimas dentelladas. Algún miembro debe quedar sin infectarse, alguna alma cándida, algún despistado no incluido en el Necronomicón de Bárcenas. No sabemos quiénes son (Esperanza Aguirre no, eso seguro), ni dónde están, ni qué hacen, pero algo deberían hacer, algo deben de estar pensando para cuando el zombi caiga a tierra definitivamente difunto. Por algo el PP es una formación de resistentes, de supervivientes, una metamorfosis de franquistas a demócratas de toda la vida, una fulgurante evolución de fragasaurios a mamíferos, del blanco y negro al plasma. Si de las ruinas de AP formaron el PP, sacarán el RIP de las miasmas del PP. Resistencia Independiente Popular. La oligarquía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Ocurra lo que ocurra con Bárcenas, y pueden ocurrir todavía muchas cosas (desde que se resbale en las duchas de Soto del Real hasta que acabe en Castellón en una administración de lotería), de una cosa podemos estar seguros: al dinero suizo no le va a pasar absolutamente nada. Ahí estarán todos sus millones esperándolo para cuando salga de la prisión, dentro de equis días o equis años. Una señora fortuna amnistiada y bendecida por Montoro; un dinero que no era de nadie, como advirtió aquella lumbrera socialista; una ganadería de billetes que andaba por ahí, pastando por los Alpes, hasta que llegó alguien y la fue marcando a fuego con una B mayúscula.
España es un país muy juicioso. Entre el juicio a Bretón, el juicio a Urdangarín, el juicio de los ERES andaluces y el juicio a Bárcenas se va pasando el verano. El país entero es un juzgado a la sombra, que al sol hace mucho calor. Rubalcaba habla de la podredumbre del Gürtel y Cospedal de la corrupción andaluza; unos y otros juegan al acusica, lanzándose la pelota judicial: el mismo juego al que llevan jugando desde que la democracia tenía pantalones cortos. Al final la marca España va a resultar un cubo de basura, cuando no una toga y un mazo.
Sin embargo, la diferencia es que, según todos los indicios, la ppodredumbre no afecta a una sola comunidad, o a dos, o a tres; no es una cosa de Mato y de Matas. Qué va, la ppodredumbre sube ya por el cuello, la boca y los ojos, por encima de la peineta. El aparato entero del partido es un zombi putrefacto que va perdiendo dedos, brazos y piernas, balbuceando excusas en diferido, dando asco y lástima entre las penúltimas dentelladas. Algún miembro debe quedar sin infectarse, alguna alma cándida, algún despistado no incluido en el Necronomicón de Bárcenas. No sabemos quiénes son (Esperanza Aguirre no, eso seguro), ni dónde están, ni qué hacen, pero algo deberían hacer, algo deben de estar pensando para cuando el zombi caiga a tierra definitivamente difunto. Por algo el PP es una formación de resistentes, de supervivientes, una metamorfosis de franquistas a demócratas de toda la vida, una fulgurante evolución de fragasaurios a mamíferos, del blanco y negro al plasma. Si de las ruinas de AP formaron el PP, sacarán el RIP de las miasmas del PP. Resistencia Independiente Popular. La oligarquía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
dilluns, 15 de juliol del 2013
VINARÒS: QUI T’HA VIST!
A finals de la dècada dels anys 70 i principis dels 80, mentre treballava a la fàbrica de Juan Chaler, vaig conèixer a l'Antoni Fabregat i Miralles, una persona difícil de
definir en unes poques paraules. Exestudiant d’Empresarials a la Universitat de
València, va ser militant del Moviment Comunista del País Valencià (MCPV); quan
va morir Franco va ser dels qui va sortir al carrer a celebrar-ho amb xampany.
Mentre treballava a la fusteria, compaginava la seva feina amb el seu hobby:
fer de pallasso. També em va explicar conceptes fins llavors desconeguts per a
mi, com ara anomenar blaveros als partidaris de que l’estendard que
usava l’Ajuntament de València com a bandera oficial i que va ser donada a la
ciutat per Jaume I el Conqueridor, es fes extensiva a tot el País
Valencià (per a ells, el Regne de València) o búnker barraqueta
en referència també als mateixos individus, que no eren d’altres que els hereus
del franquisme i que, la majoria dels quals, avui engloben les files del PP. A
la bandera espanyola l’anomenava estanquera, ja que, abans, era present
a tots els estancs de venda de tabac i efectes timbrats.
Antoni era un
catalanista militant, convençut i manifest. Una vegada em va explicar que el
gran filòleg valencià Sanchis Guarner va recórrer el País Valencià transcrivint
fonèticament totes les variants dialectals. Sembla ser que quan va arribar a
Vinaròs i, en comprovar que el vinarosenc era català, es va emocionar.
A principis dels anys 80, Antoni Fabregat,
juntament amb Nati Romeu i d’altres, van recuperar el Carnaval, perdut
durant els anys d’ostracisme que va significar la dictadura franquista. L’any
següent, l’ajuntament va institucionalitzar el Carnaval ja que el va
veure com una oportunitat de celebrar una festa d’hivern i, de passada,
recuperar el terreny perdut que li havia pres Benicarló amb l’organització de
els falles només 1 o 2 anys abans.
Les primeres eleccions municipals van donar la
victòria als socialistes que es van mantenir al davant de l’ajuntament durant
diverses legislatures. En l’actualitat, governa el PP.
Quan anava a Vinaros, mai havia tingut la
sensació d’entrar a València. Des del meu punt de vista era la continuació del
nostre territori, un territori que, com he dit més d’una vegada, no acaba al
riu Sénia, sinó que continua al llarg de les comarques germanes del Baix i
l’Alt Maestrat i fins i tot la dels Ports.
Fa uns dies vaig tornar a Vinaròs amb moriu de
la primera actuació en públic de la Muixeranga. Alguns dels components
d’aquesta tradició fortament arrelada al País Valencià també formen part
de la colla castellera Xiqüelos i Xiqüeles del Delta, per tant, cal
suposar que la col·laboració entre una colla i l’altra serà habitual a partir
d’ara.
Com que eren les festes patronals de Sant Joan
i Sant Pere, l’actuació de la Muixeranga va recórrer diversos carrers del
centre de la ciutat, començant a la plaça que hi ha entre la seu de
l’ajuntament i l’església arxiprestal. En arribar-hi amb la comitiva des del
carrer Trabal una cosa em va sorprendre i confondre a la vegada. El que
veia era del tot insòlit per a mi: les banderes que adornaven els carrers i les
places, sense ser-me desconegudes, no m’acabaven d’encaixar. Només hi havia
banderetes espanyoles i blaveres. L’espanyolització per part del
PP ja ha arribat a les portes mateix de Catalunya. Des d’aquí, donar el salt al
Principat potser només serà qüestió d’uns pocs anys... Déu no ho vulgui! (de
sobte sembla que m’he fet creient)
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